miércoles, 18 de marzo de 2009

¿Por qué el ser y no la nada?

Empieza Heidegger en su libro Introducción a la Metafísica diciendo que la pregunta ¿Por qué es el ente y no más bien la nada? es la pregunta fundamental de la metafísica. Stephen Hawking lo formuló en una ocasión de esta forma:

¿Qué es lo que alienta a las ecuaciones y crea un universo para que lo describan?

Déjame que meta en el banquillo al filósofo alemán -no lo entiendo- y saque a jugar a un par de científicos, Tegmark y Tipler, para tratar de responder la pregunta metafísica por excelencia.

Hay que dejar claro primeramente que tal respuesta sólo puede ser dada desde una argumentación ontológica en donde se defina de forma lógica qué es y por qué es lo real. No obstante tales argumentaciones han resultado siempre inasibles al intelecto humano que parece incapaz de encontrar una explicación no contingente sobre lo que es real.

Recientemente, empero, Tegmark se ha dado a tal aventura metafísica postulando una reino platónico de las matemáticas. Existirían cuatro multiversos de distintos niveles siendo el cuarto el originalmente añadido por él. El multiverso de nivel I es el que percibimos y cuyo origen se remonta unos 14 mil millones apareciendo entonces el Big-Bang.

El nivel II de multiverso viene dado por las diferentes soluciones habidas para las ecuaciones fundamentales de la física. Así, por ejemplo, con la Teoría de Cuerdas, tendríamos de 10500 a casi infinitos tipos de universos posibles. Aun suponiendo que la Teoría de Cuerdas estuviera equivocada, sigue siendo bastante probable que ninguna TOE sea capaz de dar sino varias soluciones a sus ecuaciones.

El nivel III aparece por una interpretación radical del problema de la medida en la física cuántica, una interpretación propuesta por un físico llamado Hugh Everett en la década de 1950, que se cifra en postular que el que el universo se divide en versiones paralelas de sí mismo cada vez que se realiza una medida. En un universo verías al gato de Schrödinger muerto. En otro universo paralelo aparecería vivo.

Finalmente llegamos a último nivel de multiverso, el de nivel IV, el propuesto por Tegmark quien en una entrevista dirá que:

Galileo y Wigner y muchos otros científicos defenderían que las matemáticas abstractas "describen" la realidad. Platón diría que las matemáticas existen en algún lugar allí fuera como una realidad ideal. Yo trabajo entre ambos. Tengo la idea que suena a locura de que la razón por la que las matemáticas son tan efectivas al describir la realidad, es porque son la realidad. Esta es la hipótesis del universo matemático: Las cosas matemáticas existen realmente, y son verdaderamente una realidad física.

Así a la pregunta de Stephen Hawking la respuesta es que no se necesita aliento alguno que insuflar porque una estructura matemática no describe un universo, es un universo. Dirá:

La existencia de un multiverso de nivel IV también responde otra pregunta que ha desconcertado a la gente durante mucho tiempo. John Wheeler lo expuso de esta forma: Incluso si encontramos ecuaciones que describen nuestro universo perfectamente, entonces, ¿por qué esas ecuaciones y no otras? La respuesta es que otras ecuaciones gobiernan otros universos paralelos, y que nuestro universo tiene estas ecuaciones concretas porque es simplemente probabilidad estadística, dada la distribución de estructuras matemáticas que pueden soportar observadores como nosotros.

Lo cierto, lo sorprendente, lo verdaderamente reseñable de Tegmark es su intento de postulación de un argumento ontológico que nos posibilita una dilucidación lógica no empírica, por tanto necesaria, no contingente, de lo que es real. Para él lo real es aquello perceptible por una entidad consciente siendo un universo real sólo si sus leyes físicas permiten la existencia de tales entidades.

Breve excurso libresco: Hay una novela de Greg Egan, El instante Aleph, en donde se dibuja una teoría similar: La realidad sería creada justo en el momento en que fuera comprendida por una TOE, nos dicen.

Quiero hablar ahora del otro reciente intento de argumentación ontológica, el de Tipler, quien mantiene que el universo es similar a una simulación computacional, siendo su propia simulación, una simulación que no tiene que ejecutarse sobre un ordenador de verdad ya que, al fin y al cabo, lo que realmente es un programa de ordenador es un conversor de un conjunto de símbolos abstractos venidos en la entrada, en otro conjunto de símbolos abstractos siendo la computadora al uso nomás que una representación de esa conversión y siendo la mera existencia de esa transformación suficiente.

El problema que surge con esta perspectiva es que un programa de computadora al no ser, en esencia, más que una transformación de conjuntos de símbolos en otros, la totalidad de las posibles transformaciones, y por ende de todos los posibles programas de computadora, existirán en un platónico sentido abstracto en un número infinito siendo imposible dilucidar cuáles serán los reales, cuáles de entre las muchas simulaciones por computadora corresponden a universos físicamente existentes o, preguntado en los poéticos términos de, una vez más, Stephen Hawking:

¿Cuáles de ellos tienen insuflado fuego?

La respuesta es idéntica a la de Tegmark, tal y como se recoge en La Mente de Dios, de Paul Davies, Pag. 178:

Tipler propone que aquellas simulaciones suficientemente complejas para contener observadores (seres que piensan y sienten) como subsimulaciones son los que existen físicamente, al menos por lo que concierne a los seres simulados. Más aún, estas simulaciones existen necesariamente como consecuencia de los requisitos lógicos de las operaciones matemáticas involucradas en las transformaciones. Por tanto, concluye Tipler, nuestro universo (y una enorme cantidad de universos) debe existir por necesidad lógica

Hay que hacer notar que históricamente el problema de las argumentaciones ontológicas se ha cifrado en que, como agudamente señaló Hume, no es posible inferir de forma lógica la existencia de un ente en concreto dado que

Es un absurdo evidente pretender demostrar un hecho como necesario, o pretender demostrarlo con cualesquiera argumentos a priori. Nada es demostrable salvo si su contrario implica una contradicción. Nada que sea distintivamente concebible implica una contradicción. Cualquier cosa que concebimos como existente igualmente la podemos concebir como inexistente. No hay, por tanto, ser alguno cuya inexistencia implique una contradicción. En consecuencia, no hay ser alguno cuya existencia sea demostrable a priori.

No obstante tanto Tegmark como Tipler, al habilitar su definición de real, parecen superar dicho obstáculo al entender así, tan escherianamente, lo que es real.

De este modo, tal vez no necesitaríamos ya de un creador omnipotente para entender por qué hay el ente y no la nada sino que nos basta el Nomotetamito presente en numerosas mitologías y que hace referencia al primer creador de lenguaje (Adán en la Biblia)-; es decir, a lo real le bastaría con que fuera nombrado por alguien como real para serlo. Bíblicamente: en el principio fue el Verbo.

O tal vez sí, tal vez sí pudiéramos recuperar el argumento ontológico para que rehaga su primer trabajo -demostrar la existencia de Dios- que sería, en la terminología de Tegmark, la estructura matemática de la que se derivan lógicamente el resto de estructuras matemáticas; que sería, en la terminología de Tipler, la simulación de la que se derivan lógicamente el resto de subsimulaciones, dado que de otro modo no habría nexo lógico que las uniera y, recordemos, sólo nos es posible una argumentación ontológica si la existencia es una propiedad lógica común a todos los entes existentes, esto es, una divina savia que insufla vida a todas las ramificaciones de lo real.

11 comentarios:

Sierra dijo...

Curioso argumento. Trata de demostrar por la escuela nominalista un hecho aristotélico. Para hacer funcionar su explicación de que sea el ente y no el no ente (que, formulado así, resulta incluso cómico), lo hace depender todo del sujeto que percibe (el árbol que cae en el bosque no hace ningún sonido si nadie lo oye); pero lo que busca demostrar es justamente su existencia objetiva, que existe el ser independientemente de que lo percibamos (el árbol hace un barullo monstruoso en el bosque aunque no haya nadie ahí para oírlo).

Si las ecuasiones son parte del mundo, es lógico que solo puedan describir este mundo. El mundo podría ser creado de cualquier forma, pero las ecuasiones que contuviese podrían describir solo el universo en que están contenidas y no otros, sin embargo, posibles.

Por otra parte, si definimos al universo físico como aquel que perciben seres concientes; ¿por qué no decimos de inmediato que se trata más bien de universos psíquicos? Y, ya puestos a admitir que el mundo es una asunto psíquico, ¿por qué no las ecuasiones? Lo que describirían estas ya no sería la objetualidad del mundo, sino a nosotros mismos en cuanto creadores de una realidad ideal. Y todavía tendríamos que explicar de dónde salieron las conciencias.

A decir verdad, yo creo que el universo es una cosa. Platón no me cae nada bien.

Interesante artículo.

José Luis Ferreira dijo...

Te interesarán las teorías de Garrett Lisi. Sostiene que el conjunto de partículas elementales son los elementos del E8, que es el nombre de un grupo de Lie (el más grande) simple y excepcional y del álgebra de Lie que le está asociada. Su estructura fue descubierta al estudiar las simetrías en álgebra. Puedes ver su presentación en las TED talks.

Por otra parte, los físicos nos dicen que el vacío (la nada) no es el la estructura más estable, sino que es todavía más estable una situación en la que las partículas se crean y se destruyen. El universo que conocemos (el que salió del Big Bang) puede ser el resultado de una tal interacción.

En realidad todas las magnitudes que medimos en el universo acaban sumando cero. La carga eléctrica neta es cero, aunque aquí y allá hay cargas positivas y negativas. La cantidad de movimiento (momento lineal) es cero, con sistemas con movimiento lineal en una dirección que se cancela con los demás. Lo mismo para el movimiento angular. Lo mismo para la suma de masa y energía: el sistema solar, por ejemplo tiene masa y energía que se cancela por la energía potencial gravitatoria. Así con todo.

El universo es una gran nada con algos locales aquí y allá que se cancelan mutuamente.

Héctor Meda dijo...

Sierra:

El koan zen del árbol es interesante como piedra de toque de las teorías aquí mentadas.

Carece de sentido definir lo objetivo en tanto en cuanto todo nuestra percepción de la realidad pasa por nuestro cerebro así que lo que hacen Tegmark y Tipler es definir qué es lo real y desde ahí concluir que sólo puede ser real aquello que es apercibido.

En conclusión: El árbol cuando solitariamente cae en el bosque no hace ruido. (Hay que entender esta frase como metáfora porque nuestras conclusiones fisico-matemáticas también forman parte de nuestra percepción ergo literalmente el arbol sí hará ruido)

José Luis,

De Garrett Lisi hoy la noticia de que había sacado una TOE bastante sencillita basada en la estructura matemática que dices pero desde entonces no he vuelto a oír nada de él así que sospecho, como temí, que su teoría es un ejemplo más de teoría infértil. En cualquier caso lo que propone Tegmark o Tipler va más allá de una TOE.

Por otro lado, no creo que se pueda llamar nada al vacío cuántico que se parece al sombrero de los magos. Un sitio de donde salen conejos o partículas elementales es (casi) por definición un sitio donde no hay la nada.

El universo es una gran nada con algos locales aquí y allá que se cancelan mutuamente

Te ha salido una frase muy bella, con una idea muy parecida a un comentario que hubo en este blog de donde precisamente salieron los comentarios que dieron lugar a este post pues la cuestión es que cuando de la nada sale o a la nada rodea algo es entonces cuando aparece la cuestión de por qué el ser y no la nada.

Severian dijo...

Hector:

Lindo post, una muy buena explicación de las ideas de Tegmark. Poco he leído de Tipler más allá del nivel divulgativo, pero ya me entra la curiosidad, veré que encuentro.

Sólo una correccion tipográfica: el número de vacíos de la teoría de cuerdas se cree que es del orden de 10^500, es decir un 1 seguido de 500 ceros. Por alguna limitación bloguera, el simbolo "^" no apareció en tu post.

José Luís:

Que las partículas son representaciones de un grupo de Lie no es una novedad, forma parte del equipaje usual de la física teórica. El punto es descubrir cual grupo de Lie es el correcto.

Todas las partículas conocidas al presente se agrupan en lo que llamamos Modelo Standard, que constituye la explicación mas completa de la naturaleza hasta el momento. Esas partículas son representaciones del grupo

SO(3,1)x SU(3)x SU(2)x U(1)

El primer factor SO(3,1) es el grupo de Lorentz, que tiene en cuenta el hecho de que las partículas se pueden mover con un cierto impulso y que tienen alguna rotación. El segundo factor SU(3) es el que considera la existencia de la fuerza nuclear fuerte, mientras que el tercero y el cuarto SU(2) x U(1) se ocupan de la fuerza nuclear débil y del electromagnetismo.

Si pretendiéramos incluir a la gravedad en la descripción anterior, deberíamos reemplazar SO(3,1) por G(4).

El problema con los grupos "más grandes" como E8 es que necesariamente contienen más partículas y más fuerzas que las observadas, y entonces es necesario dar una explicación de por qué esas partículas extra no se observan.

Jesús P. Zamora Bonilla dijo...

La existencia de seres conscientes no tiene más misterio matemático (no digo otro tipo de misterios) que la existencia de plantas que hacen la fotosíntesis. En ambos casos, se trata simplemente de formas diversas de estar enredados los átomos entre sí. Mezclar el argumento de que el universo puede ser un ente matemático, con la idea de que, de entre todos los entes matemáticos posibles, los "universos" son aquellos que poseen seres conscientes, es mezclar churras con merinas. Nuestro universo tiene las leyes que tiene (aleatorias muchas de ellas), y podría muy bien haber sucedido que en él NUNCA hubieran aparecido seres conscientes (porque todos los planetas donde fueran a aparecer, hubieran sido bombardeados con asteroides hasta no dechar bicho viviente)... y las leyes físicas seguirían siendo las mismas.
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Pero incluso teniendo en cuenta esto, si nuestro universo sigue unas leyes matemáticas que permiten la emergencia de seres vivos, me parece razonable pensar que habrá INCONTABLEMENTE INFINITOS conjuntos de OTRAS leyes, más o menos distintas, que también lo permiten. Tal vez todos esos universos sean reales como el nuestro (¿?).
¿Y es real el universo que obedece la ley física siguiente: f(0)=x, f(n+1)=x^2? Es un universo muy aburrido, pero negarle realidad es una pura discriminación (¿¿por qué no tenemos derecho a existir los aburridos??).
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En todo caso, la cuestión INTERESANTE es averiguar cuáles son las leyes del universo. En cambio, la pregunta de POR QUÉ TIENE EL UNVIERSO LAS LEYES QUE TIENE me parece que es una PSEUDOPREGUNTA, es decir, una pregunta en la que el propio preguntador NO ENTIENDE QUÉ ES LO QUE ESTÁ PREGUNTANDO. Para verlo con claridad, intentad responder a ESTA pregunta: ¿qué quieres decir con "por qué", cuando preguntas 'por qué tiene el universo las leyes que tiene'?

Héctor Meda dijo...

Severian,

Me alegro que te parezca lindo el post y gracias por la aclaración. Se agradece. Creía que hablábamos de millares no de..., bueno, ese número enorme.

Jesús,

Lo que hace Tegmark es definir lo que es real. Que sea posible no implica que sea real. Al definir lo real como lo hacen Tipler y Tegmark ellos responden a la pregunta de Heidegger o de Hawking. Tú no :-P porque das por hecho que todo es real, o sea, que todas las ecuaciones tienen fuego.

A ver si luego tengo más tiempo y vuelvo al tema que planteas en el último párrafo pero a bote pronto te respondo la pregunta:
¿qué quieres decir con "por qué", cuando preguntas 'por qué tiene el universo las leyes que tiene'?

Quiero decir que si el universo con los fenómenos que tienen -entendido yo, también como un fenómeno; en concreto, un fenómeno de la blogosfera XDD- podría tener o no otras leyes. Se trata de averigüar si hay una necesidad lógica en su funcionamiento. Nna necesidad lógica que no contingente la cuál sí respondería al cómo pero no al por qué.

No hay que olvidar que, y lo dice Ernst Mayr, Darwin demostró que en biología evolutiva el preguntarse por el por qué es una estrategia epistémica fértil. Así, sé cómo ha surgido la trompa del elefante -selección natural- pero al preguntarme por su por qué me encuentro que debo buscar las presiones selectivas que propiciaron tal desarrollo.

Más ampliamente, la diferencia entre un por qué y un cómo vendrá dada por la existencia o no de una teleología por eso, porque los seres vivos a nivel sicológico operan en atención a finalidades, es relevante preguntarse en su caso por los por qués. ¿Cabe hacer lo mismo con el universo?
Insisto a ver si luego desarrollo mejor el tema... pero por el momento ya tienes una respuesta :-P

José Luis Ferreira dijo...

El lógico (y mago y filósofo) Raymond M. Smullyan escribió un libro titulado "What is the name of this book?".

Es un libro de problemas lógicos. Tal vez el mejor nunca escrito. En los últimos capítulos, el protagonista se va acercando al personaje que le puede contestar a la pregunta "¿Por qué hay algo en vez de nada?". La respuesta no os la digo, sólo adelanto que es sencilla, pero las circunstancias sobre cómo se da y por quién tienen que ver con el teorema de Gödel.

José Luis Ferreira dijo...

¡Ah! Gracias, Severian, por las aclaraciones.

Y ya puestos:

Héctor: En nuestro Universo no sabemos definir otro vacío que el cuántico, y éste nos lleva a la creación de partículas. La nada absoluta es otra posibilidad, pero no es la que es. ¿Pueden existir, a la vez la nada metafísica y el vacío cuántico? En nuestro Universo, parece que no. ¿Puede existir un Universo que sea la nada metafísica? Esto es un poco raro, porque al lado tiene, por lo menos, a otro Universo, que es el nuestro.

Con Jesús,las preguntas anteriores no creo que estén bien planteadas. (Jesús, algún día me gustaría que estemos en desacuerdo en algo que no sea sólo gustos) Nos sirven para asombrarnos sobre la realidad, no creo que sirvan para acercarnos a la cuestión.

Existe algo, por tanto es necesario que exista. Esta es la evidencia empírica. El grupo de Lie E8, o cualquier otro ente matemático ¿es necesario que exista en forma de partículas o cuerdas? No veo que podamos hacer el salto lógico. Pero ¿quién sabe?

Jesús P. Zamora Bonilla dijo...

Héctor: yo no doy por asumido que todos los modelos matemáticos son "reales" (en el sentido en que el sol es real); más bien pienso que NINGUNO lo es, y lo que hago es señalar que la diferencia entre que uno sea la hostia de complicao, y otro sea muy sencillito, no añade ninguna razón para que uno tenga el "fuego" ése.
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Sobre si "dios ha tenido elección al decidir las leyes del universo" (por decirlo con una metáfora religiosa), lo que hay que hacer es distinguir dos posibles (al menos) sentidos de la pregunta:
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a) "DADOS LOS FENÓMENOS QUE CONOCEMOS, ¿habría otras leyes posibles que los produjeran?" (o sea, ¿hay otro conjunto de leyes, diferente de las reales, que permitirían DEDUCIR los fenómenos conocidos?). Sea F los fenómenos, y sean L leyes reales, y L' otro conjunto de leyes. Por hipótesis, se cumple L -> F; lo que queremos es ver si para todo L' distinto de L, F -> ¬L'; si esto fuera así, se seguiría que F -> L. Pero esto implica que F y L son lógicamente equivalentes. Con lo cual NO hemos encontrado unas "leyes que expliquen" F, sino una REFORMULACIÓN de F.
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b) "¿es posible un universo con OTRAS leyes, incluso aunque en él no se den los mismos fenómenos que en este?" (o, sea ¿podría haber creado Dios un universo sin pajaritos ni estrellas de neutrones ni quarks?). La pregunta en sí misma es una chorrada: dios podría haber cogido cualquier modelo matemático y ponerle "fuego".
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Por otro lado, creo que no respondes a mi última pregunta. "Por qué" puede significar dos cosas: ¿según qué ley?, o ¿con qué finalidad? Las finalidades existen SÓLO en el ámbito biológico (la "finalidad" es una propiedad de los seres vivos, como la dureza lo es de las piedras; algunos seres vivos incluso han desarrollado una REPRESENTACIÓN de la finalidad: o sea, deseos). Preguntar si el universo corresponde a una finalidad significa preguntar si es PARTE de un ecosistema (lo cual nos deja en las mismas, además de ser totalmente irrespondible), o si es, más en particular, fruto de un DESEO, lo cual significa que hay un BICHO por ahí que, para cumplir sus deseos, HACE el universo. Esto es tan ABSURDO como preguntar si el universo es el resultado de un proceso digestivo (otro proceso biológico).
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Así que sólo nos queda lo de "según qué ley". Preguntar "por qué existe el universo" significaría preguntar que ley FÍSICA te permite deducir la EXISTENCIA del universo. No creo que ninguna ley empíricamente comprobable pudiera tener esa consecuencia y, simultáneamente, PROPORCIONAR OTROS MEDIOS PARA SU CONTRASTACIÓN EMPÍRICA.

Héctor Meda dijo...

José Luis,

Cuenta, por favor, la tésis de Raymond M. Smullyan. O si no hazlo en tu blog pero no me dejes en ascuas.

El resto, ya que coincides en planteamiento y conclusión con Jesús, te lo respondo en mi respuesta a él ya que sí considero que el por qué y el cómo son dos preguntas distintas.

Jesús,

A ver te contesto el último comentario. He hecho uno larguísimo en donde explicaba la diferencia de preguntar por el cómo o por el por qué pero creo que es mejor seguir tu comentario. Aunque lo tengo guardado....


Sobre si un modelo complicado es más fogoso que uno sencillo sólo puedo decir que en el complicado hay alguién para preguntarse por la fogosidad de su modelo mientras que en el sencillo no. Es como el árbol del koan zen ¿qué ruido hace un árbol en medio del bosque si no hay nadie para escucharlo? Eres tú y no Tegmark ni Tipler quien hace la aventurada afirmación metafísica de que hace ruido dicho árbol a pesar de que no puedas demostrarlo.

Sobre a): ¡Joder! Me ha costado entender a). Supongo que cuando pones F->NO-L' (¿dónde coj**** está el símbolo de negación en el teclado?) quieres poner realmente NO-L'->NO-F, ¿no?

Por lo demás estoy de acuerdo con las ideas que pones pero eso sólo pone de manifiesto la limitada efabilidad de tu posición naturalista ya que como dije en una ocasión todo esto se deba a que contra el sentir común y contra el sentido común, el determinismo -la causalidad- y por extensión lo que llamamos una ley natural, es nomás que un esquema cognitivo innato que nos naturaliza el entorno de forma que lo natural en lo real existe en virtud de nuestra cognoscibilidad pero al no poder extenderse dicha naturalización in totum a toda la realidad se demuestra que esta es, a veces en lo superficial, siempre en lo fundamental, algo más, algo diferente, que esta es, en última instancia, sobrenatural.
:-P COmo no saltéis a esto... XDDDDD

Sobre b): Es una chorrada desde el presupuesto ontológico del que partas. Si asumes la posición escherianamente ontologista de Tipler y Tegmark la respuesta es un tajante no...o no. De hecho iba a hacer un post intentando demostrar que es indemostrable la idea de que no es posible otro universo con otras leyes que produzcan el mismo magnífico resultado, o sea, que exista yo.

Pero ya me has chafado el post aunque dicho sea de paso mi razonamiento era algo más (inútilmente) enrevesado.

Sobre los por qués (auténtica miga del asunto). Aquí ya te empiezo a citar.

Las finalidades existen SÓLO en el ámbito biológico

No es del todo cierto. Hoy en día se usa la teleología en la ciencia cibernética, que no sólo trabaja con sistemas vivos.

Veáse una la definición de con lo que trabaja la cibernética: un sistema no-trivial que está bajo control [cuya característica] es que a pesar de tratar con variables demasiado extensas para cuantificar, demasiado inciertas para ser expresadas, e incluso demasiado difíciles de comprender, algo puede ser hecho para generar un objetivo predecible.

La finalidad del universo habría que redefinirlo pero tanto si es entendible como un sistema cibernético tanto si está laplacianamente determinado indudablemente tendrá un fin que de todo ello se deduzca que el universo tiene una finalidad lo juzgo más una disputa verbal. A no ser que estemos hablando ya de una finalidad en términos religiosos, es decir, una finalidad personalista mas de todas formas creo que me precipité, releyéndolo ahora no creo que un por qué necesariamente implique una finalidad sino al revés un antecedente causal.

Cuando pregunto por el por qué de las leyes físicas la respuesta que busco es averiguar cuál es el evento causal que justifica de forma necesaria la existencia de las susodichas leyes y es que no debemos olvidar que para que una teoría alcance rango de científica debe que explicar ya no por qué existe la entidad que está siendo objeto de estudio sino también debe explicar por qué no podría existir otra diferente en sustitución de aquella pues de lo contrario no habrá dado una explicación causal del ente a estudiar.

En resumen y para reformularlo de otro modo: ¿la existencia de un universo legalista es explicable científicamente? O más concretamente: ¿por qué mañana va a seguir habiendo gravedad? ¿Te vale así?

Sobre el tema de que crees que que ninguna ley empíricamente comprobable pudiera tener esa consecuencia y, simultáneamente, PROPORCIONAR OTROS MEDIOS PARA SU CONTRASTACIÓN EMPÍRICA.

Idealmente tal ley podría ser constrastable de forma lógica pues sería, digamos, un axioma autoevidente pero bueno creo que aquí sino Gödel, sí Wolpert han dicho mucho para desechar tal idea.

José Luis Ferreira dijo...

Héctor:

Tal vez un día lo haga.