En computación hay diferentes tipos de archivos con los que guardar una imagen. Uno de ellas es bmp. En una matriz de n x m x o, se guarda el número de fila, el número de columna, finalmente el número de color que tiene cada pixel de una imagen. Es un tipo de archivo que recoge la imagen sin pérdida pero que ocupa siempre demasiados bits.
Para solucionar este problema de que los archivos sean demasiado grandes aparecieron los algoritmos de compresión con pérdida que guardan una imagen aunque no de forma exacta. Por ejemplo, los archivos tipo jpg no guardan la matriz entera sino que si en el pixel 1, 2, 3, 4, 5 y 6 está el mismo color, simplemente se apunta que del pixel 1 al 6 el color es el mismo. Obviamente los colores no suelen ser el mismo de un pixel a otro pero a veces la diferencia no es notable, puede ser obviada y con la compresión, la comprensión de la imagen puede mantenerse. Hay, ni que decir tiene, otro tipo de algoritmos que utilizan otro tipo de comprensión sin pérdida.
Hagamos ahora un poco de metafísica. No tenemos a nuestro alcance un BMP, una TOE (Wolpert dixit), una imagen de la realidad sin pérdida por lo que estamos abocados a soltar algoritmos de compresión con pérdida y si en el JPG lo que nos servía como criterio de omisión era el que a la postre fuera compresible la imagen, con la ciencia será la progresividad empírica.
Pero la cuestión es que legítimamente existen otros algoritmos de compresión con pérdida, otros juegos de lenguaje que dan otra imagen del mundo y cuyo efectivo concurso pone en jaque a aquellos ilusos que confunden una imagen (archivada en jpeg, archivada en ciencia) con la auténtica realidad.
Para solucionar este problema de que los archivos sean demasiado grandes aparecieron los algoritmos de compresión con pérdida que guardan una imagen aunque no de forma exacta. Por ejemplo, los archivos tipo jpg no guardan la matriz entera sino que si en el pixel 1, 2, 3, 4, 5 y 6 está el mismo color, simplemente se apunta que del pixel 1 al 6 el color es el mismo. Obviamente los colores no suelen ser el mismo de un pixel a otro pero a veces la diferencia no es notable, puede ser obviada y con la compresión, la comprensión de la imagen puede mantenerse. Hay, ni que decir tiene, otro tipo de algoritmos que utilizan otro tipo de comprensión sin pérdida.
Hagamos ahora un poco de metafísica. No tenemos a nuestro alcance un BMP, una TOE (Wolpert dixit), una imagen de la realidad sin pérdida por lo que estamos abocados a soltar algoritmos de compresión con pérdida y si en el JPG lo que nos servía como criterio de omisión era el que a la postre fuera compresible la imagen, con la ciencia será la progresividad empírica.
Pero la cuestión es que legítimamente existen otros algoritmos de compresión con pérdida, otros juegos de lenguaje que dan otra imagen del mundo y cuyo efectivo concurso pone en jaque a aquellos ilusos que confunden una imagen (archivada en jpeg, archivada en ciencia) con la auténtica realidad.
5 comentarios:
Magnífica metáfora. ¿Cómo no se me ocurrió a mí antes? :-(
Pues mira, si gente como Husserl hubiesen contado con esta analogía...
Me alegro que os haya gustado la imagen. El hecho es que la diferencia entre bmp y jpg me la explicó por primera vez el viernes mi jefe, y mira que soy informático pero en fin, la cuestión es que según me la contaba juro que pensé: ¡como la vida misma!
Pero creo que debes comentar también el peligro de quienes piensan que OTROS juegos de lenguaje SÍ que proporcionan un acceso místico a LA REALIDAD EN SÍ.
TODOS los juegos de lenguaje son juegos: no hay que tomárselos en serio.
Los juegos de lenguaje claaaro que hay que tomárselos en serio pues en ellos nos va la vida. Literalmente. El quid es que ninguno, v.gr: la ciencia, te sirve para todo y a ninguno, v.gr: la ciencia, se reducen todos
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