(Escenario: Un domingo a la tarde en una terraza. Dos amigos: Horacio y Martin.)
Martin: (Está leyendo el periódico y de repente levanta la vista asombrado): ¡Increíble, tío! Escucha lo que dice el periódico: Unos científicos van a estudiar mediante técnicas biométricas a Cristiano Ronaldo para averiguar cómo lanza las faltas.
Horacio: Por lo visto, Ronaldo es bueno tirando faltas, ¿no?
Martin: ¡Joder! Macho, ¿en qué puto mundo vives? El pavo es el puto amo. Sin más. Lo que yo no sé es si los cientis serán capaces de averiguar algún día cómo se tira faltas como dios manda
Horacio: Bueno, para un cientificista como tú, el hecho es que sólo la ciencia puede averiguarlo, mejor dicho, sólo la ciencia puede averiguar algo. De hecho, es bastante extraño que a los futbolistas novatos en los entrenamientos se les enseñe a tirar faltas sin impartirles ciencia alguna. De hecho, es bastante extraño, mejor dicho, es totalmente cuestionable el afirmar que Ronaldo sepa tirar faltas habida cuenta que dicho saber no lo ha adquirido ciencia mediante.
Martin: No te me pongas pedante, macho. Por supuesto que la ciencia es el único medio de acceder a lo real, ¿o es que acaso crees que el conocimiento sobre tirar faltas es sobrenatural?
Horacio: Pero ahora estamos cambiando nuestro discurso al uso. De pregonar que todo conocimiento necesita de la certificación de la ciencia con mayúsculas, concedemos más humildemente que existen prácticas para cuya ganancia no se necesita del concurso de la ciencia, es decir, de otorgar un monopolio epistemológico a la ciencia pasamos ahora a afirmar que la ciencia simplemente establece lo que es real.
Martin: Lo que yo digo, liante, es que en cualquier saber tá-ci-to, como tirar faltas o subir escaleras, no necesitamos tirar de un puto manual científico así que okey, de acuerdo, minipunto para Martin porque no todos nuestros conocimientos vienen de un laboratorio pero todas esas sabidurías no tienen nada de mís-ti-co. Idealmente todas esas sabidurías no son más que procesos mecánicos perfectamente entendibles por la ciencia. ¡Joder! No olvidemos que las procesa todo un pelotón de neuronas de lo más mecánicas y naturales las muy simples.
Horacio: ¡¿Idealmente?! ¡Oh, qué fácil se revela tu filosofía como lo que es: otra mistificación idealista!
Martin: Venga tío, ¿estás a discutir o hacer retórica? Y no hagas esos gestos ¡joder!, que la pava de a las doce, la que te he dicho antes, nos estaba mirando y macho, como nos oiga, quedamos como frikis.
Horacio: Siempre preocupado de lo que dirán los demás. En fin, sigo. El problema que yo veo es que admites que no todo conocimiento es científicamente aprehensible claro que en la práctica porque que la ciencia sí puede, empero, describir o señalar o traer a la mano los fundamentos de lo real, mostrando así que todo fenómeno hace uso y sólo uso de aquellas entidades descritas por y, de comportamiento clasificado gracias a, la ciencia. Mas para adjudicar a la ciencia lograr tamaño logro metafísico, ni más ni menos que la capacidad de ver la verdad con mayúsculas, mejor dicho, las entidades realmente existentes, objetivamente existentes, necesitas mantener una concepción representacionista del lenguaje y es por ello que acabas asumiendo que éste instrumento nos trae a la mano entidades enteramente reales empero los nuevos aires llegados a la neurofilosofía contemporánea, que niegan la existencia de representaciones por cuanto instituirían un teatro cartesiano en nuestra cabeza, lo que nos instan es a fijar que toda nuestra cognición, por ende descendientes suyos tal que el lenguaje, son sólo instrumentos útiles para nuestro manejo por el mundo pero no para su comprensión de forma que lo que el lenguaje posibilita, mejor dicho, lo que el lenguaje resulta ser es un instrumento coordinador de conductas entre seres y por cierto, seres de igual constitución estructural y no, ni que decir tiene, que no es, no podría ser, un oteador de de entidades el lenguajear.
Martin: ¡Qué posmoderno eres! Vamos a ver si te entiendo, ¡¿para ti no existen los átomos y las moléculas, las galaxias y los planetas, tu cuerpo o el la de una hormiga, la vecina del quinto?! Mira, chaval, si yo leo un manual de bioquímica lo que tengo es que al mirar la imagen de la célula me cuesta pensar que exista algo de mentira aquí, algo de conocimiento relativo o de escepticismo... ¿Es que acaso la célula vegetal no tiene las partes que aquí se mencionan? ¿Es que los procesos químicos de los que aquí se hablan no ocurren realmente? Podría darse que algunas cosas estuvieran equivocadas pero no la mayoría: las proteínas se sintetizan en los ribosomas, esto es algo extremadamente difícil de negar.
Horacio: Sí y no. Me explico y es que la respuesta no es sencilla y no se deja aprehender es simples categorías binarias.
Martin: Vamos que me vas a soltar una chapa....no pongas esa cara que estoy de coña pero eso sí tío, no hables alto que es salir contigo a tomar algo y todo el puto mundo nos mira como si fuéramos unos vampiros góticos de funeral. Un poco de alegría, macho, y si ves que no te llega bebe entonces un poco más de cerveza que llevas toda la jodida tarde con la misma jarra, capullo.
Horacio: Sabes de la paradoja de Teseo, ¿verdad?
Martin: Sí, macho, sí, me la has contado tantas veces...
Horacio: Pues bien, el asunto es el mismo. Nadie debiera dudar de que el barco existe, en un sentido pero por otro el certificar que este trozo real, el que se encuentra ante mis ojos ¡es! ...
Martin: ¡No grites macho!
Horacio: (casi susurrando)...es el barco de Teseo, implica prorrumpir en un error categorial, voy más lejos, en un error metafísico que es el que confunde lenguaje con realidad, mapa con territorio, de forma que negar a la ciencia, a cualquier empresa humana de hecho, capacidad de capturar entidades reales no afirmamos que la realidad no esté ahí a disposición de, y para interacción con todos sino que si desmenuzásemos el lenguaje con el que nos coordinamos se verá entonces que es ahí donde no está la realidad como no está el barco de Teseo más allá del mundo virtual de los hablantes y eso aunque haya un barco ante nosotros y eso aunque sea el de Teseo y no el de fulanito.
Martin: Si lo que quieres decir es que no hay forma de asegurarnos que nuestras percepciones sean reales...
Horacio: No, siempre lo mismo. No estoy conjurando al geniecillo malvado de Descartes. Mi crítica es más sutil aunque duela reconocerlo. No es que dude de la veracidad de nuestra percepción objetual es que niego a nuestro cerebro y bueno, no hablemos entonces de nuestro lenguaje, le niego, repito, la capacidad de percibir objetos porque nuestra cognición no funciona así sino que recrea lo real de una forma tal que dicha recreación está adaptada a lo real y de una forma tal que dicha recreación es recreable por las personas de igual constitución. Lo expresó aforísticamente Wittgenstein: Si el león pudiera hablar, no le entenderíamos. Amén.
Martin: Pero esa, como tú mismo señalas, a-dap-ta-ci-ón implica una similitud estructural sea parcial, semiparcial, total o lo que jodidamente sea
Horacio: No, no, no y no. Para afirmar tal cosa, para afirmar que todo encaje entre nuestra cognición y lo real fuera porque compartamos algo, lo que sea, necesitaríamos tener una tercera perspectiva que, por definición, nos es inalcanzable. En suma, no existe tal cosa como las entidades reales dichas por un juego de lenguaje como la ciencia sino diferentes prácticas lingüísticas que, independientemente de lo que postulen como existentes, serán verdaderas en tanto que efectivas para los jugadores que las practiquen y por cierto, el hecho de que la práctica cognitiva que maneja Ronaldo con las faltas no sea traducible al lenguaje de la física insiste en el hecho, ya mostrado por otros juegos, de que no todo lo real es lo que el físico dice o alcanza a decir o dicho de otro modo, no todo lo real es expresable en términos ya no físicos sino verbales, o más precisamente, que no existe lengua omniefable por lo que no es posible el deseado cierre de la física.
Martin: ¡Buff! (murmurando para sí) Qué cazada le vuelto a hacer a la tía...(A Horacio) Esto...perdona, otro día seguimos con la discusión que me voy donde la pava de a las doce porque me parece que por lo visto tengo muchas posis con ella. De todas formas, te aviso de que estás cometiendo graves falacias pero bueno, ya seguiremos.
(Se cierra el telón mientras Horacio suspira irritado y se termina de beber la cerveza en soledad)
Martin: (Está leyendo el periódico y de repente levanta la vista asombrado): ¡Increíble, tío! Escucha lo que dice el periódico: Unos científicos van a estudiar mediante técnicas biométricas a Cristiano Ronaldo para averiguar cómo lanza las faltas.
Horacio: Por lo visto, Ronaldo es bueno tirando faltas, ¿no?
Martin: ¡Joder! Macho, ¿en qué puto mundo vives? El pavo es el puto amo. Sin más. Lo que yo no sé es si los cientis serán capaces de averiguar algún día cómo se tira faltas como dios manda
Horacio: Bueno, para un cientificista como tú, el hecho es que sólo la ciencia puede averiguarlo, mejor dicho, sólo la ciencia puede averiguar algo. De hecho, es bastante extraño que a los futbolistas novatos en los entrenamientos se les enseñe a tirar faltas sin impartirles ciencia alguna. De hecho, es bastante extraño, mejor dicho, es totalmente cuestionable el afirmar que Ronaldo sepa tirar faltas habida cuenta que dicho saber no lo ha adquirido ciencia mediante.
Martin: No te me pongas pedante, macho. Por supuesto que la ciencia es el único medio de acceder a lo real, ¿o es que acaso crees que el conocimiento sobre tirar faltas es sobrenatural?
Horacio: Pero ahora estamos cambiando nuestro discurso al uso. De pregonar que todo conocimiento necesita de la certificación de la ciencia con mayúsculas, concedemos más humildemente que existen prácticas para cuya ganancia no se necesita del concurso de la ciencia, es decir, de otorgar un monopolio epistemológico a la ciencia pasamos ahora a afirmar que la ciencia simplemente establece lo que es real.
Martin: Lo que yo digo, liante, es que en cualquier saber tá-ci-to, como tirar faltas o subir escaleras, no necesitamos tirar de un puto manual científico así que okey, de acuerdo, minipunto para Martin porque no todos nuestros conocimientos vienen de un laboratorio pero todas esas sabidurías no tienen nada de mís-ti-co. Idealmente todas esas sabidurías no son más que procesos mecánicos perfectamente entendibles por la ciencia. ¡Joder! No olvidemos que las procesa todo un pelotón de neuronas de lo más mecánicas y naturales las muy simples.
Horacio: ¡¿Idealmente?! ¡Oh, qué fácil se revela tu filosofía como lo que es: otra mistificación idealista!
Martin: Venga tío, ¿estás a discutir o hacer retórica? Y no hagas esos gestos ¡joder!, que la pava de a las doce, la que te he dicho antes, nos estaba mirando y macho, como nos oiga, quedamos como frikis.
Horacio: Siempre preocupado de lo que dirán los demás. En fin, sigo. El problema que yo veo es que admites que no todo conocimiento es científicamente aprehensible claro que en la práctica porque que la ciencia sí puede, empero, describir o señalar o traer a la mano los fundamentos de lo real, mostrando así que todo fenómeno hace uso y sólo uso de aquellas entidades descritas por y, de comportamiento clasificado gracias a, la ciencia. Mas para adjudicar a la ciencia lograr tamaño logro metafísico, ni más ni menos que la capacidad de ver la verdad con mayúsculas, mejor dicho, las entidades realmente existentes, objetivamente existentes, necesitas mantener una concepción representacionista del lenguaje y es por ello que acabas asumiendo que éste instrumento nos trae a la mano entidades enteramente reales empero los nuevos aires llegados a la neurofilosofía contemporánea, que niegan la existencia de representaciones por cuanto instituirían un teatro cartesiano en nuestra cabeza, lo que nos instan es a fijar que toda nuestra cognición, por ende descendientes suyos tal que el lenguaje, son sólo instrumentos útiles para nuestro manejo por el mundo pero no para su comprensión de forma que lo que el lenguaje posibilita, mejor dicho, lo que el lenguaje resulta ser es un instrumento coordinador de conductas entre seres y por cierto, seres de igual constitución estructural y no, ni que decir tiene, que no es, no podría ser, un oteador de de entidades el lenguajear.
Martin: ¡Qué posmoderno eres! Vamos a ver si te entiendo, ¡¿para ti no existen los átomos y las moléculas, las galaxias y los planetas, tu cuerpo o el la de una hormiga, la vecina del quinto?! Mira, chaval, si yo leo un manual de bioquímica lo que tengo es que al mirar la imagen de la célula me cuesta pensar que exista algo de mentira aquí, algo de conocimiento relativo o de escepticismo... ¿Es que acaso la célula vegetal no tiene las partes que aquí se mencionan? ¿Es que los procesos químicos de los que aquí se hablan no ocurren realmente? Podría darse que algunas cosas estuvieran equivocadas pero no la mayoría: las proteínas se sintetizan en los ribosomas, esto es algo extremadamente difícil de negar.
Horacio: Sí y no. Me explico y es que la respuesta no es sencilla y no se deja aprehender es simples categorías binarias.
Martin: Vamos que me vas a soltar una chapa....no pongas esa cara que estoy de coña pero eso sí tío, no hables alto que es salir contigo a tomar algo y todo el puto mundo nos mira como si fuéramos unos vampiros góticos de funeral. Un poco de alegría, macho, y si ves que no te llega bebe entonces un poco más de cerveza que llevas toda la jodida tarde con la misma jarra, capullo.
Horacio: Sabes de la paradoja de Teseo, ¿verdad?
Martin: Sí, macho, sí, me la has contado tantas veces...
Horacio: Pues bien, el asunto es el mismo. Nadie debiera dudar de que el barco existe, en un sentido pero por otro el certificar que este trozo real, el que se encuentra ante mis ojos ¡es! ...
Martin: ¡No grites macho!
Horacio: (casi susurrando)...es el barco de Teseo, implica prorrumpir en un error categorial, voy más lejos, en un error metafísico que es el que confunde lenguaje con realidad, mapa con territorio, de forma que negar a la ciencia, a cualquier empresa humana de hecho, capacidad de capturar entidades reales no afirmamos que la realidad no esté ahí a disposición de, y para interacción con todos sino que si desmenuzásemos el lenguaje con el que nos coordinamos se verá entonces que es ahí donde no está la realidad como no está el barco de Teseo más allá del mundo virtual de los hablantes y eso aunque haya un barco ante nosotros y eso aunque sea el de Teseo y no el de fulanito.
Martin: Si lo que quieres decir es que no hay forma de asegurarnos que nuestras percepciones sean reales...
Horacio: No, siempre lo mismo. No estoy conjurando al geniecillo malvado de Descartes. Mi crítica es más sutil aunque duela reconocerlo. No es que dude de la veracidad de nuestra percepción objetual es que niego a nuestro cerebro y bueno, no hablemos entonces de nuestro lenguaje, le niego, repito, la capacidad de percibir objetos porque nuestra cognición no funciona así sino que recrea lo real de una forma tal que dicha recreación está adaptada a lo real y de una forma tal que dicha recreación es recreable por las personas de igual constitución. Lo expresó aforísticamente Wittgenstein: Si el león pudiera hablar, no le entenderíamos. Amén.
Martin: Pero esa, como tú mismo señalas, a-dap-ta-ci-ón implica una similitud estructural sea parcial, semiparcial, total o lo que jodidamente sea
Horacio: No, no, no y no. Para afirmar tal cosa, para afirmar que todo encaje entre nuestra cognición y lo real fuera porque compartamos algo, lo que sea, necesitaríamos tener una tercera perspectiva que, por definición, nos es inalcanzable. En suma, no existe tal cosa como las entidades reales dichas por un juego de lenguaje como la ciencia sino diferentes prácticas lingüísticas que, independientemente de lo que postulen como existentes, serán verdaderas en tanto que efectivas para los jugadores que las practiquen y por cierto, el hecho de que la práctica cognitiva que maneja Ronaldo con las faltas no sea traducible al lenguaje de la física insiste en el hecho, ya mostrado por otros juegos, de que no todo lo real es lo que el físico dice o alcanza a decir o dicho de otro modo, no todo lo real es expresable en términos ya no físicos sino verbales, o más precisamente, que no existe lengua omniefable por lo que no es posible el deseado cierre de la física.
Martin: ¡Buff! (murmurando para sí) Qué cazada le vuelto a hacer a la tía...(A Horacio) Esto...perdona, otro día seguimos con la discusión que me voy donde la pava de a las doce porque me parece que por lo visto tengo muchas posis con ella. De todas formas, te aviso de que estás cometiendo graves falacias pero bueno, ya seguiremos.
(Se cierra el telón mientras Horacio suspira irritado y se termina de beber la cerveza en soledad)
12 comentarios:
Esto es una hipótesis que expongo como afirmación, sólo para ver qué opina usted:
Las leyes físicas que deducimos empíricamente a partir de la observación, son posibles gracias al mismo fenómeno de la cognición; lo que es decir que si la falta es observable o cognoscible, es físicamente explicable, porque achacándonos a su teoría (la teoría de que nada nos es congnoscible más allá de nuestro propio lenguaje porque la naturaleza de éste está evolutivamente construída para explicar el mundo macroscópio)si no lo fuera, ni siquiera asimilaríamos que lo que estamos viendo es una falta o que está siendo chutada por Cristiano Ronaldo. Todo esto, encuadrándolo husserlianamente dentro del hecho de que la Física tampoco no es racionalmente deductible (otra vez el constructivismo)
No, no estoy en absoluto de acuerdo con la afirmación que casca cuando dice aquello de nada nos es congnoscible más allá de nuestro propio lenguaje ya que es una proposición de la que repetidas veces me he mostrado contrario pues de hecho me resulta cognoscible, por ejemplo, el olor de tomillo y el de aloe aunque no pueda distinguirlos vía verbo.
Otro tema es que yo use el concepto de práctica lingüística en un sentido más laxo, no estrictamente verbal.
1. Uno puede querer conocer las leyes físicas que gobiernan el movimiento de los cuerpos o puede querer aprender a chutar un balón. No creo que nadie piense que lo que hace un jugador al tirar una falta sea algo ajeno a las leyes del movimiento. La manera de aprender una técnica puede aprenderse por el método perfectamente científico y fisicalista de "prueba y error" o teóricamente siguiendo un buen modelo desarrollado de manera perfectamente científica y fisicalista (o una mezcla de ambas). En unos caso una técnica de aprendizaje será mejor que otra. No veo en esto ninguna relevancia para el fisicalismo o lo que sea que quieres contradecir con este argumento.
2. Para tirar faltas no hace falta conocer la física, pero para explicar por qué el balón se mueve de una forma y no otra, sí. El discurso de la ciencia sigue siendo sobre buscar explicaciones, no sobre establecer lo que es real. Los modelos que expliquen y predigan más cosas serán mejores y, en una interpretación coherente (que no lógicamente deducida) y sin mayores consecuencias, podrá decirse que están más cerca de comprender la realidad. No hace falta admitir esto último y basta quedarse con lo de las explicaciones y predicciones.
3. Las explicaciones tienen muchos niveles. Nadie pretende explicar la economía basándose en la física de partículas. Tampoco nadie pretende explicar cómo tirar faltas de esa manera. Pero conocemos muchas conexiones entre la economía o tirar faltas y la física de partículas que son totalmente coherentes con el fisicalismo y no conocemos nada que no lo sea.
4. Si el león pudiera hablar, tal vez le entenderíamos y tal vez no. No sé por qué te atreves a asegurar que es que no. No le entenderíamos si su percepción del mundo fuera completamente distinta (no sabríamos de qué está hablando, pues hablaría de cosas que nosotros no observamos, por ejemplo) o si la expresara de una manera completamente distinta a la nuestra, de manera que nunca encontraríamos uno primeros puntos comunes para empezar a traducir (como los humano con el mundo océano de Solaris). Ambas cosas me parecen difíciles, pero son una posibilidad lógica. Sin embargo no son prueba en contra del fisicalismo. El primer caso sería prueba de que no lo conocemos todo, pues hay quien conoce cosas que nosotros no, pero no de que esas cosas no sean tan físicas como las nuestras. El segundo caso no dice nada sobre esto.
4. El deseado cierre de la física puede que sea posible. Lo que puede pasar es que, aunque hallamos llegado a su cierre, no podamos demostrar lógicamente que sea así (puede que nos falte algún campo por explorar y del que no sabemos nada). En cualquier caso la agenda de la ciencia es seguir investigando.
Nunca podremos demostrar lógicamente que la ciencia funciona. Lo que podemos mostrar es que todo lo que vemos es compatible con que avanza y que nada observamos que sea compatible con que no avanza. También podemos observar que ser constructivista o positivista no la hace avanzar más, y que lo que la hace avanzar es seguir el método científico, que pasa de todo esto. Esta es la perspectiva.
Bueno, vamos a ver, es que no me voy a explicar toda la teoría que expone, usted ya me entiende. Me he explicado mal, sí.
Me refiero a que nada nos es congnoscible nada más allá que nuestro propio pensamiento, no recuerdo cuál es el término que utiliza usted.
Lo de la corrección lo decía por mí mismo, que dejé un comentario en el que no se entendía una mierda y lo tuve que borrar y le dejé ahí con un "el autor ha eliminado esta entrada".
Y ya me imagino en qué sentido utiliza usted el concepto de práctica lingüística, por eso lo utilicé yo malamente aun cayendo en el error.
Platón estaría orgulloso, siempre y cuando no se sintiera amenazado por la competencia.
La perspectiva holista que habíamos discutido sigue pareciéndome la más magnífica solución imaginable al problema. Comprender mejor el mundo es según más aspectos de su comprensión conozcamos y 'veamos'.
Solo queda por dicernir, y en esto Matzerath demuestra que a pesar de sus malos modales puede atinar con algo, si lo que realmente hay que comprender es una realidad externa, objetiva, o si más bien debemos volver la vista hacia nosotros mismos y —esto suena atrozmente hegeliano— comprender al mundo en nosotros.
Siendo, como soy, un cosista a ultranza, me inclino por lo primero. Lo que hay que comprender son realidades objetivas.
Pero no hago más que tirar ideas al aire... Un saludo, amigo mío, terminadas las vacaciones oficiales, desde las Nuevas Hespérides del Sur.
Una buena forma de salir del problema de la explicación fisicalista es hablar de niveles, como bien ha dicho José Luis. Yo suelo referirme a ello hablando de "trasfondos". La teoría atómica no puede explicarlo todo (ni lo pretende) pero ha de estar de transfondo en toda otra explicación. Es decir, es absurdo explicarle a alguien una obra de teatro a base de posiciones de electrones, sin embargo, lo que no se puede hacer es que nuestra explicación contradiga ese trasfondo, por ejemplo, diciendo que el protagonista levitó en el segundo acto.
Es lo que pasa con la teoría de la evolución. No podemos explicar todo en términos de selección natural o entrecruzamiento cromosómico, sin embargo, explicar que el alma la puso dios en el homo habilis, contradice nuestro trasfondo darwiniano y es, en consecuencia, inaceptable.
Con respecto a tu pragmatismo wittgensteiniano, Héctor, tiene el problema que, si deslindas completamente la realidad de la mente... ¿no caemos en un relativismo absoluto de "teorías flotantes"? Si no conectamos, por lo menos de un modo mínimo, la realidad con nuestras teorías, ¿no sería lo mismo decir que los ribosomas sintetizan proteínas como que las proteínas las sintetiza David el gnomo? Creo que radicalizas el mismo planteamiento de Witt. En las "Investigaciones filosóficas" hay todavía mucho "de lo que no puede hablarse".
Esto es parte del fragmento de Fiasco que había dicho que podría interesarle. El fragmento completo es bastante largo, creo que lo que haré será sacarle fotografías a las páginas y enviárselas XD. Ya sé que citar una novela de ciencia ficción no es exactamente lo que se espera de un debate serio; pero, por otra parte, esto es un blog (me entiende). Creo que interesará a todos.
"Aunque ahora era posible manejar la gravitación como una porra, nadie sabía aún qué era «realmente» la gravitación. Una máquina podía comportarse como si tuviera conciencia, pero para determinar si tenía la mima conciencia que un hombre, sería necesario convertirse en la máquina misma. En la ciencia, la comtención era necesaria: había preguntas que no estaba permitido hacerle al mundo, y quien se las hiciera a pesar de todo sería como una persona que se quejara de un espejo cuyo reflejo repitiese todos sus motivientos, pero se negara a revelarle la razón volitiva que había detrás de esos movimiento. Y, sin embargo, utilizábamos espejos, la mecánica cuántica, la física sideral y los ordenadores, y obteníamos de ellos no pocos beneficios".
............
El comentario de Santiago es interesante. No creo estar de acuerdo, pero me desafía...
En las Investigaciones filosóficas, es cierto, hay mucho aún de lo que no se debe hablar, pero creo que el enfoque es muy distinto al Tractatus (que confieso no haber leído completo, por mor a la honestidad intelectual). En el Tractatus impera una obsesión por la lógica de la que están libres las investigaciones... El segundo Wittgenstein parece decir «Sí, de estas cosas no podemos hablar; sin embargo, hablamos de ellas con total libertad y al menos parece que significamos algo; ¿qué quiere decir este fenómeno?».
Saludos.
Hola Sierra:
Wittgenstein nos dice que el significado está en el uso pero no que cualquier uso sea válido. Su comparación del lenguaje con una caja de herramientas es muy explicativo. Si yo tengo un martillo, puedo usarlo para clavar clavos pero también para matar a mi suegra. Cada comunidad lingüística dará un uso diferente al martillo. Sin embargo, el martillo no se puede usar para volar (no podemos usarlo "con total libertad" como dices). Una comunidad lingüística que dijera que los martillos vuelan estaría diciendo sinsentidos.
Ferreira,
Mis respuestas a tus argumentos o bien ya están en el post, o bien lo están en el comentario que unas líneas más abajo le dedico a Santiago.
Matzerath,
La idea de que el mundo cuántico es incomprensible por razones biológicas no constituye más que una especulación, es digamos una posible explicación biofísica a unas conclusiones filosóficas
Sierra,
Espero que vuelva con renovadas fuerzas de las vacaciones.
En cuanto a Platón, bueno, no hay en este texto ninguna de las dos principales características del insigne griego, a saber: metáforas de increíble belleza plástica, una paulatina convicción en el oponente de que está equivocado gracias a las socráticas preguntas de su interlocutor.
Y sí, creo en una realidad externa que en su baile con nosotros crea lo que consideramos experiencia de lo real.
Santiago,
El problema del recurso a los trasfondos -que ya sé que es la respuesta estándar y que por ello ya está polemizado en el diálogo- es que presupone que lo que el lenguaje hace es vislumbrar y cazar entidades reales indesechables para cualquier otro juego de lenguaje, vamos, que el lenguaje tiene capacidades representacionistas. Pero si lo entendemos, en concordancia con la neurofilosofía biologicista, como un instrumento coordinador de conductas entonces la validez de lo habido en el lenguaje sólo devendrá en tanto que sea y en donde sea usable.
Para entender bien lo que estoy afirmando, sería bueno contextualizarlo mirando la polémica medievalista entre nominalistas y realistas y así entender que no estoy en la arbitrariedad metafísica de disociar mente y realidad sino que estoy en un nominalismo puro y duro de forma que si digo que los "ribosomas" son una abstracción intelectual ello no da pie a poder decir que es David el Gnomo quien sintetiza las proteínas de igual modo que si afirmo -con los nominalistas medievales- que el ente "perro" no existe sino que es un flatus vocis no pretendo con ello decir que mi mascota es un gato o un hada madrina sino recalcar el carácter en absoluto ontológico y protohumano que tienen las entidades mentadas en nuestro lenguaje y cómo éstas sólo son usables en determinados casos pues en otros se rompen, son inútiles, como cuando con el barco de Teseo se rompe el concepto de identidad, como cuando con Ronaldo tirando faltas etc.
Y bueno, yo no diría que el explicar que el alma la puso dios en el homo habilis sea inaceptable como explicación porque contradice nuestro trasfondo darwiniano sino porque, y esa es la razón de la consiliencia en las ciencias, lo que de las muchas posibles sólo consideramos una explicación de un fenómeno en ciencia es el crear en términos lingüísticos una descripción de un mecanismo generador de los mismos efectos que el fenómeno a estudiar y es obvio que "un alma puesta por un dios" no cumple tales requisitos, no es una explicación científica.
Bueno, a mi parecer, muchas de las cuestiones que se tratan en este blog son especulación, ¿no? Yo ya sabía que lo que estaba diciendo es especulación, por eso digo en mi primer comentario que es una hipótesis que expongo como si fuera una afirmación, para no marear, principalmente, para simplificar.
De todas formas, me confunde usted, ¿lo dice por mi primer comentario o por el segundo?
Bueno, vale, lo dice por los dos, pero, veamos, aunque yo, normalmente, de razones biológicas a esta cuestión, esta vez no lo he hecho.
A lo que iba, en realidad, es que que algo sea muy complejo, y con ello, que nuestra tecnología actual sea incapaz de medirlo, no quiere decir que sea imposible de medir.
Evidentemente, Cristiano Ronaldo no puede "verbalizar" (y sé lo que está diciendo, ¿vale?) su propio modo de tirar las faltas, de lo que se deduce (saltándonos muchos pasos, vale) que tal cosa no le ha sido enseñada ni puede ser enseñada.
Por otro lado, el olor del tomillo (y esto es algo que también trato en mi blog, y en un diálogo, también) es, en todos sus aspectos cognoscibles, perfectamente medible, y sus aspectos no-cognoscibles, no nos son ni siquiera ontológicamente demostrables, por lo tanto, son o casi sobrenaturales, o completamente sobrenaturales.
A esto venía mi comentario que, vale, no debería haber mentado eso de "su teoría", vale, ya sabe de lo que hablo, no me sea usted tiquismiquis, que dice mi madre.
Matzerath,
Cuando decía que era especulación me refería a que en las teorías -la distinción no es mía- hay una dimensión conceptual cuya validez es disputable únicamente con la razón y luego hay una dimensión operativa que surge de aquella y que tendría una validación empírica.
Así yo puede defender filosóficamente la idea de que el lenguaje dispone de diversos juegos no concordabls y luego estaría la demostración empírica de ello en algún programa de investigación empírica -que contra el monopolio de la hipótesis chomskyana empieza a ver- y si bien dicho programa es, como todo en ciencia, caducable haciendo de ese idea algo especulativo; no se puede decir lo mismo de la idea wittgensteniana de los juegos de lenguaje que necesita de una disputa enteramente verbal.
Y cuando digo que la ruptura entre el mundo microcoscópico y el macroscópico es tal que nos malacostumbró la mente estoy en una especulación en tanto que es disputable empíricamente pero lo nuclear y por eso te abronqué, no es eso sino el constatar que somos incapaces de mapear toda la realidad, que una TOE es imposible y eso implica limitaciones en nuestro lenguaje y todo estas ideas recien mentadas porque razonadas no se basan en un programa empírico.
Publicar un comentario