Cuando estaba yo en mi causa primera , no tenía a Dios...; me quería a mí mismo y no quería a nada más; era lo que quería, y quería lo que era, y estaba libre de Dios y de todas las cosas... Por eso suplicamos a Dios que nos libre de Dios, y que concibamos la verdad y gocemos eternamente de ella, allí donde los ángeles supremos, la mosca y el alma son semejantes, allí donde yo estaba y donde quería eso que era y era eso que quería...
Meister Eckhard, sermón Beati pauperes spiritu
Si mal no recuerdo, en el libro La ilusión de Dios, de Dawkins, hay un momento (que resulta de los más bajos del texto, a nivel argumentativo, por caer en la falacia ad populum) que hace repaso de los pocos científicos creyentes que conoce y habla de pasada de uno que es cristiano más por tradición que por convencimiento y del que no se atreve a nombrar por miedo a desenmascararlo. Sospecho que se refiere a Freeman Dyson que en su libro Infinito en todas las direcciones dice sentirse cristiano pero, en el fondo, como él mismo admite, su cristianismo es bastante heterodoxo, de hecho se podría decir herético. En concreto la herejía, sostenida por los socinianos, de creer que Dios no es ni omnipotente ni omnisciente sino que aprende y crece a medida que el universo se desarrolla. Postura religiosa que es la que él considera más coherente con el sentido común científico.
Para defender su idea, Dyson, plantea dos hipótesis:
1) Hipótesis de la Abstracción: La vida más que sustancia es organización. Estamos en la hipotésis que, por ejemplo, dan los funcionalistas a la conciencia: no importa de que está hecho el material que sirve de soporte sino si este es capaz de computar o no. Hipotésis que en mi anterior post taché de inverificable.
2) Hipótesis de la Adaptabilidad: Si le es dado un tiempo suficiente, la vida puede adaptarse a cualquier medio ambiente. Ahora bien, cuan lejos pueda llegar la vida, en última instancia, depende de la cosmología. Si el universo acabara colapsándose nada podría sobrevivir pero si el universo resultara infinito en espacio y tiempo la vida, según esta hipótesis, podría sobrevivir incluso a pesar de la muerte térmica del universo.
A posteriori, Dyson describe un tour de force de cómo la vida puede encontrar formas de escapar a las cambiantes futuras condiciones de la materia mediante su dominio, dominio que no explicita cómo se podría dar pero del que se puede especular que se realizaría mediante la tecnología, desde la nanotecnología hasta la femtotecnología (sobre la que ya hay libros de sci-fi). Tecnologías que nos permitirían organizar la materia a nuestro particular criterio y que por tanto nos quitarían de la necesidad de que las partículas del universo tuvieran una determinada configuración. Seríamos ya entes etéros, sin carne. Seres mentales (que computan) y que solo utilizasen mínimamente la energía para sobrevivir.
De todo ello, Freeman saca la conclusión, algo mitológica, de que la mente se ha convertido en la fuerza motriz del universo. Piensa en ella como materia que se infiltra y acaba controlando otra materia al punto de poder, al final de esta gran epopeya de darwinismo cósmico, cambiar sin restricción alguna las leyes de la naturaleza.
¿Qué elegirá la mente cuando se ponga al corriente y controle el universo? se pregunta Dyson y es curioso que no se dé cuenta del irreligioso (él que es religioso) y perturbador panorama en el que quedaría la mente en una situación como esa; pues cualquier ser, cuando actúa, lo que hace es escoger ciertos medios para conseguir un determinado fin. Ahora la humanidad, toda ella una mente hecha ya Dios, no actuaría ya que tendría todos los fines dados. Sólo le quedaría dejar que el tiempo pasase sin sentido, inmerso en una silenciosa soledad cósmica, en un errático vagabundeo sin destino.
No obstante cabría tal vez una solución liberadora, dejar que un pedacito de realidad se desgajara de ella, recogerlo e insuflarle vida aparte. Y soñar, por qué no, que, aunque sólo fuera para hacerlo más lúdico, Dios no se conformara con ser un mero espectador de esa nueva vida.
Para defender su idea, Dyson, plantea dos hipótesis:
1) Hipótesis de la Abstracción: La vida más que sustancia es organización. Estamos en la hipotésis que, por ejemplo, dan los funcionalistas a la conciencia: no importa de que está hecho el material que sirve de soporte sino si este es capaz de computar o no. Hipotésis que en mi anterior post taché de inverificable.
2) Hipótesis de la Adaptabilidad: Si le es dado un tiempo suficiente, la vida puede adaptarse a cualquier medio ambiente. Ahora bien, cuan lejos pueda llegar la vida, en última instancia, depende de la cosmología. Si el universo acabara colapsándose nada podría sobrevivir pero si el universo resultara infinito en espacio y tiempo la vida, según esta hipótesis, podría sobrevivir incluso a pesar de la muerte térmica del universo.
A posteriori, Dyson describe un tour de force de cómo la vida puede encontrar formas de escapar a las cambiantes futuras condiciones de la materia mediante su dominio, dominio que no explicita cómo se podría dar pero del que se puede especular que se realizaría mediante la tecnología, desde la nanotecnología hasta la femtotecnología (sobre la que ya hay libros de sci-fi). Tecnologías que nos permitirían organizar la materia a nuestro particular criterio y que por tanto nos quitarían de la necesidad de que las partículas del universo tuvieran una determinada configuración. Seríamos ya entes etéros, sin carne. Seres mentales (que computan) y que solo utilizasen mínimamente la energía para sobrevivir.
De todo ello, Freeman saca la conclusión, algo mitológica, de que la mente se ha convertido en la fuerza motriz del universo. Piensa en ella como materia que se infiltra y acaba controlando otra materia al punto de poder, al final de esta gran epopeya de darwinismo cósmico, cambiar sin restricción alguna las leyes de la naturaleza.
¿Qué elegirá la mente cuando se ponga al corriente y controle el universo? se pregunta Dyson y es curioso que no se dé cuenta del irreligioso (él que es religioso) y perturbador panorama en el que quedaría la mente en una situación como esa; pues cualquier ser, cuando actúa, lo que hace es escoger ciertos medios para conseguir un determinado fin. Ahora la humanidad, toda ella una mente hecha ya Dios, no actuaría ya que tendría todos los fines dados. Sólo le quedaría dejar que el tiempo pasase sin sentido, inmerso en una silenciosa soledad cósmica, en un errático vagabundeo sin destino.
No obstante cabría tal vez una solución liberadora, dejar que un pedacito de realidad se desgajara de ella, recogerlo e insuflarle vida aparte. Y soñar, por qué no, que, aunque sólo fuera para hacerlo más lúdico, Dios no se conformara con ser un mero espectador de esa nueva vida.
10 comentarios:
Sí, sí... indudablemente, el cerebro humano es capaz de definirlo todo con un alto grado de coherencia lógica y, por un tiempo, tener la certeza de que lo ha descrito todo... Pero el tiempo pasa y la narración se vuelve obsoleta... ¿Tal vez el nuevo mito necesario? Ergo: ¿vamos a seguir haciendo lo mismo; es posible dejar de hacerlo, se dejará alguna vez de hacer, se perderá la idiosincrasia actual... mu... mutaremos...?
Hola Carlos,
Me hace mucha ilusión que te pases por mi blog pues como comprobarás tenemos sensibilidades parecidas.
Ciertamente no sé si mutaremos aunque el homo sapiens de hace 100000 años se asustaría al vernos a nosotros ¿no nos pasará lo mismo con nuestros futuros descendientes?
Por cierto, una preguntilla, tú que tienes alma de poeta, ¿qué te ha parecido mi coda final?
Saludos
"Ahora la humanidad, toda ella una mente hecha ya Dios, no actuaría ya que tendría todos los fines dados. Sólo le quedaría dejar que el tiempo pasase sin sentido, inmerso en una silenciosa soledad cósmica, en un errático vagabundeo sin destino."
Me opongo a la poesía puramente retórica y ante la poesía en general no me queda sino enfrentarme a su mensaje. En tu caso, partiendo en dos el finale, digo de la primera parte, citada, que creo que el tiempo pasa de hecho sin sentido (sentido para el hombre, claro, porque si hubiera otro sentido no sería "un sentido", es decir, comprensible), el y los "sentidos" son a posteriori y sólo responderían a la realidad del individuo-en-grupo (podríamos decir... con fines terapéuticos). En breve pues: no hace falta que cambie nada para que no haya meta alguna y por lo tanto sentido alguno... La conciencia, por otra parte, creo con Nietzxsch que frena la acción, pero... como es inaclanzable... precisamente... porque existe para motorizar la acción... (al menos mientras se mantenga limitada, claro).
"No obstante cabría tal vez una solución liberadora, dejar que un pedacito de realidad se desgajara de ella, recogerlo e insuflarle vida aparte. Y soñar, por qué no, que, aunque sólo fuera para hacerlo más lúdico, Dios no se conformara con ser un mero espectador de esa nueva vida."
Aquí el juego es más sutil aunque personalmente buscaría algún que otro adjetivo más preciso para describir el fenómeno potencial (me refiero al "liberadora" que no se ajusta al fenómeno), pero esto lo dejo al poeta que escribió la coda... (y "espectador", que se contrapone a Dios salvo que este sea el invitado de Otro).
Espero que me perdones si soy duro en la crítica pero cualquier otra actitud la consideraría ofensiva para ambas partes.
Con afecto,
Carlos.
PD: correré a la librería, sin duda... Y me permito a mi vez sugerirte que no recomendarte mi novela. No será para correr a buscarla, no sé si te resultará interesante (o un poco), pero sí sé que me gustará conocer tu opinión.
Espero que me perdones si soy duro en la crítica pero cualquier otra actitud la consideraría ofensiva para ambas partes
¡Todo lo contrario! ¡Precisamente tenía miedo de que cayeras en la adulación vacía!
Lo de liberadora hacía referencia a tratar de liberarse (ahora que se puede por ser omnipotente) de la angustiosa sensación de vacío que se tiene cuando no se encuentra el sentido a algo. Sí es un palabro feo.
Y me permito a mi vez sugerirte que no recomendarte mi novela. No será para correr a buscarla, no sé si te resultará interesante (o un poco), pero sí sé que me gustará conocer tu opinión.
Tenía pensado (dentro de unos meses por razones de tiempo y dinero) comprarla pero no decirte nada. ¿Por qué?
Porque soy my sibarita. A mi me gustan los clásicos: Cervantes, Joyce, Proust, Borges, el cisne de Avon sobretodo y sobretodos, etcétera
Con el resto (incluidos pesos pesados como Tolstoi) suelo ser muy crítico y displicente.
No creo que sea un lector representativo por eso prefiero no confundirte con criterios literarios y estéticos alejados de toda normalidad y ortodoxia.
P.D: Espero volver a verte y espero críticas feroces también ;-) Como decía Eco no hay escritor (cuerdo) que escriba para si mismo. El lector, saber que está ahí, es lo que hace que la escritura, cualquier escritura, cobre sentido
Saludos
Sin duda, seguiremos escarbando en todos y nosotros mismos. Si no me ves en unos 10 días es porque me he fugado con alguien al Báltico. Pero volveré: he dejado varios posts sin leer y comentar y otros tantos míos a medias para publicar... ¡un infierno la blogsfera! Y si a esto se añaden las servidumbres de la polis, las de la actividad lúdica, las de la actividad erótica, las de la actividad literaria... no te digo nada!
Un abrazo y cuénta por dónde andas, tal vez se podría tener un encuentro de café-charla.
PD: En cuanto a mi novela, cuando la tengas, decide tú mismo si seguir o no mi "consejo a los amigos" que suelo dar: empezar por leerse el glosario que está al final para hacerse una idea panorámica previa del universo en el que se desarrolla la historia concreta.
Precisamente ayer una persona me devolvió un libro mió (El péndulo de Foucault) alegando (por enésima vez que presto un libro) que era insufrible. Ya ves. Para mí el mejor de Eco, para el resto de las personas que conozco y a quienes les gusta el italiano, el peor. Gustos bizarros, supongo. Yo hubiera alentado al Joyce del después del Ulysses a seguir escribiendo el Finnegans, esto es, a quedarse con aún menos lectores. JeJe. Así que yo te leo tu libro pero no me hago responsable de que te tomes en serio mi crítica, ¿eh?.
Respecto a por dónde estoy, pues en Bilbao. Está todo en mi perfil :-P
http://www.blogger.com/profile/05080741918146495160
Este verano no tengo vacaciones, no saldré de aquí, espero, sin embargo (soy buena persona), que te lo pases bien el Báltico, si finalmente vas
Saludos
Bueno Carlos ¿qué te parece este texto? ¿Lo cambiarías?
Aguardo un poco más a que las últimas ondas de lush del elimash se diluyan en el Mar y la rojuridad cubra la aldea para circundarla sin ser vista
Desgraciadamente estoy leyendo ahora otro libro (bastante tocho) pero en cuanto acabe voy a por el tuyo ;-)
Muy buen post divulgativo, Hector.
Gracias irichc.
A ver si algún día continúo explicando la teoría de Dyson pues este físico (de primer nivel) realiza una defensa del libre albedrío sin contradecir nada de lo que dice la física.
Bueno Carlos ya he leído tu libro.
Ya te digo que no me considero un lector representativo pero aún así voy a saltar a la piscina y decirte que el libro resulta interesante aunque por la profusión de neotérminos se hace, a ratos, de díficil lectura.
El tema de las revoluciones sociales en Tietnianish, que queda, digamos, en background en la novela, podría dar lugar a otra historia ¿no crees?
Saludos
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