El solipsismo a juicio
Si viviéramos en un mundo en donde las leyes naturales fueran impugnables mediante la mera convicción absoluta de que lo son -repito, convicción absoluta- entonces, ¿sería aún así posible que alguien sobreviviera luego de tirarse de un quinto piso?
Comentarios
En Inception está mucho mejor arreglado.
Yo recomendaría el arrojarse de edificios como solución a todo solipsista convencido. Así dejarían de arruinar todas las conversaciones medianamente interesantes llevándolas hacia la única 'verdad' que pueden inteligir.
De todos modos aún no he visto un argumento que me convenza de manera definitiva contra el solipsismo. Justo estaba haciendo un post sobre el tema. Veré de agregarle alguna reflexión sobre los objetos contundentes.
Vale la pena agregar que (creo que) el argumento de Sierra también es útil contra (los más burdos argumentos de) aquellos que consideran que el mundo sólo existe a través del lenguaje, y que no existe nada que sea prelingüístico o metalingüístico.
Sí, pero en Mátrix aun había una realidad externa que "avisaba" a la mente que le estaban dando ladrillazos o a balas, a saber, el computador de la Mátrix. La Mátrix no era solo imaginada.
De todos modos, yo haría una pregunta completamente diferente: ¿cuál es el valor de una realidad soñada? Nótese que, imaginario o no, un sueño es tan real como un ladrillo; lo que cambia es —diría yo— el lugar... Creo que el diferente valor ontológico de sueño y realidad externa ha sido mal planteado, sobre todo por lo solipistas.
Y bueno que conste, por si acaso, que yo no invito a nadie a tirarse del balcón sino hacer ver que incluso en un mundo como Matrix, te costaría pensar otra cosa que la de que tus instintos te susurran, a saber: ¡No! pupa ¡alejate!
Quiero decir, si ahora nos trasladaran a un universo ficticio, nuestros instintos nos harían lo mismo que el miedo a aquel elefante que -según la leyenda- cuando de pequeño no podía moverse por tener una pierna sujeta a una estaca y cuando mayor por seguir creyendo que esa estaca basta para detenerle
Rafael