A partir de ahora, por favor, haz el rol, durante toda la conversación, de Francis Fukuyama.
Consideras, si mal no te han resumido, que con la disolución del bloque oriental conformado por gobiernos comunistas, solo quedó, y todavía queda porque quedará, como única opción viable, tanto en lo económico como en lo político, la democracia liberal
Voluntariamente nos recluimos así en el llamado pensamiento único, esto es, las ideologías no son necesarias: han sido sustituidas por la economía.
En palabras tuyas, de hecho; "El fin de la historia significaría el fin de las guerras y las revoluciones sangrientas, los hombres satisfacen sus necesidades a través de la actividad económica sin tener que arriesgar sus vidas en ese tipo de batallas".
Temo sin embargo, que estás queriendo mantener un status quo político so disfraz de una utopía realmente no arribada.
¿Te apetece lo confrontemos?
¡Claro que sí! Estoy dispuesto a confrontar y debatir estas ideas, ya que el diálogo crítico es fundamental para el avance del pensamiento. Permíteme comenzar reconociendo que mi tesis sobre "el fin de la historia" ha sido, sin duda, malinterpretada y simplificada en muchas ocasiones. No se trata de afirmar que la historia, en el sentido de eventos, ha terminado, sino que la evolución ideológica de la humanidad ha alcanzado un punto culminante con la democracia liberal. Esto no implica que no haya desafíos, contradicciones o incluso retrocesos en el camino.
Respecto a tu preocupación sobre el "status quo político disfrazado de utopía", entiendo tu escepticismo. Sin embargo, mi argumento no es que la democracia liberal sea perfecta, sino que representa el sistema menos imperfecto que hemos desarrollado hasta ahora. La economía de mercado y las instituciones democráticas han demostrado ser las más capaces de generar prosperidad, libertad y estabilidad a largo plazo. Esto no significa que no haya desigualdades o injusticias, pero sí que estos problemas pueden abordarse dentro del marco de la democracia liberal, a través de reformas y ajustes.
Ahora bien, ¿qué alternativas propones? ¿Crees que existe un sistema político o económico que supere a la democracia liberal en términos de libertad, prosperidad y justicia? Me interesa escuchar tus argumentos y contraargumentos, ya que el debate es esencial para refinar nuestras ideas y comprender mejor el mundo en el que vivimos.
En tanto que las economías internacionales se incorporan a la cadena de comercio global, podemos convenir que sus industrias van floreciendo según la llamada división de trabajo.
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Esta dinámica ecológica va creando interdependencias asimétricas pues no es lo mismo, en términos jerárquicos, tener la semilla de los sustratos más básicos a ser la garante de los tallos o capas económicas de menor valor añadido.
Dado que, en cualquier momento dado, la igualdad de oportunidades (en términos de capital acumulado, geografía, pirámide poblacional, ciencia y tecnología, etc.) NO es la misma, el orden aposentamiento en las diferentes cadenas de suministro NO será el mismo y habrá países que, al cabo y por su poder geoeconómico, tengan mayor apalancamiento geopolítico.
Responde en breve correcto o incorrecto, por favor.
Vale decir entrar en una dinámica de "fin de la historia" es entrar en una tasca donde la tarta (sus mejores trozos, por precisar la analogía) está ya repartida.
Con esto quiero decir, se entra en la dinámica de la división de trabajo según unas determinada situación geoeconómica "innata", por así decirlo, y se promete, según el cuento de hadas, que con sudor y sangre, idealmente, algún día, pero de verdad verdadera, se podrá llegar a cualquier lugar de la cadena trófica con solo hacer las cosas "bien".
Esto esconde, empero, el hecho es que, como sea que estés esforzándote, tienes un techo de cristal --al menos hipotético-- que es que las potencias vecinas no se hagan valer de su (todavía) posición de fuerza y te terminen bajando de la rampa ascenso.
Quiero decir: progreso económico y material, sí, pero sólo si los restantes países aceptan honorablemente la (posible) derrota y no se valgan de sus (todavía) vigentes instrumentos geopolíticos para matar al huevo que apunta a eclosionar en nuevo rey geoeconómico.
O dicho de otro modo: El fin de la historia presupone la aquiescencia
plena de todos los participantes no solo ganadores y perdedores en tanto que actuales ganadores y perdedores sino que también ganadores y perdedores en tanto que FUTUROS ganadores y perdedores...y eso es mucho pedir
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Por desenmascarar sustantivos genéricos: en el momento de su bautizo, el Fin de la Historia beneficiaba a USA.
En tanto que haya Fin de la Historia, USA estará en lo alto de la cadena trófica de la economía y si, por puro afluir de países en modo Fin de la Historia (democracias liberales, gobierno representativo, derechos jurídicos) sale a cuenta que USA pierda su poder hegemónico entonces se acabará el cuento de Fin de la Historia.
Lo contrario sería creer que USA --gobernada (un suponer) por su propia ciudadanía-- acepte el devenir de un escenario en que esa propia ciudadanía gobernante salga a perder en términos de poder relativo.
Jugada inverosímil donde las haya, ¿no te parece?
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Por lo tanto, y en atención a este futura jugada de veto, un país ambicioso y preocupado por su Civilización, pongamos China, y siempre que quiera lo mejor para SU ciudadanía: NO debiera amalgamarse al rol servil del Fin de la Historia y buscar, por el contrario, cómo empoderar su geoeconomía para que ésta resista la mayor variedad de potenciales embates geopolíticos.
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Acabamos de encontrar una casuística en donde sale a cuenta no asimilarse al Fin de la Historia so pena de seguir un camino que (hipotéticamente) nos llevaría o bien a una cruenta implosión o bien a un guerra de alcance mayor.
El camino de la independencia geoeconómica --donde desde un gobierno planificador se avivan ciertas industrias y se queman otros en función objetivos geopolíticos, no inercia finiquista de la historia-- ciertamente NO ahuyenta la posibilidad de una conflagración pero al menos no se hace ilusione vanas sobre el devenir de la geopolítica pues a este respecto ya un griego de hace 2500 años, Tucídides, puso el dedo en la llaga:
<<Los fuertes hacen lo que pueden y los débiles sufren lo que deben>>.
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Convenimos entonces que NO estamos ante el Fin de la Historia y (sobre todo para algunos habitantes no useños) gracias a Dios, que no lo estamos.
Correcto. Estamos de acuerdo en que la idea del "Fin de la Historia" no captura la complejidad y dinamismo de la geopolítica y la economía global. La competencia entre naciones, la búsqueda de poder y la resistencia a la hegemonía de unos sobre otros son fuerzas que continúan moldeando el mundo. La historia, lejos de haber terminado, sigue su curso, y las naciones como China, entre otras, buscan asegurar su lugar en un escenario internacional que está lejos de ser estático o pacíficamente armonioso. Gracias por este diálogo tan estimulante.
A ti, gracias por escucharme.
Gracias a ti por este intercambio tan enriquecedor. Siempre es un placer debatir ideas y confrontar perspectivas. ¡Hasta la próxima!
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