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Mostrando entradas de febrero, 2010

El ruido de un árbol al caer en un bosque vacío

De una carta de Bertrand Russell del 2 de noviembre de 1911 (el "ingeniero alemán" es Wittgenstein ): "Creo que mi ingeniero alemán está loco. Opina que no es posible conocer ninguna cosa empírica. Le invité a que admitiese que no había ningún rinoceronte en la habitación, pero se negó". Leído aquí Los dos proyectos que he indicado (un vocabulario infinito para la serie natural de los números, un inútil catálogo mental de todas las imágenes del recuerdo)son insensatos, pero revelan cierta balbuciente grandeza. Nos dejan vislumbrar o inferír el vertiginoso mundo de Funes [el Memorioso] . Éste, no lo olvidemos, era casi incapaz de ideas generales, platónicas. No sólo le costaba comprender que el símbolo genérico perro abarcara tantos individuos dispares de diversos tamaños y diversa forma; le molestaba que el perro de las tres y catorce (visto de perfil) tuviera el mismo nombre que el perro de las tres y cuarto (visto de frente). Su propia cara en el espejo, sus prop...

Elogios vacíos II

Siguiendo con la serie de elogios vacíos empezada el otro día , hoy quiero despotricar con una variación del mismo, a saber: el escritor amoral. En este caso se acierta en parte pero se explica con mal arte y dado que este caso se aplica a parte importante de escritores pero sobre todo al más importante, mi crítica entonces parte desde lo personal. Efectivamente, en Shakespeare no hay juicios inquisitivos contra los personajes de sus obras pero eso no hace al cisne de Avon un amoral, un cínico, un descreído, un puto psicópata, un sade antes de Sade, un incapaz de ver límites entre lo tolerable y lo reprochable y en este punto hay que anotar además que ni sería único ese proceder, ni de serlo sería reseñable. Efectivamente, ¿acaso no es un terrorista, un pederasta, un criminal o un maldito psicópata la materialización perfecta de un ser amoral? Entonces, ¡joder!, aún de ser cierto que Shakespeare -o cualquier otro- pudiera ser incluible en esa lista de infames, ¿a qué considerarlo elogi...

Elogios vacíos I

El otro día estuve picando textos por una librería y di en encontrar un nuevo libro de Stanislaw Lem en donde en el prólogo un julai que ya no rememoro le hacía la pelota de mala manera al escritor polaco. Hasta aquí nada sorprendente, desde aquí tampoco pero precisamente pero por ello mi crítica. Efectivamente, en el mentado prólogo, donde se convocaban con monótona ligereza los elogios de rigor que el protocolo obliga para cualquier autor -clásico pero visionario, culto pero accesible, profundo pero humorístico- salto a mis ojos con envenenada inquina una parida que siempre oigo y nunca acepto, ni, espero, aceptaré y estoy hablando del decir, como piropo, que el autor estaba desasistido de todo dogma . Es una característica también harto adjudicada al santo patrón de este blog -me insultas si hace falta que te lo nombre- pero que como en aquel, aunque más que con aquel, me parece, la alabanza, ridículamente elogiosa y erróneamente reivindicable. Efectivamente, adivinemos, para empez...

La partitura de una vaca

Creo que era Whitehead quien decía que toda la filosofía occidental era una nota al pie de página de lo dicho por Platón. Con el paso de los años, de las lecturas, de discusiones y disquisiciones, me he dado cuenta de que esto es una gran verdad y además, me he dado cuenta de que esto es una triste verdad. Detrás de cada cosmovisión, de toda cosmovisión, de prácticamente toda cosmovisión, queda un resabio platónico que, a la manera de una enredadera, florecerá fractalmente alrededor de una filosofía hasta rellenar su parte troncal de una savia de ajado sabor metafísico. En consecuencia, la enésima embestida que a continuación acometo contra ese común pensar ya lugar común, sólo pretende ser una solitaria protesta a modo de desahogo. Un desahogo que supongo en el fondo a razón de cuestiones estéticas, de ser incapaz de asumir que, en última instancia, lo que hay sea un yermo museo de inertes objetos matemáticos así contra ello empezaré recurriendo en primer lugar a un chiste. Un chiste...

La insoportable soledad del ser

El último ser humano vivo lanzó la última paletada de tierra sobre el último muerto. En ese instante mismo supo que era inmortal, porque la muerte sólo existe en la mirada del otro Después de la guerra de Alejandro Jodorowsky Hay una sentencia del segundo Wittgenstein que bien podría resumir su postura ( Investigaciones filosóficas , parágrafo 281): No hay dolor sin conducta de dolor A mi parecer, aquí no se trata de postular que la conducta es la que verifica la existencia de un dolor sino que sólo gracias a la conducta se da razón de ser al concepto dolor. Me explicaré mejor si para ello recurro a la coloterapia. Yo puedo saber que los demás ven rojo y verde si utilizamos sin ir más lejos un semáforo y comprobamos cómo la gente distingue entre ambos colores. De forma que el concepto rojo y el concepto verde es usable por parte de una comunidad de hablantes porque existen hechos intersubjetivos sobre los que cimentar su uso constructivo. Por el contrario, el hecho de que yo vea roj...

En el país de los ciegos, ¿el tuerto lograría articular la palabra rojo?

La ilusión del yo

Epiménides fue un legendario poeta filósofo del siglo VI a. C. a quien se le atribuye haber estado dormido durante cincuenta y siete años aunque Plutarco afirma que sólo fueron cincuenta. Se atribuye a Epiménides haber afirmado: Todos los cretenses son unos mentirosos. Sabiendo que él mismo era cretense, ¿decía Epiménides la verdad? La paradoja de Epiménides, también puede sintetizarse en "Miento. Hablo." Leído aquí Una de las demostraciones más espectaculares de la ilusión del yo unificado es la de los neurocientíficos Michael Gazzaniga y Roger Sperry, que demostraron que cuando los cirujanos cortan el cuerpo calloso que une los hemisferios cerebrales, literalmente parten el yo en dos, y cada hemisferio puede actuar libremente, sin el consejo ni el consentimiento del otro. Y lo que es aún más desconcertante, el hemisferio izquierdo teje constantemente una explicación coherente pero falsa de la conducta escogida sin que lo sepa el derecho. (...) Lo espeluznante es que no...