lunes, 19 de septiembre de 2011

La racionalidad subyacente de American Pie

Estimado Economista Camuflado:

Estudio Económicas. Los examinadores puntúan de acuerdo con una curva, dando la nota más alta al mejor diez por ciento de los estudiantes, la siguiente mejor nota al veinte por ciento, etcétera. Si pudiéramos ponernos de acuerdo para flojear en los resultados simultáneamente, podríamos conseguir las mismas notas que si hubiéramos trabajado con ganas. Pero organizarlo no resulta tan fácil de hacer como de decir. ¿Puedes hacer alguna sugerencia?

Andrew Spencer, "Cantorbridge" College


Estimado Andrew:

Obviamente, tú ya estás flojeando, de otra manera, recordarías lo que la teoría del cártel enseña sobre la connivencia tácita. Permíteme que te lo recuerde.

En equilibrio, cada estudiante trabaja más o menos duramente y las notas dependen del talento y las ganas de trabajar. A todos os gustaría trabajar menos y sacar las mismas notas con menos esfuerzo. Sin embargo, eso no es un equilibrio porque cada estudiante tiene una motivación para empollar un poco en secreto y asegurarse una calificación alta sin demasiado esfuerzo.

Para que el acuerdo se mantenga, tienes que incrementar las compensaciones por flojear (organizar eventos con cerveza barata), reducir los beneficios del trabajo duro (obligar a la gente a compartir descubrimientos, empezar una rotación de conferencias de manera que puedan pasarse notas y formar grupos de repaso para disuadir el estudio individual) y castigar a los empollones.

El castigo es importante. Convierte a los empollones en parias sociales; cada vez que pilles a alguien estudiando, organiza periodos de trabajo intenso, en los que todos sufren al tiempo que sus calificaciones relativas no van a ninguna parte, pero su esfuerzo absoluto aumenta. Tales tácticas funcionan mejor si podéis observaros los unos a los otros: la evaluación continuada significa que puedes identificar pronto a los empollones y tomar cartas en el asunto para que desistan de su celo. Cerveza barata, intercambio de nota y acoso a estudiantes aplicados no deberían serte ajenos: parece que funcionan en las demás universidades.

Un saludo prerezoso, el Economista Camuflado




Estimado Economista Camuflado:

Soy profesor de economía en una prestigiosa universidad. Por norma, se califica a los estudiantes respecto a unos de otros y no respecto de un estándar absoluto. El problema es el siguiente: sospecho que pueden estar intentando bajar el nivel de manera simultánea con el fin de disfrutar de las mismas notas sin demasiado trabajo. Abrigué aún más sospechas al leer la columna de "Estimado Economista" de la semana pasada, que al parecer era una consulta de los susodichos estudiantes. ¿Qué debería hacer?

Profesor X, "Cantorbridge" College


Estimado profesor X:

Lo más probable es que se socave cualquier intento de organizar un "cártel de gandules", ya que cada estudiante tendrá un incentivo para trabajar un poco más y conseguir notas altas por un poco más esfuerzo. Las medidas preventivas que tome deben incrementar los beneficios del trabajo duro y hacer el castigo más difícil.

Empiece por negarse a dar a sus estudiantes notas provisionales o comentarios constructivos. Eso les hará más difícil la identificación de aquellos a los que les está yendo bien. En sus clases omita información importante fácilmente asimilable y cerciórese de que, en cambio, sea accesible en oscuros libros de texto que puedan leerse a escondidas. Haga las listas de lectura desmesuradamente largas, de manera que les sea difícil a los estudiantes averiguar quién está leyendo qué.

Finalmente, asegúreses de examinar a sus estudiantes con una única serie de titánicos exámenes y no mediante evaluación continuada. A sus gandules les resultará muy difícil controlar quién está traicionando el cártel trabajando duramente, y para cuando lo averigüen el curso habrá terminado y será demasiado tarde.

Si usted, profesor de Economía, no puede burlar a un cártel de estudiantes, poco podrán aprender de usted de todos modos.

Un saludo con espíritu educativo, el Economista Camuflado

2 comentarios:

El Perpetrador dijo...

Muy divertido el sofista sin camuflaje.

Está claro que la conjura de los malos estudiantes ha vencido. Muchos nos hemos beneficiado de ello en asignaturas inútiles y odiosas. Más que conjura ya es la la doctrina oficial y va a más con el Aggiornamento que supone Bolonia. De todos modos, la evaluación continua y los trabajos en equipo (dos de las cosas que Harford parece relacionar con el mal estudio rentable) ya venían de antes, ahora sólo se triplican.

Aunque yo no estoy seguro de si preferiría haberme educado en Corea.

Héctor Meda dijo...

Está muy bien que mentes Bolonia porque a punto estuve de incluirlo de alguna forma en el título porque, de hecho, ese empeoramiento venido con Bolonia, nunca lo he visto mejor explicado que con estas dos cartas (aunque no sea esa la intención).

Yampoco hay que irse al extremo de Corea, y menos, si de colegiales se trata, ahora, el tiempo de ocio que precisamente deja Bolonia tampoco es para tirar cohetes...

Yo creo que todo esto es una cuestión de acoplamiento, quiero decir, para mi, solo y solo cuando el mundo laboral pueda recurrir a universitarios sin experiencia y hacerlo, claro, masivamente, será entonces cuando crea que el cártel de gandules fue verdaderamente derrocado. Todo lo demás, y mientras tanto, es brindis al sol.