Citaré partes de su libro (aquí reseñado) para asegurarme, también asegurarte, que no doy gato por liebre.
Hay que aclarar primeramente que desde su teoría de cómo opera el sistema nervioso no existe tal cosa como una representación del universo, no somos un ordenador, por lo que el enfoque que dan al lenguaje es diametralmente opuesto al típico de la filosofía analítica. Con esto quiero decir que para ellos no hay tal cosa como la Verdad ergo simplemente consideran que hay conocimiento (pág.115)cada vez que observamos una conducta efectiva (o adecuada) en un contexto señalado, es decir, en un dominio que definimos con una pregunta (explícita o implícita) que formulamos como observadores.
El criterio que ellos utilizan para decir que alguien tiene conocimiento es el buscar una acción efectiva en el dominio en el que será la respuesta. Se marca el contexto con una pregunta y es en ese contexto desde donde se espera una conducta efectiva.
Ellos ponen como ilustración la famosa anécdota del estudiante de físicas, en donde se revela que desde cierto punto de vista o mejor dicho, contexto de observación, el alumno reveló más de lo que se le pedía pero desde el contexto creado por la pregunta del profesor, su conocimiento no era válido.
Por lo tanto, el evaluar si hay o no conocimiento presente se da siempre en un contexto relacional en el que los cambios estructurales que las perturbaciones gatillan en un organismo (recordemos que el exterior no informa al ser vivo, sino que dispara un comportamiento determinado del mismo modo que una piedra no informa al agua que debe hacer ondas sino que esta las hace a razón de haber sido golpeada por la piedra) aparecen al observador como un efecto sobre el ambiente.
El qué espera un observador es lo que determina el haber o no conocimiento por lo que desde este punto de vista, toda interacción de un organismo, toda conducta observada, puede ser valorada por un observador como acto cognoscitivo, pág. 116:
De la misma manera , el hecho de vivir -de conservar ininterrumpidamente el acoplamiento estructural de un ser vivo- es conocer en el ámbito del exsistir.
Vivir es conocer (vivir es acción efectiva en el existir como ser vivo).
Se ve así que no sólo los humanos realizan conductas lingüísticas pero sí que éstos tienen un comportamiento lingüístico cualitativamente diferente y es que el obervador, aquel que necesitamos para la descripción semántica, puede ver que en los humanos las susodichas descripciones pueden ser realizadas tratando a otras descripciones como si fueran objetos o elementos del dominio de interacciones.
En otras palabras, en un ejercicio de recursividad, o autoreferencia, el propio dominio lingüístico pasa a formar parte del dominio lingüístico y es cuando se produce esta autorreferencia cuando aparece el lenguaje, surge el observador, y los participantes de dicho dominio lingüístico empiezan a operar en el dominio semántico porque son capaces de describir sus conductas en términos semánticos.
El lenguaje verbal no es en el fondo sino, en las propias palabras de Maturana, una coordinación conductual que coordina otra coordinación conductual. Para ellos, como para el segundo Wittgenstein, el mejor método de abordaje del lenguaje es el conductista. Cito un ejemplo de comunicación lingüística no verbal:
Supongamos que alguien necesita coger un taxi. Esta persona se encuentra en la calle, y los taxis que van en la dirección en que ella desea ir están ocupados, pero pasan algunos desocupados en dirección contraria. Al ver esto, esta persona hace dos gestos, uno después de otro. Primero, uno que constituye operacionalmente una llamada de atención. Si el conductor del taxi se fija en la persona, hará un segundo gesto congruente con el primero de ella, y ésta hará un gesto que apunta en la dirección que quiere ir. El primer gesto coordina a la persona con el conductor del taxi cuando éste responde, y el segundo gesto coordina la conducta de ambos con la primera coordinación. Al completarse el proceso se tienen no dos coordinaciones conductuales sucesivas solamente, sino que una coordinación conductual que coordina otra coordinación conductual. Quiero llamar su atención hacia este proceso en el que una coordinación conductual es coordinada por otra.
Es en consecuencia nuestra previa capacidad para comprender el comportamiento de los demás lo que posibilita realizar una conducta lingüística con una dimensión semántica porque hay un cimiento cultural, psicológico, biológico incluso, creador de nuestros universales lingüísticos (el camino no es a la inversa como consideran los racionalistas), que es el que habilita nuestra capacidad intelectiva, también nuestra mutua comunicación, de forma que, como bien decía Wittgenstein en sus Investigaciones filosóficas:
Si un león pudiera hablar, no podríamos comprenderlo.
4 comentarios:
Hola, Héctor. Soy wg. Te dejo la dirección de mi recie´n inaugurado blog filosófico
La filosofía no sirve para nada
Estamos en contacto.
Hombre, gracias, me suscribiré
;-)
Hector sos un genio, me encantó este post, siempre quise alguien con quien comentar la biofilosofía de Maturana! Abrazos grandes.
Hector, genial este post, siempre quise alguien con quien comentar la teoría de MAturana, se ve que la comrpendes muy bien, Abrazos!
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