martes, 12 de junio de 2012

" (...) no es ni bueno ni es malo, es incorregible."

El Movimiento 15-M, también llamado movimiento de los indignados, es un movimiento ciudadano formado a raíz del 15 de mayo de 2011 con una serie de protestas pacíficas en España con la intención de promover una democracia más participativa alejada del bipartidismo PSOE-PP y del dominio de bancos y corporaciones, así como una "auténtica división de poderes" y otras medidas con la intención de mejorar el sistema democrático. Ha aglutinado a diversos colectivos ciudadanos con distintos lemas, como el de la manifestación del 15 de mayo: «No somos marionetas en manos de políticos y banqueros»1 o «Democracia real ¡YA! No somos mercancía en manos de políticos y banqueros».2

El movimiento comenzó a organizarse tras el establecimiento de centenares de acampadas en las plazas de la mayoría de las ciudades españolas , así como otras creadas por expatriados españoles en ciudades de todo el mundo.

Entre las bases del Movimiento 15-M están las de ser un movimiento apartidista (sin afiliación a ningún partido ni sindicato), pacífico, horizontal y transparente, es decir, sin estar sujeto a ningún tipo de registro.

En la actualidad, el movimiento se organiza a través de asambleas populares abiertas celebradas generalmente en plazas o parques (...)


En Golden Gate Park [Edipa] vio un coro de niños en pijama que le dijeron que aquel conciábulo era un sueño. Pero que en el fondo el sueño no se diferenciaba de la vigilia porque al levantarse por la mañana se sentían cansados, como si hubieran estado en pie casi toda la noche. Cuando sus madres creían que estaban jugando en la calle, en realidad estaban agazapados en las alacenas de los vecinos, en tablados en la copa de los árboles, en agujeros abiertos secretamente en el interior de los setos, durmiendo, recuperando aquellas horas. Para ellos la noche estaba exenta de terrores, habían encendido en el interior del corro una hoguera imaginaria y nada necesitaban, salvo su invicto sentimiento comunitario.

La Subasta del lote 49, Thomas Pynchon

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