martes, 5 de mayo de 2009

Segismundo el Naturalista

Imaginemos al Segismundo de La Vida es Sueño, el cuál, se ha pasado toda la vida encerrado en una torre.

Imagínate también que durante su encierro Segismundo ha teorizado y teorizado sobre el el mundo exterior y por el camino de su pensar se ha encontrado con lo que él considera son conceptos de dicho mundo.

Ahora voy yo y lo saco de allí dispuesto por norma a refutar todas las nociones que se había hecho en la torre sobre el exterior.

Puedo hacerlo porque soy omnipotente, porque Segismundo realmente vive en mundo simulado informáticamente por mi que puedo manejar a mi antojo.

Bien. Le pregunto entonces a Segismundo por las nociones que tiene del exterior y este me dice que está convencido que afuera existe el concepto Cisne que es un animal que bla, bla, bla y es blanco.

Ni que decir tiene que refutarle eso es fácil, le traigo un cisne negro y le demuestro que su definición es falsa.

Segismundo me da la razón porque su noción del cisne era empíricamente manejable.

También me dice que en el mundo existen objetos físicos cuya forma es la de un tríangulo el cuál es tal y tal y da como suma de sus ángulos 180. Es decir que en el mundo existe el concepto triángulo como objeto físico.

Fíjate que le quiero refutar sus nociones sobre el mundo exterior, no sus nociones intramentales, es decir, quiero refutarle sus nociones intramentales cuando se pretenden acoplables con el mundo exterior. En este caso el triángulo como forma real de algo real, no como divertimento matemático.

Entendido así es fácil llevarle la contraria. Convierto el universo en un tejido espaciotemporal de cuatro dimensiones y de repente todos los objetos triángulares serán ahora triángulos NO euclideos y por tanto de no sólo 180 grados.

Segismundo me da la razón porque su noción de triángulo era empíricamente manejable.

A continuación Segismundo me dice que el mundo es naturalista, es decir, que en la torre había concluido que el naturalismo era algo cierto, que el mundo exterior se rige por leyes naturales.

Yo como buen diablillo quiero refutarle y violo despiadadamente todas aquellas leyes que él considera naturales haciendo que contemple, por ejemplo, al sol saliendo de marcha por las noches o a la luna aparcando sus hábitos vampíricos mientras le hago levitar a él.

No obstante, Segismundo esta vez no cree que su concepto de naturalismo haya quedado refutado sino que cree que las leyes concretas que él había magistralmente pergeñado en su torre eran falsas pero que ello no demostraba que no hubiera otras, hasta ahora escondidas, que sí fueran reales.

Nos encontramos que haga lo que haga -y recordemos que puedo hacer cualquier cosa- no podré demostrarle la falsedad del naturalismo, no puedo hacerle ver que su mundo no es natural porque cree de forma acrítica en ello, porque a esta filosofía la ha entronizado al punto de desligarla de la empiria, al punto de volverla trascendental, por tanto no refutable, por tanto dogma.

Y ni siquiera es la verdad del naturalismo, me atrevería a decir, equiprobable respecto a otras metafísicas porque resulta aún más creíble que, sea lo que sea la realidad, ésta nos exceda, nos sobrepase, que no esté perfectamente reglada, impecablemente categorizada, justo a la medida de un homínido sabelotodo, justo para su solaz disfrute.

20 comentarios:

Malena dijo...

¡Segismundo piensa "yo existo"!

El tuyo es un excelente ejemplo, pero como bien demuestra Segismundo, es poco probable que convenza a alguien. Después de todo, ees un hecho que en el programa de cualquier disciplina (salvo nuestra querida filosofía, y no en todos los países) no se incentiva demasiado el estudio de sus propios principios; en áreas como la neurología o la física, en base a los últimos espectaculares desarrollos, es perfectamente entendible. Después de todo, a Segismundo no le interesa entender cómo conoce, sino simplemente conocer más. Y si el naturalismo le sirve para ello, no sería posible pretender que cambie.

Tumbaíto dijo...

De hecho, lo que cree Segismundo es que de haber algo, entonces es exactamente ese algo.

E(x)=x

Lo que me extraña es que se crea naturalista (supongo que durante la adolescencia necesitaba de esas creencia "identitarias") y que crea en conceptos u otras entidades intramentales.

Héctor Meda dijo...

Malena y Tumbaito: gracias por los comentarios.

Creo que Hume decía que en puridad decir "pienso, luego existo" presupone arbitrariamente una entidad metafísica, el yo, y que lo que habría que decir es algo así como "se piensa, luego se existe"

Así que al pobre Segismundo ni siquiera le quedaría ese consuelo XDD

No obstante, cuidado, hay que dejar claro que no he querido ir tan lejos en el cuestionamiento de lo creído por Segismundo

Digamos que en los presupuestos de la alegoría está en que no vamos a ser tan cabrones como el demonio cartesiano y negarle todo suelo metafísico que pisar a Segismundo sino que se le permite creer que grosso modo todo lo que ve es cierto para así demostrar que incluso con una epistemología tan empirico-científica y tan antimetafísica existen consideraciones como que la realidad es natural que entran en el mundo de las creencias más que de las evidencias.

Enrique dijo...

Hay un detalle en el cuento. O mejor dos.

a) Los entes no cambian repentinamente de naturaleza. Si la suma de los ángulos de los triángulos no es 180º, es así para todos ellos, ahora, en el futuro y en el pasado. En muchos casos la revisión de un concepto permite explicar discrepancias observadas PREVIAMENTE. Ningún diablillo cambia los entes, el registro histórico permite comprobar que siempre fueron así.

b) El resultado descansa en la última parábola. Pero NUNCA jamás se ha observado el fenómeno de que TODAS las regularidades (leyes naturales) se invaliden puntualmente.

Segismundo sólo necesita sostener un principio sobre cómo conoce: lo que existe es lo observable. No tiene sentido inquirir por lo no observable.

Es una definición empírica: La realidad es "natural" porque, aunque no lo fuera, nunca se ha observado la arbitrariedad de un demonio "agente artificial". Esto no es creencia, es evidencia.

Héctor Meda dijo...

Hola Enrique,

Te re-comento tus dos puntos:

a) Como digo en el post, el triángulo como entidad matemática (intramental) siempre sumará 180 grados lo que no es verdad es que en un espaciotiempo no euclideo puedan existir físicamente tales entidades. A eso me refería.

b) No se trata de que todas las leyes sean violadas -eso era un chiste- sino hacer ver hasta que punto un hecho rompe una ley y como al instante consideramos que el problema es de nuestras leyes no de que ese fenómeno esté indeterminado.

Mutatis mutandi ese era el pensamiento de Einstein con la mecánica cuántica.

Y enlazando con esto es totalmente falso la idea de que nunca se ha observado la arbitrariedad de un demonio "agente artificial" pues basta contemplar a la materia en su comportamiento a nivel cuántico para darse cuenta de que, en palabras del físico Dyson:

La vemos actuar como agente activo más que como sustancia inerte.

Su funcionamiento es, en sentido estricto, impredecible.
Pero es que además, como ya argumenté en su día, que la realidad es natural y que ningún hecho científico puede negarlo es un apriorismo epistemológico del que se parte y por tanto jamás se dará evidencia alguna de tales hechos dada la propia dinámica epistémica de la ciencia.

La ciencia presupone lo natural y en consecuencia crea aproximaciones naturalistas a lo real pero no descubre lo natural en, ni lo demuestra como, lo real.

Sierra dijo...

Pero, ¿cuál es la tesis de Segismundo? ¿Que la ley natural es tal, o simplemente que la hay? En el primer caso, podría demostrársele que estaba equivocado (aunque no sencillamente violando la ley natural, cf. Aquino); pero si el postulado de Segismundo es el segundo, che, no se puede decir que sea el novamás de los postulados. Mis vecinos, sin ir más lejos, tienen una fábrica de armas químicas en un cuartillo, cosa que no se podrá demostrar falsa porque es invisible. Diablillos muy astutos, mis vecinos, y miembros del priorato de Sión. Cosa que no podréis refutar; pero más me vale escribir una novela policíaca que hacer ciencia al respecto... ¿no? ¿Digo algo demasiado estúpido?

Por cierto, a mí me gustaba más la caverna con sus sombras. Los cavernícolas me molan..., este tipo de la torre me pone de malas.

Héctor Meda dijo...

La tésis de Segismundo es una tésis ontólogica que viene a postular que el mundo es naturalista y lo que se trata de dilucidar en este anotación es si dicha tésis está anclada en el reino de la empiria o en el de las creencias

Sierra dijo...

Pues sí.

pseudópodo dijo...

Héctor, es una buena parábola, y estoy de acuerdo con la moraleja: que aceptar o no el naturalismo es una cuestión de fe: no puede sostenerse a sí mismo (o de otro modo: la creencia en el naturalismo no es falsable).

De todos modos, tengo una pega: tu Segismundo, sin salir nunca de la torre, seguramente nunca habría llegado a formular ninguna teoría. Se habría quedado en niño selvático, porque sólo somos capaces de crear un pensamiento articulado (y no digamos ya de hacer ciencia) gracias a la interacción social.

Héctor Meda dijo...

Pseudopodo,

Estoy de acuerdo con la pega aunque hay que tener manga ancha con este tipo de casos, tampoco nadie puede vivir toda la vida en una Caverna :-D

Y estoy de acuerdo con pega porque la teoría de Maturana sobre la cognición, que en su momento ya reseñé, y con la que estoy más de acuerdo, precisamente apunta a lo mismo, a la necesidad de la interacción social para el desarrollo del lenguaje y por extensión, incluso, de la autoconsciencia y como prueba empírica de la importancia de la dimensión social están los casos de niños lobos que son incapaces de ser algo más que eso, lobos.

Por lo demás la propaganda falsa de que creer, lo que es creer sólo creen unos seguirá campando a sus anchas porque ya sabemos que la disonancia cognitiva y dios sabe qué otras razones son barreras difíciles de superar y como muestra, un botón.

Saludos y gracias por el comentario ;-)

pseudópodo dijo...

Qué gracia, leí ayer ese post en la versión original...medio por casualidad, no conocía a este Pigliucci, pero lo habían enlazado en mi blog, y curioseé un poco. El post que enlazaban criticaba a Dawkins, aunque más por razones tácticas que filosóficas. Leyendo este que enlazas, al principio pensé que estaba escrito con ironía...pero no, iba en serio. Parece un texto sacado directamente del siglo XIX...

Sobre la crítica que te hago,entiendo que las parábolas filosóficas admiten cierto grado de inverosimilitud. En realidad, lo sacaba a colación precisamente porque imaginaba que compartes esa observación :-)

Unknown dijo...

El problema es que prácticamente cualquier sistema epistemológico esta basado en la creencia de que el "diablo de Descartés" no se puede salir con la suya.

La diferencia está entre las "creencias minimalistas" y las "creencias maximalistas". El empirismo o el naturalismo trataría de proponer el tipo de creencias más minimalistas posibles de partida; mientras otros sistemas, por ejemplo la fe religiosa, partirían de creencias maximalistas.

Es tan de perogrullo que no veo cuál es el punto en señalar que cualquier cosa enunciable o incluso un pensamiento, por más primario que busque ser (por ejemplo el "cogito, ergo sum"), se basa en creencias previas de cierta estabilidad de la realidad.

Héctor Meda dijo...

Para cualitativa y todos los lectores habidos y por haber, ya lo he dicho, pero lo repetiré:

Este post NO tiene nada que ver con el demonio de Descártes.

Sólo una lectura tendenciosa querría llevar a ese terreno lo dicho aquí pues, como ya he reseñado antes, aquí se parte del presupuesto metafísico de que todo lo que es observado u observable es real, justo lo contrario de lo que dice o viene a cuestionar el demonio.

En ese sentido encontrar de perogrullo lo que precisamente se da como premisa me produce cuando menos asombro, ¡cómo si estuviéramos discutiendo cuáles son los fundamentos de la realidad! cuando lo que se está discutiendo es dad una epistemología como verdadera, la empírica, cuáles juicios se pueden demostrar desde ese marco como verdaderos y cuáles no. Simple. No hay que buscar conspiranoias metafísicas. No las hay, de verdad. En este post, al menos.

Además, lo de creencias minimalistas -pero creencias, ¿no?- es, eso sí, bastante simplista porque decir que todo fenómeno físico real es reducible a una fórmula o ley matemático/científica -no otra cosa es lo que postula el naturalismo- es decir, afirmar que todo fenómeno físico es algorítmicamente compresible -por decirlo en terminología de Barrow-, implica afirmar que la estructura ontológica que sostiene lo real es plenamente computable.

Tal afirmación metafísica es osada y en absoluto minimalista, y en absoluto demostrada y de hecho, tirando de Gödel o de Wolpert, más bien falsa.

A este respecto he escrito varios posts. Este es mi preferido:

http://hector1564.blogspot.com/2009/02/contraargumentaciones-sobre-la.html

Saludos

Marfil dijo...

El comentario de "Cualitativa" es mío, estaba logueado en otra cuenta.

Hector, reafirmo el que el adjetivo "de perogrullo" se puede aplicar cuando en una demostración lo que se quiere demostrar es completamente evidente, lo que no quiere que no sea importante.

Es como si sucediera el siguiente diálogo ;)

– Amaneció.
– Lo puedo ver.
– ¡¿Estas diciendo que no es importante, si no hubiera amanecido eso quiere decir que el Sol no está donde debe estar o que la Tierra detuvo su rotación o quién sabe que otra cosa terrible?!
– Si es importante que haya amanecido, lo que no es relevante es decirlo.

No se niega la importancia del hecho, sino el valor de la demostración al no aportar nada nuevo. En este caso, es algo evidente de que cualquier juicio parte de creencias metafísicas –o apriorismos epistemológicos–, sin embargo si queremos vivir nuestra vida diaria tenemos que partir de esos juicios metafísicos (hablar con alguien por internet ya requiere una cantidad inimaginable de fe metafísica para creer que no es la pantalla la que nos esta hablando, sino otra persona en otro lugar).

Hector, el naturalismo en sus creencias metafísicas de partida si es minimalista, y efectivamente la idea de que el universo es computable no es una de tales creencias de partida; entre las creencias minimalistas del naturalismo estaría la noción de "evidencia", la cual simplemente quiere decir que si algo es real o ha sucedido tiene que ser detectable o tener algún efecto detectable; y sin duda deben haber muchas más y con ciertos grados de complejidad. La creencia más básica en la realidad implica muchas suposiciones, eso no es una característica del naturalismo, sino de cualquier sistema epistemológico (racionalismo, empirismo, fenomenología, etc.), el naturalismo tan sólo busca una solución de compromiso entre unas "creencias minimalistas" y la capacidad de ampliarlas lo suficiente para explicar otras cosas.

La idea de que la estructura ontológica que sostiene lo real es plenamente computable; sería tan sólo una de los sistemas construidos a partir de dichas creencias minimalistas, y un conjunto de evidencias y suposiciones a la vez bastante articulado (algo así como un resultado –entre varios– de un sistema epistemológico, no su punto de partida) que ha llevado a algunos ha pensar que así podría ser la realidad; y tal como apuntas, no todos están de acuerdo en que así sea la realidad.

De momento el sistema naturalista parece tener un muy buen equilibrio entre sus suposiciones y su alcance para explicar la realidad. Por supuesto se basa en creencias, pero usar la palabra "creencias" para referirnos sin más tanto a los "a prioris epitesmológicos" como a los "posteri epistemológicos" (creer que todo el universo es computable, o creer en la existencia de Dios), lo que hace es confundir, cuando de lo que se trata es de comparar "creencias" a sus mismos niveles, aquí la diferencia radica es que las afirmaciones más osadas del naturalismo se encuentran varios escalones por encima de los "a prioris epitesmológicos", de modo que si bien se basan en suposiciones también están acompañados de evidencia y corroboración que no los hace tan débiles; mientras que en el caso de otros sistemas epistemológicos su falta de método hace que lo que deberían ser "a posterioris" terminen siendo "a priori", como sería el caso de Descartes que propone la existencia de Dios casi a priori.

Héctor Meda dijo...

Marfil,

Insisto que la afirmación que tú llamaste perogrullo no ha lugar porque no he tratado de hacer una demostración lo que se quiere demostrar [que] es completamente evidente, sino que ¡la he dado por supuesto!

Lo que tu llamas de perogrullo es lo que he pedido y pido al lector que acepte como premisa de partida.

Es decir la noción de "evidencia", la cual simplemente quiere decir que si algo es real o ha sucedido tiene que ser detectable o tener algún efecto detectable la he postulado como premisa de partida para demostrar que dentro del concepto de evidencia no existe tal cosa como la ley natural.

Igual para aclararlo un poco más, para hacer ver por donde van mis especulaciones metafísicas te vale el que te diga que este post está inspirado en el debate medieval entre realistas y nominalistas.

Es un hecho curioso que los realistas considerasen que si lo que decían los nominalistas era cierto -y recordemos que de estos últimos vienen el positivismo y etc.-, esto es, si los universales no tenían existencia real, tampoco era posible imponer leyes generales a los hombres, y sobre todo, la ley divina, que hoy día llamaríamos natural.

Supongo que sabrás enlazar los temas pero es evidente que quienes se preocupaban de que todos los conceptos tuvieran una vertiente empírica eran los nominalistas y quienes encontraban que todos los conceptos eran flatus vocis, incluidas las leyes naturales, eran ellos.

Por lo demás, confundes epistemología naturalista en donde se acepta que la noción de "evidencia", la cual simplemente quiere decir que si algo es real o ha sucedido tiene que ser detectable o tener algún efecto detectable y que, insisto, en este post se acepta o se pide aceptar como premisa de partida; con la ontología naturalista que afirma que todo fenómeno físico es compresible en una ley natural, esto es, ¡¿y cómo no?!, en una fórmula matemática por lo que todo fenómeno tendrá que ser algorítmicamente compresible.

En la medida en que esto último sea verdad la ciencia tendrá más éxito pues a eso se reduce la empresa científica, a comprimir algorítmicamente los fenómenos físicos y esto no me lo invento yo, lo dice Barrow pero si tú crees que la ciencia hace otra cosa cuando modeliza matemáticamente los fenómenos te invito a que me digas qué.

Lino Moinelo dijo...

Confieso que no lo entiendo. Por ejemplo, el triangulo. Si se cambia el espacio en donde tiene validéz, estonces la afirmación no ha de ser la misma, sino que habría de cambiar.

Es decir, para afirmar lo del triangulo, así como que dos lineas paralelas nuenca se cruzan, hay que definir también el espacio en donde tiene validéz. Si este se cambia, sige siendo cierta, pero en otro espacio anterior.

Por otro lado, encuentro cierta reducción al absurdo, ya que se está presuponiendo (entre otras cosas) que existe un ser omnipotente que tiene como entretenimiento putear a Segismundo, lo que es ya de por sí algo cuestionable.

En este caso, tampoco se refutaría nada de Segismundo, sino que hay un tio que puede alterar su mundo, y que está haciendo trampa con el.

No, no le veo a esto claridad.

Sin embargo, si que estoy de acuerdo en que, si no he entendio mal como prevengo, no se puede afrimar que además de las leyes naturales no hay otra cosa. Pero esto no invalida las leyes naturales ni el método para descubrirlas.

Saludos

Héctor Meda dijo...

No, no, lo que el texto quiere ilustrar precisamente es que la idea de que hay leyes naturales es apriorística e infalsable.

Por lo demás, el que alguien pueda modificar a voluntad la realidad no tiene nada de raro, es de lo normal en sci-fi y si no piensa en una simulación por ordenador de un mundo de la que el propio Segismundo participaría

Lino Moinelo dijo...

Ya, ya, pero en ese caso, sigo sin entender, o hay algo mal. Resumo, a ver si me aclaro:

Que un ser pueda manipular el entorno (por ejemplo, un entorno virtual), en donde la mente de otro ser esta inmerso, no significa que no se puedan deducir leyes, o que no hay evidencia de que hay unas normas que dirigen el etorno.

Como mucho, se evidenciará que también, hay otros fenómenos que no responden ante ellas, o que en determinados casos, las leyes no se siguen.

Claro que si hay casos en los que no se cumplen algunas leyes, entonces no valen como tales. ¿Va por ahí?

Héctor Meda dijo...

Creo de veras que la anotación es transparente en su pretensión y a este respecto mi antepenúltimo párrafo es rotundo en su resumen pero dicho aún más aforísticamente:

La idea de una realidad legaliforme no tiene hecho empírico que la refute pues las refutaciones empíricas presuponen una realidad legaliforme.

Lino Moinelo dijo...

Está última frase me ha aclarado más que todo el artículo, sirva de critica positiva.

:-)

Estoy de acuerdo, aunque meditaré sobre ello.

Gracias