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Mostrando entradas de agosto, 2008

La Ciencia de la coacción

A lo largo de la historia han surgido muchas tribus y sociedades con diferentes configuraciones constatándose que, de todas ellas, la más adaptativa, aquella que ha acabado proliferando, ha resultado ser la sociedad con Estado entendido este como el conjunto de instituciones que poseen la autoridad y potestad para establecer las normas que regulan una sociedad, teniendo soberanía interna y externa sobre un territorio determinado. Es decir que las (prácticamente) únicas sociedades que han sobrevivido han sido aquellas con un monopolio de la violencia y una política como modo de gerenciarlo. No sólo eso, sino que otras opciones además de resultar insostenibles a largo plazo, tendían a enquistarse en una terrorífica escalada continua de violencia que dejaban tasas de mortalidad superiores incluso a las de cualquier estado totalitario habido en la historia. Queda sin embargo la duda de cúal es, ya inmersos en una sociedad politizada, la mejor política que ésta puede desarrollar. Pues bien...

Nacionalismos Cucos

Hay una leyenda griega recogida por Plutarco que dice: El barco en el cual volvieron (desde Creta) Teseo y los jóvenes de Atenas tenía treinta remos, y los atenienses lo conservaban desde la época de Demetrio de Falero, ya que retiraban las tablas estropeadas y las reemplazaban por unas nuevas y más resistentes, de modo que este barco se había convertido en un ejemplo entre los filósofos sobre la identidad de las cosas que crecen; un grupo defendía que el barco continuaba siendo el mismo, mientras el otro aseguraba que no lo era. De este texto surgió un debate interesante sobre la correcta respuesta a la pregunta que suscita la anécdota. A saber: en caso de que las partes reemplazadas se almacenasen y posteriormente se reusasen para reconstruir el barco ¿cual de ellas al ponerse reconstituiría, de hacerlo, el barco original de Teseo? Esto se conoce como la paradoja de Teseo y lo que pone de manifiesto es el carácter arbitrario de cualquier identidad. Sin embargo, no resulta al parecer...

En busca del soberano perdido

En un anterior post critiqué la ética minimalista de Rothbard como insuficiente para la naturaleza humana y por extensión la sociedad aún bajo la premisa de que el principio de no agresión resultara cierto. Me gustaría criticar ahora el principio rothbardiano como una norma arbitraria ya que el norteamericano jamás se molestó en justificarlo. Simplemente explicó que nacía de forma trivial de la autopropiedad. El concepto de autopropiedad según Rothbard consiste en la propiedad de un individuo respecto a su propia vida. Viene a significar que cada uno es dueño y único gobernante de sí mismo. Por ser el axioma fundamental del anarcocapitalismo ha tenido diversas formas de fundamentar su validez desde el argumento habermasiano de Hoppe hasta la equiparación del concepto como una suerte de negativo del derecho de propiedad. Todas ellas me parecen falaces. La fundamentación de Hoppe comete la llamada falacia mereológica. (De hecho hay un libro que utiliza (¿abusa de?) esa falacia para c...

Vindicación del Derecho Natural

Paradójicamente y en contra del pensar común, los escolásticos y filósofos del Derecho que han defendido el derecho natural, en general, lo han hecho en base a fundamentos racionales , no a una nunca llegada revelación divina. La tradición tomista siempre pretendió que la filosofía estuviera desligada de la teología y anclada por lo tanto sólo en la razón y la naturaleza humana. De ahí se colige que el derecho natural puede ser definido como el derecho que mejor se ajusta a la naturaleza humana. Eso no implica que todas las leyes no naturales sean sobrenaturales. No obstante hay que dejar claro que sí hay preceptos morales supranaturales o simplemente irrealizables por el ser humano. Un ejemplo: Amarás al prójimo como a ti mismo . Es buena la intención pero es imposible de llevarla a cabo. Resulta improbable que un individuo quiera tanto a alguién que acaba de conocer que, pongamos, a su hijo. Amar equitativamente a toda la humanidad está fuera del alcance de cualquier persona. Estos h...

El Mito o En las fronteras del lenguaje

A lo largo de la historia se ha buscado infructuosamente una lengua perfecta que pudiera describir todo tipo de fenomenologías. Una lengua (casi) omniefable, lógicamente prístina, no redundante y que fuera, en todos los aspectos, mejor que cualquier otra lengua natural o artificial; pues las primeras resultan ser imprecisas y redundantes y las segundas, aunque no son ambigüas, tienen un limitado alcance descriptivo. Umberto Eco en un libro maravilloso dió cuenta de esa ilusoria utopía y de cómo su posible existencia atrajo la atención de innumerables pensadores desde Dante hasta Leibniz. Detrás de la búsqueda de ese santo grial se encuentra la ilusión utópica de recuperar la lengua prebabélica y el estado fraternal de comunicación plena entre todos los pueblos del mundo anterior a la maldición divina de la confusión de lenguas. También, y en un aspecto más filosófico y contemporáneo, está la ingenua creencia de que todo conocimiento es codificable de una forma óptima en algún tipo de ...

La plaga humana

Con frecuencia se suele acusar al capitalismo de ser injusto socialmente por ser idéntico al darwninismo donde el más débil desaparece, no sobrevive. Sin embargo en la evolución no desaparece el más débil sino el menos apto. Por eso existen 350000 (más o menos) especies de escarabajos y ninguna de dinosaurios. Y esa aclaración pedante es vital porque si en los ecosistemas sólo sobreviven las especies que se adaptan a la naturaleza, podríamos decir que la soberanía absoluta la tiene la naturaleza quien impone las condiciones discriminatorias que especifican qué especies perduran y qué no. Pues bien, en un mercado libre, la soberanía absoluta la tiene el consumidor y la empresa que no se adapte a sus preferencias acabará extinguiéndose. De modo que en los ecosistemas tenemos a las especie evolucionando en un orden espontáneo a base de mutaciones aleatorios sin ningún director que las diriga y consiguiendo, empero, satisfacer las exigencias de la naturaleza. Analógamente, en los sistemas ...