domingo, 24 de mayo de 2009

Desencuentros en la primera frase

He registrado las arbitrariedades de Wilkins, del desconocido (o apócrifo) enciclopedista chino y del Instituto Bibliográfico de Bruselas; notoriamente no hay clasificación del universo que no sea arbitraria y conjetural.

La razón es muy simple: no sabemos qué cosa es el universo.

"El mundo -escribe David Hume- es tal vez el bosquejo rudimentario de algún dios infantil, que lo abandonó a medio hacer, avergonzado de su ejecución deficiente; es obra de un dios subalterno, de quien los dioses superiores se burlan; es la confusa producción de una divinidad decrépita y jubilada, que ya se ha muerto" (Dialogues Concerning Natural Religion, V. 1779).

Cabe ir más lejos; cabe sospechar que no hay universo en el sentido orgánico, unificador, que tiene esa ambiciosa palabra. Si lo hay, falta conjeturar su propósito; falta conjeturar las palabras, las definiciones, las etimologías, las sinonimias, del secreto diccionario de Dios.
Borges en El idioma analítico de John Wilkins

En los comentarios de una anterior anotación un comentarista nos brindó una nueva vuelta de tuerca a la parábola del explorador y el indígena:

Supongamos que viajamos (por teletransportación, por ejemplo) a un lugar donde existen seres con cualidades muy diferentes a las nuestras. No hay seres ni antropomórficos ni siquiera zoomórficos, pero vamos con la hipótesis de que algunos de ellos son inteligentes y se comunican. ¿Qué rasgos buscaríamos en su conducta para interpretar que son significativos, y cómo lograríamos comunicarnos con ellos?

Para empezar podríamos pensar que si vienen otros exploradores/extraterrestres, estos, al tratar de traducir también las mismas palabras, los mismos fenómenos físicos que nosotros, por fuerza desarrollarían un lenguaje que tendría similitudes, siquiera estructurales, con el nuestro.

Esto nos lleva a la dilucidación de cuáles son aquellos principios lingüísticos universales y si existen, claro.

Recordemos un caso histórico. En los años 70 un matemático llamado Freudenthal trató de crear un lenguaje universal, el Lincos, precisamente con el objeto de posibilitar una comunicación con una especie inteligente independientemente de la naturaleza biológica de esta.

Un lenguaje obviamente matemático y por tanto enteramente formal, desposeído de las redundancias y presunciones culturales que jalonan el lenguaje natural.

Lincos era similar en su gramática a lo descrito en la película Contact (que fue en los 90) con la intención de asegurarse que fuera entendible por cualquier tipo de cognición.

Umberto Eco da en su libro La búsqueda de la lengua perfecta una estocada a tales sueños anti-babelistas (pág.260):

Freudenthal piensa indiscutiblemente en una auténtica characterística universalis, pero en Lincos sólo están claramente establecidas y presentadas al comienzo algunas reglas sintácticas, mientras que para otras operaciones (por ejemplo, los modelos de interacción de pregunta y respuesta) el proyecto asume implícitamente las reglas de un lenguaje natural, y hasta su pragmática. Imaginemos una comunidad de seres con poderes telepáticos (el modelo podría ser el de los ángeles [o el de los insectores], que leen cada uno la mente del otro, o todos aprenden las mismas verdades leyéndolas en la mente de Dios): para seres de estas características la estructura interaccional de pregunta y respuesta no tendría ningún sentido. El inconveniente de Lincos está en que, a pesar de tener una estructura formal, está concebido como lenguaje de comunicación natural y, por tanto, debe permanecer abierto a momentos de inseguridad, de imprecisión; en otras palabras, no debe ser tautológico como un lenguaje formalizado.

No es posible, en consecuencia, establecer una comunicación en donde haya transmisión alguna de información y además se haga con un lenguaje estrictamente formal, sintáctico.

Pero, ¿podemos siquiera encontrar puntos comunes en nuestra sintaxis? ¿Mostrar el esqueleto de nuestro lenguaje y encontrar que tiene elementos estructurales coincidentes con el de cualquier ser pensante? Al fin y al cabo, todos los lenguajes de todos los seres vivientes quieren traducir la misma palabra, gagavai, esto es, quieren replicar la misma estructura, la estructura de lo real.

Aseverar que habrá la misma coincidencia estructural en nuestros lenguajes presupone una cognición representacional, una cognición que aprehende el mundo y no lo alumbra o replica desde la propia estructura neurobiológica de cada ser, tal y como proponen Maturana y Varela.

Desde esta teoría se considera que nuestro operar cognitivo no aprehende lo existente, no caza la realidad, ni se acerca a la misma por sucesivas aproximaciones sino que desde nuestras propia estructura cognitiva se alumbra una realidad acoplable con la auténtica, con la objetivamente real y por tanto común a todo ser.

No obstante hay que dejar claro cuál es la naturaleza de este acoplamiento pues nosotros no nos acoplamos al entorno como, digamos, un conductor hace que su coche se acopla a un aparcamiento al aparcarlo.

En este caso hay una corrección de la posición mediante un flujo continuo de la información de modo que tal flujo ha de ser procesado de una forma algorítmica donde la información procesada repercute en una acción que a su vez genera otra vez datos de entrada a procesar.

A este acoplamiento retroalimentado podríamos considerarlo cibernético.

Si la cognición sea un proceso de acoplamiento a lo real comandada por un algoritmo entonces tendríamos un acoplamiento cibernético con el entorno.

Por el contrario, nuestro acoplamiento con el mundo es estructural, esto es, lo que se da es como la metáfora del submarino en donde no hay flujo de información aunque sí haya una interacción física con el entorno.

A mí me gusta sacar como ilustración clarificadora de lo que significa un acoplamiento estructural a la teoría newtoniana.

Supongamos que la estructura matemática real de la gravedad fuera la einsteniana.

Ahora podríamos decir que la teoría newtoniana tiene un acoplamiento estructural con la gravedad pero, hay que fijarse que, ningún elemento aislado de la teoría newtoniana es real.

Me refiero a que ni las fuerzas nada tienen que ver con deformaciones espacio-temporales, ni el cálculo infinitesimal nada tiene que ver con tensores geométricos, ni la euclideana geometría propugnada por Newton nada tiene que ver con la de Riemann ergo no hay una representación real o siquiera aproximada de la estructura real -la einsteniana- de la gravedad en la teoría newtoniana sino un alumbrar una estructura que se acopla toda ella entera con la auténtica y así como una teoría gravitatoria puede ser más o menos eficaz en su traducción, más o menos precisa en la replicación de los resultados reales y no por ello tiene que tener los mismos elementos estructurales y por tanto el manejo de las mismas entidades (geometría euclidea, fuerzas, etc) que las existentes (geometría riemanniana, deformaciones espaciotemporales, etc); así, también pudiera suceder que nuestro estar y describir en el mundo no tuviera coincidencias sintáctico-lingüísticas con la de otras cogniciones de diferente biología aunque en ambos casos se dieran estructuras cognitivas que resultan eficaces en su traducción de o en su acoplarse a lo real.

No habría coincidencia en ambas especies salvo el hecho de que ambas especies sobreviven.

Para concluir: sé que esta teoría cognitiva suscita muchos desencuentros pero no busco la plena aquiescencia del lector, me conformo con que comparta conmigo la idea de que la dilucidación de si existen principios universales expresables en algún tipo de lenguaje antes que una cuestión semiótica, incluso epistemológica, es neurofilosófica y que la cuestión en absoluto es trivial.

Ahora bien, si damos por válida la perspectiva biológica de la cognición, si aceptamos que cualquiera que sea la realidad, el conocimiento es algo del sujeto que conoce y, por lo tanto, es algo que se da en el sujeto tal como es el sujeto y no tal como es lo conocido entonces la idea de que estamos solos en el mundo sería en puridad verdadera aún en el supuesto de que existiesen otros seres; es más, teniendo en cuenta el hecho que de algún modo cada ser humano es estrictamente único en su biología entonces la idea de que cada individuo en el fondo está realmente sólo en y ante el mundo adquiere también una dramática verosimilitud que a duras penas podemos esconder con el manejo del lenguaje.

42 comentarios:

Jesús P. Zamora Bonilla dijo...

Es que lo único importante del lenguaje (en relación a su "conexión con el mundo") es su capacidad inferencial: mientras haya casos paradigmáticos en lo que algunos fenómenos EXTRALINGÜÍSTICOS te permitan determinar (con mayor o menor seguridad) que un cierto enunciado es CORRECTO, y mientras las reglas de inferencia de tu lenguaje te permitan llegar a partir de algunos enunciados "correctos" de ese tipo, a OTROS enunciados "correctos" del mismo tipo, ya tienes TODO lo necesario para considerar que tu lenguaje (y tus teorías) tienen "alguna conexión" con el mundo.
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Por otro lado, me dan un poco de risa los intentos de crear un lenguaje MATEMÁTICO para que lo entiendan los extraterrestres. Al Freuenthal ése lo mandaba yo a mi pueblo hace cincuenta años (¡más paletos que un arao, eran!) a entenderse con mis antepasados en lenguaje Lincos. Supongo que su conclusión sería que no se trataba de seres inteligentes, porque no entenderían ni papa de lo que les estaba contando. (Y, hombre, inteligentes sí que eran, aunque paletos).
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En todo caso, una cuestión PREVIA a si los extraterrestres que nos encontramos son seres inteligentes o no, es si son seres vivos o no. No te creas que eso es fácil.

Héctor Meda dijo...

A mi también me parece muy ingenua la empresa de Freudenthal pero fíjate que grosso modo es del mismo tipo que la emprendida por los proponentes del esperanto o incluso de ciertos investigadores de la IA o por mentar al divino argentino, la emprendida por John Wilkins.

Ahora lo que comentas del lenguaje y su conexión con el mundo es cierto mas el problema es el evitar los tres mundos popperianos, mundos que yo creo postulamos si asumimos que manejamos principios lingüísticos comunes a todo ser de forma que dichos enunciados lingüísticos sean tan objetivamente reales como los fenómenos extralingüísticos que etiquetan.

Donde ya disiento es el misterio que ven algunos en la definición de vida.

Yo es que debo ser muy obtuso pero nunca me ha parecido relevante si un virus es realmente un ser vivo o no, lo que importa es qué entendemos por ser vivo y que el concepto sea corregible empíricamente.

Es un poco como lo de Plutón y el tema de qué es un planeta, ¿no?.

Medio en broma, medio en serio también te digo que no sé si es una cuestión previa a si son inteligentes los extraterrestres el hecho de dictaminar si están vivos porque si hacemos caso a algunos científicos computacionales existen programas inteligentes pero no vivos

Fíjate: ¿Es inteligente Deep Blue? ¿No? ¿Entonces no sabe jugar al ajedrez? ¿Se puede saber hacer algo sin ser inteligente? ¿No? ¿Entonces está vivo?

En fin, a pesar de todo yo creo que estas cuestiones dependen sobre todo de las definiciones de las que partamos

Jesús P. Zamora Bonilla dijo...

No entiendo muy bien lo que quieres decir con lo de los tres mundos popperianos. Yo, como sólo experimento el mundo 2, me preocupo más bien poco por el 1 y el 3.
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Con respecto al esperanto: con alguien que te viene hablando en esperanto, te puedes llegar a entender (al menos, los de mi pueblo); con alguien que te viene con el Lincos, los de mi pueblo lo echarían al pilón de cabeza.
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Y sobre si están vivos o no, me refiero más que nada a cómo decidir si estás ante alguien que merece la pena intentar descifrar, o estás ante una piedra.
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La comunicación es BÁSICAMENTE conversación. No puedes CONVERSAR con un gato (al menos, no puedes si estás en tu sano juicio), pero puedes mandarle "mensajes" para que reaccione de una manera o de otra. Pero con una piedra, es más complicao.

Héctor Meda dijo...

Dices:

No entiendo muy bien lo que quieres decir con lo de los tres mundos popperianos.

Nada, simplemente quería reenfocar mi post con tu terminología con lo que he acabado pensando en los tres mundos de Popper. Un poco divagaba en alto para mi mismo.

No te estaba criticando, de hecho, yo también creo en un sólo mundo. Ese es el quid, que no tenemos con seguridad más que un mundo en común con los extraterrestre -porque, posiblemente, el resto sean ficiticios- luego no está asegurada nuestra comunicación con ellos, no está asgurada la común existencia de un tercer mundo que es lo que implicaría que tuviésemos de hablar el mismo lenguaje.

Y sobre si están vivos o no, me refiero más que nada a cómo decidir si estás ante alguien que merece la pena intentar descifrar, o estás ante una piedra.

¡Ah, vale! Lo que quieres es básicamente plantear es lo mismo que Juan Antonio en el comentario que dio pie a este post, ¿correcto? y es el preguntarse cómo podemos estar seguros de que puede haber comunicación con un ser, cómo saber que es un gato y no una piedra (metafóricamente hablando, claro, porque la distinción literal de ambos entes es trivial, ¿verdad? :-P )

Mi respuesta es que no hay posibilidad alguna salvo mandar señales lo más universalmente inteligibles y esperar respuesta.

Además, lo que viene a decir mi post es que de fracasar con estas señales no podríamos asegurar que estamos ante piedras pues nada nos asegura que la intelección de dichas señales es condición sine qua non para tener inteligencia.

En ese sentido, efectivamente, si ya es controvertido asegurar qué es la inteligencia, el aseverar de forma apodíctica cuál ser está vivo y cuál no implica añadir aún más incertidumbre a nuestra teoría del Contacto.

Es como si entras en una sala llena de sordos y gente normal. Pues bien resultará más eficiente para comprobar quienes oyen el afirmar en todos los idiomas conocidos que se regala dinero que el hacer una teoría conductual del oyente, de haberla, claro.

Jesús P. Zamora Bonilla dijo...

Pues esa es la cosa: con los paletos de mi pueblo no compartimos el tercer mundo de Popper, porque no lo conocen ni de coña, pero nos entendemos de puta madre. ¿Por qué extraña superstición piensas que el "tercer mundo" iba a ayudarnos UN POQUITO con los extraterrestres? ANTES de ponernos a hablar de matemáticas con ellos, tendremos que haber CONVERSADO ya bastante, al menos para impedir que nos coman, o que nos los comamos a ellos.
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Y para evitar que te coman, me parece un ERROR GARRAFAL mandar señales "lo más universales posibles". Tú lo que quieres es que no te coma ESE BICHO que tienes delante, y a lo mejor le gustan especialmente las hamburguesas de recitador de teoremas matemáticos.
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Y, por último, en lo de los sordos creo que subestimas mucho el número de idiomas conocidos. (Además, ¿por qué iban a hablar idiomas "conocidos"?).

Héctor Meda dijo...

Espera un poquito, no nos líemos; con los paletos compartimos un mismo mundo que es el creado por el lenguaje porque todos tenemos una misma gramática universal implementada en nuestra cabecita lo cuál posibilita que podamos desarrollar cualquier lenguaje, el matemático por ejemplo, que sea compresible por cualquiera -no hace faltas ser inglés para saber inglés- así como sea utilizada de la misma forma a la hora de, digamos, recoger los fenómenos extralingüísticos.

En este punto es clarificarUmberto Eco cuando decía en el post de Gagavai que el buen ilustrado cuestionará cualquier posible manual de traducción, pero no podrá negar que el indígena dijo gavagai, y que no lo dijo mirando al cielo, sino precisamente mientras dirigía la vista al espacio donde al explorador le pareció ver un conejo.

Y todo esto, digo, porque compartimos la misma estructura neurobiológica que hace que compartamos el mismo tercer mundo, esto es, para todos nosotros "2+2=4" una vez definidos los términos "2", suma, etc. pero este común espacio es con seguridad intersubjetivo, común a todas las mismas neurobiologías pero no sabemos, no podemos aseverar que sea común a todos los seres cognoscentes independientemente de sus estructuras cognitivas.

Cuando preguntas ¿por qué extraña superstición piensas que el "tercer mundo" iba a ayudarnos UN POQUITO con los extraterrestres?, lo que quiero decir que ese tercer mundo, el lingüístico -no otra cosa son las leyes naturales (que es lo que consideraba Popper, si no me equivoco, el tercer mundo)más que flatus vocis salvo que una ontología diga lo contrario- , no es más que algo que podemos compartir nosotros porque, dada nuestra común biología, tenemos los mismos mecanismos cognitivos/perceptivos que son los que posibilitan la creación y compartición de ese mundo lingüístico del mismo modo que las singulares capacidades olfativas de las hormigas y demás insectos sociales les posibilita la trofolaxis.

Y así como no podemos por nuestra incapacidad de detectar feromonas tener tal comercio hormonal no podrían tener los extraterrestres los mismas capacidades lingüísticas de no compartir con nosotros el órgano del lenguaje.

Y para evitar que te coman, me parece un ERROR GARRAFAL mandar señales "lo más universales posibles".

Pues sí, estoy en parte de acuerdo. Precisamente a mi vena paranoica siempre le ha parecido algo osado esa manía de decir al resto del universo no ya que existimos sino cuáles son los logros de nuestra civilización pero el problema es que aquí lo importante es dilucidar cómo comunicarnos con un extraterrestre, no cómo convencerle de algo al fin y al cabo si es un relativista moral no habrá persuasión posible una vez haya decidido acabar con nosotros.

en lo de los sordos creo que subestimas mucho el número de idiomas conocidos (Además, ¿por qué iban a hablar idiomas "conocidos"?).
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Claro, yo no creo que conozcamos todos los idiomas conocibles o mejor dicho, los principios universales de cualquier idioma habido, habiendo y por haber pero la estrategia de desplegar en una comunicación todos los que conocemos me parece la forma más sensata de comunicación con lo desconocido. Otra cosa es que algunos oyentes rusoparlantes sean considerados sordos a razón de mi desconocimiento del ruso pero ¿se te ocurre un método clasificador más eficiente en cuanto a coste, hipótesis asumidas, etc?

Juan Antonio dijo...

Héctor,

Escribo un poco deprisa lo que sigue, porque, aunque ahora no ando muy pletórico de tiempo, me interesa el asunto y, además, soy concausa de que lo plantees (lo cual me alegra):

Como yo soy amigo de la característica universal leibniziana, quiero suponer que la estocada de Eco no me ha dado en el corazón, sino en la coraza.

Como tú mismo indicas, al menos tácitamente, hay un problema filosófico de fondo: ¿el conocimiento es adecuación a la realidad, creación del sujeto, o cualquier otra cosa?
Pero incluso podemos prescindir de ese asunto, porque, aún en el supuesto de un solipsismo extremo (aunque se trate de un solipsismo de especie, no individual), lo que se pretende es si podemos determinar que debemos reconocer la existencia de otros inteligentes, con la misma compulsión o necesidad que reconocemos todo lo que llamamos “objetivo”.

Yo defiendo que, dado que los rasgos concretos o “pragmáticos” (por usar un término incorrecto y contundente en este contexto) de esos extraterrestres, son muy diferentes de los nuestros, e incluso eventualmente incógnitos (en supuestos tipo contact), la mejor estrategia es recurrir a los universales lingüísticos. De hecho, lo que me llevó a pensar en este supuesto a partir del asunto de gavagai de Quine y de la interpretación radical de Davidson, es darme cuenta de que esos supuestos no eran lo suficientemente interesantes para reconocer el concepto universal de cognición, porque introducían muchos rasgos locales que no eran necesarios. A ver, toda comunicación es absolutamente local, no quiero decir que haya comunicación en términos abstractos. Pero los rasgos locales concretos no tienen por qué ser los de la idiosincrasia terrestre y humanoide, que es a la que se ceñían Quine y Davidson.
Otra forma de plantear el supuesto: supón que tienes que determinar si el que te contesta al otro lado de Internet es un ser inteligente (tipo Türing). De nada serviría preguntarle si le gusta la tortilla.

No sé si alguien ha sido tan cretino como para pensar que basta un lenguaje sintáctico para comunicarse. De hecho, una sintaxis es algo incompleto. Pero unos universales lingüísticos son presupuestos, si es que se trata de buscar inteligencias conmensurables (no hablo ya de supuestas otras inteligencias irreducibles a una lógica común con la nuestra: este asunto ya lo discutí contigo, Héctor, hace tiempo, y creo que seguiremos sin estar de acuerdo. Pero podemos obviarlo). Y, desde luego, la presencia de rasgos sintácticos complejos en una conducta, son muestra de inteligencia, si es que las hay, creo yo.

Juan Antonio dijo...

Comentando algunas cosas que dice Jesús con las que, como es usual, no estoy de acuerdo (vive la diferance!):
-¿Lo que nos preocupa es el aspecto pragmático? Muy bien, ¿Cuál? ¿Qué no nos coman?, ¿o buscar seres inteligentes? Cada cosa tiene su momento.
El supuesto pragmático en que nos hemos puesto no es evitar que nos coman (para eso ya están los que fabrican escudos antimisiles, etc) sino comunicarnos, buscar “diálogo de galaxias”, cual zapateros interestelares. ¿O es que este no es un asunto pragmático?

-Una cosa es que vayamos al pueblo de paletos a hablar de matemáticas y otra muy diferente es presuponer que, si son inteligentes, deben poder hablar de matemáticas y lógica. Si un extraterrestre visitase ese pueblo buscando inteligencia no se fijaría en cómo evitan los paisanos que otros se los coman (tal vez los extraterrestres ni siquiera saben lo que es alimentarse, y hay muchas maneras no inteligentes de evitar ser comido), sino, más bien, buscando en sus conductas, elementos tales como la capacidad de universalizar y aprender.

Jesús afirma que, aunque paletos, los paletos son inteligentes. ¿Cómo lo sabe? No creo que sea porque les ve evitar ser comidos (eso lo hacen algunas plantas e incluso piedras, y aunque yo, dado mi pampsiquismo, sí les atribuiría inteligencia, me temo que Jesús no estará de acuerdo).

-El mundo 3 puede no gustarte, pero cualquier pretensión de universalidad lo implica, porque no basta ni el 1 ni el 2, es decir, ni el físico ni el psicológico privado. Pero, repito, una cosa es usarlo y darlo por supuesto (y esto lo hace hasta el más paleto, que usa una gramática universal), y otra cosa es hablar acerca de ello.

Jesús P. Zamora Bonilla dijo...

Los paletos son inteligentes porque puedes CONVERSAR con ellos (aunque no sobre logaritmos... bueno, podrías, pero te costaría un huevo; en cambio, conversar sobre cómo va a ser la cosecha es más fácil).
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Una idea a la que le ando dando vueltas a propósito de esta entrada, y la de "apadrinar conceptos" en mi blog, es la de que , como dije antes, lo único imprescindible para que haya pensamiento racional es que tengamos algún sistema que nos permita hacer inferencias. O sea, necesitamos la capacidad de darnos cuenta de ciertas entidades que tienen la propiedad de poder ser verdaderas o falsas ("proposiciones", "enunciados", o como se quiera), y algunas REGLAS DE INFERENCIA que nos permiten deducir proposiciones verdaderas a partir de otras proposiciones verdaderas.
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"Nuestros" universales lingüísticos son categorías que se refieren a las PARTES de las proposiciones, y que están estructuradas de tal modo que las INFERENCIAS de unas proposiciones a otras se basan en las RELACIONES ESTRUCTURALES entre estas proposiciones, es decir, en ciertas relaciones que hay entre las PARTES de las proposiciones.
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Pero, y esta es mi pregunta, ¿hay una demostración LÓGICA de que "nuestros" universales lingüísticos, o sea, las categorías con las que nosotros "troceamos" las proposiciones, son las ÚNICAS que permitirían una capacidad inferencial suficiente? ¿Puede haber OTRAS maneras -definibles formalmente- de "trocear" las entidades-susceptibles-de-ser-verdaderas-o-falsas, que permitiera hacer deducciones lógicas entre unas y otras, y que no contuvieran nuestros familiares "sustantivos", "verbos", etc.?
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Creo que aquí es irrelevante la cuestión PSICOLÓGICA de si "nosotros" podemos "pensar" en términos de esas categorías, porque lo único que exige mi pregunta para ser respondida es presentar una ESTRUCTURA FORMAL, no hace falta que le demos una "interpretación gramatical", sino simplemente que mostremos que esa estructura permitiría realizar inferencias lógicas.

Héctor Meda dijo...

Hola,
Una pregunta para ambos y luego voy personalizando el comentario.

La pregunta: ¿necesitaríamos conversar con los paletos/extraterrestres/indígenas para saber que son inteligentes?

¿No nos bastaría con que el devenir de nuestra conducta sea replicada o contrarrestada por el ente?

Quiero decir, si yo intento por ejemplo cazarle y este se me escapa y vuelvo a hacerle el mismo acto y entonces el ente sabe ya lo que voy a hacer de forma que cuando estoy dando el primer paso se me adelanta a los subsiguientes que voy a dar, es decir y en definitiva, compruebo que es capaz de tener una teoría de la mente entonces sé que dicho ser es "inteligente" -sí dejémoslo en comillas- porque deduce cuál va a ser mi comportamiento.

En resumen y perdonar pero por las horas en que escribo no puedo andar más lucido, ¿no bastaría con que a ciertas conductas -no hace falta en pensar en algunas concretas, simplemente pensar si existen en abstracto- hubiera que haber ciertas réplicas conductuales que denoten inteligencia?

Al fin y al cabo, sabemos que todos los seres vivos están sujetos a la selección natural del mismo modo que a la gravedad luego tienen que tener ciertos instintos como el de la supervivencia, interacción con el entorno, etc.

De comprobarse esto cabría la posibilidad de verificar la inteligencia de un ser, no entablar comunicación con él, sin hacer uso de lenguaje alguno.

Los universales lingüísticos serían los principios biológicos.

Lanzo la hipótesis y a ver quién es el valiente de manosearla.

Juan Antonio,

De acuerdo con la idea de que la forma más eficiente de proponer una interacción es crear señales cuya inteligibilidad sea ineludible para cualquier creación lingüística -humanamente cognoscible-. Otro item será el hecho de que, como apunta sagazmente Eco, aunque tuviéramos incluso patrones lingüísticos universalmente comprensibles por cualquier ente cognoscente su materialización semiótica, su comunicación siempre haría uso de presupuestos no sintácticos como cuando mandamos señales visuales presuponemos que los seres de al otro lado no son como murciélagos, etc. por lo que estas especulaciones sobre el Contacto se hacen aún más especulativas, más imprácticas, ¿verdad?

Al decir que presuponer el mundo 3 me has recordado a el Nomoteta, otro magnífico texto de Eco y del mismo libro y por tanto muy relacionado y digo que me ha recordado porque asumir como real dicho tercer mundo presupone que el susodicho Nomoteta tiene el don divino del bautizo, de descubrir el nombre real porque lo hay de los objetos del mundo. El conjunto de dichos nombres conformaría la lengua perfecta.

Héctor Meda dijo...

(He tenido que trocear en dos mi comentario porque el ir juntos era para blogger prohibitivamente extenso. Ver para creer)

Jesús,

De acuerdo en lo que dices. Respecto a tus preguntas:

¿hay una demostración LÓGICA de que "nuestros" universales lingüísticos, o sea, las categorías con las que nosotros "troceamos" las proposiciones, son las ÚNICAS que permitirían una capacidad inferencial suficiente?.

Humm... ¿Demostración lógica? Así, a bote pronto, creo que Gödel vino a decir que no pero igual es porque tengo insomnio y medio deliro es por lo que saco a este singular personaje a colación.

¿Puede haber OTRAS maneras -definibles formalmente- de "trocear" las entidades-susceptibles-de-ser-verdaderas-o-falsas, que permitiera hacer deducciones lógicas entre unas y otras, y que no contuvieran nuestros familiares "sustantivos", "verbos", etc.?.

Creo que sí, creo que si Chomsky tiene razón en su jerarquía de lenguajes y en que existe una gramática universal subyacente a todas las lenguas entonces la susodicha gramática sería, si no me equivoco, una gramática sensible al contexto siendo los lenguajes descritos por estas gramática (...) exactamente todos aquellos lenguajes reconocidos por una máquina de Turing no determinista cuya cinta de memoria está acotada por un cierto número entero de veces sobre la longitud de entrada
, en suma, que es un lenguaje cuya estructura es computable pudiendo existir otras estructuras no computables cuyos elementos configuradores no fueran analogables con los de las estructuras sí computables por lo que no tendrían aquellas estructuras formulación posible con nuestra familiar terminología de "sustantivos", "verbos", etc.

En cierto modo es a raíz de este hecho, de que el lenguaje natural no es tan potente como el matemático por lo que en su momento defendí con Kant que nuestro lenguaje natural se degenera en antinomias lo cual nos obligaba a una formulación matemática y a una validación empírica como señas de identidad de nuestro teorizar.

Jesús P. Zamora Bonilla dijo...

éctor: sobre la teoría de la mente; no creo que poseer una teoría de la mente sea condinción NECESARIA para que un ser sea inteligente. De hecho, la "mente" es una ficción producida por nuestro cerebro, y nuestra "teoría de la mente" es un conjunto de hipótesis para hacer predicciones sobre el comportamiento de seres que producen esa ficción. En principio, PUEDE haber formas de "modelizar" tu propia actuación cognitiva y la de los demás, que NO conlleven la hipótesis de que hay una mente (digamos que los alienígenas podrían ser "conductistas radicales", o también haberse inventado OTRA COSA DISTINTA DE LA MENTE para predecir la conducta de sus congéneres).
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Con respecto a la gramática universal, he ido a los enlaces que me pones, pero tienen el vicio de usar términos en las definiciones que no han sido definidos antes (p.ej., la definición de P en la entrada sobre "gramática formal"), así que los que no tenemos ni puta idea de qué va, nos quedamos igual. Cualquier aclaración se agradecerá.

Héctor Meda dijo...

En principio, PUEDE haber formas de "modelizar" tu propia actuación cognitiva y la de los demás, que NO conlleven la hipótesis de que hay una mente.

Pero entonces ¿sería inteligente o simplemente pavloviana la actuación del ente? Es una interesante cuestión, en absoluto trivial y es que yo creo que inteligencia implica lenguaje pero cuidado no en el sentido puro de manejar palabras.

Es que nos fijamos sólo en el lenguaje verbal y este no es en el fondo sino, en palabras de Maturana, una coordinación conductual que coordina otra coordinación conductual.

Cito un ejemplo de comunicación lingüística no verbal:

Supongamos que alguien necesita coger un taxi. Esta persona se encuentra en la calle, y los taxis que van en la dirección en que ella desea ir están ocupados, pero pasan algunos desocupados en dirección contraria. Al ver esto, esta persona hace dos gestos, uno después de otro. Primero, uno que constituye operacionalmente una llamada de atención. Si el conductor del taxi se fija en la persona, hará un segundo gesto congruente con el primero de ella, y ésta hará un gesto que apunta en la dirección que quiere ir. El primer gesto coordina a la persona con el conductor del taxi cuando éste responde, y el segundo gesto coordina la conducta de ambos con la primera coordinación. Al completarse el proceso se tienen no dos coordinaciones conductuales sucesivas solamente, sino que una coordinación conductual que coordina otra coordinación conductual. Quiero llamar su atención hacia este proceso en el que una coordinación conductual es coordinada por otra.

Ahí hay una conducta comunicativa no verbal pero indicativa de inteligencia, es más, si leemos entre la líneas lo que viene a decir Maturana es que cualquier signo de inteligencia en el sentido de capacidad para la comunicación implica necesariamente una teoría de la mente o algo similar que posibilite coordinaciones conductuales de coordinaciones conductuales de coordinaciones conductuales de coordinaciones conductuales de coordinaciones conductuales de creo que la idea ya se ha entendido.

Aquí supongo que lo que hace falta es una teoría o al menos una colección de definiciones que expliquen qué significan -e implican a nivel conductual- conceptos como "inteligencia", "lenguaje", qué se yo.

Héctor Meda dijo...

Respecto a la gramática universal (me ha vuelto a pedir Blogger que trocee el comment):

Bueno no está definida, hasta donde yo sé. Su existencia es una hipótesis.

Pero de existir su definición sería como la de cualquier gramática y, siempre según Chomsky, perteneciente a su jerarquía, esto es, según el lingüista norteamericano todas las gramáticas construibles son computables ergo no es posible definir una estructura matemática no computable en términos gramáticales por lo que las estructuras no-computables NO tienen gramática alguna.

En ese sentido no creo que sea relevante entender cómo se definen las gramáticas, de hecho yo no sé manejar gramáticas sensibles al contexto.

Un hecho curioso que no me resisto a comentar es que con éste tipo de gramáticas que se supone son las gramáticas que manejamos en el lenguaje natural y que son computables no se haya conseguido por el momento construir un algoritmo que verifique si una cadena o frase cualquiera pertenece a dicho lenguaje con dicha gramática sensible al contexto.

Vamos, que no es posible construir un programa que te diga si una frase está bien construida o no como si hacen los compiladores con los lenguajes de programación, de gramática más sencilla según la jerarquía ya mentada.

Cualquier aclaración se agradecerá.

¡¿Quieres que te explique cómo se definen gramáticas?! No creo que sea importante pero bueno casualmente estoy estudiando esto para un examen de compiladores así que lo tengo fresco, no me tires de la lengua.

p.ej: la definición de P en la entrada sobre "gramática formal".

Vale, esto no tiene complicación.

P es el nombre arbitrario de una variable que define la gramática, en este caso todas las variables de la gramática.

Por ejemplo en un lenguaje de programación P podría ser, será de hecho, "sentencia" y sólo serán sentencias aquellas cadenas que cumplan con la definición de sentencia, así Sentencia podría ser "if Expresión then Sentencia end" o "While Expresión Do Sentencia" pero no sería "ifr Expresión then Sentencia end" porque eso daría un error de sintáxis a la hora de compilar porque la cadena o palabra ifr no pertenece al lenguaje de programación. Dicha cadena o frase está mal construida, no pertenece al lenguaje.

Al final tiene que haber una variable, S, de la cual se sigan todas las variables, p.ej:, "sentencias", "expresiones", "etc." de modo que todo lo que habría en dicho lenguaje sería o bien "sentencias" o bien "expresiones" o bien "etc."

Y a su vez "expresiones" sería "if..then..end" o bien "while..do..end" o bien "etc.". Creo que la lógica se sigue pero ya te digo el cómo se definene las gramáticas no es relevante, más bien al contrario éstas siguen siendo estructuras matemáticas transcribibles en términos de "verbos", "nombre", "etc."

No sé si me hago explicar... Es un tema arduo el que has mentado.

Jesús P. Zamora Bonilla dijo...

Lo que no entiendo es la DICOTOMÍA entre "seres con una teoría de la mente" y "seres pavlovianos". Puede haber TRILLONES de posibilidades que no son ni lo uno ni lo otro.

Juan Antonio dijo...

A la pregunta de Jesús:

Pero, y esta es mi pregunta, ¿hay una demostración LÓGICA de que "nuestros" universales lingüísticos, o sea, las categorías con las que nosotros "troceamos" las proposiciones, son las ÚNICAS que permitirían una capacidad inferencial suficiente?

Depende de lo que se entienda por “universales lingüísticos”. Si te pones muy exigente con ellos acaban convirtiéndose en simplemente la lógica. Y entonces la pregunta que haces se queda en si hay demostración lógica de la lógica.
Lo importante no es tanto si hay una demostración positiva, constructiva, de los universales lingüísticos o lógicos. Lo importante es que para nosotros todo lo que ocurriese fuera del espacio lógico en que interseccionen nuestra lógica y otras, sería inescrutable por siempre (salvo que cambiemos de una manera que ahora no podemos concebir –porque, entre otras cosas ¿qué significaría “cambiar” ahí?

Por supuesto, debemos buscar las categorías más abiertas posible. Por ejemplo, ¿podemos pensar nosotros sin la estructura bimembre onoma/rhema, sujeto/predicado, cuantificador/Predicado…? Ha habido muchos (Nietzsche y Wittgenstein, por ejemplo, pero ya en Atenas lo dijo Licofrón) según quienes todos los males humanos (es decir, la metafísica) proceden de nuestra gramática. Sí, pero no han tenido a bien proponer otra. Ellos mismos han seguido argumentando contra la metafísica desde dentro. Derrida, para defenderse –porque él hace eso mismo- dice que él se mueve en los márgenes. Menudo morro.

A la pregunta de Héctor:

Es que conversar es sólo un subconjunto de interactuar en general. Desde luego, para detectar inteligencia basta con interactuar. Pero ese tipo de interacción que se llama conversación o diálogo, es una herramienta mucho más fina para esos fines.

Ahora bien, como mi desacuerdo con las explicaciones biologistas es muy grande, creo que no merece la pena discutir si los universales lingüísticos son los principios biológicos. En un sentido banal, sí, claro, porque si algo funciona es porque se adapta a la realidad en la que tiene que funcionar. Pero el orden causal es el inverso: se adapta el que sabe, no sabe el que se adapta. Demuestra que sabe, el que se adapta.

Otro item será el hecho de que, como apunta sagazmente Eco, aunque tuviéramos incluso patrones lingüísticos universalmente comprensibles por cualquier ente cognoscente su materialización semiótica….

Por supuesto. Tenemos que suponer que su lenguaje (y el nuestro) se adapta lo más perfectamente posible a la naturaleza de las cosas. Por eso es tan perniciosa (además de falsa en sentido profundo) la teoría de la convencionalidad del lenguaje.
De momento quedémonos con lo de perniciosa. Desde luego no vamos a favorecer el entendimiento si nos presentamos ya de entrada con signos “arbitrarios” (es decir, puestos por un ignorante).

En cuanto al debate sobre mente, creo que lo Héctor debería decir (o querer decir) es que sus conductas tienen que denotar mente. Y, también, creo que quiere decir que la mente inteligente no está suficientemente descrita por modelos tan simples como el de Pavlov o el del conductismo en general. Con todo esto estoy de acuerdo. Creo que no es necesaria aquí la discusión mente-cuerpo, porque, aun concediendo (que no concedo) que la mente fuese una “invención” del cerebro, para la discusión que traemos lo pertinente es la conducta. Las mentes no se perciben sino a través de la conducta.

Héctor Meda dijo...

Jesús,

Tal vez tengas razón en que puede haber trillones de posibilidades intermedias lo cuál redundaría en mi opinión de que no es posible crear una comunicación entendible por cualquier cognición.

Lo que yo en concreto creo es que nuestra comunicación y por ende nuestra inteligencia presupone a "seres con una teoría de la mente". Es difícil, sino imposible aseverar cómo serían otras inteligencias y desde luego yo no creo que la nuestra sea la única posible desde un punto de vista cualitativo.

Juan Antonio,

Es que yo creo que, efectivamente, todos los males humanos (es decir, la metafísica) proceden de nuestra gramática XDDD pero es que además existen estructuras matemáticas agramaticales por lo que no son sus elementos traducibles a categorías lingüísticas al uso pero sí que habilitan, dado que son matemáticas dichas estructuras, el realizar inferencias con ellas y en ese sentido aunque están en el límite no entran en lo inconmesurable.

En suma, lo que postulo es que el lenguaje matemático es más potente que el verbal. A la hora de realizar inferencias, claro.

En cuanto al uso de la biología no he sido, al menos conscientemente, reduccionista nomás partía del presupuesto de que existen ciertas leyes naturales que funcionan en todo momento y lugar de modo que es posible aseverar que cualquier entidad extraterrestre esté viva o muerta sufrirá los rigores de la gravedad.

Las leyes biológicas tienen la virtud de sólo mandar sobre los seres vivos y en ese sentido es un buen punto de partida porque si soy capaz de transmitir a un ser que está en peligro entonces éste seguramente por el adaptativo instinto de supervivencia reaccionará escapando, contraatacando, lo que fuere por lo que ya podría deducir que estamos ante un ser con conocimiento de lo que sucede a su alrededor, con atisbos de inteligencia, vamos.

A partir de ahí la coordinación conductual puede irse complejizando llegándose incluso, quien sabe, a la comunicación verbal.

Claro que todo esto presupone ya una presencia física mutuamente advertida.

Por cierto, creo que la selección natural viene a decir precisamente que el que sabe, se adapta aunque nosotros lo estudiemos al revés, veamos al adaptado y deduzcamos que sabe.

Se podría decir que según pasó el tiempo fuimos sabiendo más y volviéndonos en consecuencia menos inadaptados mientras que los marginados de la selva fueron ferozmente expulsados.

Juan Antonio dijo...

Héctor,

Wittgenstein, quien creía que los males o metafísica proceden de la gramática, dijo, consecuentemente, que “hay más metafísica en un libro de matemáticas que en cientos de libros de filosofía” (cito de memoria). Y es que la matemática no es más que una parte del lenguaje. Lo que Nietzsche o Wittgenstein (el segundo), etc, pretendían decir con “gramática” es lo mismo que querían decir con lógica. Creo que tomas demasiado estrechamente lo de gramática y lenguaje verbal. La gramática, reducida a sus mínimos o elementos más universales, es más fundamental que la matemática. Por ejemplo, toda proposición, se dice, tiene la estructura que Aristóteles llamaba apophanein ti kata tinos, es decir, decir algo de algo. A esto no escapa de ninguna manera la matemática, que no es más que el uso del lenguaje referido a las entidades matemáticas (sean estas cuales sean, que no es el caso discutir aquí).
Si por lenguaje verbal (menos potente inferencialmente, dices) te refieres a una especie de media de los llamados lenguajes naturales, debes advertir que cualquier lenguaje natural es potencialmente infinitamente perfectible, al menos, tanto como lo pueda ser la matemática.

En cuanto a lo de la vida. Estoy en parte de acuerdo con lo que dices. Lo que pasa es que sigo pensando que no es muy útil, para descubrir inteligencia, restringirse a los fenómenos vitales, tal como los conocemos. De hecho yo me planteo un supuesto similar al del conocimiento, para la vida. Supongamos que llegamos a otro mundo muy diferente, buscando vida. ¿Qué rasgos buscaremos? ¿Buscaremos compuestos químicos similares a los de la vida terrestre? Esto es muy poco interesante: es algo idiosincrásico de la tierra que la vida se implemente con tales sustancias, pero no es lo que me parece interesante del fenómeno vital.
¿Buscaríamos alimentación, reproducción, etc? Aunque esto es ya más interesante, me sigue pareciendo poco. Yo no descalificaría de vivos a seres que no se reproduzcan, si tienen otros rasgos más interesantes.
Con estas preguntas buscamos el concepto filosófico de Vida, o la Idea. Yo diría que es más interesante (rentable epistémicamente) definir la vida como un proceso que tiende a la complejidad y se autoorganiza, etc (sé –o creo- que esto se parece a lo que piensas).

Por cierto, sacando alguna conclusión de todo esto: es curioso que los científicos hayan firmado un manifiesto diciendo que la ciencia no puede determinar en qué momento comienza la vida-humana. Estoy seguro de que, si se estuviese debatiendo de la vida en general, dirían lo mismo. Y lo mismo dirían del tiempo. Y tienen razón, en cierto modo. Ahora bien, si no son ellos ¿quiénes pueden decidirlo? Decir, como han dicho, que es cuestión de políticos, es demasiado estúpido, y sólo no resulta extraño porque viene de esa mediocridad que caracteriza al científico medio.
Pero lo que tendrían que reconocer, a saber, que es una cuestión filosófica, que va más allá de la ciencia y a la que la ciencia presupone, es algo que va también mucho más allá de lo que pueden digerir.

Héctor Meda dijo...

A ver, creo que hacemos una definición diferente de las mismas palabras.

Coincidimos, al parecer, que las matemáticas son un lenguaje en la medida en con dichas estructuras podemos interaccionar con el mundo, más técnicamente, posibilitar una coordinación conductual que coordine otra coordinación conductual.

Pero lo que yo entiendo por gramática de un lenguaje L es el conjunto finito de reglas que determinan si una determinada cadena o frase pertenece o no a L.

En ese sentido es obvio que sólo podrán ser gramaticales aquellos lenguajes computables, es decir, aquellos lenguajes a los que podemos aplicar un conjunto finito de pasos, un algoritmo, para determinar si una cadena pertenece o no a dicho lenguaje.

En cierto modo lo que vino a decir Gödel es que existirán ciertas cadenas o proposiciones para las que no tenemos un conjunto finito de pasos que nos permita determinar si pertenecen o no al lenguaje de las matemáticas por lo que el lenguaje de éstas no sería gramatical.

Cuidado, esto no significa que no tenga reglas el lenguaje matemático sino que no existe un número finito de éstas que nos permita determinar si estamos ante una proposición gramaticalmente correcta o no, es decir, matemáticamente cierta o no. De hecho, la creencia contraria es lo que hipotetizaba Hilbert que podía pasar y lo que él pedía era nomás que esa gramática.

Gödel le quitó la razón porque, en terminología de precismaente Turing, el lenguaje matemático no es recursivamente enumerable.

Es en ese sentido en que digo que es agramatical, no en el de todo vale.

Ahora bien, ¿el lenguaje natural es cualitativamente idéntico al matemático? Aquí sólo cabe por el momento plantear hipótesis y elegir la más verosímil. Mi opinión ya mentada es que Chomsky acierta con su noción de gramática universal, no otra expliación encuentro a que no sólo el nacido en Inglaterra pueda hablar Inglés, por lo que dicha gramática si subyace a todos los lenguajes hace de éstos lenguajes computables.

Si bien es cierto que yo considero que nuestra cognición no es ni eminentemente verbal, ni estructuralmente computable por lo que cabe dinamitar la consistencia de un texto pero a la vez ser capaz de transmitir información como se consigue con los mitos poéticos. Pero, en fin, esto ya es especulación cimentada sobre especulación.

Queda pues la certeza de que cualquier lenguaje natural es perfectible mas queda la duda si dicha perfectibilidad es cuantitativa, hablaríamos de poder extender o adicionar el lenguaje con más verbos, más adjetivos, más conceptos, tal como propone en su último post Jesús; o bien dicha perfectibilidad podría radicar en que estructuralmente los lenguajes se pueden modificar.

Héctor Meda dijo...

En cuanto a lo de la vida.

De acuerdo en lo que dices aunque tu definición de vida es teleológica y sabemos que existe fobia a tal proceder epistémico.

Tal vez no ha quedado clara la intención pero simplemente sacaba esa reflexión con la idea de explorar la posibilidad de si desde ciertos fenómenos que necesariamente compartiremos -el gravitatorio, el darwinista y un largo etcétera- aceptados como premisas podríamos acabar concluyendo que la dimensión cualitativa de nuestra cognición -por lo demás seguramente coincidente con la de los demás animales- es un resultado necesario dadas las leyes del universo.

Pensemos que aún aceptando que la Madre Naturaleza despliega una enorme creatividad en su quehacer, muchas veces repite diseños, v.gr: el ojo, a razón de que con el material inamovible con que trabaja (las férreas leyes de la biología, las férreas leyes de la química, las férreas leyes de la física) los caminos a explorar son bastante limitados y aquellos que dan solución a un problema concreto son un pequeño conjunto de a veces cardinal uno.

De modo que me preguntaba si el tener una inteligencia implicaba siempre una conducta lingüística cuyo contenido en su dimensión abstracta -verbal- no tendría que coincidir con el nuestro, a razón de nuestras desemejanzas neurobiológicas, pero en su, digamos, bajo nivel, el instintivo la coincidencia tal vez fuera obligatoria y la comunicación entonces posible.

Creo que sigue en pie la cuestión, ¿no?

Héctor Meda dijo...

Respecto al tema de la vida y de cuando comienza, entramos en terreno peligroso y dado a melodramatismo así que seamos cautos pero yo creo que el determinar cuándo empieza la vida humana es trivialmente fácil, a saber: cuando el espermatozoide y el óvulo forman un cigoto con un código genético totalmente nuevo.

Otro cosa es el tema jurídico-moral donde decir que la vida humana tiene que ser defendida en todo momento y lugar me parece, personal y humildemente, una afirmación osada pues vida humana era la de Hitler y muy moral me hubiera parecido que en vez de suicidarse alguién le hubiera volado la tapa de los sesos.

Ahora bien, estoy de acuerdo en que decir que la vida humana empieza cuando el espermatozoide y el óvulo forman un cigoto con un código genético totalmente nuevo, es realizar una actividad filosófica pero es que dicho quehacer está indisolublemente ligado al quehacer científco como traté de anotar en cierta ocasión. La diferencia del quehacer científico radicaría en que el conjunto y relación de sus conceptos filosóficamente planteados habilita una dimensión operativa que predice hechos y que regala proposiones empíricamente manejables con la consiguiente facilidad para modificar la teoría, hacerla más adaptativa con la realidad.

Supongo que me habré dejado algo en el tintero pero bueno.

Saludos

Juan Antonio dijo...

Héctor,

Me permitiré disentir en algunos aspectos.

Lo que prueba (suponiendo que lo prueba) la prueba de la no computabilidad (GÖdel, etc) no es que no sea posible determinar, dada una proposición matemática, si esta es correcta o no, es decir, si pertenece a las matemáticas. Si así fuese, cualquier secuencia de signos podría ser considerada matemática. No, lo que prueba es que determinadas proposiciones no son demostrables, aunque son matemáticamente correctas. Y esto pasa, con mayor razón, en el lenguaje en general. Las normas gramaticales determinan cuándo una secuencia es correcta lingüísticamente, de la misma forma en que las definiciones de términos de un lenguaje matemático permiten determinar si una secuencia de signos pertenece a ese lenguaje, y esto sin ambigüedad (son su gramática).
Las expresiones matemáticas no van más allá del lenguaje en general, por ejemplo, del inglés. Esto puede demostrarse tan trivialmente como haciendo ver que cualquier expresión matemática puede traducirse en palabras de un idioma cualquiera, y es que las expresiones matemáticas no son más que partes del lenguaje, algunas de ellas muy abreviadas, pero internas al lenguaje. Por tanto, si los lenguajes matemáticos (algunos) no son computables, a fortiori menos lo es el lenguaje natural.
Las estructuras matemáticas están potencialmente implícitas en cualquier lenguaje natural que pueda llamarse verdadero lenguaje. No entiendo cómo pretendes segregar al lenguaje matemático del lenguaje en general, cuando es sólo parte suya, muy específico en ciertos aspectos, y también muy central, aunque no tanto como la lógica.

Si mi caracterización de la vida es teleológica lo es en el sentido en que lo puede ser, por ejemplo, cualquier expresión del evolucionismo. Decir que se observan procesos que se desarrollan en el sentido de una mayor complejidad puede ser considerado inofensivo, creo yo, por cualquier enemigo de la teleología en sentido filosófico. Si no es así, debería rechazar cualquier tipo de procesos que lleven de un estado a otro diferente, sea a la complejidad o a la simplicidad. Esto te lo he visto defender a ti, así que estoy de acuerdo. Y, de todas formas, yo defiendo un teleologismo fuerte.

Por otro lado admito el valor heurístico de lo que propones. Lo que pasa es que es sólo una estrategia más, que sólo tiene posibilidades de ser rentable suponiendo parecidos biológicos muy estrechos o bastante estrechos.

Héctor Meda dijo...

Juan Antonio,

Dices:
la prueba de la no computabilidad (GÖdel, etc) no es que no sea posible determinar, dada una proposición matemática, si esta es correcta o no, es decir, si pertenece a las matemáticas.

Sí que lo es, porque lo que Hilbert pretendía era (...) encontrar un algoritmo que determinara la verdad o falsedad de cualquier proposición en el sistema formal. (...). En caso de que Hilbert hubiese cumplido su objetivo, cualquier problema bien definido se resolvería simplemente al ejecutar dicho algoritmo.

De hecho lo que demostraron Church y Turing es que es imposible decidir con un algoritmo si ciertas frases concretas de la aritmética son ciertas o falsas.

En ese sentido cuando dices que Las normas gramaticales determinan cuándo una secuencia es correcta lingüísticamente estamos una vez más mezclando las definiciones de gramática cuando la que yo uso es la de objeto o modelo matemático que permite especificar un lenguaje o lengua, es decir, es el conjunto de reglas capaces de generar todas las posibilidades combinatorias de ese lenguaje, ya sea éste un lenguaje formal o un lenguaje natural.

En ese sentido digo que el modelo matemático que permite especificar un lenguaje será computable de ser cierta la hipótesis chomskyana de la gramática universal pero con seguridad, las matemáticas, tal y como demostó Gödel o tal vez Turing no tiene tal modelo o gramática formal.

cualquier expresión matemática puede traducirse en palabras de un idioma cualquiera.

Hombre, no sé qué decirte. Yo no creo que sea tan sencillo el asunto, sinceramente. De hecho los físicos las pasan canutas para no meter números en sus trabajos divulgativos y eso que todas las teorías científicas habidas hasta el momento son computables.

No entiendo cómo pretendes segregar al lenguaje matemático del lenguaje en general, cuando es sólo parte suya, muy específico en ciertos aspectos, y también muy central, aunque no tanto como la lógica.

No lo intento segregar, simplemente digo que la estructura inferencial del lenguaje natural está incluida dentro del catálogo de estructuras del lenguaje matemático por lo que aquel está subsumido en éste. Al igual que la lógica formal está subsumida en las matemáticas.

Si mi caracterización de la vida es teleológica lo es en el sentido en que lo puede ser, por ejemplo, cualquier expresión del evolucionismo.

Bueno es que a los naturalistas no les gusta hablar de un inexorable aumento de complejidad y asumen que aún que se ha dado lo ha sido por azar. ¡Hey! A mi no me mires. Desde luego esta proposición siempre me ha parecido chirriante pero es difícil refutarla.

Juan Antonio dijo...

Héctor,

Estás cayendo en la confusión debido a la ambigüedad de la palabra ‘correcta’. El teorema de Gödel no prueba que hay proposiciones matemáticas de las que no se puede decir si son correctas gramaticalmente. De hecho para determinar qué proposiciones son correctas o bien formadas, elaboró Gödel un sistema recursivamente enumerable (la numeración Gödel). En general, absolutamente siempre es posible determinar si una expresión es matemáticamente correcta. Por ejemplo, ‘=)x’ no lo es, y nadie se plantea si lo es. Esto es equivalente a que, dadas las normas finitas recursivas de una gramática de lenguaje natural, la expresión “le velozmente oso” no es correcta.
De lo que se trata en el teorema de Gödel es precisamente de que hay fórmulas bien formadas, es decir, correctas gramaticalmente, que no pueden demostrarse. El problema no es pues acerca del lenguaje matemático, sino acerca del contenido de verdad y deducibilidad. Esto es equivalente a que en el lenguaje natural, fórmulas correctas como “esto es falso” son paradójicas. De hecho lo que hace Gödel en su construcción de una proposición indecidible es expresar formal y desambiguadamente proposiciones de ese tipo (autorreferenciales negativas).
Por tanto, no hay aquí lugar para oponer “lenguaje verbal” y matemática. La “gramática” matemática es tan computable como cualquier otra (o más). Lo que no es computable es lo que se hace al mezclar esa gramática (los criterios de bien formación) con el contenido semántico (los números, etc).

Dices luego que los científicos las pasan canutas para no meter números… Pero ¿quién te ha dicho que los números no son parte del lenguaje natural o verbal? Lo son. SI estás pretendiendo oponer amas cosas parte de nuestra discusión es de palabras, pero creo que lo que dices es incorrecto.

Jesús P. Zamora Bonilla dijo...

Muy brevemente: el aumento de la complejidad en la biosfera es inexorable, por la intrascendente razón de que, como los primeros seres tenían una complejidad mínima, sólo se ha podido ir de ahí para arriba. Eso lo explica maravillosamente Stephen Gould

Jesús P. Zamora Bonilla dijo...

¿Se puede formular matemáticamente esta expresión?

http://www.publico.es/resources/archivos/2007/10/29/1193695075419capellodetalledn.jpg

Héctor Meda dijo...

Juan Antonio,

Insistes en considerar una acepción de la palabra gramática que yo no uso.

Yo hablo de una gramática formal y lo que digo es que Gödel demostró la imposibilidad de encontrar dicha gramática para las matemáticas.

Dyson:

[El] descubrimiento de Gödel sobresaltó a muchos matemáticos(...) porque destruyó, de repente y para siempre, la esperanza de que podrían resolver los problemas decidiendo, por un procedimiento sistemático, la verdad o falsedad de cualquier enunciado matemático.

Lo que yo digo es que ese inexistente procedimiento sistemático que determina la verdad o falsedad de cualquier enunciado matemático, podría ser reformulado como un procedimiento sistemático que define qué cadenas o proposiciones matemáticas pertenecen al lenguaje matemático.

Fíjate que lo que creía Hilbert era en el formalismo, que consisten en creer que la matemática es un juego carente de significado en el que uno juega con símbolos carentes de significado de acuerdo a unas reglas formales establecidas de antemano y precisamente lo que demostró Gödel es que ese conjunto de reglas formales, que es a lo que yo llamo gramática, no existe para las matemáticas.

¿Se puede formular matemáticamente esta expresión?.

A ver, el lenguaje natural es más efable que el formal pero la estructura que utiliza aquel para realizar inferencias es menos potente que el matemático.

Me explico. No es lo mismo la función del lenguaje de aprehender fenómenos extralingüísticos que la función del lenguaje de aceptada una proposición lingüística como verdadera postular otra proposición lingüística como también verdadera.

Es en este último punto en donde considero que el lenguaje natural es menos exuberante en recursos que el matemático, sino ¿por qué la física se hace con matemáticas y no con palabras corrientes tal que Aristóteles?

En cuanto al complejidad de la biosfera, será inexorable respecto en todo caso y estrictamente al instante inicial y no veo por qué no podría después de una catástrofe como con la gran oxidación volver al estado inicial pero aún aceptando pulpo como animal de compañía nada -estrictamente científico- fuerza a pensar que el ecosistema futuro ha de ser más complejo que el actual.

Jesús P. Zamora Bonilla dijo...

Claro: el aumento de la complejidad es CONTINGENTE: puede llegar un meteorito y reducirnos a bacterias otra vez.

Héctor Meda dijo...

Y fíjate que la gran oxidación tuvo un origen endógeno al ecosistema teniendo pues que extender dicha contingencia también al ámbito de la ecología teniendo pues que negar toda teleología a los sistemas biológicos.

No sé qué tipo de teleología defenderá Juan Antonio, sería interesante saberla, pero supongo que de existir tendría que existir a nivel cosmológico por lo que el resto de las ciencias deberían en la medida de lo posible inventarse finalidades a sus objetos de estudio.

Personalmente yo no creo que la biología siempre cree entidades paulatinamente más complejas pero sí me parece plausible que la sinergia entre nuestras leyes físicas y la biología sí hace que se tienda a crear entidades progresivamente más complejas.

No tengo muy pensado este punto, confémoslo. A ver si Juan Antonio nos regala una pequeña lección.

Jesús P. Zamora Bonilla dijo...

Pero es de la misma manera en que las leyes de la mecánica tienden a hacer que los valles glaciares sean cada vez más profundos (en general, el hielo sólo puede escarbar para abajo).
.
Eso no quiere decir que haya TELEOLOGÍA, simplemente que las leyes de la naturaleza son tales que la probabilidad de que el ser más complejo en el periodo T sea más complejo que como era el ser más complejo en el periodo T-1, es bastante alta.

Juan Antonio dijo...

Héctor,
Parece que nuestra discusión sobre la matemática y la gramática es sobre todo de palabras. Yo no llamaría gramática a lo que llamas tú gramática. Diría que eso es una metáfora, que puede crear confusión. Pero dejémoslo.

Parece que la cosa se desvía hacia lo de la teleología. En cierto modo rehuyo esta discusión porque percibo mucha malinterpretación y mucha predisposición a priori debida a malentendidos. No obstante, voy a dar mi opinión, al menos para que se sepa qué me cabe atribuir en debates como este.

En un sentido muy general, algo (un proceso) es teleológico si está orientado a un fin. Ahora bien, si eliminamos todo antropomorfismo de esta caracterización, podemos quedarnos en que un proceso es teleológico, en sentido muy general, si las condiciones iniciales llevan inexorablemente (salvo accidentes externos al proceso) a un estado final determinado. En este sentido tan general, cualquier proceso que no sea (totalmente) aleatorio o caótico, es teleológico.
Evidentemente esto no presupone que haya ninguna intencionalidad en el proceso (me gustaría no tener que repetir esto, pero me temo que va a ser imposible): simplemente significa que el “hecho” de que la naturaleza siga unas leyes (o postulemos que las sigue) implica que el futuro está determinado y, por tanto, el pasado está determinado igualmente respecto del futuro.
¿Se puede llamar a esto teleología? Desde luego, porque la postulación de un determinado estado final nos permite inferir cuales tienen que ser los estados intermedios.
¿Está reñido este sentido de teleología con el mecanicismo? En absoluto. Es, de hecho, la otra cara de la moneda. Si hay una relación necesaria entre estados anteriores y posteriores, esta relación puede verse en cualquiera de los dos sentidos.
En rigor no es ni el estado pasado ni el futuro el que determina lo que ocurre, sino la ley que los rige a ambos, que es “intemporal” respecto del estado pasado y el futuro.

(sigo en otro comentario)

Juan Antonio dijo...

Un sentido algo más fuerte de ‘teleológico’ implica sostener que las leyes naturales, en su totalidad o en parte (es decir, que afecten a todo el universo como entidad, o sólo a determinados tipos de entidades), no sólo están orientadas a estados finales (es decir, que siguen leyes deterministas) sino que estos se caracterizan por la mayor complejidad y orden. Esto se puede referir a diferentes niveles: cosmológico, biológico en general, biológico en diversos grados de especificidad...
A nivel cosmológico se ha dicho que la termodinámica implica que el universo no sigue una teleología en este segundo sentido, sino sólo en el primero, el más general. Esto es muy discutible (porque no se puede simplemente equiparar desorden con homogeneidad, y por otras razones que sería largo discutir ahora).
A nivel biológico general ¿es la Vida como un todo, un proceso hacia el orden? Sería discutible (yo sostengo que sí), pero un mal argumento contra esa posibilidad es decir que la vida podría ser destruida por un factor externo, porque esto sería un accidente.
A nivel biológico más particular (de especie, y de individuo) es innegable una teleología de este segundo tipo. De hecho, es el criterio que utilizamos para determinar que se trata de Vida y no de Inercia. El que tenga otro criterio (otra definición de Vida), que lo diga.

Tampoco este sentido más fuerte de telos implica la defensa de una intención consciente, de un creador o providente, etc. Puede limitarse a ser un postulado dentro del ámbito de la ciencia, aunque tenga, como todo postulado científico (también el inverso) un componente filosófico o especulativo, sea o no consciente de ello el científico.
Tampoco es incompatible con el mecanicismo, como se dice tan a menudo como erróneamente. Simplemente significa el reconocimiento (o postulado) de que determinadas entidades naturales (o el cosmos en conjunto) son describibles con una “fórmula” en que los estados posteriores crecen, en general, en complejidad y orden.
(Aquí quedaría por dar una caracterización rigurosa de ‘orden’. No me parece difícil.)
No sólo es compatible sino totalmente coherente sostener simultáneamente: dadas las leyes que rigen la materia, se producen determinadas moléculas complejas, que forman a su vez células, etc. Todo esto está, claro, tan determinado como esté un proceso natural. Pero, a la vez, en esos procesos naturales se observa un crecimiento de cierto factor: orden (complejidad estructurada, retroalimentación…).

(sigo en un tercero y acabo)

Juan Antonio dijo...

Un tercer paso en el teleologismo sería sostener que esos procesos teleológicos, en todo o en parte, son conscientes (es decir, conductas que podemos llamar “aprender”, etc).
Que algunos son conscientes lo sabemos por nuestra propia experiencia. Y tampoco aquí hay ninguna incompatibilidad entre que mis electrones sigan leyes cuánticas y mi conducta siga leyes humanas. Simplemente son diferentes niveles de descripción. Para describir mi conducta de escribir sería inútil hablar de mis estados cuánticos. Como dijo Wittgenstein, no es equivalente, aunque físicamente se solapen totalmente, decir “traeme la escoba” y “Tráeme el conjunto de palo y ramas…”.

Confundir todo teleologismo con la tesis mentalista de que los fines deben ser conscientes, es un burdo y grosero malentendido, cuya explicación psicológica, a mi parecer, es que los que normalmente están inmersos en una discusión sobre teleología, de lo que realmente quieren discutir es de teología, y erróneamente creen ambos que teleología equivale a teología.
De la misma manera podría decirse que incluso el mecanicismo implica teología, porque eso de que existen leyes universales que rigen la materia, ¿qué es sino la mente divina? Pero aquí, por estrechez de miras, ni los creyentes ni sus ateos ven un filón ni un peligro.

Mis posiciones son las teleológicamente más fuertes: atribuyo teleología consciente a todo el universo y a cada una de sus partes. Pero esto no tiene nada de acientífico, no más que la postura contraria. Es un postulado, que puede ser puesto en juego, como es un postulado la constancia de la energía, o cualquier otro.

Héctor Meda dijo...

Juan Antonio, ya te dije que manejábamos las mismas palabras pero con diferentes definiciones.

:-P

Un ejemplo y para ello vuelvo a tu anterior comentario: lo que tú considerarías en tu terminología un error gramatical yo diría que es un uso equivocado de notación, así si convierto un 3+5*8 en un 358+* yerro si estoy en una notación prefija pero no si estoy en una notación posfija.

Lo que yo entiendo por gramática es lo que se entiende con seguridad en ciencias de la computación, con incertidumbre en el resto de ciencias formales, incluida la lingüística.

Respecto a tu versión de la teleología decir que me parece muy comercial al punto de que el propio Jesús te la podría comprar.

De hecho, versiones aún más osadas desde el punto de vista metafísica se han intentado introducir en la ciencia. Para muestra un botón.

Ya le dediqué un día una anotación al tema de la telología y su censurable/aceptable alojo en la ciencia. A ver si repito.

Juan Antonio dijo...

Héctor,
no se trata de una carrera a ver quién es más teleologista, pero sospecho que no has entendido mi posición, expresada en la última frase de mi tercer comentario sobre le tema. No se puede ser más teleologista, porque sostengo que tanto el universo como un todo, como cada parte, tiene finalidades del tipo más fuerte, o sea, conscientes.
Si Jesús me compra esto es que se habrá vuelto loco. Y desde luego los sueños de Dyson no son más osados que lo que yo sostengo.

Jesús P. Zamora Bonilla dijo...

Pues no estoy loco, Juanantonio, así que no lo compro.
.
Por cierto, no me habéis dicho nada del lenguaje de Capello (ése sí que es teleológico).

Héctor Meda dijo...

Juan Antonio no te he malentendido aunque ciertamente el segundo párrafo de tú último tercer comentario me despista un poco. (Sí, ando algo espeso.)

Lo que pasa es que tampoco quiero hacerte una interrogación pero me despista estra frase tuya en la que dices que confundir todo teleologismo con la tesis mentalista de que los fines deben ser conscientes, es un burdo y grosero malentendido.

Y es que cuando dices atribuir teleología consciente a todo el universo y a cada una de sus partes entonces ¿no estás en la tésis mentalista que en el párrafo anterior se rechazaba?

No obstante, no ando tan perdido como para creer que Jesús defiende lo mismo que tú sino que lo que yo decía es que te podría haber comprado la idea de que las leyes naturales, en su totalidad o en parte (...), no sólo están orientadas a estados finales (...) sino que estos se caracterizan por la mayor complejidad y orden.

Y tampoco digo que un positivista te lo tenga que comprar sino que dicha versión de la telología no implica excesivos endeudamientos metafísicos.

Y sí, Dyson delira en ciertos aspectos pero en otros el grado especulativo es menor, aunque siga existiendo, como cuando cree que la vida sobrevivirá en cualquier lugar del universo, etc.

Jesús,

Claro que te he respondido a lo de Capello:
El lenguaje natural es más efable que el formal pero la estructura que utiliza aquel para realizar inferencias es menos potente que el matemático.

Me explico. No es lo mismo la función del lenguaje de aprehender fenómenos extralingüísticos que la función del lenguaje de aceptada una proposición lingüística como verdadera postular otra proposición lingüística como también verdadera.

Es en este último punto en donde considero que el lenguaje natural es menos exuberante en recursos que el matemático, sino ¿por qué la física se hace con matemáticas y no con palabras corrientes tal que Aristóteles?
.

Lo que pasa es que no me apetece particionar los comentarios.

Jesús P. Zamora Bonilla dijo...

Yo no diría que el lenguaje matemático es "más" potente que el lenguaje natural: hay cosas que no se pueden hacer con uno, y cosas que no se pueden hacer (o no se pueden hacer fácilmente) con otro. ¿Cómo mandas a tomar por culo a alguien con lenguaje matemático? ¿Cómo ligas? ¿Cómo haces un debate en el parlamento? ¿Cómo da las indicaciones un director de orquesta a los músicos? ¿Cómo da clase el profesor de educación física o el de peluquería, o el de literatura?
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Es más, ¿cómo daría clase el profesor de matemáticas SIN lenguaje natural? (Se contaba la broma de los libros de lógica que empezaban: "a mis padres / definición 1: un X es un bla bla bla...")

Héctor Meda dijo...

Lo que a mi me intriga es saber cuál es la diferencia entre lenguaje natural y matemático.

¿Por qué unas veces usamos uno y otras veces otro? ¿Por qué, por ejemplo, no hacemos cosmología con palabrería tal que los griegos?

Creo, aún lo estoy explorando, que la distinción antes mentada entre fenómenos extralingüísticos y fenómenos lingüísticos -fenómenos descubiertos por o desde la propia lengua- me parece un buen punto de partida.

Yo entendería como el punto fuerte de una lengua natural su capacidad de cazar los fenómenos extralingüísticos, mejor dicho, de referenciar la realidad a razón de que en el fondo nunca maneja definiciones exactas.

Mientras que los lenguajes formales son especialmente brillantes en sus deducciones o predicciones una vez aceptadas como verdaderas ciertas premisas perfectamente definidas.

En fin, son hipótesis para empezar a trabajar no conclusiones de un sesudo estudio filosófico.

Jesús P. Zamora Bonilla dijo...

Las únicas peculiaridades relevantes del lenguaje matemático, frente al natural, son que nos ayudan a EVITAR AMBIGÜEDADES, y a hacer INFERENCIAS. Con el lenguaje matemático es más sencillo mostrar que A se sigue de B necesariamente, y es más fácil descubrir QUÉ se sigue de una cierta hipótesis.

Juan Antonio dijo...

Héctor, cuando decía que
confundir todo teleologismo con la tesis mentalista de que los fines deben ser conscientes, es un burdo y grosero malentendido, quería con ello decir que está mal encaminado el ataque contra toda teleología (y este ataque lo he visto también en Jesús, por lo que pretendía provocarle) diciendo que toda teleología implica mentalismo.

No es mi posición. Como bien has entendido, mi posición es mentalista. Pero los que rechacen el mentalismo no tienen ningún motivo relacionado con ello para rechazar la teleología, ya que es simplemente un tópico absurdo decir que finalidad en la naturaleza implica conciencia o voluntad de alguien, como he sostenido arriba.

Héctor Meda dijo...

Gracias por la aclaración Juan Antonio. Me había liado un poco, un poco tontamente también.

Jesús, me parece correcta la aclaración que haces que de paso me sirve como marco válido para entender mi hipótesis, que ya he repetido taitantas veces es absolutamente especulativa, de que el lenguaje formal/matemático es más potente que el natural en el sentido en que tiene a su disposición más estructuras con las que arribar inferencias que la silogística típicamente verbal.

También queda por resolver la interesante cuestión de por qué un lenguaje natural es más descriptivo/efable al ser más ambiguo.

Por cierto, ¿qué os parece el epígrafe de Borges que abre el post? ¡Qué grande era!

Hala, hasta mañana!!