Para poder realizar un pequeño sumario de las soluciones planteadas -que, como toda síntesis, siempre olvida detalles- bien podríamos servirnos como hilo conductor del hecho de que cada una de ellas tiende a fijar una fecha desde donde se empezó a gestar la catástrofe de forma que incluso podría darse el caso de que todas fueran válidas o bien que muchas de ellas simplemente se hayan excedido en su mirada al pasado.
Dicho esto, quisiera señalar, antes de mostrar la cronología, que, aunque esta crisis mantiene perplejos hasta a los economistas más eminentes, hay ciertos supuestos sobre los que colocar un consenso. Sin ir más lejos, se acepta que cuando hay un exceso de de liquidez, sucede que el dinero al masificarse se convierte para el ahorrador en una suerte de hucha con agujero al perder valor frente a otros activos -bienes raíces, acciones, materias primas- cuya oferta no ha crecido de forma tan exuberante con la nefasta consecuencia de que esos activos acaban siendo el refugio de los ahorradores que al aumentar la demanda de los mismos aumentan artificialmente su precio y crean lo que se conoce como el fenómeno de la burbuja.
En el caso de la crisis subprime, aquellos activos artificialmente inflados fueron los créditos bancarios aviniéndose el instante fatídico, aquel en el que la burbuja explotó, cuando los agentes económicos se dieron cuenta de la artificialidad del precio los activos y se negaron, en consecuencia, a seguir comprándolos siendo entonces el momento en el cual los vendedores de los mismos, al no poder hacer frente a las deudas acumuladas, provocaron el alud de impagos causante de la actual crisis de solvencia.
Se necesita detectar cuándo se empezó a intoxicar el sistema financiero y vacunar, de algún modo, a las instituciones. No obstante hay que dejar claro que se sabe que una regulación inadecuada, como por ejemplo el control de precios de los bienes de primera necesidad, provoca escasez de los mismos. Es decir, una regulación inadecuada puede mutarse en un veneno aún más letal que la propia toxicidad que reclamaba atención. Por ello, seguramente no necesitamos más regulación sino mejor regulación, necesitamos diseñar un repertorio de reglas encaminadas a erradicar de raíz aquellas actividades cuya profileración han provocado la caída de los mercados.
Bueno empezaré ya a relatar las fechas que he ido oyendo por ahí, desde donde, según algunos, empiezan las posibles causas de la crisis no sin antes advertir que a mayor distancia histórica es menor el número de especialistas que apuestan por esa fecha como el comienzo del declive.
2002 en adelante- Son muchos (I, II, III) quienes ven en la mala gestión de riesgos por parte de los empresarios la causa de la crisis. Se está empezando incluso a cuestionar la validez del modelo Black-Scholes utilizado por los traders para medir la volatilidad del mercado. A ello se añade las sospechas, cada vez menos infundadas, de que algunos bancos han sido algo trileros a la hora de infiltrar tóxicos préstamos de alto riesgo en el mercado. Como se dice aquí:
La transparencia y precisión de la información que el público maneja, para que los agentes puedan conocer los cálculos, medidos de maneras universalmente aceptadas, de las rentabilidades y los riesgos involucrados en sus portafolios de inversión. En el caso actual, muchos de los paquetes securitizados de papeles respaldados por hipotecas subprime no tenían un adecuado cálculo de riesgo, lo que sobreestimaba de manera artificial la valoración de las carteras de los portafolios en las que éstos participaban. Por eso, no se requiere más regulación, sino mejor regulación, que asegure, por medio de analistas inde-pendientes, un adecuado cálculo de la rentabilidad y riesgo de los papeles, en conformidad con las caracterís-ticas que éstos tengan
2001- En ese año se produce el 11-S y la explosión de la burbuja de Internet siendo entonces cuando Alan Greenspan, a la sazón presidente de la Reserva Federal, baja los tipos de interes del 6,5% al 1% produciéndose así un exceso de líquidez que revierte sobre los precios de las viviendas subiéndolos así como en el negocio de los bancos empequeñeciéndolos y forzándoles a, en orden a desembarazarse de esa liquidez, extender su clientela a personas con un perfil económico más riesgoso. Hay en Internet una magnífica y célebre exposición de esta crisis que arranca de esta torpeza perpetrada por Greenspan de bajar los intereses allá por 2001.
1990- La oí en este video (minuto 12:10) y es realizada por Álvaro Nadal, secretario de economía del PP, quien señalaba el comienzo de la crisis allá por los años noventa cuando la política monetaria de los bancos centrales, dada la creciente complejidad de determinar qué era dinero y qué no lo era en el sistema financiero, cambió de preocuparse de saber cuánto dinero había en circulación a preocuparse meramente por determinar cuánto crece un único indicador, a saber, el IPC. Se olvidaba así que un exceso de liquidez no sólo debe afectar a los precios de consumo sino que puede ir a engordar los precios de activos como las casas que estaban fuera de ese indicador.
1970- En ese año fue cuando el manirroto presidente Nixon liquidó la disciplina de monetaria nacida en Bretton Woods al haberse excedido en el gasto público. Una disciplina monetaria a la que el actual presidente del Banco Central Europeo, Jean-Claude Trichet, recientemente ha especulado con volver. Básicamente el sistema monetario de Bretton Woods era un patrón oro, es decir, aquel donde los billetes son respaldados pon una determinada cantidad de oro frente al actual sistema monetario en el que el dinero se convierte en un bien fiduciario de forma que las monedas y billetes no basan su valor en el respaldo de un bien determinado sino simplemente en su declaración como dinero por parte del Estado y, en consecuencia, en la fe de su futura aceptación.
Si bien es cierto que este retorno a Bretton Woods resulta inviable según el parecer del grueso de los economistas neoclásicos es defendido por otras corrientes de pensamiento económica.
1913- El 23 de diciembre de ese año se crea la reserva federal que desde entonces ha recibido críticas por parte de algunos economistas de la Escuela de Chicago así como de la Escuela Austriaca por su política. El ya fallecido Milton Friedman, líder de la Escuela de Chicago, creía que la FED, al reducir la oferta monetaria en un tiempo en el cual se necesitaba más liquidez, agravó la crisis del 1929. En concreto Friedman, y su teoría del monetarismo sostiene que
la única política macroeconómica que de manera consistente rendirá resultados deseables es una lenta, sostenida y predecible tasa de crecimiento de la oferta de dinero.
1668- En ese año se crea en Suecia el Sveriges Riksbank que sería el primer banco central de la historia. Un poco más tarde, en 1694, se crearía el primer banco central inglés. Según la Teoría austriaca del ciclo económico son las expansiones monetarias realizadas por el banco central las que generan la descoordinación de los agentes económicos que provoca las cíclicas crisis en las que constantemente se ve inmerso el capitalismo. Básicamente la idea consiste en que:
el sistema bancario, liderado por el Banco central, se ve forzado a financiar el éxodo de los ahorradores desde la deuda a largo a las deudas a corto. El sistema bancario tiene que absorber más deuda a largo a cambio de créditos a corto. Esto significa que el sistema bancario continua, a ritmo acelerado, practicando el arte de endeudarse a corto y prestar a largo. Los bancos se vuelven cada vez más ilíquidos, reforzándose así el círculo vicioso.
Edad Media- Mises(The Theory of Money and Credit) y algunos de sus discípulos, especialmente Rothbard(What Has Government Done to Our Money?) y Huerta de Soto, han insistido que la crisis son provocadas, en última instancia, por permitir a los bancos tener un coeficiente de caja distinto al 100%; reeditándose así las viejas condenas de los escolásticos a la usura.
Para finalizar, hay que hacer notar que, a pesar del batiburrillo de opiniones, lo que sí parece claro es que en materia económica hemos caído en una dinámica involutiva fruto de que en alguna ocasión nos vimos en una encrucijada desde donde elegimos mal y que de aquellos polvos estos lodos.
Consolémosnos, al menos, con notar en que aún más importante que el dinero es la salud y que en ese sentido debemos sentirnos afortunados puesto que los economistas no trabajan en hospitales.
1 comentario:
Lo que hay que esperar es que surja una solucion factible y que podamos salir pronto de la crisis en que nos encontramos.
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