miércoles, 25 de febrero de 2009

Más allá de la ciencia

En los comentarios de un post anterior se me objetó grosso modo que el instinto religioso surge de forma natural y que dicho origen natural le impedía cualquier conexión trascendentalista. A lo que objeté que la perocepción de las matemáticas también surge de forma natural pero es la eficacia de estas lo que apunta a una verdad trascendental.

En la misma línea se me achacó que el concepto de una divinidad personaliforme –que no se colegía realmente del post- surge de un instinto natural de necesidad de certidumbre a lo cual objeté que si dicha certidumbre fuera eficaz lo sería porque tendría un contenido -lo que nos da la certidumbre, v.gr, que la vida tenga sentido- que en la medida en que fuera eficaz lo sería por las mismas razones que las matemáticas, una vez más, las cuales surgen también para proporcionar certidumbre y cuya veracidad cuando son eficaces parecen remitirnos a un reino platónico.

Mas como dicho testeo no puede realizarse de forma científica sino personal, comenzó un debate que yo creo pone de manifiesto las debilidades de lo que se denomina cientificismo.

Antes que nada quiero aclarar dos cosas.

Uno. Aclaro que existen más vías de adquisición y transmisión de conocimientos no científicos que el religioso, vías que van desde la experiencia -ampliamente admitida- al arte –menos admitida-. Si escojo lo religioso, máxime cuando las otras vías son vías de acceso a un conocimiento sin duda real, es en aras de crear y avivar la polémica.

Dos. Aclaro que el método científico es esencial para una constante apropiación progresiva de conocimiento, no -¡cuidado!- para su mera existencia. Su uso, cuando es factible, es más que recomendable es un imperativo social. Es evidente que una proposición científica, por ejemplo, una matemática; nos proporciona mucha más certidumbre que una que no lo es, como por ejemplo, una religiosa ya que hay que pensar en la comunidad científica como una red de consejeros que te protegen del error. Una vez que estás bajo su manto tu protección, este aumenta exponencialmente. Así funciona, eso es la certidumbre. Si eres capaz de verbalizar una proposición verdadera entonces puedes utilizar el método científico para encumbrarla a unos grados de certidumbre inigualables. Algo que no le pasa a Robinson Crusoe que jamás puede conseguirlo dada su solitaria situación mas con Crusoe se ve que no es la proposición en sí lo que da certidumbre sino su público para lo que necesitamos, digamos, un puesta en escena. Y verbalizarlo, como veremos, ya es también una puesta en escena, una puesta en escena a nosotros mismos.

Trataré de demostrar que no siempre es posible conseguir esa puesta en escena lo cual no niega la veracidad de la proposición aunque sí menoscaba su grado de certidumbre.

Ya entrando en materia empezaré por un texto de Popper en donde el filósofo afirma (y coincido con él) que Robinson Crusoe por el carácter solitario de su existencia jamás podría hacer ciencia pero (y esto lo añado yo) sí que podría captar ciertas verdades.

El cientificista, por contra, -y aquí defino contra quien lucharé en esta anotación- negará la existencia de cualquier conocimiento no emanado del método científico ya que según la RAE el cientificismo es (2º acepción): Teoría según la cual los únicos conocimientos válidos son los que se adquieren mediante las ciencias positivas. El cientificista, en consecuencia, tendrá que negar que Robinson Crusoe pueda tener conocimiento alguno.

Hay quienes hacen frente al cienticifismo a razón de que consideran que la ciencia es descriptiva pero no normativa y por tanto es inútil para la articulación de una moral, sin ir más lejos. Aclaro que no estoy del todo acuerdo. Creo que la frontera entre hechos normativos y hechos descriptivos puede difuminarse en un número sustancial de casos. Ciertamente el saber que es capaz de construir la bomba atómica no puede ser el mismo que determina el valor de su uso pero la cuestión es adivinar si su valor de uso puede ser determinado por métodos científicos y yo creo, como intenté demostrar en este post, que sí cabe un análisis científico de enunciados prescriptivos.

En donde pienso que el cienticifismo falla es en por lo menos dos puntos.

Cuando hablamos del primer punto, hablamos de los límites de la ciencia, hablamos de la ignorancia de los mismos por el cienticifismo. Hablamos de la incapacidad de la ciencia de analizar otros hechos que aquellos que no sean regulares. Hablamos de la arrogante ceguera del cienticifismo por afirmar que no existen otros tipos de hechos.

Cuando hablamos del segundo punto, hablamos de la propia naturaleza indagativa de la ciencia que al preguntarse exclusivamente por el cómo deja, a no dudar, preguntas sin responder que el cienticifismo considera, una vez más injustificadamente, sin sentido. Esto último, lo he tratado (más bien Freeman Dyson) en un post.

En suma, yo le critico al cienticifismo una metafísica que dice no tener y que dice no tener para así poder librarse de la tutela de la filosofía.

Su metafísica radicaría en creer en un universo legalista donde todo está perfectamente reglado siendo la ciencia el único método válido de encontrar tales leyes.

Hay que recordar que sí, que la ciencia es como un juego, y sus reglas son sus presupuestos metodológicos:

El juego de la ciencia prescribe que no se puede recurrir a explicaciones sobrenaturales (ni a causas finales, ni introducir "fantasmas en la máquina"...), igual que el ajedrez prescribe que el alfil se tiene que mover en diagonal.

Mas lo que considera el cientificista, injustificadamente, es que tales reglas del juego basten para explicar todas las jugadas habidas en la realidad no necesitándose, por tanto, otro juego (v.gr: religión, arte) para dar cuenta de otros conocimientos.

Sin embargo, la ciencia aún siendo un juego muy hermoso no es autoconsistente. John Barrow ha señalado con ironía que si una religión se define como un sistema de pensamiento que exige creer en verdades no demostrables, entonces ¡la matemática es la única religión capaz de demostrar que es una religión! Y es que ¿lo que en cierto modo vino a decir Gödel no es que lo natural no es totalmente explicable en virtud, precisamente, de su naturalidad? Lo confirma Wolpert con sus investigaciones.

Con la misma opinión están Maturana y Varela quienes tienen una teoría de la cognición llamada Teoría de Santiago, explicada en el libro El Árbol del conocimiento, en donde niegan que nuestra cognición realice una representación mental de un mundo independiente y predeterminado (¡por tanto no hay hechos objetivos!) sino que más bien produce el alumbramiento de un mundo (Maturana dixit).

Lo que un organismo particular da a luz en el proceso vital no es el mundo sino un mundo determinado y siempre dependiente de la estructura del organismo. Puesto que los organismos individuales dentro de una misma especie tienen estructuras parecidas entonces alumbran mundos similares.

Así quien crea únicamente en la verdad de la ciencia a razón de su eficacia olvida que no es que vivamos en un mundo natural porque así lo percibimos, sino que percibimos de esa determinada manera el mundo porque, según la Teoría de Santiago,

lo percibido del mundo exterior correspondería a una construcción hecha por el observador a partir de su estructura y tiene que ver con su historia de cambios estructurales, más que con el agente que perturba sus sistemas sensoriales, que en sí mismo no tiene el poder de generar los cambios de estado que tuvo el sistema que observa. Así, una aprehensión objetiva del entorno es imposible por la misma constitución estructural de los seres vivos, que sólo pueden procesar de su entorno aquello que su estructura permite.

Son nuestros mecanismos científicos quienes nos producen, no descubren, una realidad natural.

En suma, lo que afirma la teoría de Santiago a propósito de nuestra cognición se parece, por cierto, a la metáfora de Cortázar del pseudópodo al considerar que nuestras representaciones son segregaciones de un órgano que al igual que con la bilis del hígado no representan una realidad ahí dada. Es decir, el cerebro no construye representaciones naturales del mundo, sino que el raciocinio surge de nuestra intelección que no es más que una excreción, una excreción, sí, adaptativa, útil pero que no aprehende la sustancia real de lo real, valga la redundancia, tal y como traté de demostrar en este post.

Piensa en esto, piensa así, piensa en el surgimiento de nuestra intelección y en su irrelevancia para la eficacia de un entendimiento de la naturaleza real de la naturaleza, piensa que con la misma ineludible letanía instintiva con que una araña construye su telaraña, nosotros segregamos un hilo de Ariadna con el ingenuo fin de convertir este laberíntico mundo en un lugar habitable pero desde Gödel sabemos que la textura matemática resultante de nuestra cognición no es lo suficientemente resistente como para contener la complejidad de, y por tanto sonsacar un molde de, la realidad. Un molde de la realidad que no le es posible sacar a ningún método de adquisición de conocimiento y por tanto a ningún método le es dado dilucidar qué conocimientos de tal forma adquiridos son verdaderos y qué otros conocimientos adquiridos de esta otra no lo son.

Esto se conoce como objetividad ente paréntesis:

Maturana advierte de la incapacidad de distinguir entre el error y la ilusión de una vivencia en el momento en que ocurre. Por lo tanto todo es vivido como real al momento de vivirlo, y es una operación de abstracción posterior la que otorga este carácter a cualquier experiencia, que a su vez se basa en otra experiencia cuyo carácter de realidad también está sujeto a las mismas reglas. Así, las explicaciones que un observador construye están también cimentadas en su historia de cambios estructurales, que puestas en el lenguaje se construyen en base a distinciones hechas en él por una comunidad en particular. Los consensos científicos sobre la verdad, entonces, tendrían una validez restringida, y el argumento de la objetividad no resultaría válido para sostener que la verdad científica tiene un carácter privilegiado frente a otras formas de concebir la realidad

Aquí hay que precisar que es verdad que parece difícil creer en un platonismo, en un lugar de verdades trascendentales, si hacemos caso a la teoría de Santiago mas si bien la estructura de la realidad física que percibimos es dependiente de nuestra estructura cognitiva, ya que como dice Maturana: una aprehensión objetiva del entorno es imposible por la misma constitución estructural de los seres vivos, que sólo pueden procesar de su entorno aquello que su estructura permite; el hecho que dicha aprehensión objetiva del entorno sea imposible no obsta para que -aquí es donde yo meto la cuña platónica- no exista. Antes bien, en la medida en que nuestra estructura cognitiva funcione, sea adaptativa, implicará que, aún ignorando cuál es, la estructura última del universo es degenerada con la nuestra.

¿Y qué es la degeneración? Lo explica Edelman en su libro El universo de la consciencia:

En los sistemas seleccionales [aquellos sistemas que evolucionan por un proceso de selección] comparten una notable propiedad que es tan única como esencial para su funcionamiento: En estos sistemas, suelen existir muchas vías diferentes, que no son necesariamente estructuralmente idénticas, para la producción de un resultado particular. Denominamos degeneración a esta propiedad.

Y, luego de encontrar degeneración desde en el ADN hasta en la mecánica cuántica, acaba sentenciando:

Concisamente, la degeneración se refleja en la capacidad de componentes estructuralmente distintos de producir resultados parecidos.

Según esta definición entiendo que, por ejemplo, las teorías gravitatorias de Einstein y Newton son degeneradas y entiendo que nuestra estructura cognitiva es degenerada -¡no idéntica! ¡no isomórfica!- con la del universo. Una sombra, que diría el Platón cavernario, de aquella.Es en ese sentido es como yo articulo mi particular platonismo.

Nuestros conocimientos serán verdaderos en la medida en que sean degenerados con la estructura del universo aún no pudiéndose demostrar nunca que dichos conocimientos sean objetivamente verdaderos.

Si la ciencia es eficaz en sus indagaciones es porque maneja una estructura cognitiva, a saber, la computación que, hasta el momento, ha dado cuenta de innumerables fenómenos físicos pero dicha estructura no puede agotar la realidad, y dicha estructura matemática, de hecho, no agota nuestra cognición siendo, empero, la usada por la ciencia porque es la única que permite utilizar el método científico mas sería un triste ejercicio de miopía sentenciar que dicha estructura cognitiva es la única que utilizamos en nuestras vidas para adquirir conocimiento.

Cabe preguntarse entonces 1)cómo son esas formas de adquisición de conocimiento y 2)por qué sus resultados no son emulables por la ciencia. O dicho de otra manera: ¿cómo y desde dónde ensanchar los límites cognitivos postulados por el cienticifismo?

A 1) diré que entiendo que aquellos fenómenos cuyas estructuras subyacentes sea computables sólo serán aprehensibles por estructuras cognitivas que sean a su vez computables. Tales fenómenos serán articulables de forma verbal. Por ejemplo: en proposiciones matemáticas.

Pero 2) pueden existir fenómenos cuya estructura subyacente NO sea computable entonces sólo serán aprehensibles por estructuras cognitivas que sean a su vez "algo más que" computables. Tales fenómenos no serían articulables en el sentido de verbalizables.

Pues bien, creo que nuestro órgano lingüístico y sólo dicho órgano es computable pero no el resto de nuestra cognición (v.gr: Steven Pinker asevera de forma displicente en el libro El instinto del Lenguaje que el pensamiento no se agota con el lenguaje) siendo por ello que tenemos intuiciones no computables, ideas no verbalizables, que para incrustarlas en el lenguaje necesitamos dinamitarlo, dinamizar el significado del signo logrando así que el texto no sea semánticamente preciso, coherente, pero sí articulador de ideas no computables.

Ahí es donde yo veo que entra la poesía, el mito y no es de extrañar que todas las religiones hayan sido o críticas con el lenguaje -sobre todo las orientales aunque ellas lo llamen razón- o exuberantes de un lenguaje no denotativo, un lenguaje poético -véanse las tres religiones del libro, de un libro de ficción-

Pero, ¿existen tales conocimientos? Y si existen ¿por qué no pueden ser validados de forma científica?

Por supuesto que existen tales conocimientos, son lo que llamamos conocimientos tácitos. Cortázar relata en un texto muy gracioso cuáles son las instrucciones para subir las escaleras. Obviamente no consigue dar con ellas, no consigue verbalizarlas pero existen ya que hacemos uso de ellas cada vez que subimos una escalera.

El por qué se resiste este tipo de conocimiento a ser tratado por el método científico es una buena forma de entender cómo y cuándo se articula el método científico. Un ejemplo:

Imagina que un mono ve entrar tres leones a una cueva. Al rato ve salir otros dos. Sabe de una forma tácita que la proposición "3 -2 = 1 es verdadero" y por tanto queda un león en la cueva. No obstante no es capaz de expresar verbalmente dicha proposición porque no tiene el don del lenguaje, en consecuencia, no es capaz de presentar ese conocimiento a la comunidad de monos para que lo discuta lo cual no es óbice para que sí pueda validar de una forma empírica pero subjetiva –el resto de la comunidad simiesca no sabría qué está validando- si el conocimiento de que "3 -2 = 1 es verdadera" es cierto en el caso de que entre en la cueva.

La eficacia de los conocimientos científicos surge de nuestra capacidad de articularlos de forma intersubjetiva –tal es el don precisamente antibabélico de la palabra-, no sólo de aprehenderlos (lo cual nos diferenciaría del mono del ejemplo) mientras que la efectividad de un conocimiento tácito no es articulable y por tanto testable de forma intersubjetivamente empírica. Por eso creo que en lo que respecta a la religiosidad (o cualquier otro contenido tácito) cada cual debe probar si tal o cual sentimiento de religiosidad (tal o cual conocimiento tácito, v.gr: subir escaleras) le sirve y si no desecharlo siendo eso algo que queda al albur de cada uno, siendo eso algo sobre lo que la ciencia poco puede decir -al menos por el momento.

Ahora bien, yo no afirmo que se pueda colegir objetivamente de forma irrebatible algo de cualquier pensamiento -independientemente de su naturaleza (sea tácito o no).

De hecho no tengo dudas de que el método científico, además, añade más certidumbre a nuestros conocimientos. Lo que afirmo es que existen ciertos conocimientos, que manejamos siempre (desde nuestro subir las escaleras hasta nuestro afirmar que el perro de las 3.14 es igual al de las 3.15), que al no dejarse verbalizar no pueden ser presentados a la comunidad científica sucediendo con dichos conocimientos que sólo caben ser validados (toda validación no verbal es empírica) de una forma subjetiva de modo que, por ejemplo, el mono puede entrar en la cueva para validar la proposición "3-2=1 es verdadero", proposición, sin embargo, que al no poder ser verbalizada no puede presentarla a la comunidad científica para que le ayude también a validarla -se encontraría como Robinson Crusoe en la isla: manejando sólo verdades reveladas (Popper dixit).

Ahora imagínate que los tres leones han salido de la cueva. El mono puede decir que la proposición "3-3=0 es verdadero" que conoce pero no puede articular verbalmente -intersubjetivamente- y por tanto tiene tanta validez como una alucinación onírica y por tanto pasar de ella pero no puede afirmar que es falsa y en cualquier caso su falsación quedaría únicamente bajo su poder.

Yo no digo, por seguir con la metáfora, que haya fieras en esa cueva, digo, que la validación de si hay o no hay fieras -dado el singular carácter del conocimiento de esa proposición- impide un juicio método científico mediante.

El mono cientista no entraría a la cueva porque no puede asegurarle el método científico si su conocimiento no verbalizable de las matemáticas es verdad o es una falsa intuición. Si bien es cierto que nada le asegura al mono que de entrar y ver que no hay fieras esto haya sido porque realmente y no casualmente la proposición "3-3=0" es verdadera por eso nunca se puede afirmar objetivamente nada. El cientificista dirá (por eso no me gusta, por acomodado) que sólo se fía de lo que diga el método científico. Por lo tanto, no es, o al menos no únicamente, que la necesidad de certidumbre ha creado el concepto de una divinidad personaliforme sino que ha creado y fomentado el desarrollo del método científico ya que lo que ocurre es que la sensación de seguridad es agradable, produce adictivas endorfinas, siendo precisamente lo que da seguridad el método científico mas cuando este no alcanza a describir otras cosas entonces algunos deciden, prefiriendo la seguridad antes que la búsqueda de la verdad, que no hay nada que decir pero la certidumbre no afecta a la verdad objetiva de algo sino a nuestra capacidad de aprehenderla, confundir esto es el error del cientificismo, de hecho, cuando podemos vislumbrar casos imaginarios (como el del mono anumérico, o el del solitario Robinson Crusoe) en los que ciertos conocimientos que desde nuestra posición sabemos verdaderos pero no pueden ser validados de forma científica desde el marco de actuación imaginado por el caso entonces descreer de ellos, como implicaría una actitud cientificista, se revela como el gran error de miopía que es esa filosofía.

Entendiendo esto no es de extrañar entonces que, dada nuestra preferencia a veces acrítica por la certidumbre, en tanto en cuanto se explique lo que es el método científico aparezcan más y más cientificistas que se quedarán sólo en el método científico como garante de verdad porque este el único método de indagación que da una certidumbre social. No es de extrañar, tampoco, que la otra mayoritaria alternativa sea la aceptación sin ningún tipo de indagación espiritual previa de una colección de dogmas de alguna religión al uso.

Ambas opciones, por cierto, me parecen a mi igual de apocadas al quedarse en la certidumbre para no avanzar en la conquista de una verdad, por lo visto, más precaria cuanto más profunda.

15 comentarios:

Anónimo dijo...

Hector, estoy impresionado por todo lo que escribes (por la cantidad y la calidad) Anoche estuve echando un vistazo a tu debate del post anterior, y lamento no tener tiempo para leerlo (lamento más todavía no tener tiempo para participar... qué envidia, poder estar toda la tarde discutiendo de filosofía...)

En fin, quería decirte esto aunque no pueda entrar a comentar el post como se merece (sabes que estoy básicamente de acuerdo)

Un saludo

Anónimo dijo...

Me refería al debate del post "(contra)argumentaciones...", el que ha pasado del los 100 comentarios.

Héctor Meda dijo...

Hola pseudópodo,

Ya ves que este post tira de algunos tuyos. Me alegro que coincidamos

Anoche estuve echando un vistazo a tu debate del post anterior, y lamento no tener tiempo para leerlo

¡Oh! No te preocupes porque este post no es más que un popurrí de aquel debate.

estoy impresionado por todo lo que escribes (por la cantidad y la calidad)

Gracias. Este tipo de afirmaciones se agradecen. :-)

Saludos

Carlos Suchowolski dijo...

Coincido en buena medida con tu acercamiento al problema, pero sigo viendo que derivas conclusiones que no se sostienen mediante el propio discurso, que, por decirlo de algún modo, vienen de "fuera" y ese "exterior" no ha sido puesto en cuestión desde la misma óptico, incluso parece dado por aceptado sin más. Creo que para ello hace falta aplicar hasta las últimas consecuencias el historicismo (por llamarlo de algún modo y no como referencia a los ya elaborados hasta ahora que no obstante apuntan a mi criterio en la buena dirección). Ejemplo: la valoración apriorística que haces de la ampliación de conocimientos. Es cierto que estos conocimientos en un marco dado (el miundo dado y "cercano" -cada vez más amplio gracias a la tecnología-) son vistos como necesarios por el hombre, pero en base a tu propio punto de partida (Maturana-Varela, por ejemplo), eso deviene de: (a) la existencia de la capacidad de reflexión nacida de la marcha de la vida y de la tendencia a la complejización, (b) la necesidad social: sobrevivir con lo que se cuenta EN una sociedad que se construye "a pesar de lo individuos" pero por interacción de estos "para sobrevivir" en términos de "grupo contra grupos", (c) necesidad de silenciar lo trágico e insoportable que resulta ser el responsable último del juicio (la certeza interna de que no hay algo superior lleva incluso a considerar que "debe" haberlo).
Todo esto es RESULTADO de la Historia (de la vida y de la sociedad). Y creo que esto sirve para comprender lo que sucede en todos los ámbitos. Incluso que se opte por buscar el conocimiento y no ser contemplativo (lo que en un futuro no tendría por qué no suceder). O sea, creo que tus propias propuestas (y las mías) están respondiendo a lo dicho por mí antes y que sólo tendría valor acompañado de la referencia sociológica (y antropológica, y biológica) correspondiente. No para mencionarlo a cada rato junto a cada juicio, sino a la hora de elaborar el propio juicio, el cual, bajo este "condicionamiento" tendría más ¿"honestidad"?, sería a mi criterio... "más real".

Y ojo: esto es producto de una elaboración inconclusa que no sé a dónde me lleva... intuitivamente pero en base más a la ciencia que ha tenido la "virtud" de poner al hombre como RESULTADO ante sí mismo y poner de manifiesto que sus productos culturales, cognitivos, técnológicos, etc., responden a un imperativo teleonómico ("imperfecto" por otro lado -da de sí incluso obstáculos-) que contiene algo que le dice que puede ir más allá sin que pueda ir demasiado lejos (la conciencia, claro); lo que, de nuevo, determinaría la emergencia de lo imaginario incluyendo a los dioses, La Razón, el Arte, etc.

Sin duda, estamos en unos tiempos en los que se están revisando los viejos enfoques y no es sencillo evitar apoyarse en lo que hay ya e incluso en lo que los demás aceptan (en esto estamos ciertamente de acuerdo y... lo sufrimos incluso).

Un saludo y hasta pronto.

Héctor Meda dijo...

Hola Carlos,

No coincido con tu discurso, así que aquí van mis críticas:

Dices:
derivas conclusiones que no se sostienen mediante el propio discurso, que, por decirlo de algún modo, vienen de "fuera" y ese "exterior" no ha sido puesto en cuestión desde la misma óptica, incluso parece dado por aceptado sin más

Todo lo contrario. En la medida en que entendemos bien la óptica que utilizamos para constatar que "2+2=4" nos damos cuenta que existen conocimientos que por no ser intersubjetivos no por ello dejan de ser potencialmente, enfatizo la palabra potencialmente, verdaderos

Creer que la ciencia crea una barrera válida a los conocimientos de modo que aquellos que no pertenecen a esta son conocimientos que vienen de "fuera" y que al venir de afuera ese "exterior" no ha sido puesto en cuestión desde la misma óptica es justo la posición cientificista que trato de demostrar como falaz.

No hay tal exterior.

estos conocimientos en un marco dado (...) son vistos como necesarios por el hombre, pero (...), eso deviene de: (...)(c) necesidad de silenciar lo trágico e insoportable que resulta ser el responsable último del juicio (la certeza interna de que no hay algo superior lleva incluso a considerar que "debe" haberlo).

¿Certeza interna? Para mi no existen certezas objetivas sobre la realidad. Lo niego rotundamente.

En cuanto a que ciertos conocimientos nazcan de la necesidad de silenciar lo trágico, en este post lo que precisamente argumento es la irrelevancia de anotar eso, de anotar que ciertos productos de nuestro raciocinio surgen de y sirven para nuestra idiosincrática naturaleza porque todos, sin excepción, todos nuestros conocimientos surgen de igual modo y con el mismo objetivo.

Así que todos nuestros conocimientos, desde "2+2 = 4 es Verdadero" hasta "todo tiene una causa", nacen para alumbrar un mundo (Maturana dixit).

El que surgan de una necesidad de silenciar no apunta nada sobre su validez -que no nos es posible aseverar de forma absoluta a propósito de cualquier conocimiento- porque toda nuestra cognición y por ende nuestros conocimientos nacen para satisfacer unas necesidades.

Lo importante, lo que hace que una hipótesis se convierta en conocimiento es su adaptatividad para nuestro mundo alumbrado, el que al mono le sirva para librarse de entrar en la cueva aunque el resto de la comunidad simiesca, al no entender el conocimiento tácito que maneja, pueda burlarse de él.

la ciencia (...) ha tenido la "virtud" de poner al hombre como RESULTADO ante sí mismo y poner de manifiesto que sus productos culturales, cognitivos, técnológicos, etc., responden a un imperativo teleonómico (...) que contiene algo que le dice que puede ir más allá sin que pueda ir demasiado lejos (la conciencia, claro); lo que, de nuevo, determinaría la emergencia de lo imaginario incluyendo a los dioses, La Razón, el Arte, etc.

No estoy de acuerdo y la metáfora que utilizas (aunque tal vez haya sido sinquerer) revela, a mi juicio, tu error epistémico. Me estoy refiriendo a decir que nuestra conciencia puede ir más allá sin que pueda ir demasiado lejos porque pareciera que nuestra cognición fuera un ojo que en su mirar hace representaciones mentales objetivas de la relidad, que la cartografía de forma verídica pero que dicho mirar tiene un límite en su alcance; cuando lo que yo (con Maturana) afirmo es que no existe tal mirar, no existe tal cosa como una representación mental de la realidad porque nada de lo que le acontece a un organismo es, en rigor, de origen externo; todos los eventos de un sistema están determinados por su propia estructura de modo que no tiene sentido decir que se han alcanzado el límite de la representación y que dicha representación la rellenamos con una emergencia de lo imaginario incluyendo a los dioses, La Razón, el Arte, etc. de, digamos, fabricación casera, una fabricación casera añadida a nuestra representación de la realidad pero no perteneciente a ella y digo que no tiene sentido decir todo esto, hablar de dicha emergencia, porque todos nuestros conocimientos son, por seguir con la comparación, de fabricación casera desde las matemáticas hasta el arte.

Otra cosa es cómo salvamos el solipsismo y en ese sentido he apuntado al concepto de degeneración que entoncraría con el reino platónico pero que nuestras estructuras sean degeneradas no implica que dejen límites en su alcance antes bien lo ocupan todo, por lo que no tiene sentido establecer una frontera entre, o una emergencia de los dioses, La Razón, el Arte, etc. sobre lo conocido.

Saludos

Carlos Suchowolski dijo...

Cuando decía "de fuera" no me refería a "fuera de la ciencia" sino "fuera de tu propio discurso" para el cual ciertoas afirmaciones parecen apriorismos (respecto de ese discurso, no de "otra cosa" que no hemos definido ni tu ni yo).

Cuando dije "certeza" quise decir "sensación de certeza", lo que es un tanto obvio. Entiendo por otra parte que si esto queda "bien entendido" (y dicho) estás de acuerdo con "mis" (a), (b) e incluso (c).

No son los "conocimientos" los que "nazcan de la necesidad de silenciar lo trágico" sino los mitos, es decir, las construcciones que dan a los datos una narrativa capaz de darnos la sensación de certeza que necesitamos. Y sí creo que es relevante aunque sea una constante (otra cosa que debería probarse pero que asumimos: lo constante, lo invariable, lo reproducible...) No sigi porque pensándolo se concluye lo que sigue.

Yo no lo formularía así ni lo hago: "ciertos productos de nuestro raciocinio surgen de y sirven para nuestra idiosincrática naturaleza" ni que "nuestros conocimientos surgen de igual modo y con el mismo objetivo". Yo digo: la capacidad de reflexionar, elaborar ideas, construir mitos, establecer relaciones entre sucesos, extraer regularidades, imaginar entes capaces de llenar los huecos de nuestra comprensión -no la absoluta humana sino la real de cada individuo en grupo y en una época dada-, etc., es un resultado de la evolución y salió como salió y no como la lógica humana lo habría pretendido. Al ser un resultado, asumo que nació para mejorar la capacidad adaptativa y de adaptación con vistas a la supervivencia, pero esto escapa incluso al modelo "necesario" y a la vez se queda "corto" (también digo alegóricamente que es por ello "imperfecto"). Esa capacidad intelectiva sirve al homo sapiens para "buscarse la vida" igual que al mono sus capacidades. Al emergeer sin embargo se crean nuevas necesidades y limitaciones, pero el homo primitivo vive más intensamente su necesidad de sobrevivir "como él es ahora" antes que "como hace falta" (¿quién puede decirlo sino un ser "externo" y superior que no se encuentra?), De ahí lo que hace y lo que piensa... sólo un modo de aferrarse sin cambiar (y la tecnología viene a servir más que nada antes para eso y de hecho, igual que las sociedades que se levantan sirven para preservar lo existente socialmente hablando a costa de los grupos que no pueden imponer otra sociedad y que caen en acomodarse, etc. -lo menciono para resaltar que el esquema se repite-). Esto de irrelevante no tiene nada. El ejemplo de Galileo haciendo ciencia para convertirse en cortesano es decisivo. Y el que tu defiendas un teoría, también. Y yo, claro. (Puedes ver una aplicación de mi enfoque a un tema como el del liberalismo como ejemplo de modelo mítico en mi último post).

Coincido básicamente con: "El que surgan de una necesidad de silenciar no apunta nada sobre su validez -que no nos es posible aseverar de forma absoluta a propósito de cualquier conocimiento- porque toda nuestra cognición y por ende nuestros conocimientos nacen para satisfacer unas necesidades.

Lo importante, lo que hace que una hipótesis se convierta en conocimiento es su adaptatividad para nuestro mundo alumbrado, el que al mono le sirva para librarse de entrar en la cueva aunque el resto de la comunidad simiesca, al no entender el conocimiento tácito que maneja, pueda burlarse de él."

No digo lo contrario, pero... la eficacia adaptativa no es demostrable salvo desde fuera del sistema al que pertenecemos (que es gödelianamente incompleto) y ahí viene la "tragedia" y el nacimiento del "mito" (incluido el de que la ciencia lo resolverá todo o es capaz de llegar a la verdad, etc., razón por la cual debemos volver a comprender en base a la mecácica "idiosincrática" por qué tendemos a dar por eficaz una cosa cuando sólo es... "lo que hay".

De nuevo me "tergiversas", porque no dije "puede ir más allá" sino "le dice que puede ir más allá sin que pueda ir demasiado lejos". Esta vez no obvié lo de la "sensación" que me dejé antes. Repito: el hombre siente que su conciencia parece capaz de "todo" y NO ES ASÍ. La ciencia, insisto, sí es capaz de producir evidencias (que serán más o menos deformadas en función de la realidad que se vive, por decirlo en una frase... que espero no de lugar a malas interpretaciones) y esos "conocimientos" asociados nos dicen (HOY y no puedo asegurar que también MAÑANA) que el hombre es un RESULTADO de la evolución. Y eso lo ha dado una disciplina que HOY se enmarca dentro de lo que llamamos Ciencia, en ese sentido lo que dije es una mera descripción de una realidad cultural actual. En ese sentido, en fin, esa idea es eficaz para mis elucubraciones ya que me permite enlazar lo que vivo y darme una respuesta autosatisfactoria. Lo sería más si tuviera repercuciones sociales, pero eso es parte de lo que se llama "crisis de nuestro tiempo" (o yo lo imputo así) de la que a su vez doy mi propia explicación "determinista" (según también "mi definición").

Con lo que dices luego también estoy básicamente de acuerdo y de nuevo te veo "muy crítico con alguien que no soy yo". De todos modos, aclararé más el asunto de lo "externo" respecto de lo cual mi mención no es en el sentido de que exista o no (que no podemos saberlo, ¿verdad?) sino a (de nuevo) la sensación de que "debería" haber un "exterior" y un "superior", cosa que le pareció "lógico" a todos los pensadores desde el principio de los tiempos (¿qué es Dios, el Paraíso, el Nirvana, etc. sino "instancias" de "otro mundo" sin el cual el hombre no se podía creer que existiera? ¿Cómo podía comprender la "voz de su conciencia" sino como la de un ser que le hablabba des "fuera"?). Es recién ahora (muerto incluso Kant y sobre todo Kant) como podemos decir que no existe el "afuera" (y lo decimos porque nos conviene y, obviamente, no porque podamos garantizarlo!). Mi mención se refería a que entendía que eras tú el que se salía del "discurso propio" (tuyo) trayendo de un "afuera" parecido (lo sobrenatural) cosas no justificadas dentro de tú discurso o "sistema formal". Y aquí pude ser yo quien te malinterpretara.

De todos modos, dado un sistema formal se pude hablar de un afuera y un adentro, cómo no... Y como hablabamos de "discursos" eso es estar en el plano de lo formal y no de lo real.

Por último y ligado a esto está esa idea que he visto de pasada de la realidad como un continuo de relaciones etc. sobre lo que ya veré si opino en detalle ya que en general huyo de los lenguajes expertos y un tanto esotéricos y al menos eso siento ante el discurso que haces en el post (al menos de entrada). Sólo te diré que el marco de observación humano es un entorno con centro en el hombre y en ese entorno se pueden considerar sólo "parte" del "todo" dado que sólo dentro de ciertos límites son operativas las influencias "externas" (o que vienen "de lejos" si prefieres) y son más fuertes las cercanas. Un ejemplo ultrasimple de mecánica: nos afecta la gravedad terrestre mucho más que la fuerza de atracción de Vega.

Que los astros te sean propicios y me critiques a mí y no a algún otro, que me resultará muy provechoso no te quepa duda.

Un saludote!

Héctor Meda dijo...

Cuando decía "de fuera" no me refería a "fuera de la ciencia" sino "fuera de tu propio discurso" para el cual ciertoas afirmaciones parecen apriorismos (respecto de ese discurso, no de "otra cosa" que no hemos definido ni tu ni yo).


El único apriorismo que postula mi discurso es que la realidad debe tener algún tipo de estructura degenerada con la nuestra pero no he postulado ningún tipo concreto de estructura subyacente a la realidad, sólo he apuntado cuáles son los criterios epistémicos que dan validez a un conocimiento y en consecuencia he deducido que pueden existir conocimientos no pertencientes a la esfera científica.

Por lo tanto, no existen apriorismo en mi discurso. No en este al menos. No los veo, en cualquier caso.

No son los "conocimientos" los que "nazcan de la necesidad de silenciar lo trágico" sino los mitos, es decir, las construcciones que dan a los datos una narrativa capaz de darnos la sensación de certeza que necesitamos

Pero es lo mismo. El mito es conocimiento tácito o representación verbal de ese conocimiento. Y la sensación de certeza, el grado de certidumbre, es lo que distingue un conocimiento científico cualesquiera de cualquier otro conocimiento cuya falsedad no haya sido demostrada.

E insisto en su irrelevancia pues apunta más una suerte de falacia ad hominem. Te remito al mono anumérico el cuál puede desear que entrados tres leones en la cueva y salidos otros tres no quede nadie allí vigilando su presa pero el hecho de que necesite creer porque está hambriento que "3-3=0" no cambia el hecho de que mantener un conocimiento equivocado, tarde o temprano, pasa factura -la realidad es implacable en su ciega ejecutoria- luego si es capaz de insistir en la validez de "3-3=0" lo será a razón de que experimente empíricamente su verdad y otro tanto lo digo para el que la critique dado que ambos al no poder verbalizarla no pueden refutarla de forma abstracta apelando a la lógica.

No digo lo contrario, pero... la eficacia adaptativa no es demostrable salvo desde fuera del sistema al que pertenecemos (...) y ahí viene la "tragedia" y el nacimiento del "mito"

Pero el mito (es lo que quiero apuntar en mi post) también tiene que ser eficaz, no sólo a modo de sedante sino que debe coincidir, adaptarse a lo real de modo que el mito funciona igual que cualquier otro conocimiento: no es inválido per se, a lo más desprende menor certidumbre.

Repito:el hombre siente que su conciencia parece capaz de "todo" y NO ES ASÍ

Sí, pero yo no te critico eso sino que el resto de lo que le falte al "todo" lo rellenemos con loquesea y que ese loquesea por ser un añadido a lo que uno es capaz resulte inválido.

En suma, no es el mito lo que emerge sino el lenguaje para envolver lo mitificado y la ciencia para envolver y poner en escena lo sabido de forma tácita.

Creer que esa puesta en escena es y sólo es lo válido es contra lo que discuto y que no sé si compartes o no.

Mi mención se refería a que entendía que eras tú el que se salía del "discurso propio" (tuyo) trayendo de un "afuera" parecido (lo sobrenatural) cosas no justificadas dentro de tú discurso o "sistema formal". Y aquí pude ser yo quien te malinterpretara.


Es que yo no he dicho (en este post) que realmente exista lo sobrenatural o intentado siquiera traerlo a escena. Lo que he tratado de decir o hacer deducir, en todo caso, es que el hecho de que lo sobrenatural o mejor dicho una teleología de la vida (pero también la experiencia, el arte, el andar en bici) no sea verbalizable y por extensión científicamente analizable no invalida la posibilidad de que exista y lo conozcamos ya que a cualquier ser cognoscente le es posible tener conocimientos que a pesar de no poder ser validados socialmente le resulten eficaces y en la medida en que se lo resulten podrá aceptarlos como (provisionalmente) verdaderos.

Este post era principalmente epistémológico no tanto ontológico como sí lo era el de las contraargumentaciones sobre dios

De todos modos, dado un sistema formal se pude hablar de un afuera y un adentro, cómo no... Y como hablabamos de "discursos" eso es estar en el plano de lo formal y no de lo real

Sí, pero cuando dicho sistema formal es nuestra cognición, es decir, cuando estamos imbuidos en él no se puede determinar qué es afuera y qué es adentro. Eso lo demostró Turing (si no me equivoco), demostró que no podemos determinar qué proposiciones son indecibles.

Por el contexto del texto entendí que hablábamos del sistema cognitivo humano y de ahí mi crítica

Saludos

Carlos Suchowolski dijo...

Sólo tres apuntes lo más breves posibles para no hacer de esto un intento de llegar a "La Verdad", algo inútil y pretensioso (como poco). Y seguro que me dejo algo importante...

1) sobre el (los) "apriorismo(s)": veo su aparición en tanto se traen de "otra parte", desgajados del discurso. No existen para mí apriorismos "en sí" porque no existe para mí "verdad demostrada en sí" (se demuestra lo que se ha intuido y en general se consigue vía el modelo adecuado). Lo "aprioristico" está, como la "verdad", en relación al propio sistema en el que se usa/prueba.

2) sobre la "eficacia": no es sino un resultado tan previsible como la "obstaculización" y por ello, no es atributo que sirva de base para valorar nada. Salvo... ¡epa!... EN ESTE MUNDO DONDE LA EFICACIA SE HA ESTABLECIDO HISTORICAMENTE COMO VALOR.

3) "... yo no te critico eso sino que el resto de lo que le falte al "todo" lo rellenemos con loquesea y que ese loquesea por ser un añadido a lo que uno es capaz resulte inválido."

En absoluto digo que el relleno sea una alucinación (como mucho, lo que incluso contiene mucha realidad a mi criterio): yo creo firmemente que cada "narración" (mítica, mágica, científica, etc.) evoca lo real y trata de apropiárselo. El "problema" que señalaba es otro, pero sin duda hay que encontrar la manera más rigurosa de exponerlo...

Conclusión: el y los problema/s son muy complicados, por lo que ojo con los modelos que están todos bajo sospecha y no sólo los que nuestro modelo diga que lo están... después de haber adoptado uno por... unas cuantas causas (históricas en sentido amplio).

(Mañana leo y contesto en mi blog a tu comentario a mi post).

Un saludo cordial y sigamos sin saber adónde.

Héctor Meda dijo...

Bien Carlos, atengámonos a tus tres puntos:

1) Insisto en que en este post he tratado de desarrollar una epistemología no una ontología por lo tanto no he propugnado ninguna verdad demostrada en sí máxime cuando, siguiendo la teoría de Santiago, he rechazado explícitamente la existencia de hechos puros objetivos a razón de que que nuestra cognición NO realiza una representación mental de un mundo independiente y predeterminado

2)La eficacia lo es todo a la hora de valorar un conocimiento. ¿Qué si no? Hablo, claro, de la eficacia predictiva. Sin ella no habría epistemología.

3)Bien, pues te invito a que lo escribas en un post ;-) y con este comentario sí estoy de acuerd:
yo creo firmemente que cada "narración" (mítica, mágica, científica, etc.) evoca lo real y trata de apropiárselo.

A tu conclusión comentaría que no he buscado tanto cuestionar un modelo epistemológico (método científico) cuanto negarle el monopolio (caso del cientificismo)

Carlos Suchowolski dijo...

Bien, vamos acotando intencionalidades explícitas y subterráneas y seguiremos intentando que afloren a base de "provocaciones". Muy provecho y estimulante el intercambio. A ver si abordo de nuevo el "problema de la verdad" del que ya escribí algo a propósito de Strauss y Nietzsche y que suspendí para madurarlo más.
El eje que lo complica "todo" a mi modo de ver es justamente la falta de un sistema absoluto de coordenadas desde el cual precisar que un juicio haya apropiado la realidad (ni siquiera la operable y no digamos la "absoluta"). La eficiencia cognitiva se obtiene como reafirmación, como si dijéramos "a la fuerza", como si dijéramos "para que lo sea"... En fin, no sé si logro trasmitir la idea: el "problema" está en que somos parte del sistema que pretendemos adaptar a un nosotros que además "se mueve", "muta", y se hace para que no "mute"... Lo que no frena sino todo lo contrario nuestro enjuiciamiento no siempre "lógico" para todos los observadores o "no justificado" por todos y sin embargo... "eficaz" para el emisor... En fin, ya me estoy enrollando de nuevo... Mejor dejarlo para la siguiente.

Un saludo.

Carlos Suchowolski dijo...

En breve te ofreceré una relectura de tu alegoría del mono, la cueva y los leones, je... Pero como no quiero enterrarlo aquí después de que yo mismo sugiriese seguir "en otro momento", esperaré a que lo vuelvas a utilizar. Dejo esto más como mensaje que como coemntario.
Au revoir.

Héctor Meda dijo...

No creo que vuelva a utilizar la alegoría así que te invito a que hagas ya la relectura bien sea aquí bien sea en tu blog ;-)

Saludos

Héctor Meda dijo...

Bueno replico a este comentario al considerar que este es el mejor lugar:

esta formalización NO es sinónima de la REALIDAD, no es LA REALIDAD, sino sólo una manera de expresar una situación por parte del ser humano.
Y además esto nos lleva a la segunda limitación: MUCHO MENOS ES TODA LA REALIDAD:


Obvio. Fíjate lo que digo en este post: nada le asegura al mono que de entrar y ver que no hay fieras esto haya sido porque realmente y no casualmente la proposición "3-3=0" es verdadera por eso nunca se puede afirmar objetivamente nada.

lo que está claro para mí es que no se ha producido algo que pueda llamarse "conocimiento real o de la realidad" sino un RESULTADO vinculado con las capacidades sensoriales y neurológicas del mono, resultado que no tiene por qué significar "conocimientos" ni "eficacia".

No existe tal cosa como "conocimiento real o de la realidad" sino que todo es un RESULTADO vinculado con las capacidades sensoriales y neurológicas del mono, o más en general, del ente cognoscente. Sí he sacado a pasear a Maturan & Varela es para dejar clara esta posición y porque de hecho era vital para la argumentación.

Por último, si he puesto al mono calculín es para que desde nuestra privilegiada -por humana- posición veamos que el mono acierta pero no sabe que acierta. Ahí está la miga de la alegoría.

Carlos Suchowolski dijo...

¡¡JUSTAMENTE!!! Decir "el mono acierta pero no sabe que acierta" ES UN ABSURDO y es un ejemplo de lo que te achacaba de salirte "fuera del propio discurso" con apelaciones "externas". ¿Cuáles? Yo qué sé: eres tú quien debe decirnos QUIÉN (¿Dios?, ¿La Caverna? ¿Los filósofos clásicos como ancestros o aparecidos?) serían los que "GARANTIZARÍAN" que el mono haya "acertado" y no simplemente "hecho algo", "actuado", "reaccionado"...

Un saludo también en este luggar de la infinita mesa de ping-pong de la bogsfera en donde se cruzan nuestras pelotitas sin que lo sepa mucha gente (¿tal vez 100?).

Héctor Meda dijo...

Decir "el mono acierta pero no sabe que acierta" ES UN ABSURDO

Me autocito:no es la proposición en sí lo que da certidumbre sino su público para lo que necesitamos, digamos, un puesta en escena. Y verbalizarlo, como veremos, ya es también una puesta en escena, una puesta en escena a nosotros mismos.


No saber que sabemos algo es moneda común en nuestra cognición Te remito a Funes el Memorioso que piensa que el perro de las 15:14 es diferente al de las 15:16 y así nos hace ver que nosotros sabíamos, aunque no nos habíamos dado cuenta, que era el mismo perro.

Como dice Maturana el privilegio del lenguaje es saber que sabemos pero no podemos decir que saber siempre implica saber que sabemos porque eso implicaría un regressuss ad infinitum que todos los neurofilósofos que yo conozco, desde Dennett hasta Chalmers, han rechazado

eres tú quien debe decirnos QUIÉN (¿Dios?, ¿La Caverna? ¿Los filósofos clásicos como ancestros o aparecidos?) serían los que "GARANTIZARÍAN" que el mono haya "acertado" y no simplemente "hecho algo", "actuado", "reaccionado"...


¡Que va!

Eres tú quien debe decirlo

XDDDDDDD

¡Si ahí está toda la gracia del asunto! No te puedo destripar el chiste xDDD pero todo el post circula alrededor de esa idea de necesidad de autoridad última.