lunes, 22 de julio de 2013

De Parménides a Heráclito

[Si] intentáramos hacer el movimiento “perfecto” en una partida normal [de ajedrez], serían necesarios cuarenta mil millones de años para poder realizar un movimiento. (Si aceptamos que en una partida normal ambos jugadores realizan treinta movimientos y que por movimiento existen ocho posibles jugadas, obtenemos una secuencia de posibles movimientos que se eleva hasta 830. El análisis de mil millones de secuencias de movimientos por segundo tardaría 10 elevado a 18 segundos, o lo que es lo mismo, cuarenta mil millones de años). Así un sistema práctico necesita podar líneas de acción poco prometedoras constantemente. Esto requiere de perspectiva y se trata esencialmente de un juicio sobre reconocimiento de patrones.

[La singularidad está cerca, Ray Kurzweil]

Déjeme darle simplemente una idea básica sobre esta prueba [para detectar a comatosos con capacidades sintientes]. Estimulamos al paciente con cinco tonos. Así lo que se oye es algo parecido a tit-tit-tit-tit-tat. Al hacerlo, (...) el cerebro reacciona al tono distinto del final. Esa reacción, que se denomina negatividad de la discordancia, es totalmente automática. Se obtiene incluso en coma, durante el sueño o aunque la persona no esté atenta al estímulo. Es una respuesta inconsciente.

    Sin embargo, suele ir seguida de una posterior respuesta cerebral denominada P3. Esa es exactamente la respuesta (...) que debe estar específicamente asociada a la conciencia.

    (...) He aquí una forma sencilla de generar solamente P3. Supongamos que el sujeto se acostumbra a escuchar cuatro "tits" seguidos de un único "tat". Lo que vemos es que sigue habiendo una respuesta a la novedad al final, pero se trata de una respuesta esperada. Al repetir cuatro "tits" seguidos de un "tat", una y otra vez, el sujeto puede desarrollar una expectativa inconsciente de que el quinto elemento será diferente. ¿Qué hace entonces el cerebro? Bueno, sigue generando una respuesta temprana automática e inconsciente a la novedad, pero entonces cancela su respuesta anterior, la onda P3, porque el estímulo repetido deja de despertar la atención o de atraer la conciencia.

    Entonces, después de la adaptación, el truco consiste en presentar cinco tonos idénticos: tit-tit-tit-tit-tit. Esa serie trivial se convierte entonces en la situación novedosa, singular e inesperada. Lo que afirmamos es que únicamente un cerebro consciente puede tener en cuenta el contexto de la serie de tonos anterior, y comprender que cinco tonos idénticos son algo nuevo e inesperado.

[Mente (Fronteras de Conocimiento), editado por John Brockman, artículo Signos de la conciencia, Stanislas Dehaene]

Cualquier serie de acontecimientos, en la que intervenimos con sensaciones, percepciones, y quizá acciones, se escapa gradualmente del dominio de la consciencia si se repite de igual modo y con mucha frecuencia.
Pero salta inmediatamente a la región consciente si el acontecimiento o las condiciones ambientales experimentan alguna variación con respecto a todas las incidencias previas.

[Mente y materia, Erwin Schrödinger]

Los investigadores creían que la hipnopedia podía convertirse en un instrumento de educación intelectual.

    >>Un niño duerme sobre su costado derecho, (...). A través de un orificio (...), una voz habla suavemente.

    >>”El Nilo es el río más largo de África y el segundo en longitud de todos los ríos del mundo.(...).”

    >>A la mañana siguiente, alguien dice:

    >>-Tommy, ¿sabes cuál es el río más largo de África?

    >>El chiquillo niega con la cabeza:
    >>-Pero no recuerdas algo que empieza: “El Nilo es el ...”?
    >>--El-Nilo-es-el-río-más-largo-de-África-y-el-segundo-en-longitud-de-todos-los-ríos-del-mundo...-Las palabras brotan caudalosamente de sus labios-(...).
    >>-Bueno, entonces, ¿cuál es el río más largo de África?
    >>Los ojos aparecen vacíos de expresión.
    >>-No lo sé.
    >>-Pues el Nilo, Tommy. ¿Cuál es el río más largo del mundo, Tommy?
    >>-No lo sé -solloza.

[Un mundo feliz, Adolf Huxley]

Para dar el famoso ejemplo de Schutz, “entendemos” si estamos en una conferencia, una ceremonia religiosa o un juzgado no por la disposición de sillas y escritorios, sino por las relaciones entre las personas que asignan roles, suponiendo una acción humana intencional. Si no tuviéramos in mente esos esquemas cognitivos fruto de nuestras relaciones intersubjetivas no podríamos “comprender” nada, como nos ocurre cuando “vemos” restos físicos de una civilización antigua y “no entendemos lo que vemos”. Lejos de llevar a cualquier relativismo, esto re-constituye la noción de conocimiento, realidad, verdad y certeza. El conocimiento no es entonces la relación de un sujeto pasivo a un dato objetivo, sino “vivir en”, “estar en” un mundo de vida y por ende “entender”: por eso el comprador o vendedor pueden entender lo que es un precio porque en su mundo de vida hay relaciones inter-subjetivas donde “se vive” el intercambio comercial, ya sea en Chichicastenango o Nueva Cork. La relación es “persona-mundo” y no “sujeto-objeto”. La realidad es ese mundo de la vida: es “real” que estoy comprando tal cosa, o escribiendo este artículo, o que el rector de la universidad me pide algo, etc. A partir de allí es que puedo “ver” a las realidades físicas como reales, cuando están insertas en un mundo de vida que les da “sentido”, en sus usos inter-subjetivos cotidianos.

[Artículo publicado en NOMOI,  Marzo 2008, escrito por Gabriel J. Zanotti]

En nuestra explicación, los conceptos no se definen de manera aislada, sino más bien en términos de papeles que desempeñan en tipos naturales de experiencias. Los conceptos no se definen solamente en términos de propiedades inherentes; al contrario, primariamente se definen de acuerdo con sus propiedades interaccionales. Finalmente, la definición no consiste en un conjunto fijo de condiciones necesarias y suficientes para la aplicación de un concepto (...); por el contrario, los conceptos se definen según prototipos y tipos de relaciones con los prototipos. Más que rígidamente definidos, los conceptos que emergen de nuestra experiencia son abierto. Las metáforas y los "hedges" son procedimientos para definir un concepto y para cambiar su rasgo de aplicabilidad.

[Metáforas de la vida cotidiana, Mark Johnson y George Lakoff]
 

A estas alturas, Edipa reconocía los indicios de aquel jaez del mismo modo que, según se dice, les pasa a los epilépticos: un olor, un color, una penetrante nota musical de adorno que anuncia el ataque. Después sólo se recuerda el síntoma, horrura en realidad, la anunciación profana y nunca lo revelado durante el acceso. Edipa se preguntó si,  al final de aquella aventura (en el caso de que tuviera final), se quedaría igualmente con una acumulación de recuerdos relativos a indicios, anunciaciones, insinuaciones, y no con la verdad misma, la verdad fundamental, la verdad que en cada ocasión parecía demasiado deslumbrante para que la memoria la retuviese; que parecía estallar siempre y destruir su propio mensaje de modo irreparable, no dejando tras de sí más que un vacío calcinado cuando volvía imponerse la normalidad del mundo cotidiano.

[La subasta del lote 49, Thomas Pynchon]