jueves, 17 de diciembre de 2009

De lo que pasa cuando el materialista va a terapia lingüística

En su momento reseñé por qué el constructivismo no es materialismo y como éste no ha lugar sino como creencia.

Bien estaría ahora retomar la crítica pero desde una perspectiva más wittgensteniana.

Primeramente aclaremos cómo experienciamos lo real.

Recogamos el caso del ojo. Nosotros no contemplamos el mundo límpidamente antes bien, sin el monopólico concurso mediatizador de nuestro ojo no veríamos nada. De esto se deduce que nuestro órgano visual aprehende estructuralmente lo habido, que su par de instancias, el par de ojos, intervienen de forma sinérgica conformando una conjuntada visión única adjetivada como -valiente palabro- estereoscópica.

En realidad, todos los órganos funcionan tal que así, no obstante, con el órgano lingüístico, cuando se instancia en un lenguaje, a diferencia de las instancias de otrós órganos, nos encontramos con que éstas no se arrebujan en una congruente estructura uniforme sino que se manifiestan en un abánico en absoluto concordante de juegos de lenguaje.

Consecuentemente: el lenguaje científico es un juego de lenguaje más: mecánico, modelizador, formalizable, en total, algorítmico pero definitivamente uno más, y ni que decir tiene que ni el único (v.gr: poético), ni el infalible pues existen conductas (v.gr: subir escaleras) que aunque cognoscibles no se dejan aprehender siquiera por el órgano lingüístico.

Concluyentemente el aplicar modelos científicos en la exploración de la realidad y no recolectar nada inmaterial resulta tan sorprendente como el ir a un árbol y no encontrarse con hortalizas. No es una cuestión empírica antes bien, es una cuestión de vocabulario, de que cada práctica lingüística tiene sus reglas, sus maneras, sus resultados; pero huelga decir que no hay al alcance de un homo sapiens tal cosa como la plantilla de todas las prácticas, la definición de todo ente, esto es, no hay al alcance del homo sapiens tal cosa como una lengua omniefable, una realidad hecha entender.

29 comentarios:

Sierra dijo...

Curioso, sin embargo, que los límites del lenguaje sean los límites del mundo. Aunque no puedo asegurarlo, creo que el segundo Wittgenstein hubiese mantenido esta tesis, tal vez desde otro punto de vista menos lógico.

Habría que considerar, entonces, que lo efable es lo que se podría decir en la suma de todos los juegos de lenguaje posibles, y que fuera de lo efable no existe nada. (Recordemos que existen unas instrucciones para subir escaleras).

Estoy pensando —por una curiosa asociación de ideas— en las sirenas de Odiseo. Leyendo la Odisea con atención se da uno cuenta de que el poder de las sirenas no venía, como hoy se asegura, de que cantaran tan bonito; sino de que lo sabían todo. Nada nuevo en ello, ciertamente, pues la omnisciencia es una virtud bastante vulgar en cualquier panteón; pero lo maravilloso de las sirenas era que se lo dijeran a los viajeros que pasaban. Desde luego, nadie podría resistirse a ese encanto.

También se me ocurre que la omnisciencia de las sirenas no consistía en conocer todos los hechos, como si uno fuera a preguntarles si es más verdadera la gravedad cuántica que la teoría de cuerdas. Conocían, en cambio, todas las historias. Tal vez no venga a cuento hacer este análisis, pero tengo la intuición de que esto nos dice algo muy revelador sobre juegos de lenguaje: el narrativo es, tal vez, el que abarca una efabilidad más amplia.

No sé si he dicho una pavada. Pensaré sobre ello, y ojalá usted también nos dejara algún apunte sobre lo que piensa.

Me siento tentado de enviarle un cuento... Normalmente no me hago leer si no me lo piden, porque considero una grosería imponerse, pero viene extrañamente al caso.

José Luis Ferreira dijo...

Decir que el lenguaje científico es un lenguaje más es una trivialidad. No querer ir más allá y entender lo que significa es una frivolidad.

La ciencia es la manera más cuidadosa de acercarse a la realidad para entenderla y explicarla. Hay otras maneras de acercarse a la realidad, pero no proporcionan un mejor entendimiento, pues su propósito será otro: sobrevivir, hacer poesía, seguir a un líder,...

Cualquiera de esos otros propósitos podrán (o no) formularse en un lenguaje. Esto no hace iguales todos los lenguajes ni todos los propósitos.

Si voy al árbol de la ciencia no encuentro las flores de la poesía. Esto no quiere decir que me pierdo otra manera de explicar la realidad, sino otra manera de acercarme a ella. No para explicarla, sino para hacer poesía.

Ningún científico ha afirmado que se pueda nunca explicarlo todo, ni que, por tanto, lleguemos a tener un lenguaje omniefable. Pero lo que no expliquemos con la mejor manera de explicar (la ciencia) no lo explicaremos con ninguna otra.

Héctor Meda dijo...

Sierra,

No sé si mantendría el segundo Witti dicha idea; yo desde luego no (en el sentido que la entiendo) pues considero que hay más vida después del verbo. Yo subo escaleras sin instrucciones (verbales).

Yo diría que cada forma de vida crea su propia efabilidad, esto es, vivencia y si no hay lenguaje omniefable es porque no hay forma de vida capaz de agotar todas las formas de vivir la vida, lo real.

Respecto a la referencia mitológica, mi ignorancia con estos temas le dejan a ud. sin respuesta.

Ferreira,

Hay otras maneras de acercarse a la realidad, pero no proporcionan un mejor entendimiento.

La cuestión es que ningún lenguaje explica la realidad, ninguna la entiende. Lo que es una frivolidad es que no te aburras de decir que el lenguaje científico es especial, representacionista, que capta lo real y no acabes de entender que no, que el lenguaje no funciona tal que así, ¡nunca!, que el lenguaje se compone de infinitos juegos, quizá tantos como hablantes, entre los cuales juegos podemos encontrar lo que se denomina "parecidos de familia" con los cuales hay una tendencia inevitable a la unidad, a seleccionar los aspectos comunes para lograr conceptos generales que abarquen una porción de realidad lingüística lo más amplia posible
[esto es: coordinación social]
(...)
pero no podemos remitirnos a la búsqueda de esencias (...) [ya que] uno de los principales está dado en sanar lo que Wittgenstein llama enfermedad al hacer parecidos de familia con los conceptos lingüísticos y hacer que se identifiquen en esencias comunes. Aquí nace la confusión y, por consiguiente, las trampas del lenguaje que la filosofía debe prever dónde existen
(...)
Por ello, no debemos entender que detrás del magma diverso de hechos en lo real deba haber una estructura clara de leyes necesarias que, de ser aceptadas, nos darían un orden sistemático de los hechos del mundo
porque lisa y llanamente no existe un juego de lenguaje que comparta una esencialidad común, en suma, no es posible llevar a cabo el intento ontologizante de corresponder o armonizar taxativamente lenguaje y realidad y el científico, en este sentido, no es un lenguaje especial.

Tienes que demostrarme cómo


Pero lo que no expliquemos con la mejor manera de explicar (la ciencia) no lo explicaremos con ninguna otra.

Luego me dirás que no eres cientificista y vendrán otros, que han venido, a decirme que no existen personas de tales cosmovisiones. Ya.

En primer lugar lo que consideramos explicación de un fenómeno es subjetivamente aceptado: ¿me puedes decir qué es una explicación de un fenómeno y por qué tengo que aceptarla como tal?

En segundo lugar, cualquier persona aprende cosas sin el concurso mediatizador ya no de la ciencia sino del lenguaje: ¿a ti explicaron a aparcar el coche en batería con un y sólo con un manual científico-teórico?
¿eres capaz de con la ciencia en la mano y sólo con la ciencia en la mano explicar y explicar todo lo que se puede explicar qué es el color rojo?

¿Entonces por qué dices que la ciencia es la mejor explicación para todo? ¿Qué explicación y qué todo? Es un tipo de explicación de un tipo del todo.

Sierra dijo...

Ferreira:

Olvida usted que la realidad tiene múltiples aspectos. En un sentido, no objetaría su tesis: ciertamente el lenguaje científico es el que mejor puede explicar por qué caen las rocas, etc.

Pero la realidad tiene otros aspectos, uno de ellos el espiritual. Intuyo que me enrostrará razones contra que haya algo como un 'espíritu'; pero no es a eso a lo que me refiero, sino a lo que normalmente llamamos vida espiritual. La cuestión no se trata de si existe Dios, por ejemplo, sino de lo que le pasa a una persona que cree en él.

También tiene aspectos estéticos, psíquicos, personales y narrativos (en el sentido en que los hombres tienen historia de vida), la realidad.

No me negará que para explicar ciertos aspectos de la realidad el lenguaje científico no tiene la misma acertividad que, pongamos, el narrativo.

Un saludo.


Héctor:

Le recuerdo que por definición no puede haber tantos juegos de lenguaje como hablantes. En rigor podría haber incluso más, pero no puede haber un juego por hablante.

Héctor Meda dijo...

Bien visto Sierra su corrección a lo dicho por mi.

Por cierto, explíqueme mejor lo de las sirenas que, francamente, no le entiendo -tenga en cuenta que soy un completo ignorante en materia de mitología aunque, joé, la historia de Ulises sí me la sé-

Sierra dijo...

¿No tiene una Odisea en casa? Vaya a la rapsodia XII.

Las sirenas: "¡Ea, célebre Odiseo, gloria insigne de los aqueos! Acércate y detén la nava para que oigas nuestra voz. Nadie ha pasado en su negro bajel sin que oyera la suave voz que fluye de nuestra boca, sino que se van todos después de recrearse con ella, saiendo más que antes, pues sabemos cuántas fatigas padecieron en la vasta Troya árgivos y teucros, por la voluntad de los dioses, y conocemos también todo cuanto ocurre en la fértil tierra".

José Luis Ferreira dijo...

Hector:

Ningún lenguaje explica la realidad al 100% o son isomorfos con ella al 100%, pero unos son más útiles que otros. Los más útiles tienen más papeletas para tener más partes isomorfas con la realidad (isomorfas, no iguales).

La explicación de un fenómeno es la teoría que da cuenta de las leyes de tal fenómeno. No requiero que sea cierta o realista al 100%, requiero que con esa teoría seamos capaces de hacer más cosas que sin ella (en esto soy tan utilitarista como los constructivistas, pero creo que lo es así todo científico).

La manera en que se haya desarrollado el lenguaje, o nuestro cerebro o nuestras teorías son una cosa. Puede haber sucedido de las maneras más insospechadas. Lo que importa es si el fruto final permite una interacción con la realidad más útil y más completa.

Con la ciencia en mano no sé explicar muchas cosas. Sin ella en mano, tampoco, y de las que explicaba antes, ahora explico menos. Por otra parte, ya hemos hablado del rojo y del aparcar (bueno, del andar en bici). No hay nada sobrenatural en ello.

Sierra:

No sé a qué llamas aspectos de la realidad. Creo que vale con hablar de maneras de acercarse a la realidad. Ahí ya he dicho que hay muchas maneras, pero debemos restringirnos a una cuando hablamos de desarrollar conocimiento con el mayor cuidado posible.

Para apreciar la belleza, tal vez sea mejor el lenguaje poético. Para explicar (si llegamos a ello) por qué unas cosas nos parecen bellas y otras no necesitamos el lenguaje científico.

Sierra dijo...

No, ferreira, no me refería a maneras de acercarse a la realidad. La noción de aspecto la tomo de Wittgenstein, quien la explica con insuperable didáctica mediante esta figura:

http://galeon.hispavista.com/ambigrama/img/Patoconejo.jpg

(la imagen es un poco grande; para que funcione tiene que tenerla toda a la vista).

El dibujo puede verse alternativamente como la cabeza de un pato o como la de un conejo. Estos son los 'aspectos' de la cabeza C-P (conejo-pato).

Del mismo modo, creo que la realidad puede entenderse, cuando la tomamos como un todo, según distintos aspectos.

Dice usted: "Para explicar (si llegamos a ello) por qué unas cosas nos parecen bellas y otras no necesitamos el lenguaje científico".

Me parece que la ciencia no podría explicar por qué algo nos parece 'bello'. Llegado el caso, sin duda podría indagarse qué procesos químicos-fisiológicos concomitantes se producen en la apreciación de la belleza. Pero ello es solo un aspecto del problema.

El problema es que nos encontramos ante un todo infinitamente complejo, que no puede ser sino entendido holísticamente porque no hay forma de demostrar que una forma de ver las cosas sea más 'verdadera' que la otra. Tampoco se pueden fusionar las visiones, porque evidentemente no se puede imaginar un lenguaje que sea simultaneamente científico y poético.

Creo, por tanto, que la única forma de entender profundamente la realidad es de tantos puntos de vista como sean posibles.

Quién ve solo un conejo o solo un pato no entiende la cabeza C-P. Quién entiende solo científicamente la realidad no la entiende. De igual modo, naturalmente, quien la entiende sólo poética, filosófica, psicológica, teológica o moralmente, con un largo etcétera, no la entiende. Es solo cuando somos capaces de verla desde todos los puntos de vista que podemos empezar a comprenderla.

Sierra dijo...

Perdón, me suscribo a los comentarios.

Sierra dijo...

Ah, y había olvidado comentar algo.

Héctor, tampoco necesito la teoría de gravedad para saber que las rocas caen; pero es posible formularla del mismo modo que es posible formular instrucciones para subir escaleras.

Ya no estoy muy seguro de haber entendido el caso de las escaleras en relación a la efabilidad de algo.

Héctor Meda dijo...

Ferreira,

Bueno, como me has pedido te respondo aquí a los comentarios dejado allí.

Dices y esto también interesa a Sierra:

¿Dónde está lo sobrenatural en andar en bici? Es de lo más materialista que hay. Dices que no se reduce a átomos. Por todo lo que sabemos, sí lo es.

Como ya te dije, lo sobrenatural no lo entiendo -al menos yo- como allí donde aparecen duendecillos sino aquel aspecto de la realidad que no se deja reglar, definir por medio de un diccionario y como te dije en otra ocasión, cuando lo de Mary, sólo es legítimo el discurso reduccionista cuando cualquier descripción de un fenómeno, en este caso saber andar en bici, sea referible en términos atómicos. No es el caso, por cierto, como no lo era con el qualia rojo.

Por lo demás dices que Por todo lo que sabemos, sí lo es pero eso es partir de lo que se quiere demostrar, no demostrarlo. Lo que pasa es que ambas prácticas lingüísticas: explicar la realidad en términos atómicos, aprender a andar en bici; pero porque, y lo cual demuestra que, son dos juegos de lenguaje (prácticas lingüísticas) diferentes. No son concordables, corren paralelos, no tienen una esencia común que es lo que defiende el materialista, el esencialista lingüístico.

es cierto que un modelo que es útil capta algo de la realidad en la simulación de los modelos de inferencia estadística y cómo no tenemos el modelo contrario.

Pero ¿cómo refutas el hecho de que nuestro cerebro siempre mediatize lo real? No lo haces, haces uso del concepto de inferencias estadísticas que es como demostrar usando el lenguaje del explorador que lo traducido en el lenguaje del explorador del lenguaje del aborigen está bien traducido. ¿No te das cuenta de la paradoja autorreflexiva?

Lo de no saber nada creo que era parte del ejemplo del submarino. No lo es de la teoría moderna de la evolución..

Cuando un genotipo muta, cuando una cabina submarina se crea, no lo hace viendo lo real y a pesar de todo, el fenotipo se adapta, el submarino anda.

el uso de una traducción completamente equivocada de todo un idioma.

Pero no adaptes el ejemplo a casos que nadie discute. De hecho cuando saqué el post, lo puedes consultar, en los comentarios se me planteó la posibilidad de que no tradujéramos algo porque nada había para traducir y yo negué tl posibilidad. Lo que dice el ejemplo es bien claro y no apunta a un nihilismo sino a un relativismo ontológico.

La diferencia que pones entre materialista y constructivista no la veo en absoluto

Porque el materialista parte de que el mundo está ahí, inmutable, perenne, presto a ser explorado pero cuando el constructivista dice que nos figuramos el mundo nos encontramos que con esa palabra La razón es muy simple: no sabemos qué cosa es el universo.

"El mundo -escribe David Hume- es tal vez el bosquejo rudimentario de algún dios infantil, que lo abandonó a medio hacer, avergonzado de su ejecución deficiente; es obra de un dios subalterno, de quien los dioses superiores se burlan; es la confusa producción de una divinidad decrépita y jubilada, que ya se ha muerto" (Dialogues Concerning Natural Religion, V. 1779).

Cabe ir más lejos; cabe sospechar que no hay universo en el sentido orgánico, unificador, que tiene esa ambiciosa palabra. Si lo hay, falta conjeturar su propósito; falta conjeturar las palabras, las definiciones, las etimologías, las sinonimias, del secreto diccionario de Dios
.
(Y por cierto el cuento que te linko, explica magistralmente la filosofía anti-diccionario que quiero expresar)

Sigo-->

Héctor Meda dijo...

Termino-->

Los más útiles tienen más papeletas para tener más partes isomorfas con la realidad

Doy fe de que sabes infinitamente más de matemáticas que yo así que no entiendo cómo puedes hablar de estructuras no idénticas pero isomorfas cuando eso es una contradicción in termini. Para estructuras diferentes que dan resultados parecidos, Edelman tiene el concepto de degeneración. Éste se nota, por ejemplo, en las diferentes evoluciones que ha tenido el órgano visual. El hecho es que, aunque aceptando de mala gana el sabor ontologista que tiene la metáfora, la idea de degeneración reincide en mi post pues si no está a nuestro alcance la estructura subyacente del mundo entonces a pesar de que habrá estructuras más degeneradas que otras, es decir, de resultados más parecidos a lo real que otras, necesitamos de todas ellas para recoger el máximo número de aspectos de la realidad; del mismo modo en que el mundo se puede ver desde los ojos de un mosquito o de una vaca independientemente de que unos vean más que otros porque no siendo ninguna estructura la ismórfa, ninguna tiene derecho al monopolio.

La explicación de un fenómeno es la teoría que da cuenta de las leyes de tal fenómeno.

En suma, la realidad se explica con leyes o si no no se explica pero entonces tu postura es verdadera...porque partes de tales premisas al definir los conceptos.

Con la ciencia en mano no sé explicar muchas cosas. Sin ella en mano, tampoco, y de las que explicaba antes, ahora explico menos..

No es verdad, puedes explicar, por ejemplo, tu estado emocional después de haber tenido una boda y no necesitas para ello desarrollar una explicación científica en el sentido de una teoría que da cuenta de las leyes de tal fenómeno.

Héctor Meda dijo...

Por cierto,

Se me ha olvidado:
Para apreciar la belleza, tal vez sea mejor el lenguaje poético. Para explicar (si llegamos a ello) por qué unas cosas nos parecen bellas y otras no necesitamos el lenguaje científico. .

Me encantó la respuesta de Sierra a esta afirmación -de la primera corregiría ese bautizo de los diversos aspectos de lo real, a saber: lo espiritual y lo material; sustituyéndolos por conceptos menos sobados, por ejemplo: lo tácito y lo reglado-

No obstante no me resisto a autoplagiarme porque precisamente recién hice un post anotando -aunque la idea de Sierra- cómo para comprender una obra artística no basta la comprensión técnica o científica

Sierra dijo...

Me quedé pensando sobre este hilo, tratando de imaginar las posibles réplicas de Ferreira. Aunque no quisiera complicar su posible respuesta con un exceso de argumentación —entre la mía y la de Héctor, si quisiera rebatirnos todo, tendría mucho trabajo— me apetece añadir algunas cosas.

Tal vez dejé demasiado tácito al hablar de concomitancia. Lo que un científico podría explicar haciendo un encefalograma de alguien sometido a la impresión de lo 'bello' es, evidentemente, lo que sucede en su cerebro mientras lo percibe. Pero no es ni necesario ni suficiente lo concomitante para explicar un fenómeno de significación (Wittgenstein dixit).

Cuando yo digo «esto es bello» no quiero decir «esto provoca en mí tales y tales estados cerebrales». Por lo tanto, no basta con explicar los estados cerebrales para explicar lo que es la impresión de lo bello; pero el discurso científico está limitado a esa explicación.

La ciencia no puede explorar más que lo que sucede en el cerebro concomitantemente a la percepción de belleza; no puede indagar otra clase de fenómenos relacionados con la esa percepción.

Tampoco he desarrollado mucho lo que dije sobre la imposibilidad de demostrar que un discurso es más 'verdadero' que otro.

Me refería a esto. Si publicara la Teogonía de Hesiodo bajo el título de "Explicación científica del origen del universo", evidentemente sería todo falso. Del mismo modo, publicar la teoría de la relatividad bajo el título de "Poesía reunida de A. Einstein" sería, en el mejor de los casos, una metedura de pata.

Lo curioso es que tanto la Teogonía como el big bag explican el origen del universo. Pero cada discurso es falso desde la perspectiva del otro. Esto, porque los criterios de corrección de un lenguaje solo se aplican en su propio juego. Lo que hace correcto al modelo del big bang no vale para un modelo teológico, porque el juego cumple otras reglas.

Volviendo a la cabeza C-P, podría usar la siguiente analogía. El discurso científico versa sobre el pato, el teológico sobre el conejo. La cabeza se puede mirar como C o como P sin ser falso ninguno de los aspectos. Así mismo, la cabeza permanece idéntica según se vea en ella un conejo o un pato.

Si se quiere hablar de patos, debemos recurrir a la ciencia; si se quiere hablar de conejos, a la teología. Pero si se quiere hablar de la cabeza C-P, tenemos que recurrir a ambos.

Espero haber explicado un poco más estos puntos.

Sierra dijo...

Añado: el error fundamental es creer que pueden aplicarse las reglas de corrección de un juego de lenguaje a todos.

José Luis Ferreira dijo...

Respondo muy brevemente (y sin acentos), que no tengo apenas conexion.

Por mucho que los sentimientos y emociones sean subjetivos, no estan exentos de explicacion mas alla de la simple descripcion, que es lo que puedo hacer sin ciencia.

Explicar es poner unos cuantos fenomenos que se nos aparecen en funcion de otros, que quedan como primitivos en la explicacion.

En resumidas cuentas, las leyes dan cuenta de regularidades y las teorias son modelos de los que se deducen leyes. Este es el modelo formal de lo que constituye explicacion. Te puede parecer incompleto, pero no conozco otro mejor y tampoco veo que se proponga ningun otro.

Pero supongo que te refieres no solo a describir la emocion, sino a hacer a alguien mas participe de ella. Para eso es necesaria la empatia propia entre individuos sanos de la misma especie. Sobre esto me remito a lo que dije en su dia. No explicamos la sensacion de rojo, sino que somos (entre otras muchas cosas) esa sensacion. Somos todas esas cosas que ocurren cuando los atomos se organizan en nuestros cuerpos. Si sabes que seamos algo mas, estaria encantado de saberlo. Por ahora esta es la unica hipotesis sensata que tenemos.

Tampoco explicamos las leyes ultimas del universo porque el universo seria esas leyes (siempre hablo en lo que toca a lo que nosotros podemos proponer como conocimiento). Tampoco encuentro que ganemos ninguna explicacion mejor con otra perspectiva.

No entiendo que clase de argumento es una ilusion optica. No encuentro que sea cierto que hacer ciencia es ver solo una de las dos posibles figuras. A la ciencia compete tambien entender y explicar como alternan en nuestra mente ambas interpretaciones.

Sierra dijo...

Creo que nadie hablaba de emociones. Son muy lindas, las emociones, pero no me opongo en absoluto a que sean reducidas a chismes elecrtroquímicos en el cerebro. Las emociones no tienen nada que ver con el asunto.

Por otra parte, en cuanto a cuestiones meta-científicas o, por ponernos a tono con el blog, metafísicas, nada le gana a lo dicho:

"sino que somos (entre otras muchas cosas) esa sensacion"

Héctor Meda dijo...

Si crees que explicar es modelizar y que todo pensar se reduce a ello pues no sé qué decirte salvo que tus propias premisas no te dejan mucho margen. Tus propias definiciones te llevan a tus tésis finales lo que pasa es que tus definiciones me parecen simples

Brevemente porque el tema está reexplicado: conocer, dada la naturaleza de nuestra experiencia cognitiva, no es representar (o modelizar) el mundo sino adquirir conductas efectivas respecto a un estímulo concreto.

Eso que llamamos explicar científicamente es una conducta lingüística que se cifra en crear un suerte de diccionario con el que coordinarnos intersubjetivamente de una forma más precisa pero que en última instancia pivota sobre conceptos cuyo entendimiento es averberbal, se debe a su uso no una definición verbal.

Por lo demás existen otros conocimientos, o conductas adquiridas, como por ejemplo el saber andar en bici que nada tienen que ver con la praxis científica y que redundan en el hecho de que existen más prácticas lingïísitcas que las de la ciencia y que unas y otras no son solapables, que unas y otras no son reducibles a una esencia en común.

Héctor Meda dijo...

Sierra dijo:

Son muy lindas, las emociones, pero no me opongo en absoluto a que sean reducidas a chismes elecrtroquímicos en el cerebro

Para nada, por seguir con la metáfora del JPG: la neurociencia es un algoritmo de comprensión que genera progresividad empírica (v.gr: tratamiento de epilepsia) pero, como todo lenguaje, genera pérdidad en este caso en lo relativo a los fenómenos intramentales, v.gr: el dolor, que como explícita y sabiamente apuntaba Witti son otro juego de lenguaje no concordable

De hecho hay una serie de neurocientíficos que aplicando las observaciones de Witti han dado palpelo a una serie de neurofilósofos (como Dennett o Searle aunque curiosamente ambos les daban la razón y pedían que se les entendiese su forma de hablar como retórica) por las equivocadas formas de mentar los fenómenos mentales.

Brevemente los explico (como tangencialmente lo hice en su momento): Según ellos los neurofilósofos al uso cometen la llamada falacia mereológica.

La falacia consiste en el error de atribuir a las partes constituyentes de un animal atributos lógicamente aplicables sólo al animal como un todo. Los predicados sicológicos se han de aplicar al cuerpo como in totum y no al cuerpo y sus partes como el cerebro. En roman paladino: el cerebro no siente, el cerebro no se apropia de un cuerpo. Sino que es el cuerpo el que siente, etcétera.


El libro, por si le interesa.

No se me pierda que si hay algo complejo de reducir a un juego de lenguaje o esencia lingüísta es la consciencia

Héctor Meda dijo...

Ferreira,

Dije:
tus definiciones me parecen simples.

Ahora que tengo tiempo me explico de una forma menos seca que antes:

Cuando dices:Explicar es poner unos cuantos fenomenos que se nos aparecen en funcion de otros, que quedan como primitivos en la explicacion.

Pero eso es una generalidad del tipo explicar B implica señalar un A como su causa pero en la vida real, para los Bs de carne y hueso uno no encuentra alegramente una frontera satisfactoria para A de modo que para explicar un asesinato masivo en una escuela puedo recurrir a un desarreglo neuroquímico, a un trauma infántil, a un tsunami hormonal, a una pulsión homicida, a una coacción cultural, a una rareza cuántica y puede ser, seguramente será, que nadie considere eso una explicación pues, en la práctica, en la vida real, la explicación de un fenómeno, la delimitación de lo que es A resulta subjetivamente aceptado como satisfactorio.

Lo que caracteriza a la ciencia es que el criterio de aceptación de una explicación es firme y se refiere a la descripción de un mecanismo generador del fenómeno a explicar pero piensa por ejemplo en Samuel Beckett, vilmente acuchillado por un mendigo a quien le pidió un por qué y no encontró respuesta lo cuál le traumo y ahora piensa que un neurocientífico le comenta que la expliación científica del incidente es trivial que las sinápisis del atacante ejecutaban un sano flip flop pero de repente empezaron a hacer triki triki y por eso el bang bang

A Beckett esa expliación aunque científica le sonaría a ruido, no a algo satisfactorio. De hecho toda la torturada obra del irlándes podría interpretarse como el intento de explicarse aquel absurdo, de hecho, ¡¿esto le interesará a Sierra?!, podría interpretarse la literatura como el medio para aprender a buscarse una explicación del mundo.

Sierra dijo...

Hombre, explicar el asesinato de Beckett es fácil: era irlandés. Si yo quisiera una moneda y un irlandés me empieza a hacer preguntas raras...

Sobre lo de antes: dije que se podrían reducir las emociones a chismes electroquímicos, no que yo fuera a hacerlo. Personalmente, el espectro emocional lo veo reducido a llorar con el consultorio sentimental de las revistas femeninas, y eso es algo que puedo dejarle tranquilamente a la ciencia: seguro que no cometerán ninguna atrocidad mayor a las de su objeto de estudio en este caso. Las emociones están sobrevaloradas.

Sobre la literatura como forma de explicar la realidad... En la medida en que lo admitiéramos, tendríamos que decir también que como explicación de la realidad sufre de severísimas falencias. El problema de la literatura, para definirla de algún modo, es que cualquier reducción que hagamos de ella desborda por algún lado. La literatura sin duda explica algunas cosas, pero buscar en ella un juego de lenguaje análogo al de las ciencias sería arriesgado.

El punto central era que el juego de lenguaje científico solo explica la realidad si se juega precisamente ese juego. Para, pongamos, un teólogo, la ciencia no explicará nada de lo que le importa. Lo mismo corre para la literatura: explicará ciertas cosas para quienes juegen su juego; para un cientificista, no explicará nada.

De todos modos, Wittgenstein habla de la ceguera para los aspectos, y creo que a este punto ya no queda más que diagnosticar un caso de miopía crasa. Las discuciones inter-juegos de lenguaje están condenadas a fracasar. No sé si me entiende...

Héctor Meda dijo...

Hombre no sería explicar el mundo sino buscar que mi mundo estuviera en unos parámetros explicables para uno pero en fin, la idea que quiero expresar es muy abstracta; y sí, desde luego, ningún juego de lenguaje es más privilegiado que otro, que es lo que trato de defender.

Y por favor, si tiene una idea simplificada de las emociones es porque escucha a mucho al romántico y no al infinitos matices Mozart :-P

Sierra dijo...

Pero esos matices solo son significativos si se usa peluca polvoreada y se está más preocupado de flirtear con la Condeza de Porahí. Tach sintetiza maravillosamente mi opinión:

"—¿Se atrevería a decir que la literatura no tiene nada que ver con los sentimientos?
—Mire, jovencito, creo que no tenemos la misma concepción de la palabra «sentimiento». Para mí, desear romperle la cara a alguien es un sentimiento. Para usted, llorar con la sección «Consultorio sentimental» de una revista femenina es un sentimiento.

XD

José Luis Ferreira dijo...

Mi definición de lo que constituye una explicación está bastante acotada, es cierto, pero es muy operativa. La que propones implicaría que un mosquito o un virus tiene explicaciones para su mundo. O, peor todavía, que una persona con o sin instrucción, tienen un mismo nivel de explicación. Me quedo con mi definición. A lo otro lo llamaría de otra manera.

Héctor Meda dijo...

Cuidado, cuidado, precisamente yo juzgo que no hay una definición de explicación que cualquier persona deba aceptar como tal.

José Luis Ferreira dijo...

No, pero esta es la definición de los que, como dice Jesús, jugamos al juego de la ciencia. Juego que hay que jugar para hablar de conocimiento, explicación, utilidad (o como quieras decirlo) de nuestra composición de lugar sobre la realidad.

Héctor Meda dijo...

Ya pero en la vida real, la de carne y hueso, no la de laboratorio, no aceptamos sólo las explicaciones científicas y el cientificista que crea lo contrario, que crea que todo conocimiento es científico (¿qué pasa con los conocimientos tácitos?) pues tiene que demostrarlo.

José Luis Ferreira dijo...

Si te refieres a andar en bici, te diré que andar en bici no es una explicación de la realidad.

Héctor Meda dijo...

Entonces ¿qué extraña irrealidad me descubrieron quienes en mi infancia me explicaron cómo andar en bici?