Reflexiones sobre el lenguaje privado de Wittgenstein

Sea cual sea nuestra impresión del mundo, una cosa está clara: ésta no existe sin razón alguna.



Pero tampoco sin conducta "a continuación de".


¿Puede una sensación percutir en una persona sin repercutirle una acción? Podríamos imaginarnos una sensación inconsciente y ver que no. Otro tanto esa expresión (de precipitado bautizo) que llamamos emoción reprimida. Si esa represión se hace sentir, se está sintiendo y por tanto no tiene cabida negarle su presencia. 




Un momento. 


En puridad una subconsciencia sensitiva no es inviable siempre que llamemos a tal algo que tal cual en su movilización genere un sedimento del que acabe brotando "algo": ¿si nos "duele" el menisco no actuamos en consecuencia y nos ponemos a cojear? ¿y no podría subconscientemente "doler" un menisco sin hacerse sentir dolor pero que al andar de manera nebulosa sentirnos, empero, no tener "fuerza" y no aterrizar con fuerza los dos pies en el suelo sino arrastrarlos y cojear? 


¿No es a veces la desgana como un "dolor silente" que nos apacienta en el sofá y nos acuna un letargo? 


Sea que estos casos sean, hacen al caso que voy a querer argumentar: las sensaciones accionan reacciones actuantes.


No hay más. No puede haber más.


Una pura sensación que no distinguiera, ¿quién y cómo uno se haría cargo de ella?




Pero si la percepción se hace cargo, carga con ella una cambio en intelección perceptiva: si me hago cargo luego de haber mirado algo, veo algo; u otro tanto, si me hago cargo luego de haber oído algo, pero porque es que escucho algo.

<<¿Oyes?>>. Me hago cargo de mi oreja y resulta que: no oigo nada, o bien, ¡ahhh, sí!, ahora lo escucho.

Nuestro propio lenguaje --en puridad: en nuestro --pero no exclusivamente-- idioma--- bautiza diferencias entre verbos asociados a los actos de percepción según estos sean en su potencialidad (mirar, oír, tocar) y verbos asociados a los actos perceptivos cuando se han ejecutado (ver, escuchar, sentir) transparentando con ello que, el cuerpo que guía y es guiado en lo sensible, actúa y no meramente recibe. 


¿Puede , en definitiva, una sensación percutir en una persona sin repercutirle una acción? No, no puede.


Vamos a defender el Lenguaje Privado frente a los ataques de Wittgenstein (cuyo trasfondo es dual: apuntalar el inmanentismo y desmontar el internalismo semántico) si bien antes aclaremos el tablero de juego:

Ludwig Wittgenstein en el experimento mental del escarabajo negro --no deja de ser injusto que un pensador que se caracterizó por tantos y tan buenos experimentos mentales tenga por más célebre éste que es sin duda el más flojo-- sostiene esta situación imaginaria: Supongamos que cada persona tiene una caja con un "escarabajo" dentro. Nadie puede ver lo que hay dentro de la caja de los demás, solo dentro de la suya. En este mundo, la palabra "escarabajo" se usa para referirse a lo que está dentro de la caja.

Si cada uno tiene algo diferente en su caja (o incluso nada), la palabra "escarabajo" no tiene un significado fijo.

Lo único que importa es que, en la práctica, la gente usa la palabra para referirse a lo que sea que está en su caja, pero no hay una esencia compartida.

Conclusión del austríaco:

El "escarabajo" en la caja es irrelevante para el significado de la palabra.

El significado no está en el objeto privado (lo que hay dentro de la caja), sino en el uso público del lenguaje.

Si el "escarabajo" no juega ningún papel en cómo se usa la palabra, entonces no es parte de su significado.


Lo decíamos antes: ¿Puede una sensación percutir en una persona sin repercutirle una acción? No, no puede.



Imaginemos el anverso de este experimento mental del escarabajo Negro.

El Escarabajo Blanco.

Se hace ver que hay nube con forma de escarabajo . Un escarabajo blanco. La vision es desde una colina que hay que subir. Cuando todos suben a ella, todos menos uno dibuja un escarabajo. El restante (¿pobre miope?), empero, acaba dibujando un venado siempre (su mirada da lo que da de sí).

¿Por qué la arcilla de su memoria (por evocar una metáfora platónica) sólo puede ser surcada por los dibujos de sus coetaneos y no por el propio dibujo? ¿Por qué para el pobre míope no cabe otro significado de la nube que el dictado por el resto, el escarabajo blanco?

Obviamente es un absurdo la imposibilidad imaginada Wittgenstein puesto que de manera trivial y significativa la violamos a diario.


Esto es algo que se nota de manera trivial en cualquier trabajo. Por caso, el otro día un colega del trabajo me explicaba un trabajo ofimático de carácter rígido y secuencial. 

En un momento dado, mientras añadía a la ficha teléfonos, primero, después nombre y apellidos (por simplificarlo), me advertía que efectivamente puedes alterar el orden pero al caminarlo de manera tan repetida, primero teléfonos, después nombres, se asegura así que de ser súbitamente interrumpida la tarea y retomada después, con sólo un vistazo --¿qué llevo puesto? ¿"nombres" o "teléfono"?-- puede saber qué le falta por poner a la ficha, qué terminó de hacer antes de que le cambiarán el foco mental.

Vale decir. De un solo vistazo, su tarea adquiere un significado en términos de etapas de un itinerario totalmente diferente. Como él lo caracterizó con verbal maestría: son auto-indicaciones.

Vale decir, lenguaje privado: está movilizando significados a base de hacer uso de una mente extendida y sin mancomunidades de por medio.


Podrás decir, que esos aparatos extensores son tecnologías que pueden ser usadas por cualquier público, por tanto, no invalidan el lenguaje público pero tan empírico es atender una regla pública como privada si el material que la hace de soporte es externo al "yo". Al cabo, aquí los hispanohablantes, en caso de duda,  consultamos a la RAE. Y la consultamos, por cierto, porque tampoco puedes asegurar que un uso mancomunado "alucine la regla" dado que NO existe una definición ostensiva porque de hecho las palabras en un idioma van desplazando su significado.


En realidad, puedo usar a modo de balizas sensaciones internas e igualmente a través de ellas desvelárseme una atmósfera de significados u otra.


Caso real: Al parecer esto nos pasa a todos en verdad: su porqué es debido a que los testículos se desarrollan originalmente cerca de los riñones (en el abdomen) durante la etapa fetal y luego descienden al escroto y los nervios que los inervan (nervio espermático y plexo celíaco) siguen conectados a las mismas zonas de la médula espinal que reciben señales de dolor del abdomen). 

Pues bien. 

Si a mi me pegan una patada en los testículos y por reflejo muscular me llevo las manos a mis partes, pero me duele más arriba (por cierto,, cabe preguntarse, ¿no es un imperativo wittgensteniano pensar que "el escarabajo negro" (el uso por reflejo muscular de "¡ah! me duele los huevos") lo fijemos ahí abajo y no más bien cerca del ombligo como realmente --porque así lo hemos inter-analizado-- sabemos todos?


Si alguien se toca los huevos después de un balonazo y luego sigue con dolores ya tocándose con la mano a la altura de la barriga, yo sé , y sin mediación lingüística alguna que ese gesto no verbal está conectado a través del trompazo anterior y lo sé vía mis propias tocadas de huevos. 

Aquí hay una abolición de la indeterminación de la traducción porque existe un trasfondo neurobiológico que es el que encauza de manera "causal" aquellas conductas que de otro modo no podrían quedarse "encausadas" a base de ver mucho y oír otro tanto: gagavai pasa a ser conejo porque una experiencia mental interna similar jala dichas impresiones y no la mera matemática o lenguaje alguno puesto que sabemos que no hay ni modo de transformar una correlación en causación por un mero movimiento peristáltico de razonamientos: al negar toda interioridad fundante, y dejarlo todo al albur del lenguaje, Wittgenstein busca reeditar el sueño Hilbertiano de la matemática sintáctica. Nanai.


¿Puede una sensación percutir en una persona sin repercutirle una acción? No, no puede: el significado requiere reglas compartidas, sí, y las biología las tiene por cada especie y género: dale una patada en los huevos a cualquier tío y espérate a ver qué cosa se a-rregla con ese gesto y ya verás que pasan las mismas cosas siempre. 

Y sus conductas claro. 

Eso tú, yo y Kaspar Hauser


Y es que según Wittgenstein, mi escarabajo negro es inescrutable para mí mismo sin mediación sociolingüística y eso presupone que yo pongo a tientas y a huevo mis conductas cuando éstas en verdad se me desprendan del sentir natural de las cosas: mi agarrada de huevos es un movimiento muscular reflejo y mi interiorización por calambre reflejo de en dónde le está doliendo a ese hombre la trompada es igualmente algo que se me cae encima.

Pero yo sé que él sabe que todos sabemos --¡y sin lenguaje que nos lo traiga dicho!-- que cuando alguien se agarra de los huevos, no le duele tan ahí pero sí que ¡ay! duele y cómo duele.

¿Necesité el lenguaje para traer este entendimiento hasta aquí? No.

 

Mira: Hay fuego, hay bomberos: Siempre es así: ¿Pero quienes vinieron antes? : ¿el lenguaje? : ¿los bomberos?: No, el fuego de la vida cuando quema y te arrastras como una lombriz estacada por un balonazo mal desviado: todo lo demás son palabras, palabras, palabras...





Se me podrá replicar. 


La distinción "yo" y "mundo" es en sí misma una ficción gramatical que o bien explica cómo supera el correlacionismo y sabe hacerse ver lo que es estrictamente "mundo" sin mediación de "yo" o debe conceder que de manera en-juego-dada, todo lenguaje ( l-enjuague) se da en medio donde yo/mundo están emulsionados y si bien, por lo mismo, es imposible que el lenguaje sea enteramente lenguaje privado, igualmente cualquier significado tampoco podrá dar-ser en un lenguaje con nada privado.


Es en este sentido, y con este objetivo, que Wittgenstein defendió la imposibilidad del lenguaje privado, que es como decir: correlacionismo.


Muy bien.

Pero ¿qué correlacionismo? 

¿El correlacionismo antrópico que todavía da carta de naturaleza a categorías trascendentales (a las que hemos adquirido previsiblemente a base de ensayo y error gracias al azar y selección) que pre-configuran nuestro entendimiento?

¿O el correlacionismo inmanentista que niega toda emancipación proto-divisiva entre Yo/Mundo (vale decir, niega que sea posible pensar aquello que pensará cualquier agente aún no siendo humano)?


El problema del correlacionismo inmanentista (empezamos apalizando primero a éste) es que ni siquiera puede aspirar a autoretratarse: ¿qué es eso que con-figura los límites de nuestra cognición que vale para toda persona si mi mediación con el mundo, a lo más, puedo decir que no es inmiscible, se quiere decir, no puedo saber dónde empieza el mundo y dónde termina mi yo y viceversa?


Apelar a un red de prácticas cuyos nodos hilachan de manera trenzada y entreverada, inmiscible, un yo/mundo, en puridad, lo que hace es describir de manera conductista unas impresiones internas pero no dar cuenta de la totalidad de experiencias habidas: primeramente el dolor...aunque el austríaco crea que a éste le nazca su significado de un parloteo.


Siendo Wittgenstein que niega todo internalismo semántico, sólo aceptará como "significado" aquello que implique una conducta pero en realidad, como ya he argumentado antes, todo dolor IMPLICA de suyo una conducta, por lo tanto, ya el dolor, antes de que se arranque a lamentaciones, en tanto que se hizo pregnante, cambio nuestro estar en el mundo, vale decir, nació de manera significativo y sin palabras de por medio.


Por lo tanto, su correlacionismo inmanentista en donde fija vía red de palabras toda nuestra realidad significativa, es erróneo.


¿Esto nos devuelve al caso de un naturalismo enactista? No, porque como dije antes: Sea cual sea nuestra impresión del mundo, una cosa está clara: ésta no existe sin razón alguna.

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