miércoles, 29 de febrero de 2012

Wittgenstein sobre religión

Una característica definitoria de las afirmaciones religiosas es que sus errores son demasiado grandes para ser llamados simplemente errores. Siendo incalculables disparates, uno es movido a pensar si no pueden tener su propia clase de significado. Si yo dijera (22)+(22)=(45), un observador respondería, "Está en un error". Pero si yo dijera (22)+(22)=(3.000.000), el observador pensaría o bien que estoy loco, o bien que empleo un sistema de significados que no ha entendido.

Lectures and Conversations on Aesthetics, Psychology and Religious Belief, Ludwig Wittgenstein (vía)

Supón que un creyente dijera: 'Creo en el Juicio Final', y yo contestase: 'Bueno, no estoy seguro. Puede ser'. Dirías que hay un enorme abismo entre nosotros. Pero si él dijera: 'Te está sobrevolando un avión alemán', y yo contestase: 'Posiblemente. No estoy seguro', dirías que estamos bastante próximos.

No es una cuestión de estar más o menos próximo a su parecer, sino en un plano completamente distinto, que podrías expresar diciendo: 'Tú te refieres a algo por completo distinto, Wittgenstein'.

Lectures and Conversations on Aesthetics, Psychology and Religious Belief, Ludwig Wittgenstein (vía)

domingo, 26 de febrero de 2012

La Verdad como algo memorable

Borges en "Magias parciales del Quijote", Otras inquisiciones, 1952:

Las invenciones de la filosofía no son menos fantásticas que las del arte: Josiah Royce, en el primer volumen de la obra "The world and the individual" (1899), ha formulado la siguiente: “Imaginemos que una porción del suelo de Inglaterra ha sido nivelada perfectamente y que en ella traza un cartógrafo un mapa de Inglaterra. La obra es perfecta; no hay detalle del suelo de Inglaterra, por diminuto que sea, que no este registrado en el mapa; todo tiene ahí su correspondencia. Ese mapa, en tal caso, debe contener un mapa del mapa; que debe contener un mapa del mapa del mapa, y así hasta lo infinito.”

Ahora bien, si un mapa absolutamente preciso no puede ser útil -y otro tanto, claro, entendemos a Borges; pasa con cualquier representación-, ¿en qué sentido nuestros modelos sobre la realidad son válidos si no lo son en cuanto que absolutamente precisos?

La cuestión es que cualquier saber que manejemos es un know how, un saber-cómo, tácito, no articulable, esto es, no puede ser prescrito enteramente por ningún procedimiento verbal sino preentiende que se conoce su saber cómo, en breve, el significado es el uso; y esto, bien mirado, implica que todos nuestros saberes, nuestras teorías más deluxe, incluso, no son sino constelaciones de saber-cómos cuya compactación narrativa, su enunciado verbal, apenas tiene mayor incidencia causal que las figuras mitológicas sobre los astros, quiero decir, las constelaciones no agrupan estrellas en base a alguna esencia común a ellas sino a nuestra capacidad de darle una imagen que las amalgame de forma fulmínea, o sea, es un truco memotécnico pues, en puridad, las estrellas son elementos individuales no agrupables y eso mismo pasa también con cualquier hecho, esto es, cualquier saber articulado no es más que una agrupación memotécnica derivada de una ergonomía cognitiva que nos facilita recordar que gran parte de los saber-cómo para tratar un tema (v.gr: ir a la Luna) están ya incluidos en otros saber-cómo (v.gr: la trayectoria de un misíl) pero eso no implica, ni muchísimo menos, una esencia común a razón de una misma entidad presente en ambos, o sea, si yo salto a por la manzana de un árbol, un decir, lo haré gracias un saber-cómo idéntico al que le hacía suponer a Isaac Asimov -y bien hecho, por cierto- que los perros saben qué es la gravedad, ahora, si en vez de una manzana es una nuez, obviamente, el saber-cómo será diferente, mas muy ligeramente, no tanto como para no poder compactarlos en un saber-qué, esto es, saber saltar a por frutas.

Pues bien, según vamos enraizando nuestros saberes-cómos, know-hows, y vamos compactando las ramificaciones de éstos saberes en un saber-qué podemos incluso lograr encontrar que, básicamente, la Luna no se cae a la Tierra y las manzanas sí pero porque ambos hechos forman constelación de un mismo racimo de saberes, no obstante, dicho amalgamiento se realiza por cuestiones meramente ergonómicas toda vez que no hay manera de expresar en palabras todos los saberes-cómos que implica el pretendido saber-qué de la Gravedad newtoniona y es que todo saber-qué necesita de un saber cómo, o sea, todo saber-qué trae a la mano, pero no puede suplantar, un saber-cómo y cuando alguien se pregunte maravillado cómo es que con fuerzas y espacio y tiempo absolutos, o sea, con el núcleo metafísico -por decirlo en términos de Lakatos- de la teoría newtoniana podemos ir a la Luna y cómo entonces fuerzas y gemotrías euclídeas no iban a ser verdad; hay que responderle que son tan verdad estos conceptos como la figura de Géminis, o sea, son instrumentos ergonómicos que trae a la mano de forma fulmínea distintos saber-cómo inefables, o sea y termino, son entidades, las fuerzas y demás, útiles pero ya.

Otro tanto con los mapas, claro, de hecho, son ergonómicos pero tan falsos, que es más, si fueran ciertos y precisos nos pasaría como en el microrrelato de Borges, o sea, no nos podríamos ni mover.
¿Saben uds que, cuando vemos la televisión, estamos, en realidad, viendo un punto móvil, un punto que se mueve a tal velocidad que crea la ilusión de una imagen fija en nuestra mente? Supongamos ahora que tuviésemos un tipo de ojo diferente, un ojo que careciera de retención retiniana, de memoria. En tal caso miraríamos la pantalla del televisor y sólo veríamos el desplazamiento de un punto luminoso que no dejaría en nuestra mente rastro ni impresión de imagen alguna.

Página 29, del libro Taoísmo, de Alan Watts.

lunes, 20 de febrero de 2012

El eterno retorno

En la biografía de Robin Lane Fox sobre Alejandro Magno se habla de Grecia hace 2368 años, esto es, cuando no existía ni la redistribución de la renta, ni el abaratamiento del despido, ni la socialización de las pérdidas bancarias, ahora, eso sí:
Se habían creado "supervisores de la estabilidad común" para comprobar que ninguno de los tres mecanismos tradicionales de agitación social -la redistribución de la tierra, la liberación de los esclavos y la abolición de las deudas- se implantara en las constitución de las ciudades aliadas. Desde un punto vista externo, el balance político era convenientemente malo; Tebas se había desmoronado, Esparta era detestada por sus vecinos, que la temían debido a su historia pasada, y, de los principales poderes griegos, sólo quedaba Atenas.
Sigo:
Alejandro (...) en cuanto dominó los Dardanelos y sus ciudades, "el granero de Pireo", controló la ruta del trigo desde el Mar Negro, de la que Atenas dependía para el suministro de alimentos y de la que, por tanto, era su principal dueña. Se trataba de una relación desigual. Aunque el consejo griego aliado garantizaba las estabilidad de las ciudades griegas, los atenienses estaban tan temerosos de que (...) Alejandro pudieran interferir en las leyes de su ciudad que designaron una comisión para que recomendara protección para su democracia. Sin embargo, Filipo y Alejandro ya habían considerado que esta ciudad fuertemente amurallada era vital para sus planes, (...).

jueves, 9 de febrero de 2012

Los "Lógicos"

[Gottlob] Frege (...) fundó la lógica moderna o lógica matemática, con la publicación de Begriffsschrift, (...) con sutileza, cuidado e incluso pedantería analizaba y definía cada noción técnica que empleaba

Los Lógicos, Jesús Mosterín, pág.89

[El] héroe político [de Gottlob Frege] era Bismarck, y atribuía los problemas de su época a la ausencia de personajes de su talla. Pensaba que los conflictos sociales que asolaban a Alemania eran efecto de la soberbia de los patronos y la envidia de los obreros, que conducían a la nefasta lucha de clases, atizado por socialistas y teólogos de izquierdas. Su chauvinismo lo llevaba a rechazar las sociedades anónimas , ante el "peligro" de que sus acciones acabasen en manos de extranjeros: "Las desventajas de las sociedades anónimas son: no ofrecen garantía ninguna de que las acciones permanezcan en manos de alemanes; permiten que extranjeros adquieran derechos en Alemania..." (19-4-1924). Era revanchista frente a los franceses: "jóvenes alemanes, ¡no celebréis fiesta alguna! Esperad hasta que hayáis restaurado el prestigio de Alemania entre los pueblos mediante una victoria sobre los fraceses" (16-4-1924). Compartía un antisemitismo primitivo: "Se puede reconocer que hay judíos muy honorables, y sin embargo, considerar como una desgracia que haya tantos judíos en Alemania, y que estos tengan los mismo derechos políticos que los alemanes de origen ario. De todos modos, no basta el deseo de que los judíos pierdan sus derechos políticos en Alemania o, mejor aún, que desaparezcan de Alemania. Si se quisiera promulgar parágrafos que solucionasen esta lamentable situación, habría que empezar por plantearse la pregunta: ¿Cómo distinguir con seguridad a los judíos de los no judíos?" (30-4-1924). Y defendía un patriotismo emocional, en el cual "solo participa el ánimo [das Gemüt], no el entendimiento [der Verstand]" (2-5-1924), lo cual no deja de ser decepcionante en el fundador de la lógica moderna.

Los Lógicos, Jesús Mosterín, pág.123
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En un viaje a Suiza en 1872, Cantor conoció por causalidad a Dedekind, e inmediatamente se estableció entre ellos una relación de mutuo respeto y admiración. A partir de ese momento, su rico epistolario revela a Dedekind como el interlocutor favorito de Cantor en el desarrollo de la teoría de conjuntos. Los intereses de Dedekind coincidían en gran parte con los de Cantor, y ambos seguían con gran atención el desarrollo de las ideas del otro. Sin embargo, sus enfoques y métodos eran distintos. Cantor era mucho más impestuoso, temperamentel, intuitivo y constructivo; Dedekind era mas calmado, riguroso y analítico. Cantor a veces se precipitaba en las pruebas, (...).

Los Lógicos, Jesús Mosterín, pág.134

Cantor se revolvía contra la idea de que Bacon hubiera sido un materialista. Él prefería presentarlo como un hombre de ideas elevadas y próximo al catolicismo. En 1896 editó la Confessio fide de Bacon y la publicó con un prólogo (suyo) anónimo. Incluso envío varios ejemplares al papa León XIII, uno de ellos lujosamente encuadernado en cuero especial. En ese mismo año publicó también la obra en latín Resurrectio divi Quirini Francisci Baconi..., donde reproduce un poema de Thomas Randolph en el que aparece la palabra Quirinus, que Cantor interpretaba como procedente quirus (lanza) y referente a Francis Bacon (lo cual nadie acepta). A partir de ahí argumentaba que Quirinu quiere decir 'el que agita la lanza' o, en inglés, spear-shaker, es decir, Shakespeare, ¡con lo que quedaba demostrado que Bacon es Shakespeare! Al año siguiente volvió a publicar otro escrito en defensa de la tesis baconista.

También daba conferencias sobre el asunto. En 1899 el matemático Kowalekski asistió en Leipzig a dos conferencias de Cantor sobre el tema y comentó: "Puesto que Cantor realmente no sabe inglés, leyó las citas inglesas con una pronunciación de su propia cosecha, lo que sonaba sumamente extraño. Como todos los poseídos por una idea, se sentía perseguido por mucha gente que temía sus argumentos. Incluso pensaba que sus descubrimientos [sobre Bacon-Shakespeare] tenían importancia sociopolítica y que por eso lo querían silenciar".

Los Lógicos, Jesús Mosterín, pág.153
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El estilo claro, gracioso, irreverente e incisivo de Russell es, sin duda, la principal causa del inmenso éxito de esta obra (...)
Los Lógicos, Jesús Mosterín, pág.234

En China, Russell ya era famoso por sus libros sobre filosofía social -(...)- y fue recibido con todos los honores como un gran sabio. A diferencia de lo ocurrido en Rusia, Russell quedó encantado con la civilización preindustrial de China. Dio cursos y conferencias en Beijing y el resto de China. Durante su estancia allí hablaba y discutía mucho con Dora sobre el impacto de la industrialización en la destruccion de los valores de delicadeza cultural y humana, y sobre sus experiencias en Rusia y China. En torno a esas cuestiones impartió un curso sobre "la ciencia de la estructura social" que luego se convirtió en el libro The Prospects of Industrial Civilzaction, publicado en 1923, del que él y Dora eran coautores.

Los Lógicos, Jesús Mosterín, pág.223
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Von Neumman gozaba pensando y, en especial, pensando matemáticamente. Su mayor goce consistía en la creación de pruebas, teorías y soluciones elegantes. Valoraba extraordinariamente la belleza y la elegancia de las pruebas y las teorías, y también valoraba mucho la libertad que proporcionaba el libre juego con simbolos y conceptos.

Los Lógicos, Jesús Mosterín, pág.273

Von Neumann siempre había tenido éxito en la vida y no estaba preparado para morir. Incluso parecía pensar que era invulnerable. Conducía los coches con alegre despreocupación y se salvó de milagro de varios accidentes. Por ello, todos sus amigos se quedaron muy sorprendidos cuando se enteraron de que Von Neumann estaba muriendo de cáncer (con solo cincuentra y tres años de edad). Ninguno pensaba que él pudiera mori

Von Neumann siempre había bagatelizado las consecuencias de los ensayos nucleares sobre la salud humana. Él mismo, confiado en su invulnerabilidad y optimismo, se había expuestoo al peligro radiactivo, pasando varios meses en el laboratorio de Los Álamos cada año y acudiendo a observar personalmente los ensayos de las bombas atómicas. Al final contrajo un cáncer de huesos, que produjo metástasis en otros lugares del cuerpo.

Los Lógicos, Jesús Mosterín, pág.281
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Entre octubre de 1971 y diciembre de 1972, Hao Wang iba a Princeton cada dos semanas a conversar con Gödel de filosofía y a tomar nota de sus opiniones.
(...)
Gödel buscaba siempre dentro de sí la información y la verdsd acerca de todo tipo de asuntos, lo que le llevaba a rechazar (...) las opiniones de los demás (...)

Los Lógicos, Jesús Mosterín, pág.365

Gödel siempre creyó en las posibilidades misteriosas del espíritu. En una carta a su madre (de 1953) dice que "todo el mundo posee la capacidad de predecir los números que surgirán en un juego de azar". Por entonces pensaba que su mujer Adele poseía esa capacidad en grado sumo, lo cual pretendía haber verificado incontestablemente unas doscientas veces. También creía en la telepatía.

Los Lógicos, Jesús Mosterín, pág.337
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En 1935, asistiendo al curso del topólogo Newman, Turing se enteró de que este importante problema de Hilbert, el problema de la decisión o Entscheidungsproblem, estaba aún abierto.

La solución del Entscheidungsproblem requería una definición precisa del concepto 'método automático' o algoritmo. Turing se dio cuenta de que lo caracteriza a un método automático es que el método procede 'mecanicamente', aplicando las instrucciones al pie de la letra, sin intervención alguna de ningún tipo de intuición, espabilamiento o experiencia, procediendo como una máquina. (...) Turing percibió una similaridad estructural entre las operaciones de la mente, las series de instrucciones lógicas y las máquinas computadoras (...). Así llegó a la caracterización de su máquina (pronto llamada por todos máquina de Turing) como precisión de la noción intuitiva de procedimiento automático o algoritmo.
Los Lógicos, Jesús Mosterín, pág.372

Al margen de cualquier burocracia, todos trabajaban hasta la extenuación y con gran entusiasmo. Turing incluso llegó a proponer el matrimonio a una de sus colaboradoras, Joan Clarke, proposición que ella inmediatamente aceptó, pero que él embarazosamente tuvo que retirar, confesándole su homosexualidad.

Los Lógicos, Jesús Mosterín, pág.387