martes, 7 de abril de 2009

El escepticismo bien entendido

No he leído nunca a Carl Sagan de primera mano pero por lo que he leído de segunda me parece un hombre muy superficial en su filosofía así que me resulta un misterio que se le eleve tan asiduamente al altar del escepticismo.

Un ejemplo en El espejismo de Dios (Pág.56):

Carl Sagan estaba orgulloso de ser agnóstico cuando le preguntaron si había vida en alguna otra parte del Universo. Cuando rehusó comprometerse con una respuesta, su interlocutor le presionó para que expresara sus "sentimientos más viscerales", y Sagan le respondió inmortalmente: "Bueno, intento no pensar con mis vísceras. En realidad es correcto reservarse la opinión hasta que hay evidencias"

A mi lejos de inmortal, me parece escandalosamente estúpido este comentario por un par de razones a bote pronto.

En primer lugar por hipócrita porque no es verdad que fuera escéptico respecto a la vida extraterrestre ¡cuando él fue promotor del proyecto SETI! Un proyecto que trata de encontrar vida extraterrestre.

Imagina, para clarificar el asunto, que te encuentras con alguien que tiene contratado, y por tanto pagando, a un investigador para que espíe a su esposa y compruebe así si le pone los cuernos. Ahora le preguntamos si cree que esta le es infiel y nos responde:

Bueno, intento no pensar con mis vísceras. En realidad es correcto reservarse la opinión hasta que hay evidencias

¿De vedad creeríamos que este hombre es escéptico respecto al adulterio de su esposa? Entonces ¿por qué se molesta en gastar recursos para averiguarlo? ¿No será más bien que sí cree que le pone los cuernos aunque no lo sabe con certeza?

Y es que el señor Sagan no parece distinguir entre conocimiento y opinión/creencia siendo lo segundo también vital para la empresa científica pues con esta actividad es como se crean las hipótesis que luego podrán demostrarse verdaderas.

Y esto encaja con la otra razón por la que en segundo lugar me escandaliza este comentario y que es de naturaleza más filosófica.

Él habla de reservarse una opinión, ¡una opinión!, hasta que haya evidencias cuando lo que exige el escepticismo bien entendido es una prudencia a la hora de otorgar a ciertas proposiciones la categoría de conocimiento, ¡conocimiento!, siendo esta una medida profiláctica que nos previene de infectar de conclusiones falsas una teoría al punto de hacerla inconducente o incluso tumbarla.

Confunde una medida epistemológica que sirve para jerarquizar conocimientos con una suerte de modus vivendi intelectual.

En resumen, el escepticismo es creer que lo que debemos considerar conocimiento científico ha debido pasar previamente el tamiz de la evidencia empírica pero si se acabase extendiéndo tal exigencia a todo pensamiento por una suerte de prurito de honor de científico entonces acabará sucediéndole al escéptico lo mismo que le pasó al asno de Buridan, a saber: acabará muriendo de inanidad intelectual.

11 comentarios:

Pascual González dijo...

Es verdad lo que dices. Creo que existe un escepticismo bastante primario, en el sentido de que muchos de quienes lo cultivan manejan categorías epistemológicas muy toscas. Y curiosamente muchos son militantes bastante duros.

Pero el rechazo, a menudo visceral y agresivo, de la religión (por hablar de un blanco habitual) suele contradecirse con otras concesiones de lo más curiosas. Por ejemplo, ¿de puede ser escéptico siendo a la vez un creyente comunista? Incluso, más en general, se puede ser escéptico teniendo fuertes convicciones políticas en general?

Probablemente sí, pero a condición de que uno esté abierto a revisarlas, y de que reconozca que para muchas de ellas no posee en realidad datos concluyentes, ni sus hipótesis suficientemente contrastadas.

El escepticismo bien entendido debería empezar por las propias convicciones. En general no me fío de aquellos escépticos que sólo ridiculizan las creencias irracionales de los demás pero nunca se les ve cuestionar sus propias convicciones. Eso no es escepticismo, sino el dogmatismo ejerciendo de hipócrita.

El Perpetrador dijo...

En mi opinión, el escepticismo radical tiene un propósito indirecto ajeno a la epistemología. Sus más famosos defensores, más que buscar el rigor, buscaban las cosquillas a los racionalistas. Hume quería bajarle los humos a tanto reformista político y moral. Y, sobre todo, a Pirrón lo veo como un vitalista que venía a decir en resumidas cuentas que la filosofía (y la ciencia) son engorros que no proporcionan jamás sosiego al alma, puesto que siempre demandan más y más precisión... hasta que nos encontramos con teorías no falsables como la teoría de cuerdas o con cotos infranqueables como el teorema de incompletud de Gödel. No en vano se dice que Pirrón pudo aprender su famoso escepticismo de los gimnosofistas indios cuando acompañaba a Alejando Magno por sus tierras.

Por lo demás, siempre he tenido un gran aprecio por Carl Sagan. Por una sola razón: ha sido quizás la única figura que ha conseguido emocionar con la ciencia y los secretos de la naturaleza a millones y millones de personas.

Un saludo y renovada enhorabuena por el blog.

José Luis Ferreira dijo...

Tienes razón, si se pide una opinión, es una opinión. No debería ser tan escurridizo, seguro que la tiene. Se me hace, no obstante, que según la relevancia mediática que tenga uno, le puede parecer sensato ser más cauto. En cualquier caso, no es conveniente juzgar a alguien por cómo salga del paso cuando le hacen una entrevista. Mejores son las obras, en las que es posible meditar un poco más.

Pascual: Las ramas del conocimiento son muchas. Hay que ser muy disciplinado para andar cuestionando todo. La mente encuentra descanso en las creencias. Uno puede estar avizor en la ciencia y luego le cuelan toda suerte de cosas en la política. Y al revés.

Perpetrador: Cierto en la teoría de cuerdas. De momento no es falsable, pero ellos lo saben y por eso no es la teoría que se enseña en los libros de texto. Lo de Gödel es bastante infranqueable, pero está totalmente aceptado y hay divulgaciones muy buenas sobre el tema que hasta yo entiendo (o eso creo).

Héctor Meda dijo...

¡Vaya! Había escrito este post con espíritu guerrero a la vista de la cantidasd de positivistas que, felizmente, pululan por mi blog últimamente y lo que me encuentro es a un trío de comentaristas -positivista incluido- sin ganas de debatir :-(

Intentaré crear polémica aunque sea donde no la hay

Pascual,

Efectivamente hay mucho hipócrita autodenominado escéptico que nomás se adjunta a esta filosofía porque le proporciona una fórmula fácil para evaluar la verdad de las ideas. Ni que decir tiene que la usa con alegría y con disonancia cognitiva.

Siempre he dicho que su actividad proselitista es cansina y pedante pues no me parece un drama que alguien crea, yo qué se, en la telepatía siempre y cuando esa creencia no la confunda con un conocimiento científicamente verificado.

Perpetrador,

¡Ya quisieran estos escépticos de nuevo cuño tener pensamientos con la hondura filosófica de un Hume o un Pirrón! En el caso de estos, su filosofía, en algunos puntos, es tan sutil aunque en la práctica no creíble como las paradojas de Zenón o la de los solipsistas.

Pero lo que pasa es que algunos tienen dudas, cuando no risas, de todo lo que no sea ciencia siendo ello el motivo de que tantas y tantas teorías absurdas pasen el tamiz del escepticismo a nada que se autoetiqueten como científicas
desde el marxismo -como bien apunta Pascual en su comentario- hasta creer que es muy probable, al punto de estar tan cerca como para que le llegen señales nuestras, que exista una inteligencia similar a la nuestra en el espacio aún cuando son legión los biólogos que han señalado que tal probabilidad es idéntica a la de encontrar trompas en los extraterrestres similares a la de los elefantes.

gracias por la enhorabuena ;-)

José Luis,

Que tiene una opinión alguien tan obsesionado con el tema está claro pero el que fuera promotor del proyecto SETI despeja toda duda y encima hacia un lado concreto.

Puedo coincidir contigo que buscarle tres pies al gato a alguien en una entrevista es, digámoslo, ruin pero es que el texto está sacado de un libro de Dawkins ¡donde se le elogia! :-O

Por cierto si votais en la encuesta os lo agradecería y si encima me comunicáis vuestra opinión pues mejor ;-)

Hugo dijo...

Yo he votado "ciencia", pero me temo que las votaría todas.

Bueno, menos teología :P

Héctor Meda dijo...

Gracias Hugo ;-)

José Luis Ferreira dijo...

Es que eso de "Intento no pensar con las vísceras" es un hallazgo, no me lo negarás. Cualquiera quiere colarlo en un libro que escriba.

Aprovecho para decir que yo tengo instalado el salvapantallas del SETI para ayudar a buscar extraterrestres.

Héctor Meda dijo...

No pensar con las vísceras puede ser una buena frase dependiendo del contexto. Si eso me lo dice una persona que espía a su esposa lejos de convertirse en una agudeza resulta inintencionadamente cómico.

En cuanto a que dones parte de la computación de tu ordenador a la búsqueda de bicihitos en vez de dedicarla integramente al bajado de pelis, no tengo nada que decir porque nada tengo contra cualquier creencia por el hecho de serla. Lo que no sé que te dirán los escépticos puros. XDD

Por cierto y con esto creo que ya avivamos la polémica: ¿por qué es sensato creer que podemos contactar con una especie alienígena inteligente (Off topic: No vale cualquiera. Hay clases) pero no lo es creer que una especie alienígena inteligente puede contactar con nosotros? ¿No sería tan sensato estudiar la naturaleza de los avistamientos OVNIs que estudiar la naturaleza de las señales llegadas del exterior?

Para terminar y de regalo: un artículo interesante sobre el tema de los avistamientos OVNIs escrito por Michio Kaku. Extraigo una parte de sci-fi pura:

Cualquier civilización alienígena lo bastante avanzada como para enviar naves estelares a través del universo habrá ciertamente dominado la nanotecnología. Esto podría significar que sus naves espaciales no tendrían por qué ser muy grandes; podrán enviar millones de nanomáquinas a explorar planetas deshabitados. Las lunas desoladas, podrían tal vez ser las mejores bases para esta clase de nanonaves.

De ser así, quizás nuestra propia luna ha sido visitada en el pasado por una civilización similar a la descrita en la película “2001: una odisea espacial”, en la cual se hace la que quizás sea la descripción más realista de un encuentro con una civilización extraterrestre.


Increíble, ¿verdad?

José Luis Ferreira dijo...

Pues sí, tan increíble que no me lo creo.

Puntualizo: me refiero al tono del artículo en general. Da por ciertas unas cuantas cosas (donde dice: "se sabe que..."). Lo de la nanotecnología y demás, aun con su interés, son suposiciones.

Lo que es sensato creer te lo dirá lo que sabes ya del mundo. Es más fácil comunicarse en la distancia que recorrerla. Así que es más fácil creer en la comunicación que en las visitas.

Yo le doy una probabilidad pequeña, pero positiva, a que haya civilizaciones cuyas señales electromagnéticas puedan percibir los radiotelescopios. Sólo se ha escudriñado una parte pequeña del cielo y del espectro. Si pasa el tiempo y seguimos así, habrá que desechar la hipótesis. De momento, el salvapantallas del SETI es muy chulo y deja de hacer números cuando hago cualquier otra cosa. (O eso creo, vaya con la fe).

Le doy una probabilidad más pequeña todavía a que nos hayan visitado por la razón dicha anteriormente.

Iñigo Azcorra dijo...

Hay un diferencia basica entre su digamos postura esceptica en la entrevista, de su apoyo a encontrar vida E.T y del marido que sospecha. Y es el siguiente:

Mientras que en la entevista Sagan no obtiene ningun beneficio dejando de lado el escepticismo, Sagan si que obtiene una probabilidad de beneficio dejando de lado el escepticismo e intentado contactar con extraterrestres, y el marido obteniene una probabilidad de beneficio dejando de lado su escepticismo.

Es decir por muy esceptico que seas nunca vas a privarte de beber, porque la probabilidad de beneficio o la apariencia de beneficio que obtienes haciendolo te incentiva. Todos somos escepticos hasta la hora del desayuno, y Sagan no va a ser menos.

Héctor Meda dijo...

Tienes razón Iñigo, lo que pasa que entendido así el escepticismo tiene más de pose que medida profiláctica.

En realidad la moraleja final sería que nadie es escéptico: todo el mundo descree de lo que le parece inverosímil -desde su particular idología- y cree en lo que le parece verosímil. A lo más que puedo uno aspirar es a mostrar las contradicciones de nuestro sistema de creencias no a dictaminar categóricamente que no nos son posible estas.

Saludos Iñigo y dale más caña a tu blog. Este nuevo post que recien has colgado me sabe a poco :-(