jueves, 8 de abril de 2010

Poniendo los puntos sobre las (íes) políticas

Entreleo por ahí que, a tenor de los últimos casos de corrupción en la derecha española, un votante de la misma debiera replantearse su voto a aquella.

A mi parecer, -y dios me libre de defender a este conservadurismo socialdemócrata que se dice popular- el que alguien debiera retirar su voto a un partido por un quítame allá este dinero de las arcas públicas, sólo se le puede ocurrir a quien indoctamente sigue defendiendo de forma personalista la ideología política considerando con ello que un voto podría variar dependiendo de la simpatía de las personalidades que ocupen los escaños.

Yo, por el contrario, considero que un responsable ciudadano moderno debiera echar su papeleta a aquel programa politico cuyos puntos estén más sólidamente cimentados desde un pilar económico y sólo renunciar a los mismos, en casos de corrupción, vandalismo, sobornos, latrocinio o multas de tráfico, si esos delitos se demuestran como estructuralmente inherentes al programa políticoeconómico que los funcionarios criminales habían dicho defender -y realmente logrado hacer.

Todo lo demás no es política sino forofismo y para ese aspecto, y al contrario del sentir de la firmante citada, a mi no me disgusta la reciente sobreatención mediática a Messi, al contrario, porque, al menos, el encandilarse con el "10" no afecta a tu higiene mental, no te deja un sucio hedor de superioridad moral como sí les pasa a ciertos opinadores políticos que se creen siempre, respecto al diestro vulgo, en otra onda.

17 comentarios:

Severian dijo...

De Messi, cuando juegue tan bien en la selección como juega en el Barcelona, hablamos. Mientras tanto, 10 hay uno solo.

Sierra dijo...

Estimado, vuelvo a los comentarios formales: considere que el segundo párrafo no tiene ni un solo signo de puntuación hasta el punto final salvo un par de rayas que en realidad hacen las frases más pesadas y el segundo igual pero más una coma cosa que notará hace no solo monótona sino bastante densa una lectura que por sí misma no tendría por qué serla y que conste que redacto a modo de ejemplo o verbi gratia y me pregunto si se entiende el punto o los puntos y comas que faltan. ¡Dios!

"nonsing"

José Luis Ferreira dijo...

No se votan programas, sino a personas aglutinadas en torno a un programa, con su organización partidista, sus usos y costumbres. Debemos dejar de votarles cuando los delitos que se demuestran son inherentes a cualquiera de esas cosas, personas, programas, partido, usos y costumbres.

Las diferencias entre los programas económicos no son tan distintas entre los principales partidos como para andar perdonando demasiadas cosas porque, si no, el otro partido nos colocaría en un sistema económico horrendo a nuestro parecer.

Si la alternativa es entre un PP algo corrupto y un partido bolchevique, tendrías razón. La misma que tendrías si la alternativa fuera entre un PSOE algo corrupto y un partido nazi. Pero estos no son el caso

Héctor Meda dijo...

Severian,

Había oido rumores en la prensa al respecto. Rumores que yo juzgaba exagerados pero definitivamente me has hecho ver lo ingenuo que era: ¡Es verdad! ¡Es cierto! ¡Los argentinos son los únicos que no se han rendido a Messi! Sólo me lo explico porque no ven todos los findes al Messias.

De todas formas, y para dejar de lado tanto melodramatismo impostado, tampoco puedo decirte mucho de la selección albiceleste porque aún no la he visto jugar. Después del mundial te digo pero, por lo pronto sí diré que, si no me equivoco, el tema Messi no es aislado: mira a Milito, a Higuain, a Kun, míralos, digo, en sus respectivas ligas y luego míralos con la albiceleste.

Ya te digo que aún no he visto a tu selección pero todo apunta a lo insinuado a modo de chiste en un periódico filomadrisdita a propósito de cómo parar a Messi, a saber: poniendo a Maradona de entrenador... del equipo de Messi.

Lo que sí creo, por las entrevistas al auténtico "10", es que hay ciertas envidias...

Sierra,

Es cierto que este texto tiene las frases más largas pero es que lo quería menos comatoso (¡es mi obsesión!) y que luego el propio lector decidiera el ritmo. Creo que, lo dicho aquí me convence, esto es, que a lo largo de la historia, las lenguas europeas han ido evolucionando desde sistemas de puntuación que reflejaban la oralidad hacia otros más abstractos cuya función consiste ante todo en dar pistas sobre la estructura de las oraciones y del texto.

Me gustaría saber qué opina al respecto.

Ferreira,

Yo, si un programa político me gusta, lo que le pido a los políticos es que lo respeten. De hecho, yo lo exigiría por ley pero el hecho de que tengan talante, hijas góticas, una tableta en el estómago o subordinados corruptos me produce una total y absolutísima indiferencia y si acaso me pondría en guardia para el último caso hasta que la justicia, como es el caso, actuase. Todo lo demás es forofismo, insisto.

Matzerath dijo...

Éste es uno de los grandes problemas de este país, aunque no es cuestión de que sea sólo culpa de los votantes, sino ya de los mismos políticos; no es que los votantes se comporten como forofos, es que los mismos partidos obran únicamente como rivales acérrimos, cuando el único sentido de su rivalidad sería el de imponer unas determinadas medidas políticas, según la ideología de cual, para el beneficio del estado, no un antagonismo incondicional y absurdo con el único objetivo de la ostentación del poder.

Lo único que hacen el PP y el PSOE es llevarse la contraria por sistema. ¡El gobierno del país está en manos de las minorías! Para que luego digan que sufragar a IU es tirar el voto.

Lo que dice Sierra lo he pensado más de una vez, y sí que es verdad que lo que hace rara vez es verdaderamente un error ortográfico, pero, por favor, ¡un poco de ética con sus lectores! El artículo que cita es interesante, y una vez dijo algo el susodicho sobre el uso de lo que en alemán se llama Trennungstrich, y en la frase citada encajaría bien una -en español también se utilizaban antaño, creo que las vi en algún texto, pero ahora no lo recuerdo-. Lo de las comas en alemán es tremendo, porque, verdaderamente, no siempre representan las pausas en el habla, como en el obicuo caso de las Relativsätze, que tienen que introucirse obligatoriamente mediante coma, aunque ni de coña se haga una pausa oral en tal caso.

De todos modos, señor Meda, ese mismo artículo le contradice a usted, porque si de algo aqueja su redacción es de una "carencia de pistas sobre la estructura de las oraciones y del texto". Efectivamente, la puntuación no repesenta la oralidad -vease, por ejemplo, ese guión que acabo de escribir, que significa que esto es un inciso que está fuera del flujo del texto, pero que también podría ser una señal que indicara la presencia de un diálogo en una novela-, la puntuación es una indicación sintáctica.

En el segundo párrafo, por ejemplo, yo metería ese "indoctamente" entre comas, cosa que para nada es obligatoria, pero lo que no sobraría en absoluto sería una coma entre "política" y "considerando", ya que las frases que separaríamos son independientes, cosa que no parece sin la coma, y es recomendable separarlas.

En el tercer párrafo metería una coma entre "económico" e "y", por razones similares a lo anterior, y quitaría esa coma entre "mismos" y "en", que esa sí que es incorrecta.

En el cuarto párrafo yo metería una coma ente "sino" y "foroforismo", aunque esta tampoco es obligatoria, metería otra antes del "y" que viene acontinuación, y la que no sobraría estaría entre "moral" y "como".

Héctor Meda dijo...

Muchas gracias por el comentario formalista Matzerath, de verás. De paso me da pie a defenderme. Bueno, allí donde pueda.

Veamos:

yo metería ese "indoctamente" entre comas

Pero si lo haces lo destacas demasiado y yo lo que quiero es que suene ese adjetivo en background. Por buscar un símil pedante: sería como cuando las violas en una orquesta tocan una melodía por debajo de la de los violines. Ese indoctamente tiene que pasar casi desapercibido. De hecho, si te fijas, el adjetivo no es un insulto llamativo.

una coma entre "política" y "considerando"

Bien, para este tipo de ejemplo es para lo que puse el link. Quiero decir, cualquier lector que lea el post, cuando llegue a "política" sabe que tiene que parar y el ponerle una coma haría la función redundante -porque ya es sabida- de marcar la oralidad cuando la estructura de la frase no la pide. Otra cosa es que uno quisiera remarcar o alargar la pausa pero no es el caso.

una coma entre "económico" e "y"

Pero es que la frase que viene a continuación no es un inciso explicativo. No es desechable antes bien, es el sujeto de la frase siguiente luego no me parece que de lugar la coma, es más, me parecería un error sintáctico. No sé si me explico...

quitaría esa coma entre "mismos" y "en", que esa sí que es incorrecta.

Totalmente de acuerdo. Se me escapó. Hay que tener en cuenta que no hago de tirón las estructuras de los textos y a veces quedan restos de anteriores construcciones.

una coma ente "sino" y "foroforismo",

Bien. La frase es:"Todo lo demás no es política sino forofismo". La cuestión es que yo no quiero que el lector se pare cuando la palabra "política" y haga una pausa dramática, como de suspense. Yo quiero que lea una sentencia contundente, apodíctica y por tanto, de tirón. Quiero decir, hay intencionalidad en no poner una coma ahí.

Y es que, para mi, el autor de un texto puede poner las comas -si respeta "siempre" las reglas- en función del tono que le quiera dar y no -por qué- en función de otros factores, ¿no crees?

Casi termino: metería otra antes del "y" que viene acontinuación

No te sigo. La que creo que dices ya está.

Termino:la que no sobraría estaría entre "moral" y "como"

Humm... Yo es que esa frase la leo de tirón ¡no la paro! Al final, lo que aquí creo que pasa la mayor parte de las veces es que leeis de forma diferente a mi. Una coma ahí, diciéndome: párate; me mata, de veras, yo quiero tragarme la frase entera de tirón ¡por dios! De hecho, me imagino diciendo en alto la frase en una conversación (aunque, para mi, los textos escritos no son orales) y no doy pausa, digo lo de "superioridad moral" y acto seguido introduciría el "como sí les pasa" para hacer entender a cuento de qué venía el comentario del hedor y no dar una pausa al oyente en la cuál éste se preguntará a qué cojones viene lo dicho. Lo que no tengo claro, eso sí, es que con la gramática en la mano ahí haya que poner una coma sí o sí.


Luego hay otro punto para mi importante y es que, y por razones que no vienen al caso, quiero que leyéndose este texto -en otros he tratado que no-, se perciba la sintáxis, la estructura, aunque eso haga más ardua la lectura.

Anónimo dijo...

Vaya, Héctor, he escrito una respuesta, pero me he pasado de largo. Corto, pego y remito a este post; brevemente, defiendo que el voto tiene otra función, como elemento corrector, que subestimas.

Saludos,

Matzerath dijo...

Yo sólo lo decía un poco por estética. Siempre tengo por norma colocar las comas a una distancia regular, para tener una determinada cadencia, como un pulso, apelando a la función poética.

"Quiero decir, cualquier lector que lea el post, cuando llegue a "política" sabe que tiene que parar y el ponerle una coma haría la función redundante..."

Creo que éste es su error. Yo no sé si tengo que parar hasta que he leído la palabra que viene después. Podría venir "de los ciudadanos", pero eso no lo sé hasta que no leo "considerando" y me doy cuenta de que es una frase distinta.

Efectivamente nada de lo que he dicho es obligatorio, y comprendo sus decisiones, pero sí que me sigue pareciendo que tiene usted una redacción un poco rara por ese hecho. Su cadencia es demasiado irregular.

Héctor Meda dijo...

Lautreamont,

¡Menudo comentario! Si te parece te respondo en tu blog

Matzerath,

Sí, ya sé que lo decías por estética y precisamente por ello defendía la mía pero en cualquier caso agradezco tus ideas estéticas.

Ciertamente, este texto está lejos de mostrar una cadencia regular pero un texto ¿la debe tener siempre? Humm...

Sierra dijo...

Complica demasiado un problema simple, Héctor. Creo que la intención de un texto como este no es estética en casi ningún grado; la sintaxis no debería más que simplificar la lectura, hacerla más clara y el caso, ciertamente, es que no lo logra ——seamos, por tanto, utilitaristas: sea cual sea el fin buscado omitiendo la puntuación, creo que no se logra (y al parecer, no soy el único con problemas). Desde luego, tal vez se trate de un texto con una finalidad poética, pero lo dudo mucho, usted dirá.

De todos modos, si quiere un argumento de más vuelo, me remito a Wittgenstein :X Si el significado es el uso, las aberraciones al uso provocan una suerte de distanciamiento. En un texto poético (1) ese distanciamiento, o extrañamiento —mejor— puede ser o no algo deseable, justamente en cuanto modifica el uso. Pero si queremos hablar o escribir normalmente, y esperamos una fácil comprensión por parte del lector, lo conveniente es atenerse al uso y las costumbres. Aunque ortográficamente se pudiesen omitir los signos que faltan en este texto, es costumbre ponerlos. Al faltar a la costumbre se va contra el uso, luego, el significado se ve comprometido.

Por otra parte, considere que uno lee sus propios textos conociéndolos. Uno sabe dónde debe ir una pausa mental que permite aislar conjuntos de determinación semántica. En su párrafo, usted sabe que la última palabra no determinará a la primera; yo, que no puedo adivinar lo que vendrá, no lo sé. El resultado es que debo retener todo el texto en la memoria por si viene un adjetivo o adverbio que modifique un sustantivo o verbo muy anterior, o sencillamente un conjunto semántico que modificará a los anteriores, como una negación, enumeración, quién sabe. La sintaxis es el pulso del pensamiento, Héctor; siendo el pensamiento por esencia discursivo, no conviene hacer de él fragmentos monolíticos.



(1): poético no quiere decir aquí 'poesía', sino, en sentido general, creativo.

Sierra dijo...

Ya puestos, se me ocurren dos añadidos.

En castellano, como en griego clásico, las palabras pueden ponerse en casi cualquier orden, a diferencia del inglés, por ejemplo. Sin embargo, el griego, muy deficiente en lo que respecta a la puntuación, posee casos que establecen a las claras la relación entre las palabras. No sé realmente si esto tendrá algo que ver con el asunto, pero la libertad con que pueden disponerse las palabras en castellano habla de una dependencia de la puntuación, en primer lugar, para evidenciar las relaciones internas de la oración. Por otra parte, creo que esa misma libertad de disposición hace necesaria una similar libertad con la puntuación, ya que difícilmente podrían enumerarse todas las formas posibles en una frase.

De todas formas, no hay que engañarse: el castellano es más libre en la puntuación que el alemán, por ejemplo, pero tiene reglas bastante claras. Están todas en la RAE. De otro modo tampoco podríamos hablar de corrección.

Otra cosa es que este es un síntoma sintáctico frecuente en sus textos. Por eso vale la pena comentarlo: no es un experimento aislado, algo de esta sintaxis es atrayente para usted: ¿qué?

Héctor Meda dijo...

Algo de esta sintaxis es atrayente para usted: ¿qué?

¡Claro! Por autoremitirme a los diálogos domingueros: aborrezco totalmente la fraseología de Martin e independientemente de que sea sensato. Aborrezco ese pensamiento plano que encuentra su acomodo en frases y estructuras sencillas.

No es que, sin quererlo, leerme sea difícil. Es que lo busco -no la dificultad en sí y por sí- y es lo que me sorprende que no tolereis.

Y es que la idea de que, por ejemplo, existe un uso utilitarista del lenguaje me parece radicalmente errónea. Es justamente contra eso contra lo que "lucho". Es decir, la distinción cualitativa entre poética y utilitarismo la niego de raíz, es más, me parece una subvaloración del lenguaje y una ingenuidad porque si de algo se alimentan las poéticas es de la convicción de "dime cómo escribes, te diré cómo piensas" y en ese sentido, aquí (me refiero en El Libro de Arena), sí hay una estética subyacente, es decir, una invitación a reflexionar cómo la forma determina el fondo y viceversa.

De otro modo podría hacer de forma industrial textos opinando de esto y aquello. Es fácil. Pero trato de rebuscar un poco la fraseología aunque, vaya por delante, a veces, muchas veces, sí me paso de frenada.

Y claro que puedo encomar un texto y volver su lectura comatosa. Lo he hecho y me ahorro los links por pereza pero ahora, sin ir más lejos, recuerdo el texto de Dexter. Lo que pasa es que si algo pretendo con estos textos es que el cómo estén escritos sea algo visible.

Hace poco leí a muchos comentaristas en el blog de A bordo del Otto Neurath decir que la filosofía no era más que un juego de palabras. Quien así piensa es justamente quien no entiende nada de para empezar cómo funciona el lenguaje.

De todas formas, y lo concedo, este texto no daba para ningún excesivo rebuscamiento sintáctico pero lo que no me busca hacer, insisto, es dar la sensación de que se ha construido la tésis del post de forma sencilla. Para mi quien transmite esa sensación de ideas claras, siempre me da grima y aunque se trate de obviedades. Es como una suerte de cabellerosidad intelectual, de respeto al adversario, al que tiene las ideas justo contrarias a ti y eso se hace o se transmite a través de un texto que no puede ser cristalino en su argumentación.

COn esto, por cierto, no estoy defendiendo las escrituras típicamente posmodernas. No sé si necesitaré un post para explicarme mejor... ya me contareis.

Y a propósito, y para terminar, llevo tiempo pensando en crear un blog con unos cuantos en donde poder colgar textos literarios de, en principio, pesos pesado y despedazarlos y/o analizarlos. ¿No sería buena idea?

Matzerath dijo...

Meda, es usted un místico xD.

Sierra dijo...

Vamos, que estoy de acuerdo con las tesis de fondo, pero no con el resultado. Curioso.

Nadie más fanático de destrozar la sintaxis convencional que yo. Pero en lo que yo creo es en encontrar una forma de la frase que rompa las espectativas sintácticas del lector. Algo así como la intención que tenía la nueva escuela de Viena saliéndose de la tonalidad: sorprender en cada nota al oyente. Sin embargo, y en esto se equivocó la nueva escuela, para sorprender es necesario que haya una espectativa. Si todas y cada una de las frases están desnaturalizadas, el resultado es confusión mental y una sensación de monotonía. La frase que nos llama la atención está rodeada por frases ordinarias.

Por otra parte, con nada estaré más de acuerdo que con "dime cómo escribes y te diré cómo piensas". Luego, en principio, también creo que una sintaxis demasiado llana refleja un pensamiento igual de llano. PERO:

1) El pensamiento es por esencia discursivo. Luego, cualquier sintaxis, por rara que fuese, debería serlo también; y para reflejar discursividad la coma y los demás signos de puntuación son fundamentales —en las lenguas modernas—. Un párrafo sin puntuación es, como decía, monolítico. Por lo tanto, bien por querer cambiar la sintaxis; pero el camino es poner las comas en lugares inesperados, no eliminarlas por completo.

2) Primero la corrección y la comprensión que viene con ella; después cualquier otra cosa. Esto tiene la categoría de dogma apodíctico de la sintaxis pura.

3) Lo que no se puede hacer es forzar la sintaxis desde fuera. Si la sintaxis va a ser anormal debe ser porque la presión de la idea misma obliga a la forma a adaptarse. No se puede cambiar una idea cambiando su forma; hay que encontrar una forma para una idea. ¿Qué clase de ejercicio es encontrar una idea que le calce a un párrafo sin comas? Y eso como interpretación halagueña, porque más bien parece como si las comas se hubiesen quitado a la fuerza, por principio, y no porque ello refleje algo de la idea misma.

De todos modos, creo que no encontrará nunca una idea que vaya bien sin comas. Es un ejercicio demasiado extremo como para poder pensar con él nada normal.

Todo lo anterior quizá no quede muy claro, así que me remitiré a ejemplos.

Considere la sintaxis general de Wittgenstein, en las IF, que a muchos causa problemas. Tengo la clarísima sensación de que lo qu Wittgenstein quiere decir no puede decirse de ningún otro modo. Es como si las ideas, al decirlas, quedaran destruídas; por lo que la prosa sencillamente delimita su contorno.

Hegel es un galimañes igual de galimáñico que su idea; pero, ¿de qué otra forma podría expresarla? Una sintaxis autorreferente y circular conviene a una idea de las mismas características.

Kant: prosa sistemática, ideas sistemáticas. Similar cosa con Aristóteles.

En estos casos, parece como si una forma de pensar generase una forma de escribir. En el caso de este post, y de algunos otros del blog, parece como si una forma de escribir generase una de pensar. Ese creo que es un error.

Pero sí tengo la clara sensación de haber leído, en EL libro de arena, lo contrario; es decir, una forma de pensar que se escribe de una cierta forma. Eso es lo que me gusta ver.

Y se le da bien, sobre todo, para los finales, cuando después de un desarrollo más o menos largo acaba con un fárrago, una larga frase sin pausas que contiene la esencia de todo lo ya dicho. Pero este comentario están ya dichas las razones por las que me parecerá que esos casos están bien escritos y este no.


La idea me atrae. Desde que cerré el blog he estado corriegiendo y planeando mi próximo proyecto; es decir, he escrito poquísimo. Me vendría bien algo para mantener los dedos en movimiento, pero todo depende de cómo sería. Escríbame.

Héctor Meda dijo...

¿Poner en sitios inesperados la coma? Humm... no lo había pensado.

Se valora enormemente el comentario y alegra saber que en el fondo, al menos, coincidimos y es que, al citar a Kant y su sistematismo, he pensado un mira, qué buen ejemplo; porque, efectivamente, ¿no se ve en Kant una gran cabeza que acaba haciendo perder fuste a su obra por justamente ese afán de sistematizarlo todo? ¿Y su sintaxis torturada no refleja precisamente ese equilibrio dinámico impostadamente estable en su tésis finales? Nietzsche comparaba a Kant con un zorro que se habría liberado motu propio de la jaula -entiendo que escolástica- pero por un prurito de religiosidad -u afán de orden- habría vuelta a su calabozo.

Pero, por buscar un contraejemplo, mírese la sencillez sintáctica de Hume y compárese con lo logrado por Kant.

En fin y volviendo al tema y por seguir con las analogías musicales, en este caso Lutoslawski, tal vez sería un interesante texto de ver alguno que tuviera en algunos partes una ausencia total de puntuación y que por ello fuera ambigua su interpretación. No sé, sin embargo, si esto daría mucho juego. Sé que Saramago tiene libros así pero en su caso me parece engorrosa la lectura y a cambio de nada.

Sierra dijo...

Pero claro, hombre, Cualquiera puede quitar la puntuación; hacerla interesante ya es algo. Es por eso que la corriente de consciencia de Joyce me parece infantil y la de Woolf, en la medida que puede llamarse así, sublime.

No sé qué quiere decir comparando a Kant y a Hume. Hay ahí unas valoraciones que no me parecen muy objetivas que digamos... Además, no hay contradicción fuerte entre Kant y Hume... Kant no se opone a Hume...

Héctor Meda dijo...

Sí, sí, claro, que he leído el celebérrimo último capítulo de Joyce pero lo que allí se hace es simplemente emular el caos divagatorio de nuestra conciencia. No hay más. Yo le hablaba de buscar una ambigüedad estructural a la manera en que Chomsky encuentra frases en donde no es posible entender el significado sin presuponer un contexto y por tanto, no son traducibles dichas frases con un compilador. En fin, pensaba en alto. De todas formas, estos vanguardismo, como hace Borges con Herbert ¿Quinn? tienen más gracias cuando imaginados que cuando ejecutados.

En cuanto a Hume y Kant, lo que quise decir es que éste último es más sútil que el primero y eso se nota en sus respectivas fraseologías.

En breve (es un decir) le mando un mail.