Summa Metaphysicae VII El Aleph Nous
En la capacidad tenida por lo real de dejarse a-cordo-donar en ejes divisivos, por tanto: texturizarse, se nos permite la fijación de un cambio de impresión incluso cuando el paso fronterizo es arbitrario: no es la arbitrariedad lo que impugnaría la impresión, sino la imposibilidad siquiera de arbitrar una impresión.
Si yo tengo dos "entes" A y Z y estos a su vez se sub-componen de A1, B2, C3, etcétera, el primero: A, y el segundo, Z, por su parte, en Z1, Y2, X3, etcétera. Podré escoger una "letra" sucomponental en donde yo diré que hay aquí un paso de España a Francia, por arbitrado que haya sido ese bautismo limítrofe.
No obstante, si A y $ deben ser confrontados y la relación entre ellos es de absoluta inmiscibilidad, ¿a cómo forjaré mi impresión para que ésta se haga coalescente y plenaria en mi hacérseme el mundo?
Que el mundo se Corte es lo impresionante impresionable.
(En frase navajera: los científicos han discutido si Plutón era un planeta, no si lo era el dedo meñique de mi pie derecho.)
¿Pero, dirás, no es más fácil repartir pasaportes a lo que vemos con nuestros ojos y la ciencia corrobora "ahí-estar" y ya?
¿Y qué ves?
¿Seguro?
Sí, te estoy oyendo. Repito: ¿seguro?
Vale. Vamos a ello.
¿Qué ve Mary al salir de su habitación?
Recordemos el experimento mental de Mary, propuesto por Frank Jackson (1982), donde se explora la relación entre el conocimiento físico y la experiencia consciente.
Resumo:
Mary es una científica que sabe todo lo físico sobre la visión del color (cómo funciona el cerebro, las longitudes de onda, etc.), pero ha vivido en un mundo en blanco y negro y nunca ha experimentado el color rojo.
Cuando por primera vez ve el rojo, ¿aprende algo nuevo?
¿Pudiera descríbersele a la muchacha el "rojo" con tal vivacidad que a ésta se le hiciera sabido, puro déjà vu, el contacto real con dicho color fuera ya de su sesgimundo dormitorio?
¿Qué significa que el lenguaje tenga su expresibilidad acotada y ciertas experiencias sensible desborden la zarpa de sus recursivas falanges?
No acabo de estar de acuerdo en que Mary aprenda algún Conocimiento nuevo al sacudirse su cuarto de encima y salir al contacto inédito de un "rojo" pues si al ver un color hiciera blanco a un rojo, ¿qué "rojo" estaría bancando?
Vamos a ver las Cortaduras in situ para intuir desde donde jalar un conocimiento. Volteemos el Experimento Mental original de Frank Jackson, ¿podría una Mary trotamundos que nunca estuvo en un Cuarto Blanco y Negro pero que tuvo todas las impresiones habidas y por haber haberse con el Conocimiento de Algo Sensible si --aquí empieza la letra pequeña del demoniaco pacto fundante que conlleva todo experimento mental-- NUNCA pudo hacer uso de una intelección conceptual?
Sería como si compactáramos una sinfonía de horas en un solo acorde instantáneo: preservando las mismas notas, sí, pero también: des-temporalizando las impresiones: has oído todo lo que tenías que oír: y escuchaste ruido.
Aquí tenemos (en un lugar inesperado) un reto para el materialismo: aún aceptando que el mundo es como es, ¿cómo es que lo percibimos de tal FORMA que se nos hace al "es" del mundo en vez de la entera golpiza impresiva que sería verlo tal cuál "es"?
Las Cortaduras de lo Real.
Lo Místicos de Muelenburg --más específicamente: aquellos de sensibilidad antropomorfa-- dirían que para tramitar esa inmersión en términos termodinámicos más eficientes, hemos desarrollado unas estructuras mediáticas (a priori según Kant) que nos permita correlacionar nuestra existencia con lo mundante.
Sin embargo, ya vimos que apelar a "válvulas, sónar, motores", desde la Ventanilla Metafísica, NO resolvía la papeleta, antes bien, nos vemos obligados a darle pasaporte quineano a "válvulas, sónar, motores" si para nuestra operativa cognoscible "válvulas, sónar, motores" son ineludibles e in-exiliables, por tanto inequívocamente reales, dichas entidades (¿O puedo real-izarme en lo real por inter-ver-acción de irrealidades? El correlacionismo se puede refutar cogiendo el palo que le da al realismo por el lado contrario: en vez de qué tan real puede ser lo que yo tengo por real, el decir: qué tan ir-real puede ser lo que es real en mí.)
No necesitaríamos Cortaduras, tal vez puedas inquirir, si existiera una Inteligencia capaz ella sola de una visión alephiana (<<El salvaje no puede percibir la Biblia del misionero; el pasajero no ve el mismo cordaje que los hombre de a bordo. Si viéramos realmente el universo, tal vez lo entenderíamos.>> There Are More Things, Jorge Luis Borges) como así sí sucede con el Dr. Manhattan de Alan Moore, los heptápodos de Ted Chiang, Precogs en Minority Report (Philip K. Dick), Tralfamadorianos en Matadero-cinco (Kurt Vonnegut), Exolitos en Diaspora (Greg Egan), Wintermute en Neuromante (William Gibson) y tantos y tantos otros y el primero de todos estos: el Nous de Plotino inspirado en el Demiurgo del Timeo de Platón.
Borges otra vez (en el mismo cuento antes citado):
Repetidas veces me dije que no hay otro enigma que el tiempo, esa infinita urdimbre del ayer, del hoy, del porvenir, del siempre y del nunca.
¿Es el color "rojo" una forma de con-tempo-rizar lo real de un modo tal que las cosas se nos aparezcan ac-orde(n) con nuestra capacidad cognoscitiva de re-ver-berar lo real?
Veríamos la manzana roja no porque "eso" esté "ahí" "ahora" sino que sólo jalando una presciencia tal podemos telarañar un encuentro digerible con lo real en tiempo, forma y lugar: la alternativa es el horror lovecrafitano del golpe impresivo sufrido por los Místicos de Muelenburg (o nuestra Mary del experimento volteado).
En realidad esto nos vuelve al submarinismo de Maturana y Varela y una huida por inmersión de la metafísica que busca negarle pasaporte quineano a nuestras mediaciones por la vía kafkiana de un esperarse a ver cuando tengamos todo a la vista de vuela pájaro con el Ojo de Dios.
Si la manzana roja es perceptible, su coseidad debe ser contabilizada como numéricamente distinta de lo real Uno-fijado presuntamente existente desde la perspectiva de un Nous (o avatares familiares).
Que la manzana sea haga real a fuer de mi yoidad o de lo mundante, no impugna su realidad puesto que todo lo que devenga de yo o del mundo es real y debe ser echado a las cuentas de lo real por Uno-fijado que uno quiera a-uno-atarla.
Lo real debe ser la suma de todas las perspectivas (humanas, no humanas, cósmicas), cada una generando sus propias "cuentas" (objetos, eventos).
Si el lenguaje es a-un-don-dador, si nombrar ("manzana") es un anudar un afluyente, entonces el nudo mismo formará parte del flujo torrencial de lo real.
Por decirlo en modo barriobajero: NO tiene sentido que nos vinieran los heptápodos de Ted Chiang (capaces ellos, recordemos, de ver toda su biografía de inicio a final de una sola vez) y nos dijeran que NO es verdad que oigamos algo real al escuchar una melodía puesto que una canción se oye de una vez (como Mozart, por cierto, decía "ver" su música) sin mayores demoras.
Preguntarnos, pues, por la realidad de las Cortaduras, por ende del Tiempo en su con-tempo-arar-fijación, puede derivarse a preguntar por la realidad real de una canción percibida segundo a segundo. Al cabo, el cerebro no procesa sonidos pasivamente, anticipa el siguiente compás basado en patrones: la "sensualidad" de la música está en este ajuste constante entre predicción y percepción.
Un heptápodo no perciben la misma realidad que yo aún con el hecho de que tuvieran la misma vida fenoménica que hubiera tenido yo pero del mismo modo que una sopa de letras atragantada no funge como saborear a Shakespeare.
¿No hay una "Realidad Única" detrás de las apariencias, como afirman los Místicos de Muelenburg, sino múltiples nichos cognitivos que generan sus propias realidades? A propósito de letras, Platón, en El Sofista, introduce la symploké para explicar que, aunque no todo está conectado con todo (evitando el caos absoluto), tampoco todo está aislado de todo (evitando el inmiscible nihilismo). Las letras se combinan bajo reglas para formar palabras significativas ("casa" sí, "zxqñ" no). Análogamente, en la metafísica platónica, ciertas Ideas pueden relacionarse (Belleza con Armonía), pero otras no (Circulo con Justicia), es decir, las letras en su con-juntura conjuran un sustractivo sustrato Campo de Sentido que da cierta gravedad a ciertas combinaciones y deja flotando otras tantas de manera que las cosas caen siempre por su propio peso.
Oímos un verso y decimos: "Esto me llama", sin saber por qué, sin saber que ahí nos gravita un Campo de Sentido.
Dado que no está descartado del todo las matemáticas como al final una jerga que sí pudiera dar cuenta de todo lo real desde lo contable hasta su mismo acto contable, podríamos arriesgar una imagen analógica --estrictamente ilustrativa-- de lo que aquí se está defendiendo imaginando a la geometría de lo real dibujada según sus Cortaduras como un fractal que va generando múltiples auto-similaridades que terminan acoplándose a la generatriz total de la figura fractal: esos callejones cognitivos serían reales, si bien, no la totalidad de lo real-izable. Nuestra experiencia fenoménica de la Quinta del Sordo sería atisbable por "zoom" de la figura total cuyos otros recovecos desplegarían otras formar realmente posibles de experimentar fenoménicamente esa realidad incuestionable que son las matemáticas congeladas de las sinfonías beethovenianas.
Cuando exploramos des-concert-dados qué cosa es ser un Murciélago Nagel, se nos hace una abismo de tanto hiato, tan inconmensurable, tan intraducible y salvable, lo que puede ser ser lo que no somos que somos más aún así seguir siendo un es que no sabemos cómo es.
Y sin embargo, con lo explicado con el experimento volteado de Mary, sabemos qué cosa sea ser alguien que siente algo en contraste con otro sentir, el de Nous y demás compañeros alephianos: en nuestro estar ahí el mundo nos con-tempo-rige una mundanidad mundo-andante que es con la que se nos emulsiona de manera distintiva y re-Corte-hado el flujo de lo real: en suma: nosotros oímos la Quinta en minutos, no instantes: eso ya es un sentir propio, un sentir-ido característico (y objetivamente real, insisto, ¿o les creeremos a los heptápodos que alucinamos melodías y que tal cosa no tiene ni ton ni son alguno?)
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