viernes, 29 de agosto de 2008

La Ciencia de la coacción

A lo largo de la historia han surgido muchas tribus y sociedades con diferentes configuraciones constatándose que, de todas ellas, la más adaptativa, aquella que ha acabado proliferando, ha resultado ser la sociedad con Estado entendido este
como el conjunto de instituciones que poseen la autoridad y potestad para establecer las normas que regulan una sociedad, teniendo soberanía interna y externa sobre un territorio determinado.
Es decir que las (prácticamente) únicas sociedades que han sobrevivido han sido aquellas con un monopolio de la violencia y una política como modo de gerenciarlo. No sólo eso, sino que otras opciones además de resultar insostenibles a largo plazo, tendían a enquistarse en una terrorífica escalada continua de violencia que dejaban tasas de mortalidad superiores incluso a las de cualquier estado totalitario habido en la historia.

Queda sin embargo la duda de cúal es, ya inmersos en una sociedad politizada, la mejor política que ésta puede desarrollar. Pues bien, así como desde la biología evolutiva se puede descubrir por qué los animales tienen unos determinados fenotipos así también una, todavía naciente, biopolítica explicaría las bases biológicas del comportamiento político. Teniendo que ser capaz de explicar tanto las dinámicas evolutivas como las estructuras del poder coactivo de la misma forma que mutatis mutandi la economía logra explicar las dinámicas evolutivas y estructuras de producción/distribución de los bienes escasos. De este modo, esta joven ciencia, podría acabar explicando, tal vez y entre otras cosas, por qué surgen (y cómo) funcionan las mafias, cómo (y hacia dónde) se desarrollan los grupos terroristas o bien cuáles son las estrategias geopolíticas óptimas.

Recientemente Larry Arnhart ha presentado un extenso trabajo de 80 páginas sobre el tema cuyo resumen se puede ver aquí. (Si se quiere leer el artículo al completo, buscarlo aquí por el nombre del autor o pedírmelo vía e-mail).

Dicho esto hay que poner un pero y es que la explicación evolucionista sirve para explicar el origen y desarrollo de un objeto de estudio a lo largo del tiempo pero previamente hay que tener constancia de saber en qué consiste ese objeto a estudiar; papel reservado en biología, por ejemplo, a la biología funcional que es, en palabras de Mayr, la biología que trata de:
La fisiología de todas las actividades de los organismos vivientes, en especial de los procesos celulares, incluidos los del genoma.
Procesos funcionales que, a la postre, pueden explicarse en términos puramente fisico-químicos.

Igualmente en economía antes hay que establecer un modo de describir funcionalmente qué es un agente económico, papel reservado en esta ocasión a la teoría de juegos, de forma que este agente, gracias a las teorías evolucionistas, pueda ser complejizado y hecho más verosímil. Si no existiera esa teoría previa no habría lugar para la economía evolucionista. (La escuela austriaca de economía también tiene un paradigma funcional, aunque esta se muestre agnóstico respecto al agente económico, que resultaría ser la praxeología; resultando con ello ser prácticamente sólo una teoría posdictiva. Si se quisiera añadir un mayor componente predictivo se necesitaría desechar ese agnosticismo y apelar, posiblemente, a la neuroeconomía).

Con la psicología evolucionista pasa lo mismo y se ve más claro. Esta es la combinación de la sociobiología (explicación biologicista del comportamiento social) con la psicología cognitiva que tiene como explicación de la funcionalidad de la mente el modelo computacional. La nueva síntesis de la sociobiología que hubo en los setenta pretendía dar el salto de la propia sociobiología a la sociología (el capitulo 27 de la obra de E.O Wilson, de hecho, se titulaba: De la Sociobiología a la Sociologia), salto que era meramente especulativo y que no fue totalmente efectivo hasta que llegó la psicología cognitiva con su paradigma computacional. Cuando se hizo la fusión salió la psicología evolucionista con una mayor capacidad descriptiva pudiendo, ahora sí, explicar plenamente la estructura mental del ser humano. O si se quiere poniendo la primera piedra para esa explicación pero, y en cualquier caso, haciendo ya de la psicología una ciencia.

Pero ¿cuál es el modelo funcional de la sociedad? Mientras no se encuentre le faltará una patita a la política evolucionista como le faltaría a la psicología evolucionista sin el modelo cognitivo o la biología evolutiva sin (entre otras ciencias) la genética o la biología molecular.
En un blog que planteé esta encrucijada recibí respuestas satisfactorias (I y II) aunque sin dejar de ser especulativas. Y de hecho ya se han utilizado paradigmas fucionalistas como el de análisis marginalista para extraer interesantes conclusiones. Sin embargo, considero que la cuestión sigue abierta.

Ahora bien, respecto al surgimiento del estado y por ende de la política. ¿Es necesaria? ¿Por qué no la anarquía? ¿Por qué no un sistema policéntrico de leyes con sus agencias privadas de defensa compitiendo entre sí, tal y como propuso Molinari? Fíjemonos en la respuesta dada por la sabia madre naturaleza cuando se ha visto envuelta en una disyuntiva similar: El sistema inmunológico.

El sistema inmunológico, que podría considerarse como la polícia del cuerpo, no posee un registro de todos los agentes patógenos posibles que pudieran invadir al cuerpo. Por el contrario, lisa y llanamente, ataca a todo lo que no entre dentro de un rango permitido, de un rango que forma parte de su información. (Este uso de la información por parte del sistema inmunológico, llamada información negativa, al parecer está teniendo ya aplicabilidades informáticas). Hay que hacer notar que este tipo de sistema monopolista es el que el orden espontáneo de la evolución ha seleccionado para la defensa de los cuerpos pluricelulares y por tanto constituye la estrategia evolutiva más estable. Analógamente es posible que las sociedades al instaurar la institución del derecho y en aras de que no apareciesen comportamientos cancerígenos que pudieran socavar las pautas emanadas del mismo, que son las que fundamentan (y permiten) el desarrollo de la sociedad, instaurase un órgano coercitivo monopolista que, a modo de los leucocitos, atacara a todos aquellos individuos que no se comportaran dentro de lo permitido por la ley. Y al igual que los seres vivos pluricelulares que han sobrevivido han sido sólo aquellos que tuvieron un sistema inmunológico letal con las células disidentes, sólo las sociedades con estado han sobrevivido (y expándidose) al haber sido capaces de eliminar las células cancerígenas que quisieron entablar proyectos vitales paralelos al cuerpo de la sociedad.

2 comentarios:

Ruso DoCouto dijo...

HOLA, YA me estoy imprimiendo el artículo de Anrhart. Mi opinión sobre el es... que sería maravilloso que estuviera traducido al español y que al ritmo que leo en ingles estará obsoleto para cuando termine.

eureka! hice los deberes, te paso en exclusiva la pata que le falta a mi teoría política evolucionista; su " biologia funcional" o "l teoría de la mente modular" de la biopolitica es el concepto de "deme" tal y como lo utiliza Wilson (Sloan).

Héctor Meda dijo...

Hola ruso docouto,

Bienvenido.
Me gustaría que en tu blog, al que suelo estar atento, expliques y desarrolles el concepto de deme de D S Wilson, mientras tanto y para ir abriendo el apetito he leído esto que es lo que he encontrado y sí parece muy interesante.

Desgraciadamente DS Wilson, al igual que Anrhart, no ha sido introducido en la comunidad
hispanohablante :-(
Y mis lecturas de inglés también son muy lentas...así que tendremos que pulirlo!!