La paradoja del cuervo (o de Hempel) y sus consecuencias
MARCO ANTONIO- A veces vemos una nube que parece un dragón; otras, un vapor que presenta la imagen de un oso o de un león, de una ciudadela guarnecida de torres, de una roca suspendida, de una montaña de doble cima, de un promontorio azul cubierto de árboles; esas imágenes se balancean por encima de nuestras cabezas y engañan a nuestros ojos con una burla aérea. ¿Has visto esas imágenes? Son las mascaradas del véspero oscuro. EROS- Sí, mi señor. MARCO ANTONIO- Lo que ahora es un caballo, casi con la velocidad del pensamiento un jirón de nubes flotantes le borra y le hace indistinto, como el agua en el agua. EROS- Sí, señor. MARCO ANTONIO- Mi buen muchacho Eros; tu capitán sufre en este momento un fenómeno semejante. Heme aquí Antonio, y sin embargo, muchacho, no puede conservar esta forma visible. He hecho estas guerras por el Egipto y la reina cuyo corazón creí tener, pues tenía el mío -mi corazón, que entonces me pertenecía y hubiera podido disponer de...