viernes, 10 de diciembre de 2010

Breve explicación de por que SÍ funcionan las pulseras power-balance

Tengo un amigo propietario de una pulsera power-balance y dice funcionarle.

Fin de la discusión.

Bueno, bueno..., expliquemos un poco mejor el asunto...

Hay un capítulo de Los Simpsons en donde aparece un oso en el barrio de la familia. Angustiado el bueno de Homer, éste propone una guardia específicamente encargada de ahuyentar a los mentados animales y funcionará pero claro, Lisa le explicará cómo y lo hará proponiéndole a modo de ejemplo un amuleto "ahuyenta tigres" y entonces y para hacerle ver cómo chuta le preguntará si ve algún tigre por allí.

Homer no ve ninguno, ¿sí?, y Homer exclama entonces "¡funciona!". Bien, cualquiera con dos dedos de frente y tal sabrá entender cómo Homer desbarra, vamos, el amuleto no espanta tigres ni nada de nada, ahora, si Lisa le dijera algo así como "voy a solucionarte el miedo que tienes a los tigres, a los osos o a lo que sea" y para ello entonces le propone el mismo amuleto y vuelve en tal caso a exclamar Homer que funciona, bien, ¿no será esta vez verdad que efectivamente el truco de Lisa SÍ funcionaba?

Hagámosnos la pregunta de a ver si cura el placebo y digamos sin miedo que sí lo hace y que no se puede argumentar otra cosa, vamos, quiero decir, el placebo no es una sustancia que tenga propiedades curativas en sí misma, vale, dacord, ahora, cuidado, sí, sí que cura a veces porque, mira, justo eso es lo que lo distingue de una sustancia ordinaria y aún siendo una sustancia ordinaria, quiero decir, eso justifica la existencia del concepto o el nombre de placebo, vamos, el que cure a veces y luego y claro, se podría discutir la necesidad de vender placebo en una farmacia o no pero por muchas razones aunque nunca desde luego, vamos, jamás por no ser capaz de a veces curar. Eso no tendría razón de ser.

Hablemos ya de mi amigo y de sus pulseras power-balance, tan de moda ahora y tan criticadas por inútiles pero ¿de veras? Vamos a ver, ¿dan estas pulseras más equilibrio por algo que tengan? No, desde luego, ahora, ¿tienen algunos más equilibrio luego de ponérselas? Sí, desde luego, y si no pregunten a mi amigo y mucha otra más gente, ahora, ¿esto es paradójico? Sí, desde luego pero, cuidado, así es nuestra cabecita ¿no? ¿qué se le puede hacer?

Pues entonces, mi propuesta para exiliar de entre la gentes estos timos no es la de vender la moto de que dichas pulseras nunca funcionan sino explicarles a algunos por qué a veces sí les funciona y esto es y dicho muy brevemente, por onanismo mental, ahora, insistir en que no funcionan y punto es acabar surrealistas como Groucho Marx cuando le invitó a una persona a decidir a quién iba a creer más al propio Groucho o a sus ojos.

5 comentarios:

Chofer fantasma dijo...

A mi me parece muy interesante que haya tanta gente que haga un deporte interesante de desenmascarar a los vendedores de pulseras.

La necesidad que evidencian de sobresalir del vulgo crédulo y su fe ciega a fuentes de prestigio me vuelven muy escéptico sobre su pretendida virtud.

Utilizan su falso conocimiento como un placebo de la ciencia.

A propósito: ¿los apunto con una de estas pulseras, que en esta partida han salido super efectivas?

Malena dijo...

Excelente post. Realmente excelente. Voy a linkearlo cada vez que se discuta el tema.

Héctor Meda dijo...

Chofer fantasma,

Yo, respecto a los escépticos, tampoco comulgo con su -sospecho- actitud de fondo, no obstante, aciertan en sorprenderse, al menos, que la gente -caso de mi amigo- se gasten 30 euros en pulseras mágicas y en pleno s.XXI

Malena,

Linkea, linkea todo lo que quieras pero ¡ojo! si se te rebotan luego no me eches la culpa ¿eh? ;-)

José Luis Ferreira dijo...

Cuidado con atribuir demasiadas cosas al placebo. Una cosa es que, por el efecto placebo, uno se sienta mejor en una afección alérgica, o sienta menos un dolor crónico e intermitente o tenga más confianza para hacer equilibrios en la cuerda floja o se sienta uno menos deprimido.

Sólo con una acepción muy laxa de la palabra curar diríamos en cualquiera de esos casos que se ha curado algo (no lo digo para minusvalorar el alcance del placebo, que ya me parece interesante aliviar una depresión con efecto placebo o con rodearse de amigos). Pero bien, llámese como se quiera, dolencias y enfermedades definidas de manera más objetiva no se curan por efecto placebo.

Seguramente yo, por muy escéptico que sea, no seré inmune a su efecto. Pero el que me digan que creer en el "sana, sana, culito de rana..." alivia los dolores infantiles no va a hacer que yo me lo ponga en mi recetario. ¿Eso que me pierdo? Yo creo que no, más bien me hace desligar el proceso de alivio de una superstición particular y colocarlo en la fuerza de voluntad. Eso que me gano.

Miguelon dijo...

También habrá que ver cuantos se la compran por el simple hecho de llevarlas. Igual que el que se compra una pulsera cualquiera, vamos.

U otros que se la compran por si cae la breva, aunque no crean que haga efecto.