(En sucesivas fechas iré republicando anotaciones ya posteadas en su momento pero cuando al principio del blog, vamos, cuando apenas había lectores y justo por esto, seguro que aún no han sido leídas)
A lo largo de la historia se ha buscado infructuosamente una lengua perfecta que pudiera describir todo tipo de fenomenologías. Una lengua omniefable, lógicamente prístina, una lengua no redundante, mejor en todos los aspectos que cualquier otra natural o artificial; pues las primeras resultan ser imprecisas y redundantes y las segundas, limitadas en su alcance descriptivo. Umberto Eco, en su posiblemente mejor libro: La búsqueda de la lengua perfecta, dió cuenta de esa ilusoria utopía y de cómo su posible existencia atrajo, y atrae, la atención de innumerables pensadores occidentales desde Dante hasta Leibniz. Detrás de tal ímpetu se encuentra, nos dirá, la ilusión utópica de recuperar la lengua prebabélica y el estado fraternal de comunicación plena entre todos los pueblos del mundo anterior a la maldición divina de la confusión de lenguas. También, y en un aspecto más filosófico y contemporáneo, está la ingenua creencia de que todo conocimiento es codificable de una forma óptima en algún tipo de lenguaje.
Sin embargo, la reiterada y a la vez eficaz existencia del Mito a lo largo de la historia como medio transmisor de un conocimiento no articulable, precisamente lo que pone en entredicho es la existencia de un lenguaje omniefable que pueda captar todo pensar humano, al menos de forma inequívoca como es siempre la intención.
Un caso esclarecedor se dará en 1984. El semiólogo Thomas Sebeok es llamado por la Office Nuclear Waste Isolation para redactar un documento en donde se debía responder a una problemática concreta, a saber: el gobierno estadounidense había elegido ciertas zonas desérticas para enterrar allí residuos nucleares y buscaba averigüar cuál era el mejor modo de señalizar la zona como radiactiva pero de una forma que no sólo la señal fuera reconocible por la civilización actual sino por cualquier otro tipo de civilización habida y por haber. De esta manera, en caso de que la Tierra sufriera cualquier tipo de catástrofe y una civilización nueva surgiera de la nada o incluso fuera invadida por extraterrestres, habría que haber dejado claro, aún así, lo peligroso del lugar.
En el informe final, en la solución propuesta, Sebeok excluyó al instante cualquier tipo de comunicación verbal directa (obvio), olfativa (son de corta duración) o eléctrica (porque exigiría energía constante para su funcionamiento y por tanto no era aplicable a toda la casuística desplegada por la problemática). También excluyó toda ilustración pictórica por necesitar éstas, como evidenció, de ciertos presupuestos culturales para así no generar diferentes interpretaciones de significados contradictorios.
Otro tipo de soluciones más rebuscadas, como establecer señalizaciones que fueran renovadas cada tres generaciones, resultaron descartadas al igual que las señales eléctricas, por presuponer, al contrario de lo que exigía el problema, la continuidad intergeneracional de la humanidad.
A la postre, la solución sugerida fue instituir una especie de casta sacerdotal formada por científicos de diversas ramas que se autoperpetuarían por cooptación y que se verían obligados a difundir más que una información concreta, una sensación de miedo de nebulosa causación mediante todo tipo de trucos retóricos, bien sean mitos, bien leyendas, de forma que incluso una sociedad, aún de vuelta al estado de barbarie, seguiría pudiendo percibir el peligro de la zona a razón de la universal eficacia de los tabúes y los actos sacrílegos a la hora de despertarnos determinados sentimientos.
Resulta ilustrativo que Sebeok, al verse obligado a elegir entre diferentes formas de comunicación, escogiera una de tipo narrativo desplegándola, aunque sea pagando el precio de un conocimiento articulable y preciso, a través de un lenguaje mítico, un lenguaje ambigüo que no busca de forma directa atrapar un significado estático y accesible sino que nos obliga a la permanente caza de uno inaprehensible y proteico, un lenguaje del que sólo nos queda conformarnos con conseguir instantáneas efímeras y en breve caducas, un lenguaje poético, en definitiva, sólo desde el cual se puede instanciar una comunicación universal y atemporal de una experiencia humana como, en este caso, el terror a lo desconocido.
A lo largo de la historia se ha buscado infructuosamente una lengua perfecta que pudiera describir todo tipo de fenomenologías. Una lengua omniefable, lógicamente prístina, una lengua no redundante, mejor en todos los aspectos que cualquier otra natural o artificial; pues las primeras resultan ser imprecisas y redundantes y las segundas, limitadas en su alcance descriptivo. Umberto Eco, en su posiblemente mejor libro: La búsqueda de la lengua perfecta, dió cuenta de esa ilusoria utopía y de cómo su posible existencia atrajo, y atrae, la atención de innumerables pensadores occidentales desde Dante hasta Leibniz. Detrás de tal ímpetu se encuentra, nos dirá, la ilusión utópica de recuperar la lengua prebabélica y el estado fraternal de comunicación plena entre todos los pueblos del mundo anterior a la maldición divina de la confusión de lenguas. También, y en un aspecto más filosófico y contemporáneo, está la ingenua creencia de que todo conocimiento es codificable de una forma óptima en algún tipo de lenguaje.
Sin embargo, la reiterada y a la vez eficaz existencia del Mito a lo largo de la historia como medio transmisor de un conocimiento no articulable, precisamente lo que pone en entredicho es la existencia de un lenguaje omniefable que pueda captar todo pensar humano, al menos de forma inequívoca como es siempre la intención.
Un caso esclarecedor se dará en 1984. El semiólogo Thomas Sebeok es llamado por la Office Nuclear Waste Isolation para redactar un documento en donde se debía responder a una problemática concreta, a saber: el gobierno estadounidense había elegido ciertas zonas desérticas para enterrar allí residuos nucleares y buscaba averigüar cuál era el mejor modo de señalizar la zona como radiactiva pero de una forma que no sólo la señal fuera reconocible por la civilización actual sino por cualquier otro tipo de civilización habida y por haber. De esta manera, en caso de que la Tierra sufriera cualquier tipo de catástrofe y una civilización nueva surgiera de la nada o incluso fuera invadida por extraterrestres, habría que haber dejado claro, aún así, lo peligroso del lugar.
En el informe final, en la solución propuesta, Sebeok excluyó al instante cualquier tipo de comunicación verbal directa (obvio), olfativa (son de corta duración) o eléctrica (porque exigiría energía constante para su funcionamiento y por tanto no era aplicable a toda la casuística desplegada por la problemática). También excluyó toda ilustración pictórica por necesitar éstas, como evidenció, de ciertos presupuestos culturales para así no generar diferentes interpretaciones de significados contradictorios.
Otro tipo de soluciones más rebuscadas, como establecer señalizaciones que fueran renovadas cada tres generaciones, resultaron descartadas al igual que las señales eléctricas, por presuponer, al contrario de lo que exigía el problema, la continuidad intergeneracional de la humanidad.
A la postre, la solución sugerida fue instituir una especie de casta sacerdotal formada por científicos de diversas ramas que se autoperpetuarían por cooptación y que se verían obligados a difundir más que una información concreta, una sensación de miedo de nebulosa causación mediante todo tipo de trucos retóricos, bien sean mitos, bien leyendas, de forma que incluso una sociedad, aún de vuelta al estado de barbarie, seguiría pudiendo percibir el peligro de la zona a razón de la universal eficacia de los tabúes y los actos sacrílegos a la hora de despertarnos determinados sentimientos.
Resulta ilustrativo que Sebeok, al verse obligado a elegir entre diferentes formas de comunicación, escogiera una de tipo narrativo desplegándola, aunque sea pagando el precio de un conocimiento articulable y preciso, a través de un lenguaje mítico, un lenguaje ambigüo que no busca de forma directa atrapar un significado estático y accesible sino que nos obliga a la permanente caza de uno inaprehensible y proteico, un lenguaje del que sólo nos queda conformarnos con conseguir instantáneas efímeras y en breve caducas, un lenguaje poético, en definitiva, sólo desde el cual se puede instanciar una comunicación universal y atemporal de una experiencia humana como, en este caso, el terror a lo desconocido.
29 comentarios:
La propuesta de Sebeok es genial, me he quedado mudo. En las primeras páginas del Timeo, un sacerdote egipcio se ríe de la ingenuidad de los griegos, que siempre habían de redescubrir los saberes antiguos, preservados precisamente por las castas sacerdotales del delta del Nilo.
He pensado muchas veces en esta entrada. Es muy interesante.
Justo hace unos días estaba leyendo un texto de Frege. Me lleva a la conclusión de que, de dar con un lenguaje perfecto, no tendríamos —de todos modos— nada que decir en él. Toda la empresa es una caza de la ballena blanca.
Pues a mí me parece una chorrada. Primero, si la idea es que algunos visitantes de dentro de millones de años sepan del peligro, es posible que la humanidad se haya extinguido por el camino, y con ella la "casta".
Segundo, porque las instituciones humanas tienen una evolución impredecible; hay unas pocas que han tenido la suerte de perpetuarse unos pocos cientos o miles de años, pero sus mensajes se van transformando, dan lugar a versiones diferentes, cismas, etc., etc., con lo que la probabilidad de que una "casta" creada ad hoc se perpetúe más de mil años es más bien próxima a cero.
La idea de Sebeok, en absoluto es una chorrada. Habría que leerlo. Es obvio que no pretendería que, en la práctica, una casta de sabios fuese viable, sino que ilustra cuál es el límite o frontera posible de la comunicación. De hecho, los mensajes más antiguos que conservamos, provenientes del pasado más remoto de la humanidad, son de naturaleza mítica o legendaria. El acierto de Sebeok es pleno.
Joaquín:
obviamente, me guío por el resumen hecho en la entrada, porque no conozco los detalles de la propuesa. Pero me sigue pareciendo una tontería: el hecho de que ahora conozcamos ALGUNOS mitos creados hace miles de años no indica absolutamente nada de la capacidad de los mitos para transmitir información PRECISA sobre algún aspecto detallado del mundo. Primero, porque la cantidad de mitos e informaciones que NO nos han llegado es extraordinariamente más grande que la cantidad de los que sí nos han llegado (y, por lo tanto, si alguien hubiera querido crear un mito hace 10.000 años para hacernos saber que una DETERMINADA montaña de los pirineos es peligrosa -pongamos-, las probabilidades de que el mensaje no nos hubiera llegado son cercanas al 100 %).
Segundo, porque no tenemos ni idea de si la INTERPRETACIÓN que hacemos nosotros ahora mismo de los mitos que nos han llegado, tiene NI MUY REMOTAMENTE que ver con las intenciones de sus creadores. (De modo que, aunque tras muchas carambolas nos hubiera llegado un mito que hablaba de que cierta montaña es "peligrosa", lo más seguro es que no supiéramos identificar a qué puta montaña se refieren, o si lo que dicen es una "metáfora", o si es un mero cuento como el de caperucita).
Jesús,
Obviamente nada es eterno y hay constricciones materiales que limitan la duración de cualquier evento universal y los posibles dos escenarios que registran dan cuenta de ello.
Lo reseñable en lo propuesto por Sebeok es dilucidar cuál es el código semiótico que mayor universalidad y eficiencia comunicativa tiene para la precisa información propuesta por la Agencia nuclear, y lo que sale es que, de acuerdo a seguramente ciertos universales neurobiológicos, una semiósis imprecisa pero carga de una fuerte carga connotativa puede suplir, y cómo, a cualquier código semiótico preciso que, en última instancia, siempre depende de un contexto.
Podríamos resumir la eficacia de la propuesta de Sebook en que necesita de una menor contextualización cultural que el resto de códigos, puesto que apela directamente a una universal actitud, el temor, frente a lo sacrílego.
Lo que me preocupa es saber qué hicieron, si realmente hay ese riesgo en alguna parte del desierto, dónde está esa casta... Va y resulta que está en algún desierto de Afghanistan y la casta son la familia Laden.
Aún sospecho que los padres de esta idea fueran los guionistas de El Planeta de los Simios, donde Sebeok aplicó una capa de barniz Borgeslux.
Broma aparte, se agradece la recuperación de esta entrada tan interesante.
Sebeok dio una respuesta de broma, me parece, en el sentido de irrealizable pero correcta, en el sentido de ser la única solución.
A propósito tiempo ha encontré una historia similar y recientemente la volví a leer (de casualidad). La cuelgo, es de Gershom Scholem en
Las grandes corrientes de la mística judía:
Cuando Baal Chem Tov tenía que resolver un asunto de la máxima dificultad, se recluía en un lugar determinado del bosque, encendía una hoguera y se concentraba en una plegaria silenciosa. Y lo que pedía, se realizaba.
Cuando, una generación más tarde, el Maggid de Meseritz se encontraba en una situación semejante, acudía al mismo lugar del bosque y decía: "Nosotros ya no sabemos encender el fuego, pero aún sabemos la oración" Y lo que pedía se realizaba.
Pasó una generación más y el Rabino Moshe Leib de Sassov tuvo que enfrentarse a lo la misma empresa. Fue igualmente al bosque y dijo: "Nosotros no sabemos encender el fuego, tampoco conocemos los misterios de la plegaria, pero conocemos aún el lugar preciso del bosque donde sucedía todo, y con eso es suficiente". Y fue suficiente.
Una generación más adelante, el Rabino Israel de Rishin, se vio también en la misma tesitura. Pero permaneció en su casa sentado en su silla y dijo: "Ya no sabemos encender el fuego, tampoco sabemos decir las plegarias, ni tan siquiera conocemos el lugar exacto del bosque, pero todavía podemos contar la historia". Y la historia que contó tuvo el mismo efecto que las practicas de sus predecesores.
Héctor:
lo que sale
Mi argumento va en la dirección de mostrar que un argumento que conduzca a una conclusión tan extravagante como "la que le sale" al tipo, es bastante probable que haga agua por todas partes.
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Eso sí, si la respuesta es "de broma", entonces no me río de ella, sino con él.
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No, cuidado, yo no he dicho o no he querido decir que bromease Sebeok sino que seguramente no le hicieron caso pero, insisto, su solución me parece correcta, es decir, no se me ocurre un código semiótico mejor para la ocasión y quien diga que no que plante alternativas
Pues está claro. Se deja expuesto material radioactivo que emita a niveles letales. Todo el que se arrime al pozo se pone a morir. ¡Qué mejor señal de que el sitio es peligroso!.
Héctor:
no puedo juzgar los argumentos de Sebeok más que por lo que cuentas tú. Pero, por lo que cuentas tú, me sigue pareciendo una chorrada: no sé si el "procedimiento" que propone será "al menos tan eficaz como cualquier otro", pero desde luego es RIDÍCULAMENTE INEFICAZ, lo que tal vez sea una cualidad que todos los procedimientos posibles compartan. (Aunque el que dice Masgüel me parece mucho mejor que el de Sebeok).
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Yo más bien pienso que Sebeok quería aprovechar para hacer propaganda de algunas pajas mentales suyas.
Masgüel,
Pienso que has hecho una coña en el comentario pero como Jesús te toma en serio tu solución, te responderé:
Precisamente el que nadie sufra ningún daño es lo que se quiere evitar desde el planteamiento inicial y por humanidad y tal también. Es más, el problema de la radiactividad es mayor por justamente tener unos efectos no visibles y mediatos como se pudo ver en Chernobyl donde si, por culpa de las autoridades soviéticas, no se hubierda evitado exiliar a todos los habitantes de la ciudad colindante a la central, los efectos nocivos del accidente hubieran sido menores.
Jesús,
No entiendo ese tono despreciativo que a veces sacas a relucir con argumentos alejados de tus coordenadas familiares.
La efectividad disuasiva de lo sacrílego está harto demostrada en casos históricos harto tipificados, v.gr, el incesto que, en condiciones normales, sería una erótica tentación algo lejana pero realizable pero que bajo el manto disuasorio de lo religioso/moral se convierte, de repente, en un acto del todo prohibido. Pensemos, por añadir otro ejemplo, en la carencia de carne vacuna en lugares como la India en épocas determinadas y como el elevar a rango de divinidad a las vacas fomenta la no escasez de esta especie. O pensemos como algo como la circuncisión fomentaba la higiene en zonas tan delicadas como la entrepierna. Etc. Se podría incluso aseverar que detrás de cada arbitrariedad proscrita por la religión se esconde, mejor dicho, se escondía una estrategia -seguramente ejecutada de forma inconsciente- adaptativa para las circunstancias materiales en donde dicha prohibición se ejecutó. Y, además, si en última instancia es indudable que tales hipótesis son cuestionables, desde luego no lo es que son hipótesis verosímiles bien defendidas y con datos por cientificos varios (v.gr: Marvin Harris) significando esto, por cierto, que la propuesta de Sebeok podría ser errada pero desde luego NO absurda por favor.
No lo decía en broma. Ten en cuenta que el castigo por sacrilegio hasta antesdeayer y prácticamente en todas partes era ostracismo o muerte. Como te diría un antropólogo, la vigencia del mito exige la continuidad del rito. Y desde tu interpretación funcionalista de la cultura las penas de muerte o exilio por sacrilegio serían un recurso eficaz para salvar vidas manteniendo cohesionada la voluntad del grupo en torno a un proyecto/mito compartido. Pues desde ese punto de vista, impedir que en el futuro se establezcan asentamientos de población humana junto a zonas radioactivas que multiplicaran los casos de cancer y malformaciones durante el desarrollo embrionario sería mediante mecanismos que maten a todo el que se acerque. No se me ocurre un método más eficaz.
Héctor:
no se puede EVITAR (con total seguridad) que nadie sufra ningún daño. Lo que se puede es INTENTAR MINIMIZAR los daños. Y para eso, la solución de Héctor es bastante buena. Así morirán bastantes menos que con cualquier otro sistema. Yo no quiero decir que la propuesta sea "absurda", sólo que la probabilidad de que funcione es ridículamente baja, y que los motivos por los que se la ha podido tomar en serio no tienen nada que ver con las razones objetivas de su posible efectividad, sino porque se quiere tomar como un argumento de alguna tesis antropológica, o algo así.
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No entiendo ese tono despreciativo
Yo tampoco. Debe de ser un instinto irracional, o algún tipo de alergia a las bobadas. Un angelito bueno que se pone a mi lado me dice que no lo haga, pero el muy gilipollas no sabe el gusto que da.
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La efectividad disuasiva de lo sacrílego está harto demostrada
Y mi argumento no implica que yo PONGA EN DUDA NI UN MILIGRAMO de eso. Lo que yo pongo en duda es que se pueda DELIBERADAMENTE sostener una cadena de tradiciones de considerar el acercarse a un determinado accidente geográfico (p.ej.) como algo "sacrílego" durante miles y miles de años. En particular, la gente tiene la manía de cambiar de sitio cada dos por tres; al cabo de dos mil años, lo más probable es que los descendientes del sitio cercano a la montaña hayan emigrado por varios continentes, y en cambio los que vivan allí sean descendientes de otros grupos que no tenían nada que ver, y que los tabúes de los de "la casta radiactiva" se los pasaban por el forro. (Eso sí, ellos tendrán otros tabúes igual de poderosos, pero que no les impedirán acercarse al cementerio nuclear).
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(Por cierto, el tabú del incesto está bastante bien comprobado que es un instinto biológico, totalmente independiente de la cultura -que lo que puede hacer, como mucho, es incentivar su violación en algunos casos-. Nuestros genes nos programan para considerar repugnante el sexo con personas a las que hemos conocido desde niños; aunque, naturalmente, hay casos en los que algunos vencen esos instintos).
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Yo no quiero decir que la propuesta sea "absurda",
Perdón, quería decir la propuesta de Sebeok.
"Nuestros genes nos programan para considerar repugnante el sexo con personas a las que hemos conocido desde niños; aunque, naturalmente, hay casos en los que algunos vencen esos instintos)."
Pues yo tuve un rollo con mi prima y no noté la resistencia de instinto alguno. Muy al contrario.
Masguel,
Pero la matanza producido por el rito (por otro lado, ¿por qué los curas tendrían que matar a los pecadores?) es menor, por cuanto es del todo visible su prohibición, que la producida por la silenciosa polución radiactiva
Jesús,
Pero entonces tu estás cuestionando la viabilidad tecnológica de la propuesta no la eficacia comunicativa del código semiótico inventado. Vamos, como criticar la inviabilidad de un rastreo GPS coche a coche de una autopista para evitar así los excesos de velocidad. Teóricamente es posible, no en la práctica.
Sebeok respondió desde su profesión de semiólogo y por otro lado, el interés intelectual de su propuesta deviene de su moraleja semiótica no de su probable o imposible viabilidad.
Dicho esto, habría que recurrir a la experiencia una vez más para dilucidar de forma apodíctica si verdaderamente lo dicho por Sebeok es impracticable. ¿Se te ocurre algún caso histórico en donde un veto geográfico haya sido violentado? Yo, como caso contrario, solo doy en recordar que la tumba de Gengis Kan fue fue escondido para todo el mundo y hasta hoy, y aún hoy, nadie ha logrado descubrir el cadáver del rey mongol.
Tarde, e inseguro, me lanzo al ruedo.
Dice Gurdieff que para transmitir la sabiduría alcanzada, los viejos eligieron confiar en el vicio antes que en la virtud. Crearon los juegos de naipes, que se juegan con cartas similares a las del Tarot.
La capacidad de transmisión de ideas de los cuentos y metáforas las hace muy adecuadas.
Ni haría falta la casta que eriza a Jesús. Alcanzaría con cuenteros y cantores.
Héctor:
Pero entonces tu estás cuestionando la viabilidad tecnológica de la propuesta no la eficacia comunicativa del código semiótico inventado.
Si tuviera alguna noción de qué carajo significa eso que me dices, intentaría contestarlo.
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Masgüel:
acostarse con una prima no es incesto. Para lo que tenemos una notable predisposición genética es para no sentir atracción sexual por aquellas personas con las que hemos tenido una larga cohabitación en la infancia. (En todo caso, predisposición no significa que TODO el mundo vaya a experimentarla, ni en el mismo grado).
Zamora,
¿Podría, rastreando vía GPS cada uno de los coches de una ciudad, determinar si alguno de ellos supera el límite de velocidad?
Respuesta: Sin duda pero, ¿se puede hacer? No, no viable desde un punto de vista tecnológico ni económico.
Otro tanto -y concediéndote y mucho- podríamos decir de la propuesta de Sebook, de la cual, al menos por mi parte, no interesa tanto si es viable -que lo es, sin duda- como si es una solución
Héctor:
de la cual, al menos por mi parte, no interesa tanto si es viable -que lo es, sin duda- como si es una solución
Lo que me pareció que interesaba era CÓMO DE EFICAZ podíamos razonablemente esperar que era esa "solución". A esa pregunta, mi respuesta RAZONADA ha sido "prácticamente nula".
Si cambiamos la pregunta, y formulamos la que tú pareces sugerir ahora ("¿cómo de guay nos sentimos al imaginarnos ALGUNA cosa que PAREZCA una solución?"), pues entonces, OK, ¡qué tío más chachi el Sebeok, qué enrollao, qué imaginativo, qué anti-establishment!". Voto porque le contraten como guionista para la próxima peli de James Cameron; pero, eso sí, no seré yo el que le contrate como ingeniero para planificar un proyecto no meramente artístio-literario.
Yo no es que duda de la viabilidad de lo dicho por Sebeeok, es que no me interesa pues de ésta historia sólo quiero enfatizar el carácter comunicativo de un código semiótico que aporta un conocimiento tácito.
Y para demostrar eso, tenemos muchos más ejemplos que el de Sebeok como ya te he citado: la circuncisión, la prohibición de la carne de vacuno, etc.
H.
Yo no es que dude de la viabilidad de lo dicho por Sebeeok, es que no me interesa
Ah, creía que pensabas otra cosa cuando decías cosas como "Lo reseñable en lo propuesto por Sebeok es dilucidar cuál es el código semiótico que mayor universalidad y eficiencia comunicativa tiene ". O sea, eficiencia pero no eficiencia, universalidad sin aplicabilidad. OK. Lo que digo: vale para novela de ciencia ficción, y poco más.
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para demostrar eso, tenemos muchos más ejemplos que el de Sebeok
Claro ejemplo de incompresión de la inferencia estadística. Es como si mides la esperanza de vida en un país preguntando sólo la edad de los centenarios.
Yo no cuestiono la aplicabilidad de la propuesta. Léeme bien. Cuestiono la relevancia de esa discusión.
Por lo demás, y a propósito de la inferencia estadística, te invito a que me des prueba de un veto hacia alguna conducta que NO se haya adornado con sacrilegio y que haya permanecido durante siglos
H.
Yo no cuestiono la aplicabilidad de la propuesta. Léeme bien. Cuestiono la relevancia de esa discusión.
O sea, pones una cita de una propuesta de solución a un problema, y después de que alguien dice que la propuesta no resolvería el problema, dices que no es relevante discutir si lo resolvería o no. Como forma transparente de averiguar qué es lo que te parece relevante, es la hostia de oscuro.
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te invito a que me des prueba de un veto hacia alguna conducta que NO se haya adornado con sacrilegio y que haya permanecido durante siglos
Puesto que, salvo en los últimos 200 años, prácticamente TODAS las prácticas humanas han sido interpretadas por sus practicantes con matices "religiosos", la historia humana no proporciona casos imparciales para juzgar: TODAS las prácticas, tanto las que han persistido como las que no, eran interpretadas así; por lo tanto, EL SER INTERPRETADAS ASÍ no es prueba de que esa interpretación les dé una mayor o menor durabilidad.
Pero en la medida en que consideremos relativamente separables algunos aspectos más fenomenológicos de las prácticas, con respecto a su incardinación en un ritual sofisticado, creo que algunas prácticas sí que han sobrevivido bastante bien sin tener que esconderlas bajo el disfraz de una casta sacerdotal autoperpetuada (p.ej., el conocimiento de cómo coser, de cómo freir, de cómo tallar la madera, de cómo hacer el queso...)
A ver Jesús, te pongo un ejemplo: No sé si sabes que el vigilar el fraude hacienda le supone cierto coste vigilia al estado. Pues bien, se podría incoar una solución X que fuera capaz de evitar en un 100% el caso de fraude pero al hacerlo el coste que supondría implementar tal práctica sería mayor que el que un mínimo porcentaje de gente defraude al Estado.
La solución X, en consecuencia, es totalmente efectiva si bien, desde un punto de vista económico, NO interesa, es decir, carece de aplicabilidad.
Desconozco cuáles eran los criterios económicos y los límites de costo que el Gobierno impuso a Sebeok y por tanto, desconozco si la instauración de una tribu/secta alrededor de un cementerio nuclear constituye algo factible dados los desconocidos equilibrios coste/beneficio del Gobierno. Lo que sí sé y lo que aquí defiendo es que esa propuesta, la de Sebeok, es totalmente efectiva. Más claro no te lo puedo dejar.
Por lo demás, los casos que citas de "cómo coser, de cómo freir, de cómo tallar la madera, de cómo hacer el queso" ni se constituyen relevantes para la casuística planteada, ni han permanecido tale prácticas a lo largo del tiempo puesto que las tecnologías los han cambiado, v.gr, el dedal es básico para toda costurera de hoy en día y NO es un invento precisamente de antes de ayer.
Héctor:
no estoy criticando la propuesta de Sebeok porque tenga un gran coste para lograr su objetivo, sino porque la PROBABILIDAD de que alcance su objetivo es prácticamente cero (que es la proporción de ritos que han persistido frente a los que han existido).
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ni se constituyen relevantes para la casuística planteada, ni han permanecido tale prácticas a lo largo del tiempo puesto que las tecnologías los han cambiado, v.gr, el alfiler o el dedal que son bá-si-cos para toda costurera de hoy en día NO son inventos precisamente de antes de ayer.
Curiosa forma de decir una cosa y la contraria en la misma frase. ¿Han cambiado, o no han cambiado? Y sea como sea, se han mantenido bastante bien (mucho mejor qu ela mayoría de los ritos)
El grado de efectividad de un rito dependerá, entre tantas cosas, de la importancia -dentro del contexto de la religión- que tiene su mantenimiento así como el fitness que su uso proporciona (v.gr: lo de circuncidarte hoy día ya no es efectivo pero en el caso de Sebeok la efectividad del veto será milenaria)
Respecto a los ejemplos, lo que digo es que son actividades cuyas instrucciones básicas han variado a lo largo de los siglos por culpa de la tecnología. Y sí, habrá prácticas que NO habrán variado mucho, v.gr: el sexo, pero eso no veo en qué refuta en algo a Sebeok puesto a lo que apunta el semiótico NO es a una defensa numantina de la institución religiosa como transmisora de Verdades reveladas sino a simplemente cómo ciertos conocimientos más bien tácitos pero necesarios se transmiten mediante el uso de semiósis (o seales) confusas e imprecisas más connotadas que denotativas (A este respecto el título del post es ilustrador)
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