Pienso que Homero -al que malentendió terriblemente Platón- no afeó la conducta de los dioses griegos en aras de burlar su inexistencia sino con el objetivo de exiliar los intentos de personificar, y por tanto comprender cabalmente, a los moradores del Olimpo y de ahí que, a pesar de humanizarlos tanto, de acercarnos tanto a ellos; nos resulten tan confusos, tan lejanos. Después de todo, Homero fue un teólogo apofático.
1 comentario:
Estoy de acuerdo. Por muy antropomórficos que sean los dioses homéricos, son fundamentalmente inhumanos.
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