Pequeño elogio al Maestro de maestros
El otro día, viendo una de las mejores series de TV que ha habido nunca: Monk , escuché de boca de uno de los protagonistas recién enviudado exponer su deprimente estado de ánimo con la siguiente salmodia: Abominable seno, vientre de muerte, repleto del más exquisito bocado de la tierra Y si mal no recuerdo así acababa la cita. Al instante pensé, por su poético tono, por la plasticidad de las imágenes, por el ritmo alcanzado; que Shakespeare era el mejor candidato para otorgarle la autoría de la frase. La naturaleza apocalíptica de las metáforas, henchidas de un dolor vengativo, me instaron ir más lejos y apuntar a Macbeth . Lo consulté en internet. Para mi humillación, para mi tristeza, me había equivocado, me había precipitado. La frase, que citada en su totalidad todavía gana más en esplendor estético, era ésta : ¡Oh! Tú, abominable seno, vientre de muerte, repleto del más exquisito bocado de la tierra, de este modo haré que se abran tus pútridas quijadas; ( Desencajando la puerta...