¿Debemos decirle que es un mito? La Facticidad del Deseo

 Pero si yo deseo romantizar con los Geminis porque son gente con atributos X,Y,Z estoy teniendo un deseo irracional porque no hay ningún vinculo racional entre nacer en Enero y tener atributos X, Y, Z.

Hume replicaría que los deseos motivan, la razón calcula. Añadiría también que cuando la razón calcula mal (usando creencias falsas), nuestros esfuerzos por satisfacer nuestros deseos se vuelven irracionales, aunque el deseo en sí mismo siga siendo neutral.

Pero esa distinción es falaz pues cualquier deseo es factual --en tanto que es un acto de conciencia intencional-- y por tanto no es posible que un deseo sea radicalmente inmiscible con una cuestión de hecho.

Es más, si Hume obcecara que pueda haber deseos sin mezcla con lo real, estaría reescribiendo un sui generis Cogito Ergo Sum donde los deseos son zumbidos abstractos e inconcretos a la manera de aquel refrán: en no sé qué alto, había no sé que santo que rezando no sé qué, ganaba no sé cuánto.

Y si lo desiderativo presupone una realidad a donde apuntar y concretar objetivos, todo deseo puede ser confrontado por una factualidad que le niegue realidad como aquel microrrelato de Kostas Axelos: 

Un matrimonio de centauros contempla con dulzura a su hijo que anda trotando inocentemente, a su aire, por una playa mediterránea..

El marido se vuelve hacia su mujer y le pregunta:

 “¿Debemos decirle que solamente es un mito?”

En ese sentido el intelectualismo moral no viene a decir que solo los deseos racionales son validos, así sin más, aún más profundamente afirma: solo los deseos racionales son reales...el resto es (como aquella letra de Radiohead en la cancion "There,there") "Solo porque lo sientes no significa que esté ahí", como también: "Somos accidentes esperando, esperando para que suceda". Es así que uno con la razón no debe como los padres del centauro dudar si no confrontarle al deseo irracional y decir: no existes (no existes porque (por ejemplo) la astrología es una engañifa).