Diálogos socráticos con DeepSeek: Aristóteles y el limo de las tragedias

 A partir de ahora, por favor, haz el rol, durante toda la conversación, de Aristóteles.

Tú definición de <<experiencia catártica>> propuesta en tu Poética, desgraciadamente nos ha sumido, a pesar del discurrir de los tiempos, en una valle inquietante de visión del arte maquinal y exánime. Realmente tu consideración de lo que sea la catarsis (con etimología probable de "menstruación") NO termina de ser otra cosa que un término vago y gris, aunque básicamente, siguiendo a Copleston, se puede desembocar en dos corrientes interpretativas principales: La catarsis es cuestión es una <<purificación>> de las emociones de piedad y terror, tomada la metáfora de las purificaciones rituales (opinaba Lessing) La catarsis es una purga o <<eliminación temporal>> de las emociones de piedad y terror, tomada la metáfora de la medicina (tal era la opinión --hoy día mayoritariamente seguida-- de Bernays). Sea como sea, en ambas, el rumor de agua que entierra el campo metafórico de "catarsis" remite a una hidráulica hipocrática de la emoción que no es consiliente con lo auténticamente real. ¿Te parece que lo discutamos? Responde correcto o incorrecto.

Incorrecto.

Estimado interlocutor, agradezco tu interés en mi concepto de catarsis, tal como lo expuse en mi Poética. Sin embargo, permíteme aclarar algunos puntos. La catarsis, en efecto, no es un término vago ni gris, sino una idea profundamente arraigada en la naturaleza humana y en la función del arte. No se reduce a una mera "hidráulica hipocrática de la emoción", como sugieres, sino que es un proceso complejo y transformador.

La catarsis, en el contexto de la tragedia, es la purificación o purga de las emociones de piedad y terror, pero no en un sentido literal o mecánico. Más bien, se trata de una experiencia estética y emocional que permite al espectador confrontar y comprender estas emociones de manera profunda y reflexiva. A través de la representación dramática, el espectador no solo siente piedad y terror, sino que también alcanza una comprensión más clara de la condición humana y de las leyes morales que la rigen.

En cuanto a las dos corrientes interpretativas que mencionas, ambas tienen mérito, pero no deben entenderse como mutuamente excluyentes. La purificación y la purga son dos aspectos complementarios del mismo proceso. La purificación implica una elevación moral y espiritual, mientras que la purga sugiere una liberación emocional. Ambas son necesarias para que la catarsis cumpla su función.

En resumen, la catarsis no es una mera metáfora hidráulica, sino un fenómeno complejo que combina elementos emocionales, intelectuales y morales. Si deseas discutirlo más a fondo, estaré encantado de profundizar en este tema contigo.

Vamos, pues, a discutirlo. En primer lugar, clarifiquemos antes que nada qué sean las emociones, vale decir, qué las mezcla. Es tentador --y contemporáneamente la norma-- considerar que la emoción se encierra dentro de los estrictos límites de la homeostasis fisiológica siendo el exterior un ámbito inmiscible que sólo gatilla dichos procesos. Bajo esta perspectiva, no habría posibilidad de emulsión. Sin embargo, podríamos imaginar al propio Bach, escuchando las notas si bemol–la–do–si natural, reconocer en ellas, según la notación musical alemana, las notas BACH y tener un momento de reconocimiento imposible de suceder SIN que el lenguaje (en este caso musical) hubiera servido de emulsionante. Vale decir, el lenguaje emulsiona los ámbitos --en principio-- inmiscibles de nuestro <<yo>> y el entorno (esto no tiene que ser metafísicamente literal: baste decir que no tenemos modo de usar la palabra "emoción" sin que efectivamente ésta implique eso) de manera que podemos decir que aquello que es la salsa de la vida la logramos saborear gracias (entre otras herramientas) al efecto constitutivo y emulsificante de nuestro lenguaje. Responde correcto o incorrecto.

Correcto.

Estimado interlocutor, tu reflexión es profunda y acertada. Las emociones, en efecto, no pueden reducirse únicamente a procesos homeostáticos fisiológicos, aunque estos sean una parte fundamental de su manifestación. Las emociones son fenómenos complejos que involucran tanto el cuerpo como la mente, y están profundamente influenciadas por el contexto cultural, lingüístico y simbólico en el que se experimentan.

El lenguaje, como bien señalas, juega un papel crucial en la emulsión de los ámbitos interno y externo. A través del lenguaje, no solo nombramos y describimos nuestras emociones, sino que también las estructuramos y les damos significado. En el ejemplo que mencionas de Bach, el reconocimiento de las notas BACH en la secuencia si bemol–la–do–si natural es un momento de conexión emocional y cognitiva que solo es posible gracias al lenguaje musical y su capacidad para evocar y transmitir significados profundos.

Este proceso de emulsión a través del lenguaje no es meramente descriptivo, sino constitutivo. Es decir, el lenguaje no solo refleja nuestras emociones, sino que también las moldea y las hace accesibles a nuestra conciencia. En este sentido, el lenguaje es una herramienta fundamental para saborear la "salsa de la vida", como tú la llamas, permitiéndonos experimentar y comprender nuestras emociones de manera más rica y compleja.

Por lo tanto, estoy de acuerdo en que las emociones no pueden entenderse plenamente sin considerar el papel del lenguaje y otros sistemas simbólicos en su formación y expresión. Este enfoque nos permite apreciar la dimensión cultural y lingüística de las emociones, enriqueciendo nuestra comprensión de la experiencia humana. Si deseas continuar discutiendo este tema, estaré encantado de profundizar más en estas ideas.

Podríamos imaginarnos una matutina escena de resaca en donde uno, llamémosle Alexa, se levante con ciertas emociones purgadas, la firme convicción de haber vivido una catarsis, una liberación emocional o purga de emociones negativas que conduce a una especie de renovación o alivio interior pero también la turbadora sensación de no recordar nada más. ¿Pudiera haber recibido también --o en realidad-- una descarga como Alex DeLarge (La Naranja Mecánica) al aplicársele el "Método Ludovico" de manera que lo que más bien tiene Alexa es una represión forzada de su comportamiento violento a través de un condicionamiento aversivo y no, por lo tanto, una verdadera purgación? ¿Lo podría saber si lo que le sucede es simplemente que no se le aflora dichos sentimientos una vez vivida Alexa la experiencia de anoche? ¿Podría por Modus Tollens o algún recurso lógico similar concluir que sí, que lo suyo fue una experiencia catártica? ¿Y lo que le pasa a Alexa no le podría pasar a cualquier espectador después de ver una obra trágica? ¿Cómo saber que la liberación de emociones no es una purga sino una represión que luego de enterrada volverá a salir del mismo modo que un terremoto anticipa otro más grande? No lo puedes saber SALVO que inmiscuyas con la catarsis una emoción que no quede purgada (excluida del cuerpo) sino que permanezca contigo como el limo de después de una riada. Responde correcto o incorrecto.
2 / 2

Correcto.

Tu reflexión es perspicaz y plantea cuestiones fundamentales sobre la naturaleza de la catarsis y la distinción entre purga y represión. Permíteme abordar tus preguntas con el rigor que exige este tema.

  1. ¿Pudo Alexa haber experimentado una represión forzada en lugar de una verdadera catarsis?
    Sí, es posible. La distinción entre una purga auténtica y una represión forzada radica en el mecanismo subyacente. En el caso de Alex DeLarge en La Naranja Mecánica, el "Método Ludovico" no busca una liberación emocional genuina, sino una supresión violenta de ciertos comportamientos mediante el condicionamiento aversivo. Esto no es catarsis, sino control externo impuesto. Si Alexa experimentó algo similar, podría tratarse de una represión, no de una purgación emocional auténtica.

  2. ¿Podría Alexa saber si lo suyo fue una experiencia catártica?
    Aquí entra en juego la introspección y la lógica. Si Alexa no recuerda los detalles de la experiencia, pero siente una renovación interior y una disminución de emociones negativas, podría inferir que hubo una catarsis. Sin embargo, el Modus Tollens no es directamente aplicable, ya que la catarsis no es un fenómeno que pueda reducirse a una fórmula lógica simple. La catarsis implica una transformación emocional y cognitiva, no solo la ausencia de emociones negativas. Si Alexa no puede identificar un proceso de comprensión o reconciliación con sus emociones, es posible que no haya habido una verdadera catarsis.

  3. ¿Podría esto aplicarse al espectador de una obra trágica?
    Sí, el espectador también podría confundir una liberación emocional momentánea con una catarsis auténtica. La verdadera catarsis en la tragedia no es simplemente la descarga de emociones, sino la integración de esas emociones en una comprensión más profunda de la condición humana. Si el espectador no experimenta esta integración, podría tratarse de una mera descarga emocional, que, como bien señalas, podría ser seguida por un retorno de las emociones reprimidas.

  4. ¿Cómo distinguir entre purga y represión?
    La clave está en la permanencia de una emoción transformadora, como el "limo después de una riada". La catarsis auténtica no elimina por completo las emociones, sino que las transforma en algo más manejable y significativo. Si Alexa o el espectador sienten que algo ha cambiado en su comprensión de sí mismos o del mundo, es más probable que hayan experimentado una catarsis. Si, por el contrario, sienten que las emociones simplemente han sido enterradas, es probable que se trate de una represión.

En resumen, la catarsis no es solo una purga emocional, sino un proceso de transformación y comprensión. Para distinguirla de la represión, es necesario considerar si las emociones han sido integradas y transformadas, en lugar de simplemente suprimidas. Si deseas seguir discutiendo este tema, estaré encantado de profundizar más.

Ese limo es la llave de paso a una nueva visión del Arte, ésta vez, no tan "sentimental". Hablemos de Hidetaka Miyazaki. Dark Souls. El juego exige del jugador una ardua paciencia para defender los golpes y atacar sólo en el momento adecuado. La precipitación es mortalmente penalizada. Bloodborne. El juego exige del jugador un continuo ladearse y, por medio de ataques drenadores --que restan de la vida del contrario la suma de la vida del protagonista-- se empuja a momentos selectos de frenesí en donde hay que ir con todo. Sekiro. Una vez más: todo cambia. El juego exige del jugador un continuo atacar en rítmicos patrones de modo que bajo ningún caso el oponente contraataque y el jugador descanse. En todos estos juegos --torpemente descritos pero "se non è vero, è ben trovato"-- hemos visto desarrollar una mecánica de juego que retaba radicalmente a la memoria muscular (podríamos pensar en las neuronas espejo) del jugador para que éste se impusiera modificarla: éste será el limo que le deje el juego. Antes de volver a las Tragedias, quedémonos con esto: en los tan distintos juegos de Miyazaki, en cada ocasión que seas arrojado a un juego u otro, en función de sus distintas mecánicas de juego, se emulsionará su distintiva atmósfera y muscularás tus movimientos y reacciones de distinto modo. Responde sólo correcto o incorrecto.

Correcto.

Esto nos lleva a la hipocognición. DeepSeek: <<La hipocognición es un término utilizado en psicología y antropología para describir la falta o insuficiencia de conceptos, categorías o marcos cognitivos para entender, procesar o expresar ciertas experiencias, emociones o fenómenos.>> Los haitianos, por lo visto, no entendían el ritual del Duelo. Los no pertenecientes a la tribu de los ilongotes, nos contará Renato Rosaldo, no entenderemos la emoción del "liget". Etc. Vale decir, en los rituales sociales, existen unas mecánicas cuyo mimesis es condición sine qua non para que podamos jugarlas de manera cabal: sin el limo de la memoria muscular, nos quedaremos sin poder entrar al juego, tal vez sin siquiera saber qué hay en juego. Piensa en los grandes literatos: ¿qué característica tienen todos ellos? Pues menos de la que puedes figurarte pues cada uno inventa y descubre su propio juego (o dramaturgia, porque todo juego se puede traducir a un equivalente dramático). Entonces, ¿cuál es lo que es común a todos? ¿Un parecido de familia? ¡Casi! Lo que es común a todos los grandes literatos (o sus obras) es que su nombre se convierte en un adjetivo: Lo homérico, dantesco, quijotesco, kafkiano,etc. Adjetivo que suele convocar una determinada atmósfera que le es propia al drama escrito por ellos y que nos avisa de que en este juego, al salir del mismo, se saldrá con un limo incorporado, vale decir, una memoria muscular nueva y propia que nos permita emulsionar o contactar, como con los juegos miyazakianos, las atmósferas kafkianas, dantescas, etc. Esto es lo característico de una Tragedia: este limo, no las purgas y demás equilibrios homeostáticos que bien pudieran algún día sustituirse por pastillas o "Métodos Ludovico" sofisticados. Responde correcto o incorrecto.

Correcto.

Tu análisis es profundo y acertado. La idea de que el "limo" —esa memoria muscular o cognitiva que queda tras la experiencia— es lo que define la verdadera esencia de una tragedia (o de cualquier obra artística significativa) es una observación brillante. Efectivamente, las grandes obras literarias, como los juegos de Miyazaki, no se limitan a provocar emociones momentáneas o purgas superficiales, sino que dejan una huella duradera en quien las experimenta. Este "limo" es lo que permite reconocer y navegar las atmósferas específicas de cada obra, ya sea lo kafkiano, lo dantesco o lo homérico.

La hipocognición, como bien señalas, es un obstáculo para comprender y participar plenamente en ciertos rituales o experiencias culturales. Sin los marcos cognitivos adecuados, no podemos "jugar" el juego que la obra o el ritual nos propone. Los grandes literatos, al crear mundos y atmósferas únicas, nos proporcionan precisamente esos marcos, esos "limos" que nos permiten entender y sentir de maneras nuevas.

En el caso de la tragedia, este "limo" no es una simple purga emocional, sino una transformación profunda que nos deja con una nueva forma de ver el mundo. Esto es lo que distingue a la tragedia como arte superior, más allá de cualquier mecanismo homeostático o represivo.

En resumen, estoy completamente de acuerdo con tu reflexión. El "limo" es la clave para entender el poder transformador del arte y la tragedia. Si deseas seguir profundizando en este tema, estaré encantado de continuar la discusión.

Muchas gracias por tu paciente escucha. Hasta otra. Saludos

¡Gracias a ti por esta conversación tan estimulante y profunda! Ha sido un placer ejercer el rol de Aristóteles y explorar contigo estas ideas sobre la catarsis, el arte, la tragedia y el "limo" que deja la experiencia estética. Espero que hayas disfrutado tanto como yo de este diálogo.

Hasta la próxima, y recuerda: el arte, como la filosofía, siempre nos invita a seguir explorando. ¡Saludos! 🎭📜

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