miércoles, 12 de mayo de 2010

El mito del buen salvaje

La creencia popular atribuye a los bebés una inocencia casi angelical, incapaz de juzgar el comportamiento ajeno, pero una nueva investigación contradice esta opinión. Investigadores norteamericanos han descubierto que criaturas de tan sólo seis meses ya son capaces de hacer juicios morales. Además, creen que los seres humanos nacemos con un código ético "formateado" en el cerebro.

Si esto es así, quizás en alguna ocasión hemos quedado como unas malas personas ante los ojos de un mocoso que apenas sabe balbucear, pero que es un juez implacable.

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¿Cómo va a sobrevivir un niño de 12 años entre animales salvajes, sin contacto humano, asociándose con lobos, cazando conejos e imaginando la amistad de una serpiente? La peripecia infantil de Marcos Rodríguez Pantoja, un ser humano de carne y hueso conocido algo toscamente en los círculos de la curiosidad antropológica como El Pequeño Salvaje de Sierra Morena, resulta tan chocante que sólo encuentra en la ficción su horma ideal
(...)
Era 1953. Marcos se quedó solo. Sobrevivió cubierto con pieles de venado, ofreciendo conejos, ciervos o lo que fuera que lograra cazar con su cuchillo a los lobos para ganarse su confianza. Si veía hombres, se escondía, temeroso de volver con su madrastra.

Cuando en 1965 lo encontró una pareja de la Guardia Civil, el chico, pelo hasta las rodillas y uñas interminables, aulló y presentó resistencia a mordiscos. "Yo vivía revuelto con los lobos, comía lo mismo que ellos y vivía como ellos. Eran mi familia", cuenta Marcos a En días como hoy, de RNE.

Hoy, tras una larga y penosa labor de resocialización, vive apaciblemente en Rantes, un pueblo de Ourense.

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2 comentarios:

Sierra dijo...

Ah, el suplemento científico del diario. Hoy mismo leí que los científicos habían descubierto nada más que un "agujero" en el universo. A saber.

Héctor M. dijo...

Es que ya no es que algunos yerren en sutiles conceptos filosóficos sino que directamente ofenden al sentido común. Como con los coches, a algunos les pediría que no utilizasen borrachos la palabras porque dan palos de ciego.

Luego habrá quien considere a la filosofía mera palabrería.

Y bueno, lo del agujero también tiene su impacto, no crea