En su momento escribí esta alegoría pero la longitud de la anotación ahogó una idea en absoluto trivial. La retomo.
Un mono ve a tres leones entrar en una cueva. Al rato ve salir otros dos.
Hete aquí que conoce, de una forma tácita, la proposición "3 -2 = 1 es verdadero" y que por tanto queda un león en la cueva.
No obstante, no es capaz de expresar verbalmente dicha proposición, no tiene el don del lenguaje, consecuentemente no podrá presentar ese conocimiento a la comunidad de monos para que lo discuta, lo verifique o lo desapruebe y sin embargo, sí podrá validar motu propio el conocimiento "3 -2 = 1 es verdadero" de una forma empírica, subjetiva –el resto de la comunidad simiesca no sabría qué está validando- pero empírica, siempre y cuando entre en la cueva.
Dos apuntes a mano alzada. Uno epistemológico, otro hermenéutico.
Primeramente: Es posible desarrollar conocimiento empírico sin el concurso de la ciencia.
Segundamente y por último, si he puesto al mono calculín es para que desde nuestra privilegiada -por humana- posición veamos que el mono acierta pero no sabe qué acierta.
Huelga decir más.
Un mono ve a tres leones entrar en una cueva. Al rato ve salir otros dos.
Hete aquí que conoce, de una forma tácita, la proposición "3 -2 = 1 es verdadero" y que por tanto queda un león en la cueva.
No obstante, no es capaz de expresar verbalmente dicha proposición, no tiene el don del lenguaje, consecuentemente no podrá presentar ese conocimiento a la comunidad de monos para que lo discuta, lo verifique o lo desapruebe y sin embargo, sí podrá validar motu propio el conocimiento "3 -2 = 1 es verdadero" de una forma empírica, subjetiva –el resto de la comunidad simiesca no sabría qué está validando- pero empírica, siempre y cuando entre en la cueva.
Dos apuntes a mano alzada. Uno epistemológico, otro hermenéutico.
Primeramente: Es posible desarrollar conocimiento empírico sin el concurso de la ciencia.
Segundamente y por último, si he puesto al mono calculín es para que desde nuestra privilegiada -por humana- posición veamos que el mono acierta pero no sabe qué acierta.
Huelga decir más.
2 comentarios:
A propósito de monos, prefiero el teorema de los infinitos monos. Un amigo ha escrito un cuento genial al respecto, pero ahora mismo está reorganizando su blog y no puedo darle un elace. Lo haré cuando esté de nuevo disponible.
Sí, déme el enlace y si me encuentra blogs literarios del nivel, bueno me conformo con casi, del suyo o de Lautréamont pues descúbramelos, por favor.
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