Pasma ver cómo en esta Crisis las tribunas puestas en los periódicos y televisiones y radios y mass media para analizarla, son garrapiñadas por todo tipo de gente cuyo idiosincrático mérito se cifra exclusivamente en contar historias o saber actuar o saber pintar o sin más artista decirse ser, usurpándose así un altavoz mediático a pesar de tener un curriculum que desconoce licenciaturas en (pongamos) economía, en (pongamos) politología, en (pongamos) historia luego de haber estado años en una universidad -no hablemos siquiera de doctorados o de tener ciertos artículos publicados después de una revisión a pares, por tanto una verdadera reputación científica al respecto de la materia de la que se pretende disertar, al cabo chacharear.
Por división de trabajo, por dignidad intelectual, por simple decencia moral incluso, cada vez estoy más convencido, más persuadido, de que la única actitud digna que cabe para un artista es el ocultarse a los medios tal como ejemplarmente hace (el anarquista por lo que se intuye en sus novelas) Thomas Pynchon.
¿Puede ser casualidad que (en mi opinión) sea de lejos el mejor escritor vivo?
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