jueves, 2 de diciembre de 2010

¿Nos hallamos hoy al menos perplejos por el hecho de que no comprendemos la expresión ‘ser’?

¿Nos hallamos hoy al menos perplejos
por el hecho de que no comprendemos
la expresión ‘ser’?


Heidegger creyó demasiado en las palabras. (...) Las dificultades, él no las resolvió sino simplemente las superó con la ayuda de la creación de palabras. Yo considero eso como altamente deshonesto. Yo no discuto que Heidegger haya sido un genio, pero lo considero también como un estafador. En lugar de resolver las preguntas, él se contentó escribiendo, creando palabras, desplazando los problemas, respondiendo - ¿cómo le diría? – con una producción de vocabulario. (...) Para mí, Heidegger fue realmente demasiado ingenuo, aunque al mismo tiempo astuto como un campesino. (...) Fue un hombre, me atrevería a decir, inconscientemente villano...


SPIEGEL: ¿Atribuye Vd. a los alemanes una tarea especial?

HEIDEGGER: Sí, en el sentido del diálogo con Hölderlin.

SPIEGEL: ¿Cree Vd. que los alemanes tienen una cualificación específica para ese cambio?

HEIDEGGER: Pienso en el particular e íntimo parentesco de la lengua alemana con la lengua de los griegos y con su pensamiento. Esto me lo confirman hoy una y otra vez los franceses. Cuando empiezan a pensar, hablan alemán; aseguran que no se las arreglan con su lengua.


El sonido es el cambio en la condición específica de segregación de las partes materiales y en la negación de esta condición; tan solo una idealidad abstracta o ideal, por así decirlo, de esa especificación. Pero este cambio, en consecuencia, es inmediatamente, en sí mismo, la negación de la subsistencia específica material, que es, por lo tanto, la idealidad real de la gravedad y cohesión específicas, es decir, el calor. El aumento de calor de los cuerpos en resonancia, semejante al que experimentan los cuerpos por el rozamiento, señala la aparición del calor que se origina, conceptualmente, junto con el sonido.

Georg Wilhelm Friedrich Hegel en su Filosofía de la naturaleza, citado por Karl Popper en su libro La sociedad abierta y sus enemigos

Esa charla de locos sólo viene de la lengua y no del cerebro

Cimbelino, de William Shakespeare, citado por Schopenhauer en referencia a Hegel, citado por Popper en referencia a la filosofía continental

Puede plantearse la duda de si Hegel se engañó a sí mismo, hipnotizado por su propia inspiración verborrágica o si se propuso audazmente engañar y fascinar a los demás.Personalmente me inclino más por la segunda alternativa, especialmente teniendo en cuenta lo que Hegel escribió en una de sus cartas.

En ésta, fechada dos años antes de la publicación de la Filosofía de la Naturaleza, Hegel se refería a otra Filosofía de la Naturaleza, escrita por su amigo Schelling:
He estado demasiado ocupado (...) para embarcarme en la lectura de esa patraña de la Filosofía de la Naturaleza, de ese filosofar sin conocimiento de los hechos...de ese tratar las puras fantasías -estúpidas, incluso- como si fueran ideas


El calor es la autorestauración de la materia en su amorfismo, su liquidez el triunfo de su homogeneidad abstracta sobre lo definido específico, y su continuidad abstracta, de existencia autónoma pura, como negación de la negación, entra aquí en actividad.

Georg Wilhelm Friedrich Hegel en su Filosofía de la naturaleza, citado por Karl Popper en su libro La sociedad abierta y sus enemigos

En lugar de aspirar al descubrimiento de lo que es realmente una cosa y definir su verdadera naturaleza, el nominalismo metodológico procura describir cómo se comporta un objeto en diversas circunstancias y, especialmente, si se observan irregularidades en su conducta.

En otras palabras, el nominalismo metodológico cree ver el objetivo de la ciencia en la descripción de los objetos y sucesos de nuestra experiencia y en la "explicación" de estos hechos, esto es, su descripción con ayuda de leyes universales. Y ve en nuestro lenguaje, especialmente en aquellas de sus reglas que diferencian las oraciones adecuadamente construidas y las inferencias de un simple cúmulo de palabras, el gran instrumento de la descripción científica; no considera, pues, a las palabras, nombres de las esencias, sino más bien herramientas subsidiarias para su tarea.

El nominalista metodológico jamás considerará que una pregunta tal como "¿qué es la energía?", "¿qué es el movimiento?" o "¿qué es un átomo?" constituye una cuestión importante para la física; le atribuirá suma importancia, en cambio, a las preguntas de este tipo: "¿cómo puede aprovecharse la energía solar?", "¿cómo se mueve un planeta?", "¿en qué condiciones irradia luz un átomo?", etc. Y aquellos filosófos que sostienen que antes de haber contestado el "qué es" no puede pretenderse responder a los "cómo", les responderá simplementee que prefiere el modesto grado de exactitud que le proporcionan sus métodos a la pretenciosa confusión en que ellos han incurrido con los suyos.


Cristián Warnken [el entrevistador]: A propósito de la ciencia, me pareció entender en su libro, que la ciencia tendría su origen o su germen en una cultura matrística, en cambio la filosofía tendría su origen en la cultura patriarcal

Humberto Maturana: Eso es lo que yo digo allí, porque la ciencia, el criterio de validación del explicar científico, la ciencia como actitud, está abierta continuamente a la reflexión y por lo tanto, está abierta continuamente a la liberación de los dogmatismos, a escaparse de los dogmatismos.
(...)
Cristián Warnken: Lo que me llama la antención a mí, es la filosófia, ahí lo entiendo quizá menos. Pudiera uno creer que en cierta filosofía o toda la filosofía, se da un pensamiento libre, un pensamiento alejado del dogma. Tenemos el ejemplo de Nietzsche, del Existencialismo...

Humberto Maturana: No. Lo que pasa es lo siguiente. Uno hace filosofía cuando reflexiona sobre los fundamentos de su quehacer, cuando reflexiona sobre los fundamentos de su pensar, en ese momento hace filosofía. Pero uno puede generar teorías cientifícas y teorías filosóficas y hay una diferencia fundamental. No todo filosofar es hacer teoría filosófica. Yo diría que Nietzsche no hace teoría filosófica la mayor parte del tiempo, él hace reflexión filosófica, es una continua invitación a la reflexión. Ahora, yo pienso que la diferencia entre las teorías filosóficas y las teorías científicas está en lo que quiere conservar el que hace la teoría. Pero el científico quiere epxlicar conservando coherencias con la experiencia, ya sea científico o filósofo. El que hace teorías filosóficas quiere conservar coherencias con principios o nociones fundamentales o trascendentes, ya sea científico o filósofo. De la conservación de coherencia con la experiencia resulta una teoría abierta a la reflexión, del conservar cohrencias con principios o nociones trascendentales resulta una teoría negada a la reflexión porque está centrada de verdades no cuestionables [y aunque, como suele ser siempre el caso, se prestase a la validación verbal, al palabreo, seguiría siendo insfuciente porque sabemos que el lenguaje verbal no es lo suficientemente potente para evitar antinomias que en realidad no son tales]. Entonces, las teorías filosóficas en ese sentido son restrictoras, limitan la reflexión, se hacen dogmáticas. Las teorías científicas están abiertas a la reflexión, no son dogmáticas. Sin embargo, los científicos pueden ser dogmáticos y en ese sentido el negarle a la teoría científica su carácter no-dogmático y hacerla dogmática, porque eso tiene que ver con la emoción, que es lo que yo quiero conservar. Entonces, un científico puede empezar haciendo una teoría científica y terminar haciendo una teoría filosófica.

Cristián Warnken: De alguna manera hay filósofos, que a lo mejor en este siglo han prefigurado esto que Ud. está diganosticando en su libro. De esto estamos hablando de Nietzsche, pienso en Kierkergaard, pienso en los existencialistas que centren de alguna manera la reflexión en la experiencia, en lo humano. ¿Se podría decir que son ellos una especie de profetas o que están ahí tocando la campana de alerta frente a la cultura patriarcal?

Humberto Maturana: En algunos sí y en otros no, pero se han encontrado sin darse cuenta con esta problemática de la cultura patriarcal. Yo creo que hay muchos pensadores que han ido en esa dirección, pero el carácter de su pensar y desarrollo en último término ha estado determinado por su aferrarse o no aferrarse a principios. Del momento en que uno se aferra a principios, cualquiera que estos sean, se acabó la libertad reflexiva, y esto uno puede ser un científico, por ejemplo Einstein. Einstein genera la Teoría de la Relatividad como una teoría científica. En este proceso cambia la noción de espacio, cambia la noción de tiempo, cambia la noción de gravitación, cambia todo un conjunto de cosas que eran tratadas en la física clásica como principios, como verdades a priori, inobjetables, no había que pensar en ellas, eran así. Muy bien, hace una teoría científica, pero en sus discusiones con Niels Bohr en relación al indeterminismo de Heisenberg, hay un momento en que Einstein no acepta eso y dice: Dios no juega a los dados. En ese momento Einstein hace teoría filosófica, porque ha aceptado el determinismo como un principio y el resto de su vida está destinado a buscar una explicación cósmica que conserve el determinismo, está atrapado en eso, hace muchas cosas bonitas pero está atrapado en eso. Se atrapa en un principio, es decir, en algo que restringe la reflexión.


La definición ostensiva explica el uso —el significado— de la palabra cuando ya está claro qué papel debe jugar en general la palabra en el lenguaje. Así cuando sé que otro me quiere explicar el nombre de un color, la explicación ostensiva "Esto se llama 'sepia'", me ayudará a entender la palabra... Tiene uno que saber (o poder) ya algo para poder preguntar por la denominación ¿Pero qué tiene uno que saber?.

Ludwig Wittgenstein tratando de definir el Ser en su libro Investigaciones filosóficas, §30

El ser se dice de muchas maneras y éstas reflejan la esencia del ser.

Aristóteles tratando de definir el Ser en su libro Metafísica

El desarrollo del pensamiento a partir de Aristóteles podría resumirse, a mi juicio, diciendo que todas las disciplinas permanecieron detenidas, mientras utilizaron el método aristótelico de la definición, en un estado de un hueco palabrerío y escolasticismo estéril, y que la medida en que las diversas ciencias lograron efectuar algún progreso dependió del grado en que consiguieron librarse de este método esencialista.
(...)
Al igual que Platón, Aristóteles creía que todo conocimiento se obtiene, en última instancia, por medio de una captación intuitiva de la esencia de las cosas. "Sólo podemos conocer una cosa conociendo su esencia", escribe Aristóteles, y también: "Conocer una cosa es conocer su esencia". Una "premisa básica" no es, según él, sino un enunciado que describe la esencia de una cosa. Pero es precisamente este enunciado lo que él denomina definición. De este modo, todas las "premisas básicas de las pruebas" son definiciones.
(...)
[En la concepción actual] del método científico (...) no hay conocimiento, en el sentido de Platón y Aristóteles usaron la palabra, vale decir, en el sentido que le atribuye un alcance definitivo; en la ciencia jamás existen razones suficientes para creer que se ha alcanzado la verdad de una vez por todas. Lo que habitualmente denominamos "conocimiento científico" no es, por regla general, conocimiento en este sentido, sino más bien la información concerniente a diversas hipótesis contradictorias y a la forma en que éstas se comportan frente a diversas pruebas; es, para emplear las palabras de Platón y Aristóteles, la información relativa a la última y mejor probada "opinión" científica.
(...)
Cabe afirmar que, en tanto de acuerdo con la interpretación esencialista hay que leer las definiciones de forma "normal", vale decir, de izquierda a derecha, las definiciones, tal como las usa normalmente la ciencia moderna deben leerse de atrás hacia adelante o de derecha a izquierda, pues comienzan con la fórmula definitoria y exhiben luego un breve rótulo para la misma. De este modo, desde el ángulo científico, la definición "un potro joven es un caballo joven" vendría ser la respuesta ¿qué nombre se le da a un caballo joven? y no a aquella otra [afín a Aristóteles, Platón, etc.] que pregunta ¿Qué es un potro? (las premisas como estas: ¿qué es la vida? ¿qué es la gravedad? no desempeñan papel alguno en la ciencia). El uso científico de las definiciones, caracterizado por la lectura "de derecha a izquierda", podría denominarse interpretación nominalista, en oposición a la aristotélica o esencialista. En la ciencia moderna sólo existen definiciones nominalistas, es decir, símbolos o rótulos sucintos utilizados en bien de la brevedad expositiva. Con lo cual puede verse, de inmediato, que las definiciones no desempeñan ningún papel importante en la ciencia.


¿Nos hallamos hoy menos perplejos
por el hecho de que no comprendemos
la expresión ‘ser’?

2 comentarios:

Mark de Zabaleta dijo...

Permanente dilema. Interesante discusión

Sierra dijo...

Excelente entrada.