lunes, 23 de noviembre de 2009

La falaz falacia naturalista

La falacia naturalista se perpetra cuando se confunde lo natural con lo bueno.

Viéndome defender constantemente en este arenoso libro una moral naturalista, habrá quien me tache confundir lo natural con lo moral.

Sí, no negaré tal acusación. Parto de esa identificación pero no tengo ningún problema en explicar por qué.

Nuestras palabras no se definen ex novo sino que se determinan por su uso (Wittgenstein dixit). Un uso que, en el caso de lo malo (o lo bueno), depende primeramente de la percepción interna que tengamos de lo que sentimos como malo resultando de este modo que esa percepción es eminentemente natural.

Luego siempre habrá alguien que a lo bueno lo defina como, o le añada lo que, le plazca mas esto no lapida el hecho de que primeramente el significado de lo malo presupone primordialmente nuestra habilidad de emplearlo.

Habilidad que es biológicamente sobrevenida, naturalmente surgida.

8 comentarios:

Jesús P. Zamora Bonilla dijo...

Héctor:
el argumento sobre la falacia naturalista es equivalente al que dice que no se puede sacar consecuencias sobre la luz si tu lenguaje sólo hace referencia al sonido. Naturalmente, tanto el vocabulario que empleamos para decribir el mundo como el vocabulario que empleamos para evaluarlo moralmente, son vocabularios que tenemos que aprender empíricamente y mediante el uso. Pero lo que dice la falacia es que aprender a usar un lenguaje meramente descriptivo no es SUFICENTE para saber usar el lenguaje del deber moral.

Héctor Meda dijo...

No sé si sabías, yo desde luego no, que, como en la wikipedia se especifica, el pasar del "es" al "debe", primeramente planteado por Hume, no es la falacia naturalista.

Yo la verdad, los confundía :-(

Para pasar del del "es" al "debe" dentro de poco colgaré un post explicándolo y creo que parte al menos de tu objeción va por ahí.

Aquí defiendo y defenderé, sin más, que si nuestros usos sobre lo que está "bien" es lo que determina la definición de la palabra "bien" y si nuestro uso de la palabra "bien" depende de lo que emocionalmente entendemos por "bien" y dicha emoción surge de forma natural entonces lo que está "bien" siempre será algo natural.

Hoy me conformo con el consenso en este punto. En cuanto qué algo y por qué ese algo pues para otro día la respuesta. Vamos poquito a poco en este blog.

Jesús P. Zamora Bonilla dijo...

Bueno, tiene razón, pero las cosas son como las llama la gente, y hoy en día hay tantísima gente que llamamos "falacia naturalista" a eso, que eso ES la falacia naturalista, diga lo que diga la Wiki.
.
De hecho, lo otro no es una FALACIA (o sea, no es un argumento lógico incorrecto; si acaso, es un argumento incompleto).

Héctor Meda dijo...

Ah, vale pues no era el único que erraba. Bueno pues en breve colgaré un post contra quienes piensan que pasar del "es" al "debe" no se puede porque con el material aquí presentado obviamente no se puede hacer frente a esa idea.

Por cierto, decía Whitehead (creo) que toda la filosofía occidental era una nota a pie de página de lo dicho por Aristóteles o Platón. Con el empirismo y con Hume uno se siente tentado de decir la misma boutade: el escocés cimentó todo el empirismo posterior ¿hasta Quine?

Jesús P. Zamora Bonilla dijo...

Era Platón.
Y antes que Hume, siempre fue y será Sexto Empírico

http://www.gutenberg.org/files/17556/17556-h/17556-h.htm

Héctor Meda dijo...

La verdad es que a Sexto Empírico lo tenía bastante ignorado pero cuando apuntaba a Hume no sólo me refería a que lo que éste dijo, en el fondo, venía a ser lo mismo que lo dicho por cualquier empirista, sino que la misma forma de, o plantilla con la que, plantear las ideas en ética (el problema de pasar del "es" al "debe"), teología (el argumento del diseñador, de afirmaciones extraordinarias bla bla blá), epistemología (sólo podemos observar la causalidad en nuestros modelos), etc, es asombrosamente contemporánea

Aunque no te discutiré sí en todo ello se adelantó Sexto porque ya te digo que no lo tengo ni leído de segunda mano.

Malena dijo...

Cuando los miembros de la perspectiva heredada resumen su posición en la frase "no existen los sintéticos a priori" creo que es bastante notorio que están proponiendo volver a Hume y reafirmar (o discutir) su teoría con la novedad de la lógica proposicional. No creo que sea incorrecta tu opinión sobre la influencia de Hume sobre el empirismo. El aporte principal, en mi humilde entender, sería la distinción entre analítico y sintético - tan cara para los empiristas del siglo pasado.

Con respecto al post, el planteo general es válido, pero no me convence, y por varios motivos. El principal es que no sé qué es lo que "emocionalmente entendemos por 'bien'" pero en cualquier caso estoy segura de que no es algo natural o biológicamente adquirido; creo que la total divergencia de opiniones sobre el tema podrá alcanzar como prueba. En general, tiendo a desconfiar siempre que se pretenda elevar un edificio ético sobre la base de lo que como humanos supuestamente pensamos, sentimos, percibimos o incluso somos. Creo que la verdadera última pregunta no tendrá nada que ver con la entropía sino con nuestra supuesta "naturaleza" (e incluso dudo que tenga una respuesta). Nunca he leído un argumento ético basado en lo que como humanos - tanto a nivel individuo como especie - somos de manera 'natural' que me parezca concluyente. El que más escucho habla de lo incorrecto de dañar a un niño, porque aparentemente es universal el sentimiento (o la pulsión, o el instinto, etc) que nos lleva a protegerlos. Basta un breve recorrido por la historia de la pedagogía para ver con cuánta facilidad se los mataba a golpes hace no más de seis siglos sin que nadie se mosqueara - simplemente porque se consideraba natural que no sobrevivieran.

Por supuesto que tanto lo 'bueno' como lo 'malo' se definen por su uso, pero creo que tal vez camines por un borde muy fino, entre un lenguaje socialmente adquirido (e influido por costumbres, leyes, etc) y la fantasía de un lenguaje privado supuestamente transparente a percepciones y sentimientos internos (que reflejarían lo que naturalmente somos y podrían fundamentar un´sistema ético). Lo bueno es un sentimiento (creo que en tu post lo llamaste 'percepción interna'), pero en todo caso esta percepción sólo se aprende en un medio social en donde ya el uso de lo 'bueno' esté afianzado. Es arriesgado, pero no creo que sea del todo incorrecto presuponer que sólo podemos tener esta percepción interna del bien y del mal porque se aprendieron en un contexto social - con lo cual lo 'natural', sea lo que sea, quedaría descartado del panorama ético.

Héctor Meda dijo...

Humm...No es que identifiquemos la vida del niño como un valor a proteger sino que cuando vemos el rostro de un infante entonces sus rasgos gatillan en nosotros una empatía (de hecho, Gould comentaba cómo el ratón Mickey justo por eso se había dibujado tal que un bebé) que da lugar a que tendamos a emocionarnos, por tanto preocuparnos, de su existir.

La emoción moral de empatizar con el bebé surge cuando la contemplación de los rasgos del bebé, más genéricamente, de los estímulos sensoriales asociados al bebé, agregándose, como si fuera un instrumento más junto con el resto de la orquesta sensorial. No se trata de que un instinto moral dicte nuestras conductas como una ley robótica de Asimov sino que un fenómeno además de despertar actividad en nuestros órganos visuales, auditivos, etc lo hace también en nuestro emocionar.

Ahora bien, como a veces se dice, el hombre no es que tenga menos instintos sino más, por lo que cuando reconocemos una situación no sólo concursan las emociones morales, naturalmente impuestas; además, dado que no percibimos la realidad mediante un mero acopio de estímulos, sino que tenemos una visión gestaltica/holística de los mismos, para esa construcción gestáltica pueden también intervenir y repercutir en el emocionar otros elementos culturales (los hijos son recursos para el trabajo) o biográficos (el hijo de la exmujer de mi marido) que boicoteen o dejen en segundo plano la primigenia empatía que surge al contemplar al niño.

Es decir nosotros cultura, lenguaje, biografía, yo qué sé mediante, podemos aumentar nuestra orquesta experiencial

Supongo que para este rollo hasta aquí perpetrado vale la crítica esbozada por ti a lo último sobre el lenguaje privado pero fíjate que precisamente yo no pretendo un uso de palabras (o máximas) no contaminadas de toda cultura y no lo hago porque lo moral es averbal. Por ello hablo de un aprender a saber identificar aquellas emociones que surgen de en nuestro pensar, hablar, actuar y que se presuponen para, no imponen desde, el uso de "bueno" en el lenguaje. En este sentido lo que dice Wittgenstein para todo objeto empírico, vale aún más para toda acción buena, a saber que no es definible ostensivamente, esto es, si el hombre al que le definimos lo bueno lo entiende es porque la definición ostensiva explica el uso —el significado— de la palabra cuando ya está claro qué papel debe jugar en general la palabra en el lenguaje (Wittgenstein dixit) y ese "está claro" existe por que yo entiendo que tenemos una habilidad naturalmente sobrevenida para entenderlo, identificarlo. Entonces debremos ver cuando a esa habilidad le ponemos reglas kantianas (v.gr: los bebés arios valen más) porque entonces estamos desnaturalizando el sentimiento moral. Los diccionarios, morales o no, son útiles pero no definitorios.

No sé si he discutido tus puntos o me he salido por peteneras. En fin...