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Mostrando entradas de marzo, 2011

Biosfera 2

( Más anotaciones ya publicadas y ahora reproducidas otra vez ) . . . Si queréis creerme, bien. Ahora diré cómo es Octavia, ciudad telaraña. Hay un precipicio entre las dos montañas abruptas: la ciudad está en el vacío, atada por dos crestas por cuerdas y cadenas y pasarelas. Uno camina por los travesaños de madera, cuidando de no poner el pie en los instersticios, o se aferra a las mallas de una red de cáñamo. Abajo no hay nada en cientos y cientos de metros: pasa alguna nube; se entrevé más abajo el fondo del despeñadero. Esta es la base de la cuidad: una red que sirve para pasar y para sostener. Todo lo demás, en vez de alzarse encima, cuelga hacia abajo: escalas de cuerda, hamacas, casas en forma de bolsa, percheros, terrazas como navecillas, odres de agua, piqueras de gas, asadores, cestos colgados de cordeles, montacargas, duchas, trapecios y anillas para juegos, teleféricos, lámparas, tiestos con plantas de follaje colgante. Suspendida en el abismo, la vida de los habitantes de ...

La mano invisible

( Más anotaciones ya publicadas y ahora reproducidas otra vez ) En su libro EL quark y el jaguar , Murray Gell-Mann define un sistema adaptativo complejo como Aquel sistema que adquiere información acerca tanto de su entorno como de la interacción entre el propio sistema y dicho entorno, identificando regularidades, condensándolas en una especie de esquema o modelo y actuando en el mundo real sobre la base de dicho esquema. En cada caso hay diversos esquemas en competencia y los resultados de la acción en el mundo real influyen de modo retroactivo en dicha competencia No es difícil entender estos sistemas adaptativos -que a su vez, a modo de Matriushkas , pueden estar hechos de sistemas adaptativos- como sistemas seleccionales que es el modo que tiene Edelman de denominar a aquellos sistemas que evolucionan de una forma darwinista. Cada vez se están encontrando más sistemas adaptativos complejos (CAS, a partir de ahora) en la naturaleza. La más impactante tal vez sea la de Lee Smoli...

El Mito ó en las fronteras del lenguaje

( En sucesivas fechas iré republicando anotaciones ya posteadas en su momento pero cuando al principio del blog, vamos, cuando apenas había lectores y justo por esto, seguro que aún no han sido leídas ) A lo largo de la historia se ha buscado infructuosamente una lengua perfecta que pudiera describir todo tipo de fenomenologías. Una lengua omniefable, lógicamente prístina, una lengua no redundante, mejor en todos los aspectos que cualquier otra natural o artificial; pues las primeras resultan ser imprecisas y redundantes y las segundas, limitadas en su alcance descriptivo. Umberto Eco, en su posiblemente mejor libro: La búsqueda de la lengua perfecta , dió cuenta de esa ilusoria utopía y de cómo su posible existencia atrajo, y atrae, la atención de innumerables pensadores occidentales desde Dante hasta Leibniz. Detrás de tal ímpetu se encuentra, nos dirá, la ilusión utópica de recuperar la lengua prebabélica y el estado fraternal de comunicación plena entre todos los pueblos del mundo...

La lotería en el Mercado

La Compañía, con modestia divina, elude toda publicidad. Sus agentes, como es natural, son secretos; las órdenes que imparte continuamente (quizá incesantemente) no difieren de las que prodigan los impostores. Además ¿quién podrá jactarse de ser un mero impostor? El ebrio que improvisa un mandato absurdo, el soñador que se despierta de golpe y ahoga con las manos a la mujer que duerme a su lado ¿no ejecutan, acaso, una secreta decisión de la Compañía? Ese funcionamiento silencioso, comparable al de Dios, provoca toda suerte de conjeturas. Alguna abominablemente insinúa que hace ya siglos que no existe la Compañía y que el sacro desorden de nuestras vidas es puramente hereditario, tradicional; otra la juzga eterna y enseña que perdurará hasta la última noche, cuando el último dios anonade el mundo. Otra declara que la Compañía es omnipotente, pero que sólo influye en cosas minúsculas: en el grito de un pájaro, en los matices de la herrumbre y del polvo, en los entresueños del alba. Otra...

El hombre que confundió a su mujer con un sombre (y II)

(Venimos de aquí ) En filosofía, hay una antiquísima tradición occidental, ya casi abolida, de vislumbrar al ser humano de forma dual, cuerpo y mente, alma y cuerpo. Tal perspectiva parece casi re-inaugurarse luego de leer el siguiente caso que nos relata Sacks, el de una mujer a quien de repente se le desvanece su sexto sentido, el de la propiorecepción, y se muestra entonces incapaz de mover los músculos de su cuerpo con la precisión de antes. Dicen que, o al menos hasta ahora, lo difícil no es conseguir que un brazo robótico agarre una pelota sino que sostenga un huevo y, lógicamente, que lo haga sin romperlo. Desaprender el control del cuerpo, en este caso por lesión neurológica, nos invita a reflexionar sobre el tácito manejo que tenemos sobre nuestro "yo" y cómo éste se construye no de una forma cibernética, esto es, recopilando información sensorial a través de nuestros sentidos; sino sentida , esto es, nuestras sensaciones son esencial y literalmente vividas. Nuestras...

El hombre que confundió a su mujer con un sombrero I

El hombre que confundió a su mujer con un sombrero , del neurólogo Oliver Sacks , es un libro catálogo de casos clínicos donde pacientes afectados por lesiones neurológicos se deben a una reconstitución de su modus vivendi . Si generalmente se analizan las influencias sociales, a la postre culturales, que de arriba-abajo moldean, coaccionan, el carácter de un individuo; aquí nos encontramos la perspectiva justo contraria: el análisis de cómo nuestras características neurobiológicas habilitan nuestra praxis cognitiva. Como el propio Sacks lo bautiza, estamos estudiando una neurología de la identidad. En todos los casos descritos, el autor fue el médico que atendió a los pacientes quien, ante la imposibilidad de revocar unas lesiones neurológicas incurables, trató de buscar el modo de adecuar sus vidas a su nueva situaciónes, es decir, hablamos de una suerte de terapia existencial y estamos por tanto inmersos en un terreno fronterizo que bien podría llamarse neuropsicología. Como el libr...

Tiempos de juego

¿Cuál es el papel del tiempo? Tenemos el tiempo astronómico, el tiempo de la dinámica, y dado que entre nosotros se desarrollan continuamente reacciones químicas, tenemos también un tiempo químico interno. Pero el tiempo químico es un tiempo pobre, que solamente existe mientras se alimenta la reacción. Con la vida, la situación cambia radicalmente; con la inscripción del código genético tenemos un tiempo interno biológico que prosigue a lo largo de los miles de millones de años de la vida misma, y este tiempo autónomo de la vida no sólo se transmite de una generación a otra, sino que su mismo concepto se modifica. Se produce un perfeccionamiento evolutivo que evoca la historia de los ordenadores: una generación se sucede a la otra y permite realizar el mismo tipo de operaciones en tiempos cada vez más breves. Podemos llamarlo un perfeccionamiento cuantitativo. Pero parece también claro -(...)- que en el curso de la evolución biológica ha cambiado la cualidad del sistema dinámico, con u...