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Mostrando entradas de julio, 2011

Sobre el crecimiento ecónomico

Un pesimista es un imbécil antipático y un optimista, un imbécil simpático porque ninguno de los dos sabe lo que va a pasar -- Bertrand Russell ( 1872-1970 ) Ciertamente, la creencia de un crecimiento ilimitado dada una determinada situación tecno-económica es falsa. Pero, así como antiguamente el petróleo era visto como algo ponzoñoso y desagradable hasta descubrirse su utilidad carburante; así también pudiera ser que lo que ahora vemos como deshecho y basura, al cabo, se convierta en un recurso energético más y las posibilidades de crecimiento hayan de recalcularse otra vez. Similar a la cuestión de la esperanza de vida media: ¿quién sabe qué pasará hasta, pongamos, 2030, como para saber si entonces no tendremos que recalcular -gracias un milagroso descubrimiento médico, por culpa de un funesto virus mortífero- nuestra esperanza de vida desde ahora prevista? Consecuentemente, no deberíamos hablar de crecimiento económico ilimitado, es cierto, aunque sí podríamos, más bien deberíamo...

Metaficción

Pero a mi ver, esto es falso de toda falsedad y se ve muy claramente cuando el Quijote -lo recuerda Kundera- es invitado por un aldeano a su casa, donde vive con su hijo poeta y éste rapidamente se da cuenta de la locura del nuevo huésped guardándose, por lo tanto, cierta distancia con él. Pero cuando más tarde Don Quijote le inste al joven a que haga gala de su arte, éste obedezca, recite su poesía y finalmente, luego de ser elogiado por el caballero andante, olvide brevemente su locura y celebre su inteligencia lectora; se nos revelará al instante que no menos disfraz y no menos locura tiene (casi) el poeta que el Quijote. ¿Quién es, pues, el loco? ¿El loco que elogia el lúcido o el lúcido que cree en el elogio del loco?, se pregunta con razón Kundera. Lo que yo entiendo, entonces, es que el poeta se disfraza, como he dicho, se reviste de poeta con la misma insconsciencia y con la misma necesidad con que Alonso Quijano, de un modo más pintoresco e insostenible, lo hace de caballe...

Contra las ficciones pastoriles

Recientemente se me hizo clara esta idea nada más verle a una tía cierta publicación suya en el facebook. Me pasaba al verla a la noche, de fiesta, haciéndose fotitos constantemente con las amigas como si estuviera viviendo un momento inolvidable; pintarrajeada y vistiendo vestidos maxicortos y sobrecomplementados como si estuviera en una fiesta hollywodiense; gritando y cantando cada canción como si estuviera en un concierto multitudinario; y en fin, actuando de esa manera tan sobredramatizada y tan artificiosa tradicional como la de aquellas mujeres plañideras en funeral, típicas de los noticiarios amarillos, o de los terrorismos palestinos, que se desgarran la ropa, lloran y gritan a viva voz y que, no por ello se negará que están tristes, pero sí desde luego se ve cómo exteriorizan su tristeza en unos términos y gestos ya aprehendidos y socializados y desde luego ni naturales ni propios. Aquí, en España, hemos derogado esas lloriqueras protocolarias, aclaro, pero aún tenemos una a...

Oda al antihéroe

Nabokov, en su Introducción del libro Curso de Literatura europea , recordaba que un buen lector no tendría por qué identificarse con el héroe. Ciertamente, y a pesar del carácter caprichoso con que el ruso abordaba los juicios literarios, aquí coincido plenamente y es más, creo que es al empezar a leer con madurez la ficción cuando uno empieza a compartir esta máxima. No será casualidad, a mi ver. Esto me recuerda a Seinfeld (temporada 5º capítulo 21º), quien en un episodio, junto con su novia, pero también junto a Kramer, Elaine, George Costanza y su aún no estrenada pareja; se desplazan, todos ellos, juntos, a una residencia en Hampton para que una amiga, recién convertida en madre, los acoja y puedan así ver a su bebé. Resultará que luego ya allí, en la casa de Hampton, a la novia de Constanza, sin él delante, la verán haciendo topless Seinfeld y Kramer. George, paranoico, incapaz de digerir la anécdota, toma este adelanto -todavía no la intimó- como una afrenta de tintes cosmoká...